jueves, 15 de mayo de 2025

Filtraciones y goteras

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Uno de los periodistas participantes en el coloquio de RTVE argumentaba sobre el concepto de "interés periodístico" para referirse a la publicación de los "WhatsApp" filtrados al diario El Mundo. Sin embargo, no quedaba el asunto demasiado claro: ¿interés del medio, interés de los lectores, interés político general, interés partidista...? Es obvio que todos estos intereses se pueden juntar por pares o, incluso, en su totalidad, en una especie de "macro interés" del que solo saldría beneficiado el que no tiene nada que perder.

Vivimos en un mundo revuelto, confuso y fangoso. A esto no escapa el mundillo (¿por qué siempre en diminutivo?) periodístico, que es usado por unos y por otros, a la vez que ve "oportunidades" en el río revuelto.

Es obvio que quien ha filtrado estos mensajes (¿queda alguna duda?) quería perjudicar a unos y no beneficiar a nadie. Es como el que hace una pintada insultante en la pared antes de saltar por la ventana desde un décimo piso, por usar una metáfora comprensible fácilmente. Es el "¡moriremos matando!" que algunas películas han convertido en acción heroica, solo que aquí no hay héroes, solo inmundicia y el descubrimiento (¿todavía quedan ingenuos?) de cómo se las gastan los partidos políticos. La discusión que algunos plantean sobre si lo filtrado es delito no es más que marear la perdiz. Para que sea dañino no tiene porqué ser un delito según algún código legal. Basta con ser dañino, con destruir la imagen, con perturbar el orden.

Acostumbrados a los golpes bajos en la política entre partidos, no se puede ser unas horas fieros y otras horas mansos. Esto traducido a acción significa que la política española es el reino de las batallas públicas y de las privadas. No hay respiro y sí mucha lucha; también mucho abrazo e hipocresía.

Todo esto ha convertido a los partidos en un espacio de lucha y tensión constantes en las que corres el riesgo de que alguno te salga rana, que el "amigo" de hoy sea el "traidor" de mañana. El fondo de todo esto, claro está, es esa compleja convivencia de intereses y corrupción que salpica a todos los partidos dado lo variado del reparto del poder a través de ayuntamientos, autonomías y poder central. El hecho de que el poder este repartido en vertical y en horizontal dibuja un mapa sujeto a múltiples formas de corrupción que se polarizan en dos ámbitos, lo relacionado con el suelo —de recalificaciones a adjudicaciones de obras— y de todo aquello que suponga compras públicas en cualquier nivel, algo que va de las mascarillas de la pandemia a cualquier otra adquisición.

Es triste pero es una gran verdad: la diversificación de la política no ha traído más democracia sino más oportunistas.

Ha llevado, por otro lado, a la atracción de personajes "fieles", de "Koldos" y similares, personajes capaces de pedirte un taxi o de organizarte un encuentro con una panda de corruptos de los que sacar tajada comisionista. Muchos actúan creyendo que sus jefes les protegerán llegado el caso. No siempre es así en la cadena y muchos se guardan ases en la manga por si les dejan tirados.

Cualquier sinvergüenza saca millones de euros. Lo que los honrados trabajadores son incapaces de conseguir en una vida, ellos lo consiguen de un pelotazo. Les basta tener "contactos", algo que va de un familiar bien colocado a un jefe al que invocar para los negocios. Aquí no hay crisis de la vivienda y te construyen un chalecito (o varios) sin que se sepa de dónde ha salido el dinero. De lo que sacan viven ellos, la familia y las otras compañías paralelas que se hayan buscado.

Cito algunas veces un caso en el que los padres habían recomendado a su hija que, dado lo inseguro del mercado laboral en España, se dedicara a la política. Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos.

El Mundo

Se enfadan y rasgan las vestiduras porque se ha levantado una esquinita y se ha visto lo que había debajo, el pastel político. La lucha política se expande y usa a los medios, que pasan a ser el escenario del conflicto, el ring al que suben a luchar. ¿Que los medios se benefician del escándalo y del morbo? ¡Por supuesto! Acostumbrados a controlar los mensajes y a los mensajeros, se arma el lío cuando el sistema se descontrola y lo que sale no gusta y además beneficia a terceros.

La hipócrita actitud de rasgarse las vestiduras cuando sale a la luz el "mensaje privado" se vuelve contra ti. En este caso ha sido inmediato. ¿Que los medios están siendo utilizados en este conflicto no "privado" sino "interno", como ya señalamos? Claro. ¿Y qué? No se puede contentar a todos o pedir ética los que no la tienen. El que filtra no se plantea eso. El medio es el mensajero. El miedo ahora es a lo que salga después, a esta gradación progresiva de información. Son filtraciones y goteras que dejan en evidencia el mal estado de los partidos. Un día les toca a unos y otros días a otros. El problema, como repetimos en ocasiones, es el proceso selectivo mismo, el atractivo que estos tienen para los que se preocupan más de su propio beneficio o del poder que del resto de los españoles, rodeados de problemas. Necesitamos buenos políticos, buenos gestores, honestos, con ideas y soluciones para los problemas y no que los políticos sean el problema.

No solo habría que prohibir el móvil en los colegios.

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