Joaquín Mª Aguirre (UCM)
A veces
las expresiones cristalizan y pueden dejar de tener sentido. Simplemente se
usan, quedan bien y, si no se escarba demasiado, sirven para salir del paso.
Algo sí ocurre con la expresión "paz justa y duradera" que se usa a
menudo en las informaciones sobre la guerra en Ucrania.
Podemos
verla en el artículo de 20minutos:
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, habló este miércoles con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sobre los esfuerzos para la paz y del "apoyo continuo" que la Alianza Atlántica presta a su país. En un post en la red social X, Rutte informó de su "buena llamada para ponerse al día con Zelenski hoy". "Hablamos de los esfuerzos para garantizar una paz justa y duradera", ha señalado el líder de la Alianza.*
Es casi seguro que si se preguntara a las tres partes implicadas —Ucrania, Rusia y la OTAN— sobre la idea de "una paz justa y duradera" tendrían opiniones muy distintas e incluso que les costaría expresar a qué se refieren.
Vemos que los dos conceptos por separado tienen un sentido muy diferente. Podemos definir con más claridad la "duración", pero nos resultará muy complicado definir "justa", sobre lo que seguramente no se pondrán de acuerdo. La duración se puede medir con el calendario en la mano; la justicia, no.
Y es ahí, sin embargo, donde reside el problema, en que lleguen los tres a una consideración conjunta de lo "justo", algo harto problemático, por jugar también nosotros con la ambigüedad de las palabras.
En la otra guerra en curso, el genocidio de Gaza, es también rico en ambigüedades. El titular de RTVE.es sobre las declaraciones de otro genio de la ambigüedad y el descaro, Benjamín Netanyahu también nos llevan a cierta perplejidad pese a la asiduidad de este tipo de manejos, "Netanyahu advierte que la invasión de Gaza "no cesará" hasta cumplir con el plan de Trump para la Franja". Aquí se produce una especial lectura por parte de Netanyahu de lo que ocurre. Se nos explica en la información:
La comunidad internacional ha pedido a Israel que pare su nueva ofensiva sobre la Franja de Gaza, pero sus llamamientos no han tenido efecto sobre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. El mandatario israelí ha sido claro al respecto: la invasión de la Franja no cesará hasta que se cumpla el plan de su homólogo estadounidense, Donald Trump, consistente en la "expulsión total de Hamás" y establecer "condiciones claras que garanticen la seguridad de Israel".
Bajo esta premisa, Israel pretende desplazar a la población gazatí, de unos 2,1 millones de personas, a una zona en el sur "limpia de Hamás" a medida que tome el control del territorio, según declaraciones de Netanyahu. El Ejército israelí ya ha exigido la evacuación de varias zonas del norte de la Franja, lo que anticipa una nueva oleada de ataques en el sector.**
Sin duda, la idea que es Israel quien se limita a seguir los planes de Trump para Gaza, no es precisamente un ejercicio de claridad, especialmente tras las palabras del presidente norteamericano sobre su enfado con Netanyahu por no hacerle caso, realizadas hace unos días.
Netanyahu devuelve la pelota mostrándose, para mayor confusión, como un seguidor de los planes del "resort" de lujo para la Franja, algo ilustrado con un escandaloso vídeo falso repleto de lujos y estatuas doradas plantadas en las calles de esa imaginaria "nueva Gaza" frente a la devastación de la Gaza real que se nos muestra cada día, un amasijo de ruinas, de destrucción y hambre.
Netanyahu se escuda (¿esconde?) tras lo dicho por Trump. Si Trump juega a la ambigüedad —¿qué otra cosa es su gira por los países árabes ricos vendiendo y comprando?— tras los rechazos y condenas internacionales, Netanyahu juega a algo más complicado: Israel sigue obedientemente los dictados de Trump, los que él mismo colgó en su cuenta web.
Hay algo que une con claridad a Putin y a Netanyahu: ambos se amparan para sus ofensivas en la idea de defensa (más ambigüedad), de estar amenazados. Nadie invadió a Rusia, sí a Israel en un incompresible fallo de inteligencia y seguridad. Los recelos sobre si la incursión de ida y vuelta de Hamás con la toma de rehenes fue una excusa han pasado ya, aunque fueron fuertes en su momento. ¿Buscaba Israel una buena excusa para realizar ese plan total sobre Gaza? No sé si llegaremos a saberlo en algún momento, pero los hechos posteriores no admiten mucha duda, así como los objetivos de vaciado de la Franja y superposición de ese "resort" que aparece en la imaginación calenturienta de Trump y en sus vídeos falsos.
Entre las palabras vacías y las imágenes falsas, la realidad de las guerras deja en evidencia muchas cosas, de los intereses económicos a los políticos, de la repulsa popular al sistema de votos en Eurovisión, por atar cabos.
Demasiada ambigüedad en ambas guerras y una sola realidad, la del sufrimiento y la destrucción, la de las ambiciones depredadoras. Será difícil alcanzar cualquier tipo de solución que se vea aceptablemente "justa" para ambas partes (las guerras son cosa de dos) y es difícil que un tercero sea aceptado por ambos. Lo esgrimido es más de cara a la galería internacional, una justificación de la situación ante las "amenazas" que tratan de conjurar.
* "Rutte aborda con Zelenski el apoyo continuado de la OTAN en busca de una "paz justa y duradera" para Ucrania" 20minutos / EFE 21/05/2025 https://www.20minutos.es/internacional/rutte-aborda-zelenski-apoyo-otan-paz-justa-para-ucrania-5714489/
** "Netanyahu advierte que la invasión de Gaza "no cesará" hasta cumplir con el plan de Trump para la Franja" RTVE.es 21/05/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250521/guerra-gaza-israel-bombardeos-diplomacia-sanciones-ayuda-humanitaria/16589631.shtml






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