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viernes, 7 de abril de 2023

Incendios célticos y algunas preguntas actuales

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Me sorprende la sinceridad y rotundidad del artículo firmado por Samuel A. Pilar en la web de RTVE.es. Su tema, los incendios forestales —esta vez en Asturias— es un ejemplo de un tipo de informaciones único que se han convertido en un estándar: siempre se dice que son "intencionados", pero nunca se menciona quién puede estar detrás.

Sobre ello hay una especie de pacto de silencio, de no señalar a nadie, más allá de esas sospechas sobre la intencionalidad. Es como un tabú informativo que afecta a todos los medios. Muchas veces me he preguntado si detienen a alguien alguna vez. Apenas ocurre. Precisamente cuando se trata de una negligencia —es decir no intencionado—, es cuando sí sabemos quiénes lo han causado. Se nos habla, a veces, de campistas que preparan inadecuadamente un fuego, pero no es esto lo que inquieta, sino esos "múltiples focos simultáneos", de los que se nos habla en la mayoría de las ocasiones. De ellos casi nunca se habla. El fuego devora a sus causantes en las informaciones hasta que el siguiente se produce y arrasa nuevas hectáreas. Por eso sorprende la ruptura de ciertos tabúes en la información de RTVE.es.

El comienzo del artículo ya nos da algunas pistas. Comienza de forma genérica, como los demás, echando la culpa a la negligencia y abandono institucionales, pero pronto señala directamente: 

Asturias ha sufrido la peor oleada de incendios desde 2017, con aproximadamente 11.000 hectáreas arrasadas después de más de diez días de fuego. El hecho de que se llegasen a producir hasta 135 focos de manera simultánea lleva a pensar que la mano del hombre ha estado detrás de la mayoría de ellos. "Asturias no arde, la queman", ha asegurado el presidente de la comunidad, Adrián Barbón, quien ha insistido en que "son acciones organizadas" y "los culpables no van a quedar impunes". Sin embargo, aunque apenas hay duda de que la mayoría de estos fuegos son intencionados o negligentes, es precisamente el Gobierno del Principado el que ha recibido mayores críticas.

Cientos de personas han participado este lunes en Oviedo en una concentración organizada por una veintena de colectivos ambientales asturianos para denunciar la falta de medios humanos y materiales destinados la prevención y extinción de incendios. Los manifestantes han reprochado al Gobierno autonómico que su labor en este sentido ha sido "ineficaz durante los últimos años". La califican de "negligente e incompetente", y creen que "da impunidad a quienes pretenden quemar el monte". Además, apuntan a un culpable claro: "El 80% de los incendios en la comunidad autónoma tienen origen en la generación de pastos".

Otro de los aspectos que critican con mayor dureza es que la Ley de Montes de Asturias, aprobada en 2017, permite usar de forma inmediata para pasto las zonas quemadas, algo que no sucede en el resto de España. E igualmente denuncian que el nuevo plan forestal de la comunidad autónoma apuesta por incrementar la superficie de eucaliptos y coníferas, cuando son árboles que convierten "el monte en una bomba incendiaria por su alta combustibilidad".* 

¿Es posible? ¿Es posible que la negligencia sea una forma de (no) actuar de la que se benefician otros sectores, según se apunta por los informantes en la noticia?

Pensamos que, en ciertos sectores, remamos todos en la misma dirección, pero podría no ser así. Podría ser que se trate de una guerra no declarada —por escandalosa— pero real entre dos tipos de economía, algo que si se enunciara directamente crearía un rechazo evidente y un problema de opinión que probablemente se traduciría en un rechazo.

En el artículo se va profundizando en las opiniones de expertos en el tema que apuntan prácticamente en la misma dirección: 

Una reprobación compartida por el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas, quien declara a RTVE.es que "la política asturiana ha sido muy confusa con respecto al tema forestal", al mismo tiempo que contrapone esta gestión a la de Galicia, la región española que sufre con diferencia un mayor número de fuegos. "Galicia llegó a tener 10.000 incendios al año, pero ha bajado a 3.000, que siguen siendo muchos, pero es un descenso impresionante", explica, para dejar claro que "eso no ha ocurrido en el noroeste de Castilla y León, ni en Asturias ni en Cantabria". "La Xunta de Galicia ha hecho una combinación de políticas bastante inteligente que han ido desactivando ese problema con muchas medidas, incluso represivas", valora.

Para este ingeniero de montes, que también es profesor de la Universitat Politècnica de València,  en el noroeste peninsular "hay un problema acantonado de uso del fuego muy potente, incluido el norte de Portugal, que no se da en el resto de España". Y apunta a que viene de largo, ya que cree que "está muy vinculado a culturas celtas muy ganaderas, que han usado tradicionalmente el fuego para imponer ese uso ganadero tan generalizado".

Rojas indica que esta situación está agravada en buena medida por el "hundimiento del mundo rural", donde "mucha agricultura y ganadería extensiva está sostenida por jubilados". "Toda la vida ha existido la tradición de quemar con fuego controlado en primavera lo que molesta a la ganadería, pero antes eran jóvenes y muchos, y esta práctica se hacía con suficientes efectivos y con más cuidado. Además, había mucha menos biomasa, porque se gestionaba mucho más intensamente el monte -leñas, pasto...-", sostiene.*


A la suma de factores e intereses, se le suman las faltas de voluntad y de recursos. ¿Ven los ganaderos asturianos los bosques como un problema y no como algo que hay que evitar? En un entorno más amplio, el "campo", la "naturaleza" se puede ver como algo que es necesario "proteger", pero ¿ocurre en Asturias lo mismo? Esa apelación a una "cultura céltica" del incendio como explicación, como método ¿es real? ¿No nos pilla demasiado lejos esa excusa milenaria? ¿No ha habido alternativas o sencillamente es la de dejar de mirar para no perjudicar a un sector poderoso? La pregunta puede ser más concreta: ¿cuántos detenidos ha habido en Asturias por los incendios de los últimos años? ¿La "cultura celta" incluye la "impunidad"? ¿Se les ha ido la mano a algunos?

A lo largo del artículo se van acumulando "problemas", de la existencia de animales salvajes que atacan al ganado y los precios de los pastos. 

Para el profesor de la Universidad de Oviedo Arturo Colina, las causas detrás de esta proliferación de incendios "son múltiples". "Normalmente se atribuye a ganaderos para la generación de pastos, pero hay diversas razones, no solo es esa. Por ejemplo, esta explicación no tiene sentido en el monte Naranco, porque allí apenas hay ganadería", manifiesta a RTVE.es. Durante la última oleada de incendios, al menos una docena de focos se localizaron en este monte, situado en las inmediaciones de la capital asturiana, y llegaron a quemar una cuarta parte de su superficie vegetal.

"Puede ser en parte para la regeneración de pastos, pero el conflicto con el lobo también es importante, puesto que ha originado un malestar grande, así como los daños que genera el jabalí", precisa, para apuntar a otro factor que a su juicio es relevante: la renaturalización de los paisajes, puesto que "son tierras que ya no se utilizan para pastos o para cultivos, y como ya no hay esa presión, avanza en ellas la naturaleza".* 

¿Qué significa, desde el punto de vista de la economía regional ese "avance de la naturaleza"? Conforme vamos leyendo va quedando claro que el concepto de "naturaleza" no significa lo mismo para unos y otros, que hay un concepto ecológico enfrentado a otro económico. Ese conflicto es el que normalmente se aparta del foco mediático y queda muchas veces en el aire. 

Hablar de "terrorismo" ¿es un victimismo retórico u obedece a razones claras de aprovechamiento por parte de algunos? Las apelaciones a detener a los responsables ¿son reales o son solo una forma de cubrir el expediente frente a una opinión pública reticente a la "política celta" de los incendios como forma de expansión de los pastos?

Hay un momento en el artículo en el que después de lanzar la piedra se esconde la mano: 

No obstante, deja claro [Eduardo Rojas] que "esta actividad agrícola y ganadera de jubilados es muy respetable, y además mantiene una parte importante del territorio", pero la califica como "un peligro para los incendios". "No es que quieran quemar 1.000 hectáreas, es que se les escapa", puntualiza.* 

¿Qué significa "respetabilidad" en estos casos? ¿Hay una "cultura de jubilados" y otra de "jóvenes", más sensible a la ecología? La huida de los jóvenes del territorio, tal como parece darse a entender, ¿es un factor determinante de los incendios?

Las preguntas —todas ellas inquietantes— dan lugar a respuestas nebulosas, pero que apuntan hacia ciertas causas y a ciertos abandonos que podrían entenderse como interesados. Sobre todo, la cuestión de las políticas eficaces anti incendios en las comunidades próximas y que no se practican en Asturias. ¿Es cierto que la cultura del incendio es una forma de vida que la opinión pública no considera ya aceptable y hace necesario crear esta especie de fatalidad interesada contra la que se hace poco? Son muchas, quizá demasiadas, las preguntas que surgen.


Pero, al final, no nos llevan a los celtas, sino a la lucha económica, sin dramatismo, con cruda realidad. Sean cuales sean los factores —estos u otros— lo cierto es que los incendios están ahí. Los bosques son un gasto caro en tiempos de crisis económica y de reducciones de personal. Los pastos son más rentables y allí no se esconden los depredadores que atacan al ganado y encarecen los productos al tener que invertir más en seguridad. ¿Es esto lo que no se dice?

Los incendios "incontrolados" proliferan en esta "cultura céltica" del fuego. No hay que irse tan lejos ni dotar de pedigrí a lo que hoy una gran mayoría considera nefasto. La misma plantación de árboles que prenderán más rápidamente, como se ha señalado, podría ser otro negocio de reposición-incendio de mayor rapidez que el ofrecer soluciones a largo plazo para aquello que solo se contempla a corto plazo. ¿Por qué plantar árboles que arden tan rápido?

La expresión "lo que molesta a la ganadería", ¿tiene límites? Esa "renaturalización", ¿es un loco proyecto de jóvenes que viven en las ciudades y desconocen la realidad del campo? ¿Es una "moda" frente a la "tradición" milenaria del incendio?

Vuelvo a mis preguntas iniciales, ¿dónde están esos detenidos, esos sobre los que caerá el peso de la ley en Asturias, los que "no quedarán impunes", según anuncian sus autoridades? Es poco probable que aparezcan, según lo visto. Por delante tenemos una larga temporada de incendios en los que se ganarán pastos de forma inmediata al no existir, como se nos dice, limitaciones temporales para utilizarlos como tales. En otros lugares se han puesto limitaciones temporales por ley para poder usarlos como pastos. ¿Por qué aquí no?

En estas condiciones, hablar de "soluciones" puede parecer ironía. 

* Samuel A. Pilar  "¿Quién está detrás de la ola de incendios en Asturias?: "El noroeste de España tiene un problema con el uso del fuego"" RTVE.es 5/04/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230405/ganaderia-oleada-incendios-generacion-pastos/2435711.shtml 

martes, 11 de enero de 2022

Retrato con ganado de fondo

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


La política española ha alcanzado el nivel sublime de abstracción al hablar con una vaca detrás. Vacas y toros, gallinas y cerdos hablan ya por nosotros como ellos solo saben hacerlo: de forma muda, icono de ellos mismos al servicio del mensaje político. La frase se escucha en cada rincón y se lee en cada pancarta: ¡Garzón dimisión!. Pronto lo llevará impreso cada chuletón, algo que indigestará al presidente del gobierno en cada nueva demostración simultánea de apoyo y repudio de ese ministro que le ha salido un poco rumiante.

Con el fondo cárnico de las fotos y entrevistas, la política española vuelve allí de donde nunca debería haber salido, a la granja, con un toque reivindicativo de mercado, que nos sitúa en el mundo más allá de las columnas y titulares de The Guardian, ¡qué sabrán ellos!

Muchos verán simplista y poco racional eso de ponerse ganado detrás. ¡No se equivoquen! Por fin la política española adquiere sentido en los detalles mínimos, que son los que hablan con claridad.

Con tanto político deseando manifestarse a favor de la carne española, de costillas y chuletones, de entrecots de primera y pinchitos a la lumbre ahora que la electricidad está cara, el pobre ganado no sabe bien si tanto apoyo será nocivo, que para demostrar que la carne es buena, se lleven por delante a media manada, de campo o macrogranja.

Con todo llevado a la simplificación polarizada, el ganado ha puesto a la política española en el punto de máxima irreflexión y pura demostración. Con o sin, se trata de eso; nada más allá.

Se confirma la política a tres bandas a la española, con la doble oposición: la exterior, la "derecha", y la interior, constituida por los mal llamados "socios", que siguen con su gresca amable y sonriente. De forma inaudita en cualquier país, el presidente "lamenta", pero no "cesa". Es otro rasgo que nos identifica. "Donde hay marinero, no manda patrón" y así Garzón, el ministro impecable y por libre, bocazas con fundamento a lo Arguiñano, puede desautorizar a su presidente insistiendo en que él solo habla como ministro del ramo, que es el "Consumo", por lo que hay que echarse a temblar, porque ¿qué no es consumo?

En RTVE leemos, para gloria de la Ciencia Política, los lamentos del presidente Sánchez: 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lamentado "muchísimo" la polémica suscitada a raíz de las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, respecto a las macrogranjas, al considerar que no se corresponden con la realidad del sector ganadero ni con el trabajo que hace día a día el Ejecutivo. Sánchez ha defendido en todo momento la "calidad" de la carne que produce España y ha eludido responder si el ministro hablaba o no a título personal.

Sánchez se ha expresado así una entrevista en la Cadena Ser al ser preguntado por el revuelo provocado por las declaraciones de Garzón en las que criticaba el modelo de las macrogranjas españolas, al señalar que exportan carne "de peor calidad", y sobre si suscribía estas afirmaciones.

"Lamento muchísimo toda esta polémica porque estamos hablando de un sector que produce una carne de extraordinaria calidad", ha dicho el presidente, antes de apuntar que el sector cárnico en España sigue los máximos estándares de la normativa española y europea.

Sánchez ha evitado opinar si Garzón hablaba a título personal o como ministro (tal y como insiste el titular de Consumo) y sobre si suscribía esas afirmaciones, pero ha señalado que "más allá de las declaraciones, el Gobierno se expresa en el Boletín Oficial del Estado, en las políticas que pone en marcha y en los acuerdos que logra con el sector agrario".*

 


¿Solo delirante?

Mientras los políticos se abalanzan sobre el ganado, la ciudadanía se abalanza sobre los políticos en cada esquina convirtiendo cada aparición pública en un escándalo de petición de dimisiones que fuerza al presidente de todos los españoles a consumir más carne, a visitar más granjas y apoyar más al enfadadísimo sector, que algunos llaman el "lobby cárnico" en apoyo del ministro.

La oposición, por su parte, intenta hacerse con ese espacio, el de la reivindicación de la carne, luchando en lo que han calificado como "la batalla del chuletón", otra metáfora sublime y esquiva salida de la boca del presidente. ¡Doy gracias por no tener que explicar la política española a mis hijos!


El impecable Garzón le ha dado a la otra oposición el arma que les permite, retratándose ante unas vacas, atacar al presidente. Garzón y demás siguen con su campaña de demostración de que ellos son el verdadero progreso, la modernidad ecológica y planetaria, que lo del PSOE es puro acomodo a las circunstancias. ¡Si las vacas votarán! se decían hoy con maldad en las televisiones, ¡pero no votan!, se respondían ellos mismos. ¡Una gran verdad! Aunque de seguir insistiendo en esto del bienestar animal, sus derechos, etc. podrán tener apoderado, no como los toreros, sino como votantes in pectore.

Esto ha llegado a un nivel que los propios medios no saben ya cómo tomárselo, si a chirigota o por la tremenda. Lo cierto es que se les salta la broma con tanto ganado de fondo. Ya se había criticado al presidente andaluz por hacer su mensaje de salutación del año desde un bar como fondo, con su cervecita, que debía ser interpretado como un apoyo al sector de la hostelería. Pero lo del ganado lo supera. "España", como decía la vieja canción, "huele a pueblo".

 


* "Sánchez defiende la calidad de la carne que produce España y lamenta "muchísimo" las declaraciones de Garzón" RTVE.es 10/01/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220110/sanchez-carne-garzon/2251782.shtml