Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Seamos serios. El Festival de Eurovisión es un festival relativamente musical. Descubrir a estas alturas que dentro de ese "relativamente" entran factores de todo tipo, especialmente económicos y políticos, no deja de ser una experiencia naif. El Festival ha sido siempre más o menos discutido y discutible, pero que los cambios del mundo lo hagan tambalearse se ha manifestado este año al menos en dos sentidos: la prohibición de tratar de "política" y el asunto de la manipulación de los llamados "tele votos".
El primero tiene su origen en una Europa dividida, con raíces variadas, para evitar conflictos. Era una forma de plantear una idea de neutralismo y una imagen mitificada de la música y el arte como superación posible de los conflictos. Esto era posible cuando los jurados estaban bajo control y eran los únicos que emitían votos. Incluso entonces estaba aquello de las alianzas tradicionales, de las simpatías entre países y el tú me votas y yo te voto en alianzas inconfesables. Nadie se sorprendía se daban por descontados muchos votos. Pero esto de este año es otra cosa, en al menos los dos sentidos expresados anteriormente, las amenazas por la prohibición de "hablar de política" y la cuestión de los votos emitidos por un presunto público.
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| El País |
Eurovisión prohíbe bajo amenaza de sanción el hablar de política. Amenaza a España en concreto por sus comentarios durante la actuación de Israel. Es una situación que la propia Eurovisión ha creado de forma claramente autoritaria que ha llevado a la siguiente acción ante la amenaza de sanción:
RTVE ha emitido este sábado, antes del inicio de la final del Festival de Eurovisión, un vídeo con un mensaje en el que proclama: "Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina".
El vídeo —sin sonido, con el mensaje en letras blancas sobre un fondo negro y de 16 segundos de duración—, se ha emitido por La 1 en los instantes previos al arranque de la final del festival.
Este sábado, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del Festival de Eurovisión, ha advertido por carta a Radio Televisión Española de posibles sanciones en el caso de que durante la final se repitiesen los comentarios realizados en la presentación de la canción de la representante israelí, Yuval Rapahel, durante la segunda semifinal del certamen.
Al llegar el turno de la actuación de Israel en la final de este sábado, los comentaristas se han limitado a presentar a la intérprete: "Yuval Raphael, una cantante que procede de los alrededores de Tel Aviv". Han puntualizado que su talento musical era desconocido hasta hace poco y han explicado que su sueño siempre ha sido ser cantante, antes de presentar el título del tema y hacer una mención a su compositor.*
RTVE ha sido "obediente" ante lo que se le imponía, pero ha encontrado el hueco necesario para decir lo que debía.
Más allá de esto, la selección de la cantante israelí era también un "mensaje político" nada sutil. La cantante se ha presentado como una víctima de los secuestros de Hamás. No dudo que lo sea y que no haya sufrido lo suyo, pero no por ello deja de ser también un mensaje político, ya que su historia se ha contado, repetido y recordado. ¿No es política? Quizá, siguiendo el modelo, algunos países deberían haber elegido representantes palestinos. ¿Por qué no? No hay ninguna regla que diga que los representantes deban ser de los países que representan. Es una idea que brindo a las autoridades de cualquier país de la Unión: que permitan un representante de los países de Eurovisión de origen palestino, intérpretes que haya sufrido bombardeos, pérdidas familiares, destrucción de sus casas, etc.
La otra cuestión es la del voto popular, que ha sido cuestionado por la propia RTVE, que ha pedido una auditoría:
Durante la primera semifinal, el televoto de España estuvo formado por 774 llamadas, 2.377 SMS y 11.310 votos online. Unas cifras que aumentaron sustancialmente en la final: 7.283 llamadas, 23.840 SMS y 111.565 votos online. Esto se tradujo en 12 puntos a Israel; 10 a Ucrania; 8 a Polonia; 7 a Estonia, 6 a Finlandia; 5 a Suecia, 4 a Austria; 3 a Albania; 2 a Noruega, y 1 Francia.
Ucrania e
Israel, ganadoras en televoto en semifinales
Las diez canciones que más votos obtienen son a
las que se les dan los puntos. "No hay diferencia muchas veces entre
quedar el once en las votaciones de las audiencias y quedar el número 26,
porque lo que te llega es un cero a tu casillero", explica a TVE, el responsable
de información musical en EFE, Javier Herrero.
Durante las semifinales, donde no hay jurado, los
ganadores fueron Ucrania e Israel. En la primera, los ucranianos recibieron 137
votos, seguidos de Albania, con 122, y Países Bajos, con 121. En la segunda
lideraron Israel, con 203 votos; Letonia, con 130; y Finlandia, con 115.
Cada persona puede emitir hasta 20 votos. "No tiene sentido que un único país utilizando recursos económicos adultere Eurovisión", considera el director de Eurovision-spain.com, José García.**
Creo que la cuestión está clara, que la multiplicación casi exacta por diez de semifinales y final es bastante clara. La idea de los 20 votos por persona deja en evidencia que el sistema no es precisamente "justo" o, por seguir la idea expresada, el dinero determine que un país pueda ganar por investir en votos.
Basta con ver cómo el gobierno Israelí ha tomado las votaciones populares como una especie de "referéndum" aprobatorio de su gestión genocida de Gaza, con más de cincuenta mil muertos por el momento.
Creo que es esta manipulación transfiriendo a Europa lo que Eurovisión ha permitido, es decir, silenciar a los europeos y dar todas las voces a Israel lo que ha hundido el sistema, que ha quedado más que tocado para el futuro.
En tiempos de redes sociales, de híper comunicación, es muy fácil invertir y manipular, crear cuentas falsas suficientes como para que emitan veinte votos cada una, por ejemplo. Si antes era cuestionado el sistema, ahora lo es por partida doble: por manipular y por hacerlo políticamente.
Cuando en Eurovisión no se jugaban nada, a nadie le importaba demasiado; pero ahora hay una guerra por medio, una presión hacia Israel por sus excesos mortales contra la población civil, condenada a no recibir las ayudas que los propios europeos envían.
El hecho de que importan más los hechos que las canciones es aprovechado por unos y otros, votando y no votando, pero lo inadmisible es la condena al silencio. No merece la pena participar. Al menos que no nos manipulen.
No reivindico a nadie, pero sí digo que Israel (no su representante) no han ganado en Europa en el sentido que su gobierno quiere dar a entender. El modelo de Eurovisión está obsoleto desde el momento en que permite a unos hacer y no ser cuestionados y a otros callar o ser sancionados; que convierte el resultado comprado en voluntad popular sin serlo.
** "RTVE pide abrir un debate sobre si los conflictos bélicos condicionan el televoto en Eurovisión" RTVE.es 18/05/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250518/rtve-pide-debate-televoto-eurovision/16585520.shtml







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