domingo, 31 de marzo de 2024

Cosas que ocurren en un estadio y que nacen fuera

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Parece que ayer ha sido un día especialmente intenso en lo relativo al racismo en dos estadios de fútbol Los incidentes se suceden desde hace tiempo y hoy copan los titulares... deportivos.

Nos empeñamos en tratar estas cuestiones como "deportivas" cuando son indicadores más amplios de lo que podríamos llamar "pérdida de ciudadanía" y "deterioro de la convivencia". Los medios tienen en esto un efecto perverso de lo que técnicamente se llama "framing" o "enmarcado". La teoría en Ciencias Sociales que se deriva de este concepto es precisamente que el enmarcado tiende a explicar cómo enfocamos e interpretamos diversos acontecimientos. En esto los medios son esenciales. "Enmarcar" un incidente de racismo como un acontecimiento "deportivo" es una forma de situarlo en un punto determinado y, por ello, alejarlo de otros. De esta forma quedamos a salvo del incidente, algo que ocurre en los estadios y no en otros lugares, algo que se inserta en la competición, en el acaloramiento del partido, etc.

Sin embargo, ese enmarcado nos evita considerarlo como el crecimiento de un déficit democrático, que parte de la igualdad de todos y del respeto mutuo. Los insultos en los espacios públicos, en partidos o manifestaciones, son signos claros de esa "pérdida de ciudadanía". En la ciudadanía se deben incluir valores que, hoy por hoy, estamos perdiendo de forma acelerada. Lo que ocurre en el deporte, especialmente en el Fútbol, solo es una pequeña muestra del problema social. No nace y muere en el estadio; solo es allí donde se ha creado un espacio de impunidad, de anonimato que permite desahogar eso que en otros lugares sociales tiene un mayor riesgo de detección. Es una mala costumbre espacializada, adaptada a un espacio y tiempo: el partido.

La creencia en que pagar una entrada da derecho a vejar al resto de los humanos, ser racista, violento, insultante... está demasiado extendida. La idea que dentro de un grupo no somos responsables porque es lo que todos hacen lo está igualmente.

Lo incómodo socialmente, políticamente, deportivamente... es que nada de eso desaparece ni en el grupo ni en la representación mediática, que lo califica dentro de incidentes deportivos. Es social y representa ese deterioro del que estamos hablando como un síntoma más de algo realmente preocupante.

La idea de que es algo "juvenil" tampoco sirve para taparlo como tantas otras cosas "juveniles" como los acosos en escuelas, institutos y redes sociales. Aquí el "acoso" se manifiesta a través del racismo, unos días, y del enfrentamiento con los rivales, todo un ritual de salida de la violencia.


Todas las cosas positivas que se dicen del deporte se incumplen aquí. No es escuela de caballerosidad, de valores, como algunos señalan ingenuamente, sino que, por el contrario, es el espacio donde se liberan las malas costumbres; es un espacio de agresividad y falta de respeto. En esto mucha responsabilidad es de los propios clubes que fomentan la rivalidad para llevar a la gente a las gradas, de los medios que polarizan los enfrentamientos para atraer lectores y espectadores.

Pero el gran ejemplo de la polarización y del insulto lo está dando la clase política con su falta de respeto a los otros. Quemar o golpear muñecos, lanzar insultos, etc. no es precisamente el mejor clima para la convivencia social.

Los medios nos informan de vez en cuando de casos en que se ha hecho llamar la atención a padres asistentes a partidos infantiles. Supongo que solo se llega a eso en casos extremos, pero basta para asistir a algunos de estos partidos para ver la vergüenza que pasan los propios hijos en estas situaciones ante el comportamiento de estos.

El racismo crece. Eso es lo que nos dicen las cifras de este "país feliz" sobre el aumento de delitos de odio. El fútbol es el espectáculo deportivo mayoritario, donde es más fácil camuflarse individualmente y actuar colectivamente. Es un espacio de impunidad que si no se actúa irá a más.

Entre el público ya se dan las divisiones respecto a estos actos. Se producen los enfrentamientos en los que unos recriminan las acciones de los otros. Es un principio, pero hay que ir más allá y aquí solo hay dos formas: las sanciones individuales y las colectivas. Las primeras son de diferente orden, de la expulsión del club a las denuncias por delitos de odio. Las colectivas recaerán sobre el club con cierres o pérdidas de puntos. Es mucho el dinero que se mueve en el fútbol, lo que explica la pasividad de algunos por temor a percibir menos ingresos.

Pero hay muchas medidas, como la retirada de la publicidad por parte de los anunciantes, por ejemplo, además de cierres y otras sanciones deportivas. No se puede mandar el mensaje de que el racismo es incontrolable en cualquier ámbito, especialmente en el del deporte que tiene amplia resonancia mediática.

Las imágenes del portero de un equipo lanzado contra los que le insultan tras la portería no deberían volver a repetirse. Hacen falta medidas y más didáctica de valores. Llevamos unas semanas incidiendo en esto porque los indicadores nos llevan a un incremento de su pérdida.

Esto nos afecta a todos. La falta de valores se manifiesta en un crecimiento de la delincuencia, como hemos visto, del acoso, de la polarización social, en resumidas cuentas, de dejar de creer en la sociedad como un espacio de convivencia. Hay que decirlo en las escuelas, en los medios, en las ruedas de prensa, en los parlamentos... Hay que denunciarlo en todas ellos y señalar claramente los comportamientos xenófobos y racistas que saltan por diversos espacios sociales, de estadios a fábricas. Estas cosas ocurren en los estadios, pero nacen fuera. No debemos engañarnos en esto. No es solo un mal "comportamiento deportivo"; es una forma de agresión social, de odio a las personas. Esto empieza a justificarse como un comportamiento lícito, con corrientes que se manifiestan xenófobas y racistas en la política o en sus márgenes.

Esta sociedad, que llora porque las procesiones se quedan sin poder salir a la calle, debería llorar también por muchos otros motivos que no se pueden seguir ignorando. La polarización tiene sus consecuencias y ramificaciones. 

Hay que volver a definir, insistimos, qué significa ser un buen ciudadano, que significa una sociedad mejor. Hay que sacar de lo deportivo el fenómeno y conectarlo con otros ámbitos en los que se da de forma silenciosa, pero igualmente contundente. Esto no es solo "deportivo"; va más allá.


sábado, 30 de marzo de 2024

Saturación mortal

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Hablábamos ayer de la "teoría" del Ministerio del Interior —la imaginación creativa ha aumentado notablemente con Grande Marlaska— para explicar el crecimiento notable de la violencia contra las mujeres: que se denuncia más. Según esta teoría, los datos podrían encubrir la reducción de la violencia. La peregrina teoría es una mera suposición sin justificación alguna ya que no se puede probar con evidencia.

Pero está la otra cara de la moneda, en este caso la otra cara ministerial del asunto: ¿qué ocurre con el aumento de las denuncias? ¿Qué se hace con ellas? La respuesta nos la dan en un titular de 20minutos, "Justicia admite que un tercio de los juzgados de violencia sobre la mujer están saturados", en artículo firmado por Daniel Ríos, donde se nos explica que

En diciembre de 2022, la fecha en la que están datados los últimos datos sobre carga de trabajo en los juzgados de violencia sobre la mujer, España tenía 121 de estos tribunales distribuidos por 77 partidos judiciales. Y en más de un tercio de esas demarcaciones, estos juzgados se encontraban sobrepasados de trabajo: algunos, ligeramente, y otros, como los de Palma (Mallorca), en más de un 60%.

Así lo reconoce el Ministerio de Justicia en una respuesta parlamentaria a una pregunta de la diputada Engracia Rivera, de IU e integrada en el grupo de Sumar. Según los datos proporcionados por el propio ministerio, de los 77 partidos judiciales con juzgados exclusivos de violencia sobre la mujer, nada menos que 27 tienen cargas de trabajo que exceden su capacidad. Además del juzgado de Palma, que asume ahora mismo un 62% más de casos de los que puede gestionar, otros seis partidos judiciales tienen tribunales que están muy sobrepasados y que asumen una carga de trabajo al menos un 30% superior a la que les correspondería.

Ese es el caso de los juzgados de violencia sobre la mujer ubicados en la localidad de Vila-Real (Castellón), con una carga de trabajo que excede en un 58,3% el máximo previsto. En Almería y Málaga capital ocurre lo mismo: hay un exceso de trabajo de poco más del 50%. Y cifras similares se encuentran en la madrileña Alcalá de Henares (trabajando al 145,2% de su capacidad) y en dos capitales de provincia más: Murcia (en un 143%) y Córdoba (130,4%).

Además de esos siete juzgados, Justicia admite que los ubicados en otros 20 partidos judiciales se encuentran sobrepasados, aunque no de manera tan grave. Los casos más serios son los de Algeciras (Cádiz), L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Alicante, Valencia, Pamplona (Navarra) y Madrid: en todos ellos, la carga de trabajo que asumen estos tribunales especiales de violencia sobre la mujer supera el 20% el máximo previsto. Otras seis demarcaciones asumen al menos un 10% más de casos de los que tienen medios para atender: es el caso de los juzgados ubicados en A Coruña, Castellón, Sevilla, Zaragoza, Cartagena (Región de Murcia) y Móstoles (Madrid).*


A Justicia no le valen las excusas de interior. Haya más o menos violencia, la realidad de las denuncias es clara y contundente. La saturación se puede ver desde dos puntos de vista: como hace Interior o como hace Justicia. Sin embargo, los hechos son contundentes y preocupantes, máxime cuando hay víctimas de violencia mientras esperan a que se apliquen las medidas judiciales pertinentes. Con la saturación, Justicia se ve desbordada, los procesos se ralentizan, las medidas tardan en llegar y... las víctimas se acumulan. Son especialmente preocupantes los casos en los que se ve claramente que los ataques a las mujeres se producen por esa saturación, es decir, por la incapacidad de defender realmente a las mujeres amenazadas por sus parejas. La dilación en el tiempo por la saturación es además un aumento de la angustia por la sensación de inseguridad que perciben ante la tardanza de las medidas judiciales que necesitarán igualmente de medidas de protección porque decirle a un asesino que se mantenga alejado de su víctima, especialmente si tiene pensado rematar con su suicidio, no suele ser muy eficaz.

Entiendo que esta situación debe ser desesperante no solo para las víctimas sino también para los propios ministerios implicados que saben que es la incapacidad de resolver lo que tienen delante por falta de recursos les lleva a una situación límite. Solo les queda la protesta, la denuncia de su situación para tratar de obtener más recursos y, sobre todo, salvar su propia responsabilidad en ello. No dan más de sí.

Lo preocupante es que esta falta de recursos es la misma queja que tenemos en Sanidad, en Educación y en todos aquellos servicios que necesitan de inversión urgente. Esto llega a la propia Guardia Civil, que se ve diariamente acosada por los narcotraficantes ante la inferioridad de su material de trabajo, algo que tenemos hoy mismo en los medios y que causó recientemente dos muertes. Nadie sabe cuál es la excusa del ministro esta vez. Algo se le irá ocurriendo.

El ministerio de Justicia tiene una respuesta estándar, como se señala en el texto:

En su pregunta parlamentaria, Sumar cuestionaba a Justicia si "ha estudiado el Gobierno cuál es la carga de trabajo que hay en los juzgados de violencia sobre la mujer" y "qué criterios tiene para crear" nuevos tribunales. Y, en respuesta, el ministerio asegura que "se realiza un seguimiento detallado de la evolución real de la carga de trabajo en todos los partidos judiciales y, en el momento en que se aprecia un incremento significativo de la carga de trabajo, se procede dentro de la programación anual correspondiente a la creación de nuevos juzgados de violencia sobre la mujer, siempre y cuando lo permitan las disponibilidades presupuestarias, no existan otras necesidades judiciales más urgentes que atender y esté recogido" en la planificación anual.*

Es decir, nada. Nos dicen que harán lo que puedan siempre que puedan, que es lo que se viene a decir. Las tres condiciones finales suenan un poco a broma si este asunto no fuera tan serie. Pero con Interior diciendo que "hay más denuncias" y con Justicia diciendo que "cuando haya dinero, no haya cosas más urgentes y siempre que esté en el plan", el camino se hace oscuro.

Una vez más, constatamos la realidad del abandono (pongan el eufemismo que les apetezca) de los servicios públicos en diferentes sectores. Para todos ellos hay excusas, incluida la de la fatalidad, que es el último recurso.

El gobierno puede presumir de sus datos "económicos", pero si estos son a costa de la saturación de los servicios públicos, de la Policía a la Justicia, no tenemos el estado que nos hace falta. No hay nada de qué presumir.

Si, como veíamos ayer, se da un gran crecimiento de los delitos, es lógico que los juzgados se saturen, incluidos los destinados a la violencia contra las mujeres, otro de los sectores de especial crecimiento, la necesidad de aumentar los recursos es obvia. Ni siquiera la burda excusa de que aumentan las denuncias funciona. Lo que le vale a un ministerio, no vale para el otro. Hay que empezar a variar los enfoques de lo que significa "eficiencia" y acercarse a la solución real de los problemas reales.

Los problemas no son de hoy, como atestigua el titular inferior, con fecha de 2021. Un problema que solo tapan otros problemas, pero con efectos reales en la vida de las mujeres. 

El aumento de la violencia conlleva un aumento de las denuncias y los casos se acumulan, provocando una doble forma de violencia, la que padecen y la que supone la falta de atención, retrasos, etc.  En muchos casos, como nos señalan, los efectos de esa saturación son mortales para las mujeres. Eso es inadmisible, que mujeres que han denunciado, como se les pide insistentemente, reciban dosis más elevadas de violencia tras hacerlo, mientras esperan a que les llegue su turno cuando ya puede ser demasiado tarde.

* Daniel Ríos "Justicia admite que un tercio de los juzgados de violencia sobre la mujer están saturados" 20minutos 29/03/2024  https://www.20minutos.es/noticia/5231193/0/justicia-admite-que-un-tercio-los-juzgados-violencia-sobre-mujer-estan-saturados/


viernes, 29 de marzo de 2024

Crece la delincuencia

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El retrato español sigue saliendo raro, contradictorio. Esos cantos políticos al estado de una economía que crece y crece, que deja a Europa al nivel del betún, ese retrato en el que los buenos gestores de todos los colores son loados, especialmente ahora, ante la proximidad de un torrente electoral, etc. no casan bien con la realidad ni con otros muchos datos que la reflejan.

Si la economía va tan bien ¿por qué nuestros datos de felicidad, dados el otro día, se alejan, caen en picado, especialmente entre los jóvenes? De esto ya hablamos hace unos días. Pero es ahora otro dato, el del aumento de los delitos el que tampoco nos refleja esa España feliz que se nos vende cada día, desde tribunas políticas y coros mediáticos.

Lo que nos dicen, recogido en RTVE.es, es lo siguiente;

La criminalidad aumentó en España un 5,9% en el año 2023 arrastrada por el alza de la ciberdelincuencia, que fue del 25,5%, aunque también por los delitos contra la libertad sexual, con un aumento del 15%.

Según el balance de criminalidad del año 2023 publicado por el Ministerio del Interior, el año cerró con cerca de 2,5 millones de infracciones penales, de las que casi dos millones corresponden a la delincuencia convencional (un 2,1 % más que en 2022) y 470.388 son ciberdelitos.

De ellos, el 90% son estafas informáticas, que crecen un 27% con respecto al año anterior. Interior destaca que en 8 años este tipo de estafas han aumentado un 508%, dado que en 2016 apenas se registraron 70.178.*


Ninguna de las modalidades citadas es un indicador de ese estado de perfección y felicidad del que se nos habla. Dedicarse a las ciberestafas puede ser un síntoma del desarrollo de nuestras capacidades tecnológicas, pero no por ello deja de ser una alternativa criminal al empleo honesto, que es a lo que deberíamos aspirar. Sin embargo, si el empleo no es ni estable, ni está bien pagado más que para algunos pocos, etc. la respuesta es la delincuencia.

Un factor que incide en la ciberestafa es el aumento de personas mayores, lanzadas a un mundo en el que todos los servicios se automatizan, empezando por los bancos y las administraciones, haciendo que sean presa fácil de los estafadores que buscan quedarse con pensiones y ahorros. ¡Es la cara oscura de la "silver economy", donde muchos ven el futuro! "¡Mantenlos con vida mientras quede un euro en sus cuentas!", podría ser el lema. 

Sabemos de personas que han ocultado sus muertes para cobrar sus pensiones; otros han preferido una especie de secuestros cobrando ellos las pensiones de familiares y vecinos. Todo un mundo de "felicidad" a la española sobre el que necesitaríamos un nuevo García Berlanga que lo llevara a las pantallas para vergüenza de muchos.

La delincuencia en España se está dividiendo en tres grupos, la de los ricos que roban para ser más ricos, la de los nuevos ricos a base de pelotazos (los casos a lo Koldo, a lo Rubiales, etc.), y finalmente las de los pobres que quieren dejar de serlo. Todos buscan subir al peldaño siguiente. Si comparamos los millones de euros conseguidos por algunos en su afán de enriquecimiento y lo comparamos con unos cuantos miles de euros conseguidos por algunas de esas bandas estafadoras detenidas recientemente lo entendemos. Vemos cómo se establece un continuo de ganancias

Todo ello lleva al redescubrimiento que en España se hace cada cierto tiempo cuando cunde el mal ejemplo: trabajar honestamente no trae cuenta. Es de tontos, decimos. Lo del "pobre, pero honrado" ha quedado definitivamente sustituido por el "que me quiten lo baila'o".

Otro factor muy preocupante es el del aumento de los delitos de índoles sexual, algo que se va produciendo a edades cada vez más tempranas.

También ha sido significativo el incremento del tráfico de drogas, casi un 10%, y de los delitos conocidos contra la libertad sexual. Interior vincula este aumento con una mayor disposición de las víctimas a denunciar.

En total, el año pasado se cometieron 19.981 delitos contra la libertad sexual, de los que cerca de 5.000 fueron agresiones con penetración, un 14,2 % más que en 2022.

En 2023 se registraron un 3,1% más de asesinatos, 336 en total. Además se produjeron 122 secuestros, un 45,2 % más que en 2002, año en el que se contabilizaron 84.

Los delitos contra el patrimonio, que representan cerca de la mitad de la delincuencia convencional, aumentaron también un 3% el año hasta casi los 900.000 casos. La mayoría fueron con fuerza en el interior del domicilio, establecimientos y otras instalaciones. Sin embargo, los robos en casas han disminuido un 2,4%, siendo también los únicos que se redujeron durante el año pasado.

Por otro lado, los hurtos han aumentado un 3,3%, en especial las sustracciones de vehículos.*

No deja de ser ya un tópico que haya más delitos contra la libertad sexual porque "se denuncia más". Es una forma de negar lo evidente, que el negacionismo que estamos empezando a padecer con claridad haga que otros datos nos hablen de que un porcentaje creciente de jóvenes no cree en eso del género, lo que algunos les venden como "ideología". Llevamos muchos años con la historia de que hay más porque se denuncia más. ¿Dejará de denunciarse más porque hay más? Sin embargo, esto contrasta con las constantes denuncias de la falta de asistencia a las víctimas, de la ralentización de los trámites judiciales, etc.


En ningún sitio se acumulan más excusas y menos autocrítica que en las cuestiones de violencia de género. Y es necesario resolver esto, pues son las vidas de muchas mujeres las que están en juego. Las excusas surgen especialmente en el sector educativo, que nos falla claramente en la definición de qué es ser un buen ciudadano, mientras que por el contrario se aprenden allí demasiados malos hábitos, como el ascoso, otro elemento creciente.


Las denuncias por saturación en todos los sectores, de médicos a policiales, de justicia a educativos, etc. son constantes. No tenemos los servicios que debiéramos y nuestro "éxito económico" se debe en gran medida a los recortes en servicios de todo tipo que vamos sufriendo. Una sociedad de servicios, ajustada, es lo que se nos niega. Somos nosotros los que debemos "ajustarnos" a lo que hay, que es cada vez menos. De esta forma se hace un estado más barato.... y queda más dinero para los negocios de mascarillas, etc.

Tenemos más delitos y menos felicidad, según nos dicen los datos. Sin embargo, los políticos viven satisfechos y se quejan de que no les agradezcamos lo suficiente todo lo que hacen por nosotros.

No se trata de ser pesimistas, sino de ser exigentes. La política se está convirtiendo cada vez más en espectáculo y en el arte de la negación, es decir, de justificar carencias que no llenan y de errores que cometen. Lo que ocurre con la violencia de género es muy claro al respecto; lo mismo ocurre con el crecimiento de otros delitos, como los que se cometen contra la gente mayor, que carece de asistencia. Somos ya un país de viejos y eso debería significar algo más que ponérselo en bandeja a los estafadores que se aprovechan de ellos. La política se aleja así de la realidad y necesita disfrazarla para eludir sus responsabilidades ante los ciudadanos a los que después pide el voto.

Ya ha habido diversas iniciativas ciudadanas, desde los lugares que "no existen" reclamando su atención hasta los "viejos" pidiendo que no se les considere "tontos". Son igualmente reflejo de esa falta de atención a una realidad cambiante que la política se empeña en pintar como fotos fijas y favorecidas.

Si estamos a la cabeza del desempleo europeo, si caemos en la felicidad (especialmente entre los jóvenes, que no ven futuro), si aumenta la criminalidad, la violencia de género, el acoso, el suicidio, etc., ¿dónde está esa mejora de la que se sienten tan orgullosos los políticos? 

Un aumento del 60% de la criminalidad en 2023 no es una broma. 

* "La criminalidad aumentó un 6% en España en 2023 y los ciberdelitos, un 25%" RTVE.es / Agencias 28/03/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240328/criminalidad-ciberdelitos-aumenta-espana-2023/16036514.shtml



jueves, 28 de marzo de 2024

Trump te vende la Biblia buena

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Indudablemente, Donald Trump se equivocó de universo. Lo suyo era haber sido un personaje de ficción capaz de ajustarse a cualquier situación, una especie de "Jaimito" o similar, capaz de protagonizar cualquier historia, de ser el héroe de cualquier chiste sin causar extrañeza. Lo de Trump, pues, va más allá de la excentricidad, más allá del desparpajo o la pérdida del sentido de la realidad. Es una especie de "Zelig", aquel personaje de Woody Allen que se transformaba en función del entorno. Trump es la constancia del cambio sin perder su esencial, algo complicado que deberían analizar los expertos en... ¿Trump? ¿Es esto posible o ante él solo queda la perplejidad?

En 20minutos podemos leer lo último (penúltimo) de Trump con el titular "Donald Trump se lanza al negocio de las biblias para recaudar dinero en plena Semana Santa: "Es mi libro favorito"" . Con información de EFE, en el texto se nos cuenta este furor lector del expresidente y ahora aspirante: 

El expresidente Donald Trump, que lleva años comercializando productos con su nombre, ha presentado en plena Semana Santa su Biblia con el eslogan "Hagamos que América ore otra vez" (Make America Pray Again) a un precio de 60 dólares (unos 55 euros).

Trump aprovecha este nuevo producto con su marca, después de las zapatillas que presentó el mes pasado, para pedir a los estadounidenses que oren y contribuyan a su campaña por la reelección.

"Todos los estadounidenses necesitan la Biblia en su hogar... y yo tengo muchas", dice Trump en el video. "Es mi libro favorito. Me siento orgulloso de darle mi aval y les aliento para que obtengan esta Biblia", añade.

Además de la Biblia, el libro contiene una copia de la Constitución de Estados Unidos, la Carta de Derechos, la Declaración de Independencia, el Juramento de Fidelidad a la Bandera". Según Trump estos textos "son parte de la Biblia USA".* 


¿Es posible? ¡Sin duda! Por extravagante que pueda parecer, todo lo que es posible, aunque inverosímil, se cumple con Donald Trump.

Creo que todo parte en él de un principio cuantificable: siempre hay gente que se creerá lo que digas por extraño, extravagante, etc. que pueda ser. Trump se compra a sí mismo, ¿por qué no lo van a hacer muchos otros? Y el principio funciona.

Una de las fotos más famosas de Trump es precisamente ante una iglesia con una biblia en la mano. Y la gente —muchos millones— la aceptaron, por muy indecente, adúltero, sobón, falsificador, mentiroso, vanidoso... que fuera; vamos, todo aquello que Antiguo y Nuevo Testamentos condenan. De lo que Trump podría presumir es de sus futuros enfrentamientos con San Pedro sobre quién es Dios.

Y, sin embargo, ya no solo se fotografía con la Biblia sino que la vende en una "edición Trump", donde vende algo más que papel. En ese extraño país que son los Estados Unidos de América, siempre ha existido es fe en el "destino manifiesto" que le convierte a sus propios ojos en una nueva "tierra prometida·, lo que les convierte automáticamente en el "pueblo elegido bis". Todo pueblo elegido necesita de profetas y de  mesías y Trump asume esos papeles como anillo al dedo, con una naturalidad absoluta.

Desde esa perspectiva, Trump no puede asumir que ha perdido unas elecciones. Eso anularía su carácter profético y mesiánico. No solo anuncia "una verdad", sino que se convierte en "la verdad".  Su narcisismo da para eso y mucho más.

Con la ampliación de la Biblia con los textos "americanos" Trump hace suyas las creencias surgidas en el siglo XIX según la cual a los norteamericanos les tocaba construir un nuevo "reino de Dios" en la tierra, algo que gustan creer muchos de ellos. De esta forma, Trump representa el "destino manifiesto" mientras que los que se le oponen representan las fuerzas del mal, lo diabólico que hay que erradicar de la faz de la Tierra.

El "hacer que América rece de nuevo" ((Make America Pray Again) es hacer que rece por él, por su triunfo electoral, y saque al país del "infierno" en que se encuentra. Así Trump puede anunciar, como ha hecho hace unos días, un "baño de sangre" si no gana las elecciones. Nadie se toma a broma esto. Ya tratamos hace unos días la preocupación norteamericana porque esto acabe con serios enfrentamientos armados con esas milicias a las que alienta, como sucedió con el asalto al Capitolio, un acto cuya intención era evitar la proclamación de Joe Biden como presidente electo.

En el Miami Herald, Brendan Rascius nos dice que Trump no ha sido el primer expresidente en vender biblias. Nos cuenta que Thomas Jefferson escribió su propia versión de los Evangelios y señala las profundas diferencias en intenciones entre ambos: 

The differences between the Trump and Jefferson Bibles, which are numerous and stark, shed light on how both men saw the role of Christianity in America, according to historians. “It would be hard to find a sharper contrast between (Jefferson’s) private, deeply thoughtful experience with Trump’s use of the Bible for political purposes,” Lindsay Chervinsky, a senior fellow at the Southern Methodist University’s Center for Presidential History, told McClatchy News.**

 Podemos reírnos de un Trump vendedor de biblias, pero no debemos infravalorar lo que supone, especialmente ante lo que queda por delante. Vendiendo biblias Trump se acerca a esos norteamericanos que le quieren ver como un enviado. Lo sorprendente es ese extraño "cristianismo" que casa poco con lo que en otros espacios podamos entender por tal, desde la humildad hasta el amor al prójimo. Pero ese "cristianismo" fundamentalista que se gastan en partes de la América profunda es algo más que peculiar y ha encontrado en esa fantasía Trump un héroe o profeta (las dos cosas) a su medida, capaz de prometerles las cosas más insólitas y confirmarles que sí, que ellos son los elegidos para traer el Reino a la Tierra.

Hace unos años comentamos aquí la aparentemente extraña relación entre unos grupos fundamentalistas cristianos estadounidenses con otros fundamentalistas islámicos. La explicación la daban ellos: sus enemigos eran los ateos. Y es que cuando se tienen las ideas tan claras, es fácil dividir el mundo en dos.


Dice Trump que la Biblia es su libro favorito. Lo contrastamos con una vieja declaración suya que nos viene a la memoria: sus libros favoritos eran los que había "escrito" él, es decir, aquellos en que otros daban forma a lo que salía por esa boca. Los demás, decía, no merecen la pena leerse. ¿Cree ahora que la Biblia habla de él? ¡Quién sabe! A lo mejor solo se trata de que otros lo crean. Pero también, una vez más, ha conseguido irritar a otra parte, los que hablan ya de "estafa blasfema" (blasphemous grift), como recoge Newsweek en su titular de ayer. Una cosa es vender zapatillas "mágicas" y otra biblias electorales.

Trump vende algo más que biblias con las biblias. Como esos vendedores de biblias puerta a puerta, te dice que la que tú tienes no vale porque la tradujeron mal adrede, que ellos venden la buena, la que de verdad te cuenta lo que quiere Dios. Y lo que quiere Dios en este caso es que votes a Donald Trump. ¡Amén! 

* "Donald Trump se lanza al negocio de las biblias para recaudar dinero en plena Semana Santa: "Es mi libro favorito"" 20minutos / EFE 27/03/2024  https://www.20minutos.es/noticia/5231249/0/donald-trump-se-apunta-negocio-las-biblias-por-semana-santa-hagamos-que-america-ore-otra-vez/


miércoles, 27 de marzo de 2024

La contraprogramación política

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

A nadie se le escapa la importancia de la comunicación en la política. La crisis abierta ayer en RTVE hace avanzar un poco más el concepto, lo lleva a extremos que no conocíamos. Ayer se producía una crítica reunión del consejo de administración que se cerraba con dos destituciones, la del director de contenido de ente público y el de su presidenta provisional.

La propia RTVE se ha limitado a pasar por encima como si se tratara de un hecho puramente administrativo, pero este no había terminado y ya teníamos en la prensa los datos que nos explicaban lo sucedido. En 20minutos pudimos leer los primeros puntos y hoy terminan de dar las consecuencias de lo ocurrido:

En las últimas semanas comenzó a negociarse el fichaje por RTVE de David Broncano y su programa La Resistencia (actualmente en Movistar Plus+, pero con el contrato a punto de caducar). El fichaje era un empeño de José Pablo López, con la idea de competir contra El Hormiguero (muy crítico con el Gobierno) con un programa de corte supuestamente progresista o contrario a las ideas consideradas de derechas, contra las que el espacio ha bromeado y hecho sátira a menudo.

Si bien Elena Sánchez no era contraria al fichaje de Broncano, sí lo fue a la desproporcionada exigencia que el presentador y las productoras responsables de La Resistencia, El Terrat y Encofrados Encofrasa, que pedían un contrato blindado de tres años, con un coste total de 42 millones de euros, vigente de septiembre de 2024 a julio de 2027, independientemente de la audiencia que hiciera el programa.*


Si todo esto es cierto, si es cierto que desde RTVE, un ente público, se intenta contraprogramar a aquellos programas que puedan ser críticos con las políticas del gobierno, para restarles audiencia —en este caso, contra El Hormiguero— habríamos dado un paso más en el dibujo de un panorama cada vez más totalitario en donde los espectadores/votantes/ciudadanos solo seríamos carne de urna, leves fragmentos que se busca construir como una "opinión" favorable por cualquier medio. Según esto, RTVE solo sería una herramienta actractora a cualquier precio para conseguir alejar a los espectadores de las "malas influencias" de aquellos programas que fueran críticos con las políticas gubernamentales, incluidos sus figuras.

La política habría conseguido hacerse con aquellos programas capaces de distraer y, de paso, reforzar con un programa crítico con la oposición. Resaltamos que no se trataba solo de ideologizar, cosa que ha ocurrido con frecuencia, sino de contraprogramar, es decir, de tratar de reducir la competencia de un programa poco afín para reducir su efecto sobre la opinión.

Los intentos anteriores de hacer una televisión de "calidad", más centrada en la cultura y en la independencia de sus profesionales, en su libertad para trabajar y fijarse objetivos diferentes a los políticos y comerciales, han fracasado en beneficio de este panorama que hoy se nos dibuja, pero que lleva esbozado bastante tiempo.

El Mundo

La televisión pública es un plato lo suficientemente sabroso para los políticos, que no renuncian a su manipulación en diversos sentidos. Pero creo que no se había llegado tan lejos ni de forma tan evidente.

Ya sea por lo que supone de contenidos, de contraprogramación o de vulneración de los sistemas de contratación previos, con una condiciones insólitas, esto constituye un gran escándalo que nos debería afectar a todos, una muestra de cómo solo somos piezas en un tablero a manos de la política y los políticos, que absorben una cantidad enorme de atención gracias a todo tipo de argucias.

La política hoy es el centro de atención mediático. Los políticos ya no hablan entre ellos (solo se insultan), sino que se dirigen a nosotros las veinticuatro horas del día. Su actuar es una escenificación dirigida a esas audiencias que se les escapan ya, aburridas, saturadas por sus mensajes repetitivos y burdos. El activismo político hoy es acción comunicativa, escenificación. Por ello, lanzarse a controlar el único medio que queda como masivo y controlable es un intento de salvarse en el tormentoso mar de la desafección política.

La resistencia es un producto de influencia, un centro de atracción para intentar llegar  a las masas que se resisten a escuchar, que huyen de los noticiarios, absorbidos por la clase política. Se trata de llegar a la audiencia, a los votantes, a través de medios indirectos, influyendo, no disertando. Por eso se busca a estos personajes que, como Broncano, tienen sus seguidores fieles, por un lado, y enfrentarlos a la misma hora con un programa similar, El hormiguero, de ahí la contraprogramación.

La renuncia de RTVE a ejercer como una televisión pública y común, con efectos culturales es una de las claves de este país dejado en manos de una forma irresponsable de hacer política, una forma que desatiende los vacíos culturales e incluso los provoca en su provecho.

Lo que hace tiempo vemos en la televisión pública no es casual, incluso ha provocado la rebelión de muchos de sus profesionales hartos ya de ser instrumentos de partidos y aspectos comerciales. El reciente y absurdo concurso sobre quién ha sido el "español más importante" es un muestra de zafiedad, de absurdo, de justo lo que no debe ser una televisión pública. En los informativos, igualmente, los buenos profesionales que tiene la casa se ven muchas veces convertidos en meros transmisores de trivialidad, imponiendo esta como el criterio determinante.


Las televisiones públicas no se pueden regir con los mismos criterios que las comerciales, es algo que debería ser evidente y que sin embargo no se aplica. Informar con honestidad y formar con inteligencia deberían ser los criterios, pero es justo lo que no se cumple. El control político, directo o indirecto, lo impide. Cada vez es más obvio que la política lo quiere todo, máxime cuando las cosas están muy ajustadas, como ahora ocurre y unos puñados de votos deciden todo. Se mira al segundo el tiempo que se dedica a los "líderes", que programan sus actuaciones para ser escuchados en los momentos más adecuados a sus fines; se debate sobre ellos mañana y noche, sobre lo que han dicho o han dejado de decir. Pero, una vez que la gente se harta, se recurre a las formas indirectas de influencia, las de aquellos programas no políticos en los que la gente se refugia huyendo de la presión. Esto es especialmente importante en los sectores jóvenes que cada año entran por edad en el voto. Los intentos de bajar el voto hasta los 16 años no son casuales, sino el resultado de un cálculo preciso que pueda servir en las urnas.

Lo ocurrido ayer es un escándalo político de primer orden. Es una afrenta a la ciudadanía en su conjunto, a la que se considera una masa manipulable, sin respeto alguno. Es una afrenta a la propia institución, que se rebaja en su consideración, en su papel social y cultural. Es un desprecio a sus propios profesionales, obligados a competir en zafiedades y banalidad para "prosperar" en la casa y ser valorados.

La crisis no se ha saldado de forma salomónica, con dos ceses, sino que no ha hecho más que empezar. Ahora a los políticos les queda convencernos de que esto no es cosa suya, que son diferencias de criterio sobre cómo llevar el ente público para su mejor desarrollo.

* Isra Álvarez "Las claves del Consejo que hizo saltar por los aires la dirección de RTVE, con el fichaje de Broncano como detonante" 20minutos 27/03/2024 https://www.20minutos.es/television/las-claves-consejo-que-hizo-saltar-por-los-aires-direccion-rtve-con-fichaje-broncano-como-detonante-5230844/


El Debate


martes, 26 de marzo de 2024

¿Quién es la "economía"? o los ricos sin saberlo

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El que no se consuela es porque no quiere, advertía el dicho popular.  En RTVE.es titulan "El INE confirma que la economía española creció un 2,5% en 2023 por la fortaleza del consumo", un artículo firmado por Diana Fresneda.

Cuando peor suelen estar las cosas, los titulares gloriosos tienen a justificar la realidad, a mostrarlo desde un punto de vista positivo que nos hace dudar. ¿Quién es la "economía"? ¿Es "alguien" o es una "figura retórica"? ¿Cuando la economía "va bien, vamos bien? ¿La "fortaleza del consumo" significa que estamos todos "fuertes" o solo algunos? ¿Qué ocurre cuando unos datos dicen unas cosas mientras que el resto dicen lo contrario o se alejan mucho del retrato de la realidad que dicen mostrarnos? ¿En qué consumimos con tanta "fortaleza"?

A más de uno le habrán surgido estas dudas cada vez que leemos esos titulares con los que la prensa se contradice a sí misma con el resto de los titulares publicados. Qué pensamos cuando leemos que:

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado este martes que la economía española repuntó un 2,5% en el conjunto de 2023, una décima más de lo esperado, y se situó a la cabeza de las principales economías de nuestro entorno. Pese al estancamiento de la zona euro por el alza de los tipos de interés, el mercado laboral resistió y tiró con fuerza del consumo privado mientras las exportaciones resistieron el envite en un contexto internacional de incertidumbre.*

¿Se siente usted (o yo) en esa "economía" que está a la cabeza de Europa? Yo no y probablemente usted tampoco. Pero estas cosas mediáticas están pensadas para que usted se sienta orgulloso, parte de algo grande y eficaz, justo lo contrario de lo que usted siente la mayor parte del año.

La noticia constante en la página de RTVE.es, la que no se va nunca, es el listado de las gasolineras más baratas en España, para que pueda usted ahorra tres o cuatro o cinco eurillos al llenar el depósito. No es el único medio que lo tiene. Estará allí por algo.

Los datos del empleo, tan felices, entran en contradicción a las quejas de que muchos de ellos son "basura", contrato y despido en un puente o fin de semana. Vaya usted a algún restaurante y verá, casi con todo probabilidad, personal distinto cada vez que vaya, algún fijo y el resto por conocer, como me sucede a mí cuando voy a un restaurante de comida rápida el fin de semana. Conozco otro que cambia cada mes de personal. Allí nadie es fijo; nadie sobrevive al final de mes. Podríamos seguir los ejemplos sobre el mundo que vemos a nuestro alrededor.

Entonces nos produce cierta extrañeza leer que: 

En palabras del ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, los datos publicados por el INE "confirman la buena marcha de la economía española": "Frente a las predicciones catastrofistas y los relatos sesgados, las cifras son claras e incontestables", ha recalcado en un mensaje remitido a los medios.

Cuerpo ha destacado que los datos de crecimiento vienen respaldados por cifras récord en el empleo, con la afiliación rozando los 21 millones de personas; y una inflación que se ha reducido en ocho puntos en apenas un año y medio, lo que a su juicio atestigua que “su moderación está siendo compatible con el crecimiento”.*

¿Será que cuentan mal? No lo creo, pero las cifras se pueden presentar de muchas maneras. Se pueden crear categorías que den al final lo que ninguna refleja realmente: a usted o a mí, el hecho de que a unos les vaya bien a otros mejor y a otros muy mal.

Yo no dudo más que de la distancia existente entre lo que las cifras de la economía dicen y lo que dicen los que la viven día a día mal que les pese. Es decir, lo que va de los conceptos a la realidad, de la teoría a las personas.

¿Están incluidos en esa fortaleza del consumo los koldos, amigos de koldos y tíos bernis de toda España? ¿Están incluidas las parejas, las esposas y esposos, novios y novias, de personas influyentes deseosas de que ocurran otro pelotazo pandémico? Quizá la pandemia sea un buen ejemplo de la radicalidad de la economía: ¿podemos decir que la pandemia fue una buena ocasión de hacer crecer la economía de algunos y aceptarla como un bien? Es indudable que algunos (todavía no sabemos cuántos) hicieron su agosto (sabia expresión sobre la economía turística). Ahora bien, ¿cómo se contabilizó eso?

Hay muchos datos que no nos hablan de esa abstracción llamada "economía", por la debemos sacar pecho en Europa. No, la verdad. Esos datos hablan de viviendas, de empleo, de salud, de precariedad, de carencia de servicios, de una España vaciada y otra especulativa, de centros de diferente tipo cerrados, de hacer kilómetros para ir a una escuela, banco u hospital... Nos hablan de muchas cosas que aquellos que viven en pisos de millones de euros pagados por los impuestos de todos no pueden entender.

En tiendo que haya gente feliz con esta situación, incluidos los ministros, diputados, senadores y demás casta en cada nivel, pero no son los comunes. Que sumando, dividiendo, sacando medias, etc. sale un país puntero y feliz, pues estupendo. El que no se consuela es porque no quiere, como ya dijimos. Felicitemos, pues, a la economía española por su buen estado y esperemos estar pronto a su altura.

¿Somos ricos y no lo sabemos? Nada más fácil que mover las cifras, nada más difícil que mover la realidad.


* Diana Fresneda "El INE confirma que la economía española creció un 2,5% en 2023 por la fortaleza del consumo" RTVE.es 26/03/2024 https://www.rtve.es/noticias/20240326/ine-pib-economia-espana-2023/16032428.shtml