Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mucho
me temo que alguien le ha hecho una jugarreta al Papa Francisco en los Estados
Unidos. El éxito de la visita se tenía que pagar de alguna manera y esa manera
tiene nombre y apellidos: Kim Davis. Recordarán los lectores de este blog que
es el nombre de la funcionaria que se negó a dar trámite a las licencias de
matrimonios del mismo sexo en su condado alegando "objeción de
conciencia" y que ella seguía la "ley de Dios". Los jueces la condenaron
por desacato y la derecha ultraconservadora la ha querido convertir rápidamente en una
inspiración electoral. Tras hacerla pasar por sesiones de belleza para que
abandonara cierto aire de madre de Carrie que no actuaba a su favor en estos
tiempos mediáticos, la funcionaria ha sido convertida en una especie de heroína paseada de un lugar a otro.
Los
jueces tenían muy claro los motivos para encarcelarla: un funcionario puede
tener conciencia, pero obstruir la administración, sabotearla, etc., son cosas
que van más allá de la conciencia. La conciencia, que nadie le dice que no
tenga, le debe hacer dimitir, pero no negar el derecho de los demás, en este
caso, casarse conforme a las leyes aprobadas.
La
prensa de Estados Unidos da en sus primeras páginas la noticia de que el Papa
Francisco había tenido una audiencia privada con la funcionaria, que todo sea
dicho, no es católica y probablemente hasta tenga esa imagen negativa que tienen
muchos protestantes en los Estados Unidos. Los cuatro matrimonios de la señora
Davis, como comentamos en su momento, darían un poco de apoyo a su
distanciamiento de la Santa Sede.
La
ultra derecha norteamericana había atacado la visita papal precisamente
alegando que los padres fundadores salieron zumbando de una Europa plagada de
peligrosos papistas. Como señalaba un
agudo articulista, a los católicos se les puso en un tiempo en la lista negra
porque eran ser sospechosos de papistas, es decir, de obedecer órdenes del
Vaticano. Esta dependencia extranjera
se ha usado contra los católicos, al igual que los comunistas dependían del
Kremlin aunque hubieran nacido en el centro de Manhattan. Asís se manifestaba
una ultra conservadora articulista señalando que habían hecho muy bien en
recelar de los católicos en el pasado a la vista de las cosas que les decía el
Papa Francisco sobre América y la inmigración.
Colar a
Kim Davis en una audiencia papal era una jugada maestra. Si no la recibe está a
favor del matrimonio homosexual y si lo hace está a favor de Kim Davis, y ya lo explicará ella después a su manera. Por
cualquiera de las dos vías, los solicitantes ganaban para su causa. En este caso
son los autodenominados "Liberty Counsel", creado para el manejo
público de la imagen de la funcionaria y la captación de donaciones para la causa.
The Washington
Post lo cuenta de esta manera:
Pope Francis met with Kentucky county clerk Kim
Davis during the pope’s visit to the United States, the Vatican confirmed on
Wednesday morning.
Rev. Manuel Dorantes, a spokesman for the
Vatican, said to The Washington Post, “I do not deny that the meeting took
place, but I have no comments to add.”
The meeting between Davis, who went to jail for
six days after refusing to issue marriage licenses to same-sex couples, and the
pope was announced late Tuesday by Liberty Counsel, a religious freedom
nonprofit that is representing the elected Rowan County clerk in her ongoing
legal struggles.
Liberty Counsel said in a news release that
Davis and her husband, Joe, met privately with Francis at the Apostolic
Nunciature in Washington last Thursday. The pair chatted about bravery, then
hugged and exchanged promises of prayer, according to the news release.
The pope thanked Davis for her “courage,”
according to the press release, and told her to “stay strong.” The news release
also said Francis “presented Kim and Joe Davis each with a Rosary that he
personally blessed.”
Mat Staver, Davis’s attorney and the founder
and chairman of Liberty Counsel, told the New York Times that photos of the
meeting were expected soon from the Vatican. When asked why he delayed the
announcement until now, Staver said: “We didn’t want the pope’s visit to be
focused on Kim Davis.”*
La rapidez con la que el grupo de Davis ha hecho públicos
los datos de la audiencia privada da a entender que había mucho interés en
contar con la foto del encuentro. Pero el Vaticano le lleva unos cuantos siglos
de ventaja diplomática a los amigos de Rowan County y dijo que el fotógrafo lo ponían ellos y que ya mandarían las
fotos desde Roma con más tranquilidad.
A falta de la foto con la superestrella Davis, el Liberty
Counsel ha difundido las fotos de los dos Rosarios que le regalaron con motivo
del encuentro. No sé si le serán de mucha utilidad en su confesión recientemente
abrazada, todo sea dicho de paso.
Pero la encerrona estaba ya preparada en plena campaña electoral
de los republicanos jugando a ser cada candidato más retrógrado en sus
planteamientos de todo orden: social, internacional y con un punto de apoyo en
la campaña contra el matrimonio homosexual como un punto para ganar apoyos en
la sociedad conservadora. Desde esa perspectiva, la visita del papa se veía
como un desafío que les ha debilitado en muchos de sus planteamientos más radicales:
inmigración, derechos humanos, sexualidad, etc. Era de esperar que la jerarquía
católica, tanto en el Vaticano como en USA estuviera alerta para no cometer
errores.
The U.S. Conference of Catholic Bishops and
Staver’s spokesperson did not immediately respond to requests for comment to
The Washington Post. The Archdiocese of Washington declined to comment on the
matter.
Since his election as to the papacy in 2013,
Francis — with his outspoken criticism of global warming and income inequality,
as well as his perceived support of the gay community (“Who am I to judge?” he
said) — has become a favorite of some liberals. His reported meeting with Davis
could feel like a slap to progressives who see him — wrongly or rightly — as
their ally on the topic of LGBT acceptance.*
El problema de jugar en el plano electoralista con estas
cosas es que todo se mide en términos de apoyos o rechazos. Reunirse con Davis
podría tener más consecuencias que haberse reunido con la disidencia cubana,
por ejemplo, en términos norteamericanos. El Vaticano ha calculado
meticulosamente todos los pasos de este viaje al continente complicado del
propio Papa Francisco.
Los periodistas han querido sacar titular con el caso Davis,
pero no lo han conseguido. Señala The Washington Post:
On an overnight flight back to Rome after his
three-city U.S. visit, the pope said government employees had the “human right”
to say they cannot discharge duties that they believe go against their
conscience. The response was given to an ABC News reporter who specifically
mentioned issuing marriage licenses to gay couples as an example. Francis
did not mention Davis by name.
“I can’t have in mind all cases that can exist
about conscience objection,” the pope told reporters on the plane. “But, yes, I
can say the conscientious objection is a right that is a part of every human
right. It is a right.”*
La respuesta es absolutamente diplomática ya que
evidentemente nadie ha negado nunca el derecho de Kim Davis a tener conciencia. Es importante que no hayan logrado sacar la mención del nombre de Davis, porque ese hubiera sido un error grande.
Lo que se le ha negado a la funcionaria electa, una vez más, es el derecho a saltarse la ley e imponer
su conciencia sobre el resto, que también la tienen con los mismos derechos.
El caso de Davis es un auténtico montaje para convertir en líder de un sector de la población que está en contra del
matrimonio homosexual. Necesitan una cara y Davis la pone. Pero Davis no
representa la conciencia, sino la intransigencia y la ilegalidad, que es lo que
le dijeron los jueces. Incluso el mismo que la juzgo y condenó por desacato: A
lo mejor yo estoy de acuerdo con usted, pero yo no estoy aquí para hacer lo que
yo quiero sino lo que dicen las leyes que nos damos democráticamente. Eso lo entiende cualquiera. La señora Davis y los suyos no lo entienden y llaman a lo suyo "libertad".
El Papa no puede dejar de decir que existe el derecho a la
objeción de conciencia —¿quién lo puede negar con un mínimo de fundamento?—, pero aquí el problema es otro. La funcionaria se habría convertido en heroína legal si hubiera renunciado a su puesto en nombre de su conciencia. Pero no lo hizo; solo abusó de su puesto para imponer su conciencia convertida en ley.
Al menos les ha quedado por recuerdo un rosario.
*
"Kentucky clerk Kim Davis met privately with Pope Francis, Vatican
confirms" The Washington Post 30/09/2015
http://www.washingtonpost.com/news/morning-mix/wp/2015/09/30/the-murky-details-of-kim-daviss-alleged-secret-meeting-with-pope-francis/