domingo, 31 de diciembre de 2023

Antes muertos que revueltos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Dentro de los líos de los próximos —tal vez demasiado próximos para los dos—, siguen los enfrentamientos y desplantes entre Podemos y Sumar. En estos días los estamos tratando aquí de forma atenta porque son la confirmación de un problema de supervivencia en esta política selvática que estamos practicando: ¿qué es mejor para la supervivencia, la unión o la diferenciación?

Esto está empezando a convertirse en un verdadero problema, en algo que va de lo metafísico a lo biológico, pasando por todas las etapas posibles intermedias en función de otra variable, la local, que determina las posibilidades de cada uno en ese nivel.

Como grupos políticos, ambos surgieron con vocación de "poder". Poder es capacidad de decisión y eso implica estar en el lugar adecuado para decidir. Un grupo político que no decide es absolutamente trivial. Podrá ser "testimonial" o "crítico" señalando lo que los otros no hacen y ellos harían, pero no va más allá. Solo uno está en el poder y puede haber cientos intentando llamar la atención desde el fondo de la oposición. Deberán competir por esa atención.

Las apreturas de la izquierda, debidas a esa política de multiplicación basadas en el intento de acceder al poder (en el nivel que sea) y en la irresolución de los protagonismos personales, está dando episodios de parejas mal avenidas, de ejemplos y contraejemplos de los problemas causados por las divisiones.

Ya hemos analizado estos días el problema de la rentabilidad de radicalismo, una especie de atractor para cierto tipo de electorado activo. Hoy la prensa nos trae otro ejemplo de lo que esta situación de fondo trae. Con el titular "Las bases de Podemos en Galicia rechazan ir con Sumar a las autonómicas con el 62,36% de los votos"*, RTVE.es nos informa del resultado de la consulta realizada a las bases:

El 62,36% de los inscritos de Podemos Galicia ha rechazado concurrir en coalición con Sumar a las elecciones autonómicas del 18 de febrero, frente al 36,25% que sí apostaba por concurrir en coalición a los comicios, como se recogía en el preacuerdo alcanzado por ambas con Esquerda Unida.

La dirección de Podemos Galicia desplegó este jueves y viernes la consulta a las bases, en la que han participado 2.513 personas, para avalar o rechazar esa confluencia electoral con la formación que lidera Yolanda Díaz. De esta forma, el criterio mayoritario de la militancia es desligarse de Sumar para esta cita electoral y presentarse con su propia candidatura, Transformar Galicia, encabezada por Isabel Faraldo.

El preacuerdo que se había fraguado reservaba para los morados el segundo puesto de la circunscripción por A Coruña y el primero por Lugo, así como el tercero de Orense y el cuarto por Pontevedra, mientras que Sumar se queda con el primer puesto en Coruña y Pontevedra, con más posibilidades de lograr escaño.*

El hecho es un episodio más en la guerra de identidades y estrategias que se está dando dentro del terreno de la izquierda. En resumen, podemos hablar de varias posiciones estratégicas con objetivos distintos. La primera línea habla de "la unidad de la izquierda para ganar a la derecha", mientras que la segunda prioriza la "línea identitaria" intentando derribar el obstáculo hacia el poder, que no es otro que el rival de las coaliciones.

En la primera línea se llama a la participación común; es la línea que han desestimado las bases de Podemos. La opción elegida, no concurrir unidos, es una clara forma de distanciarse, lo que implicará dos cosas, según los resultados. Si fracasan los dos grupos, las responsabilidades se reparten, pero Sumar podrá decir que ha sido el rechazo de Podemos lo que ha permitido el triunfo de la derecha. Se arriesga pero sabe que una parte del electorado de Podemos hará la "fusión" por su cuenta, es decir, el voto útil. Votarán al que vean con más probabilidades. Los resultados de los afiliados no son los de los votantes.

Si Podemos, por el contrario, obtiene más votos, perderá también, pero habrá asestado un golpe doble, uno a Sumar, pero también otro al PSOE, que los descabalgó del poder, estableciendo a Sumar como el nuevo "socio". En la política española cada vez se actúa más en unas elecciones pensando en las siguientes. Lo que ocurra en estas habrá que tenerlo en cuenta para las siguientes; lo local es el campo de batalla de algo más amplio, lo que ocurre en los cuarteles generales, que es donde se decide realmente.

En RTVE.es leemos las declaraciones de Ione Belarra sobre el resultado de la votación de los militantes:

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha mostrado su respaldo a la candidata de Podemos a las elecciones, Isabel Faraldo, y ha valorado la decisión de los inscritos, en un mensaje publicado en la red social X, en el que asegura que en Podemos "las decisiones importantes las toma la gente" y que "una amplia mayoría de inscritas/os ha dicho alto y claro que el proyecto transformador de Podemos tiene que estar presente en las próximas elecciones galegas".

Belarra ha reflexionado que esta consulta evidencia que la gente de Podemos quiere su proyecto "sea respetado" y está "orgullosa" de lo que es el partido morado, tanto por lo realizado como por el futuro que tiene por delante. "Somos la única organización en la que no mandan los dirigentes sino la gente. Sí se puede", ha concluido.*

 Como se puede apreciar con claridad, la decisión tomada es en realidad una decisión contra Sumar y de carácter identitario, de refuerzo de la propia imagen ante los posibles votantes del partido rival.

Esa insistencia en que Podemos es un "partido" diferente, en el que la gente realmente cuenta, decide. Eso supone asignar lo contrario al verdadero rival electoral, Sumar, al que se presenta como lo contrario, un partido autocrático, donde solo cuentan los líderes.

La referencia al "proyecto reformador" que supone Podemos implica, claro, que no ven ni "proyecto" ni "transformación" en aquellos a los que rechazan. Hay que marcar las diferencias para seguir existiendo.

Pero esto conlleva también un desgaste interno, un desgarro, porque habrá dirigentes que quieran subirse a la estrategia primera, la de agrupar fuerzas para intentar desbancar a la derecha gallega, mientras que otros, muchos de los que han sido defenestrados previamente, piensan más en lo ocurrido que en lo que pueda ocurrir.

Así leemos en el cierre del texto citado:

Sin embargo, figuras históricas ligadas al partido sí marcaron opinión sobre el criterio que debía primar en la consulta. Así, el exlíder del Podemos Pablo Iglesias recomendó en una editorial de Diario Red, el medio que dirige, rechazar la coalición con Sumar y pedir el voto para el BNG.

Mientras, el cofundador del partido Juan Carlos Monedero difería de Iglesias y defendía votar sí a concurrir junto a Sumar a las elecciones gallegas para no fracturar la izquierda, pese a que su oferta a Podemos era "arrogante" y una "trampa".*

Como vemos, cada una de las posiciones nos muestra una de las dos estrategias mencionadas. Esta vez Pablo Iglesias se ha llevado el gato al agua. La escisión ya se ha producido; será algo que quedará ahí, como un canal cada vez más ancho. Las identidades pequeñas prefieren "ser cabeza de ratón a cola de león", como dice el viejo refrán castellano. Los ratones son además más pequeños y los leones se achican. La esperanza es que si otros ganan, les necesiten para gobernar con lo mucho o poco que saquen.

¿Quién tiene razón? En la política la razón la dan los hechos. Los efectos dependen de otros elementos exteriores que harán parecer más razonables unas posturas que otras. Como ocurre en muchas ocasiones, cada uno de los bandos creará su propio discurso justificativo de lo ocurrido. Todos tendrán razón y los otros la culpa. 

Antes muertos que revueltos. 

* "Las bases de Podemos en Galicia rechazan ir con Sumar a las autonómicas con el 62,36% de los votos" RTVE.es 30/12/2023 https://www.rtve.es/noticias/20231230/bases-podemos-galicia-rechazan-coalicion-sumar-elecciones/2470152.shtml



sábado, 30 de diciembre de 2023

La competencia por la radicalidad

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La guerra en Gaza es una guerra extraña, resultado de elementos locales e internacionales; es una guerra vieja y es una guerra nueva. Los intervinientes se concentran en un espacio, lo que hace que muchas personas que se encuentren en él sean víctimas y en ese continuo movimiento de desplazamiento de un lado a otro. Tiene una serie de intervinientes no oficiales que actúan desde diversos puntos complicando las acciones israelíes. La guerra en Gaza es una guerra expuesta a los vaivenes de otra guerra, la de Ucrania, por lo que la alianza entre Rusia e Irán determina las intervenciones de terceros en el campo de batalla o abriendo nuevos frentes en zonas distantes que obligan al ejército israelí a abrirse y dividir sus fuerzas en una de las estrategias más usadas en la historia bélica, la apertura de frentes diversos.

Si la guerra, desde la perspectiva israelí, se acaba con el exterminio de Hamás, es complicado que termine alguna vez. Si Israel decide controlar militarmente Gaza se puede encontrar con una guerra de desgaste que le haga seguir perdiendo apoyos internacionales y ganar, por el contrario, condenas en todos los organismos. Complicará, a su vez, a países que siguen manteniendo apoyo y suministran armas y financiación, como Estados Unidos, que no ve la forma de controlar a Netanyahu.

Pero la cuestión se complica. En RTVE.es leemos el titular "El gobierno de Netanyahu cumple un año dividido, sin apoyos y sin un plan para terminar la guerra en Gaza", en un análisis firmado por M. Charte, en el que se señalan otros problemas internos: 

Las diferencias internas sobre la guerra contra Hamás en Gaza y el futuro de la Franja están minando el gobierno de unidad israelí presidido por Benjamín Netanyahu. El propio primer ministro tiene cada vez menos apoyo entre el electorado, según las encuestas, que en cambio encumbran a su adversario político, y también miembro del gobierno, Benny Gantz

En sentido opuesto, las diferencias entre los siete partidos que forman el Ejecutivo dificultan una estrategia clara de salida, e incluso la negociación de una nueva tregua. Como muestra, este pasado jueves Netanyahu tuvo que cancelar una reunión del Gabinete de Guerra para discutir sobre la propuesta de paz de Egipto, ante la presión de sus socios del partido ultraderechista Sionismo Religioso, que exigen participar en cualquier decisión sobre el tema. 

"Hay una competición para atraer un tipo de electorado muy extremista, que desafortunadamente en Israel tiene cada vez más apoyo", advierte Guillem Farrés, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en resolución de conflictos, en declaraciones a RTVE.es.* 

El problema de un gobierno con diversos integrantes que se ve afectado por la necesidad de mostrarse más "extremista" que sus colegas coaligados por no parecer "débil" y perder atractivo electoral nos debería sonar, pues es un aspecto que hemos resaltado de lo que se está produciendo en la política española y más allá, en otros lugares en los que la fragmentación política obliga a estas competencias.

El principio es sencillo: si dos o más grupos están de acuerdo en todo son indiferenciables. La diferencia, por contra, es la forma de asegurarse la "identidad", por lo que la tendencia no es al acuerdo sino a la discordia. Netanyahu temer quedarse como el "blando" de la coalición gubernamental, por lo que la competencia es en la radicalidad. El radical destaca por su enfrentamiento al resto.

Muchas de las disputas españolas son artificiales, están destinadas a mostrarse ante el electorado como los más firmes, como los que mejor representan a aquellos que les eligieron. Las diferencias se tienen que percibir o lo pagan todos de igual manera, El que llama la atención, el que destaca, gana.

Pero con una guerra por medio esto es muy peligroso, pues el que busque algún acuerdo o tregua corre el peligro de ser presentado como traidor o como pusilánime, un juguete en manos del enemigo, al que se entrega. Salen a relucir las muertes, sacrificios, etc. realizados y de los que hace responsable al "entreguista". En caso de guerra esto supone un sinfín de problemas.

Ese "electorado extremista", señalado por el profesor Guiullem Farrés, citado en el artículo de RTVE, tiene unas enormes ventajas en el campo político: se mueve de forma clara para atraer a otros, es activista y activista ruidoso. Son los que van a levantar el dedo de la acusación contra los "traidores" que traicionan la causas. Eso ya está empezando a ocurrir.

Uno de los aspectos más citados en la prensa internacional ha sido la invocación por parte de Bejamín Netanyahu de textos del profeta Isaías para justificar la guerra con Hamás y sus planes de invasión y eliminación. De esta forma, el primer ministro arrebata una parte del discurso religioso a los que conforman su gobierno y se hace con un espacio que no será fácil de arrinconarle, el del cumplimiento de los deseos divinos en un entorno en el que se considera a Israel el "pueblo de Dios", el "pueblo elegido". La decisión deja de ser política y se convierte en una forma de acatamiento de la voluntad, Dios lo quiere.

Cada vez está más claro que la principal resistencia a la guerra es la falta de una salida racional. La guerra ha sido una respuesta inmediata a una intervención exterior y lo está pagando la población palestina. No hay solución porque cualquier respuesta que no sea la lucha continua se verá como un problema y la lucha continua facilita al acción de terceros fuera del escenario. Son Rusia e Irán sus principales beneficiarios. Mientras haya guerra en Gaza, los titulares mundiales se dividirán, a la vez que los fondos de mantenimiento; aumentarán además las críticas contras los que apoyan a Israel aunque no apoyen directamente la guerra. Finalmente, Netanyahu seguirá necesitando de la radicalidad, que irá creciendo, para mantenerse en el poder, del que la guerra se ha convertido en un elemento indispensable.

Deberíamos aprender sobre cómo esta competición radical tiene consecuencias graves para aquellos que temen verse acusados de tibios. En otra dimensión —sin una guerra real—, vemos cómo se crean situaciones de conflicto en las que muchos se ven arrastrados. Hoy las redes sociales son una herramienta de calentamiento político que da mucho poder a los pequeños radicales, que consiguen hacer llegar su voz y argumentos, comprometiendo las políticas de convivencia y moderación que han caracterizado las actuaciones anteriores. Lo vemos por Europa y América: los gobernantes ceden para evitar ser atacados llamándolos "débiles", "cobardes", "entreguistas" o "traidores", según los casos. Un problema es una ocasión de crecer, no algo que haya que solucionar. El temor a ser desbordado por radicales obliga a radicalizarse, a ponerse al frente del problema. Lo que podría haberse solucionado, sin embargo, es más rentable al no hacerlo, al estirarlo, levantarlo como banderín de enganche. Esto acaba siendo una trampa que exige cada día más radicalidad y, por ello, aleja las soluciones, alejadas de cualquier negociación posible. Ya nos advierten de la crisis, de la caída de apoyos de Netanyahu. Unos le abandonan por extremis y otros por no serlo lo suficiente.

Aprendamos.

  

* Miguel Charte "El gobierno de Netanyahu cumple un año dividido, sin apoyos y sin un plan para terminar la guerra en Gaza" RTVE.es 29/12/2023 https://www.rtve.es/noticias/20231229/guerra-israel-hamas-franja-gaza-benjamin-netanyahu-gobierno-primer-ministro/2470042.shtml

viernes, 29 de diciembre de 2023

La guerra de los nombramientos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

No hay forma. Esto de los nombramientos, como decíamos ayer, se está poniendo complicado y reivindicativo por minutos. Es como un chicle pisado, que se estirara sin fin. La cuestión se complica en las "zonas sociales sensibles", entendiendo por esto aquellas que te pueden asegurar el control de un sector activo y con poder de decisión de cara a unas elecciones o de cara a la calle y sus movilizaciones. Estos dos elementos están fuertemente unidos. Si para la derecha es la "unidad de España" o la "política familiar", para la izquierda son las cuestiones de género, es decir, lo que afecta a la mujer y a los colectivos LGTBI.

La polémica se ha vuelto a producir con el nombramiento de una de las piezas claves, el de la nueva directora del Instituto de la Mujer, un lugar de poder y visibilidad para hacer políticas y pronunciamientos de gran impacto. Para el cargo, la parte del gobierno socialista en el Ministerio de Igualdad ha escogido a Isabel García, lo que ha sentado fatal en Sumar (y Podemos, que aprovecha a meter el dedo en el ojo).

En RTVE.es dan cuenta del enfado. Tras contarnos los méritos de Isabel García en la Comunidad Valenciana, donde ha estado en cargos hasta el momento, la cadena pública televisiva señala que el nombramiento ha sido tomado como una provocación: 

La portavoz de Sumar en materia de feminismo, igualdad y derechos y libertades LGTBI, Elizabeth Duval, ha tildado de "vergonzoso" el nombramiento, a pesar de que su partido forma parte del Consejo de Ministros que este miércoles aprobó su nombramiento. 

"Envía un mensaje lamentable. El Instituto de las Mujeres no puede estar dirigido por alguien que sostiene la conspiración del borrado de las mujeres y critica la dictadura queer", ha indicado en redes sociales Duval, que forma parte de la dirección provisional de Sumar hasta la celebración de su asamblea.

Por su parte, desde el partido han tildado el nombramiento de "decepcionante" porque la dirección del Instituto de las Mujeres "no puede estar en manos de quien menosprecia e insulta a las mujeres y las personas LGTBI". "La libertad es de todas, todos y todes, o no es de nadie", ha reivindicado el partido de Yolanda Díaz en X.

A su juicio, es "especialmente grave" el nombramiento de García en un momento en el que retroceden "los derechos del colectivo LGTBI en la Comunidad de Madrid" y están "amenazados en otras comunidades gobernadas por la alianza de la derecha y extrema derecha".*


 

Parece que el choque es más frontal de lo que preveían los que hicieron el nombramiento, que parece seguir la lógica "ocupacional", es decir, la de ocupar cargos con alta visibilidad. La visibilidad es determinante ya que no solo se trata de hacer, sino de hacer ver que se hace, que es algo político en otro nivel. Esto es así porque los socios compiten para transmitir a los votantes, a la ciudadanía, que lo "bueno" que se hace es lo propio, mientras que lo que hace el otro socio es malo, incompleto o chapucero.

Hemos visto a lo largo del año anterior las acusaciones de unos y otros sobre lo "blandos", "pusilánimes" y "miedosos" que resultan los compañeros de viaje. La única solución son "ellos", que son los que han presionado para que se hiciera lo bueno. Sin ese esfuerzo, la fuerza acompañante se habría dado al abandono, entregada al miedo a hacer y nada se hubiera hecho. Así, la expresión "miedo del PSOE a la derecha", el "entreguismo", etc. estaban en boca de Podemos. Ahora le toca este aspecto a Sumar, que ha quedado emparedado entre los privilegios del poder y las amenazas de Podemos, los desplazados, una especie de "ex" celoso y vengativo del gobierno de Sánchez.

Desplazados de esos lugares, a Podemos le queda presionar y a Sumar tratar de salir de un electorado muy parecido de unos y otros, centrados en lo personal y en la confianza o simpatía.

La ex ministra Montero, la desplazada, no podía menos de terciar en este asunto presionando a Sumar y atacando al PSOE:

La exministra de Igualdad, Irene Montero, también ha criticado la elección. La dirigente de Podemos ha señalado que defender los derechos trans y LGTBI es "una obligación democrática". "Más para un Gobierno que tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir los Derechos Humanos. No olvidéis que somos más", ha reiterado la exministra en una publicación en X. "Qué viva la furia trans. Qué viva el orgullo LGTBI. Qué viva la lucha de las mujeres", ha reivindicado. *

Realmente esto está empezando a tomar un cariz muy feo y lo peor es que no tiende a mejorar. "Mejorar" es un concepto complejo en política. Para unos se trata de que aumente el barullo para poder elevar el tono y hacerse presentes en la opinión pública a la que lanzan estos conflictos; para otros, en cabio, "mejorar" es el silencio. Entre el silencio y el ruido hay muchos puntos intermedios en los que cada uno crea su propio nicho.

¿Sabían en el PSOE el revuelo que supondría este nombramiento? No sé si había personas sobre la mesa con las que podrían haber contado con menos conflicto. No le va a ser fácil a Isabel García sobrevivir a su propio nombramiento, convertida en la enemiga de lo trans. La polémica soterrada —algunas veces con estallidos volcánicos— entre los grupos feministas y otros grupos de "amplia" representación, por decirlo así, está ahí. Ahora ha estallado con el nombramiento. Es el riesgo de mostrarse demasiado. Ahora le lanzan los tuits pasados a la cara. Así son las guerras; vale todo.

La "nueva política" obliga a estas estrategias de confusión, de gresca continua dentro del sector. La noticia de RTVE.es, como hemos visto, entremezclaba los diablos de la derecha, a Díaz Ayuso, a Vox y al PP, como la tormenta que llega desde el horizonte para mujeres y grupos LGTBI. Amenaza y presagio son las dos bazas que se usan en este juego de la disconformidad llamativa.

¿Seguirá esta guerra de nombramientos, esta contestación de cada punto sensible, el que cada uno considera como "propio", como decisivo para llegar a los electores? Es probable. El modelo garantiza la presión sobre el que hace, pero también contra el que "no hace" pues la presión siempre existe por parte del desplazado.

En sí, el tema es muy complejo. En términos políticos es otra cuestión.  

* "El nombramiento de la nueva directora del Instituto de las Mujeres provoca las críticas de Sumar: "Es inaceptable"" RTVE.es  28/12/2023 https://www.rtve.es/noticias/20231228/nombramiento-isabel-garcia-directora-instituto-mujeres-criticas-sumar-transfobia-queer/2470058.shtml

jueves, 28 de diciembre de 2023

Poder

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Estamos metidos en un callejón sin salida. ¿Es posible satisfacer a los múltiples grupos que integran los grupos minoritarios que apoyan al grupo mayoritario en el poder? Puede parecer una pregunta rara en muchas partes del mundo, pero no en España, país fraccionado en grupos y subgrupos, escisiones, acuerdos cambiantes, etc.

De algo así nos habla el artículo de Álvaro Carvajal en El Mundo, con su título "Los socios de Díaz en Sumar empiezan a revolverse: "Actúa igual que Podemos"". La expresión "los socios de Díaz" ya debería ponernos sobre aviso. Implica que hay un gobierno dividido (PSOE y Sumar) una de cuyas divisiones (Sumar) se vuelve a dividir en otras muchas. Lo que pueda haber más allá es ya fruto de la individualidad inquieta que lleva a hacer rentable la separación. La tendencia descendente de la política española se mantiene y eso, claro, trae problemas ascendentes, es decir, con los de arriba. Son problemas que de abajo le llegan a Susana Díaz y de ellas hasta el PSOE, que con quien discuten.

Con la oposición se polemiza, pero con los socios se discute, algo mucho más doméstico y personal. Uno debate con la oposición, que está para eso; pero se discute por detalles del poder con aquellos que se han hecho con el ministerio o el puesto institucional para el que tenías programado a uno de los tuyos y que ahora se ha quedado sin él (y está enfadado, claro). Ese enfado por incumplimiento suele acabar mal, pues lo acaba pagando de puertas para dentro.

Puede que los políticos luchen por sus principios, pero se pelean por los cargos. Este aspecto es esencial para poder crear las alianzas necesarias para colocar al personal político en los cargos públicos.  El altruismo es algo que queda muy bonito, pero es necesario tomar con cierta prevención. Las noticias de las fuertes subidas de sueldo en estas fechas suele indicar el grado de solidaridad con el resto de la población, que les mira con recelo, pues algunas cifras rondan el 18%, que es mucho subir.

De ahí que, una vez constatado esto, la "nueva política" se haya llenado de jóvenes hartos de ser explotados y con pocas perspectivas de mejora. No hay mucho donde elegir y la política no es mala decisión de futuro en este sentido. Nunca se bajan el sueldo y puedes tener cuerda para rato.

En el artículo citado, las gentes del sub-Sumar, los partidos pequeños, se quejan de que no son tenidos en cuenta. Se han cogido sus votos y representantes, pero no sacan lo que esperaban, por lo que se produce el choque:

Fuentes de uno de esos partidos molestos expresan sin tapujos la «decepción» que sienten ante «la versión 2.0» de lo que había antes cuando mandaba Podemos. «Se está haciendo lo mismo que hacía Podemos», critican, y se está perdiendo la oportunidad de cambiar e instaurar una «nueva cultura política».

En este sentido, denuncian que todo lo que ha ido decidiéndose desde el mes de julio a esta parte se ha tomado «fuera» del órgano de coordinación de la coalición y tan sólo por personas próximas a Díaz. Hablamos, entre otras cosas, del reparto de las portavocías del Congreso y los puestos en la Mesa de la Cámara. Ése es un órgano fantasma.*


Pues está claro. Los cargos no llegan y se producen los primero tanteos molestos. Se exige la parte que toca del poder en términos "ocupacionales". ¡Tanta campaña para esto! ¡Tanto pedir el voto y ahora...! Los partidos pequeños tienen que elegir entre la presión al poder que no les compensa o desaparecer. Un partido que no satisface las ansias de sus militantes acaba condenado a desparecer.

Pero estos males solo lo son mientras no hay perspectivas. En otra noticia del mismo diario se nos cuenta lo rápido que han solucionado sus disputas allí donde aumentan las posibilidades. El titular nos lo indica: "Sumar y Podemos pactan presentarse juntos a las elecciones de Galicia tres semanas después de romper en el Congreso". ¡Pues no se ha tardado en superar la ruptura! Unas veces se presenta la "ruptura" como una cuestión de principios y otras veces se presenta la "reconciliación" como una cuestión de principios. Por principios que no quede. Lo importante es que quede claro quién ocupa qué.

Sumar y Podemos han llegado a un acuerdo para presentarse en coalición a las elecciones de Galicia del próximo 18 de febrero apenas tres semanas después de romper en el Congreso, donde los morados dieron un portazo unilateral a la alianza de las generales para marcharse al Grupo Mixto.

Ahora las dos fuerzas políticas hacen de la necesidad virtud y han alcanzado un nuevo pacto que, a falta de una ratificación formal por cada una de las partes, unirá otra vez sus destinos en unas elecciones. En este caso, las gallegas. Esta alianza contará como tercer gran actor político con Esquerda Unida (EU), la marca gallega de IU, la federación a la que pertenecía la líder de Sumar, Yolanda Díaz, hasta 2019. A estos tres partidos se sumarán otros más pequeños como Equo o Alianza Verde.

Esta conjunción de fuerzas no tiene otro objetivo que volver a entrar en el Parlamento de Galicia, donde el espacio de la izquierda alternativa al PSOE desapareció después de las elecciones de 2020 después de un estrepitoso resultado que les dejó sin ningún escaño. Para conseguir ese regreso, Díaz lanza como candidata a la gallegas a Marta Lois, una persona de su absoluta confianza y a la que nombró en agosto portavoz del Grupo Parlamentario de Sumar en el Congreso. Sin apenas tiempo para asentarse regresa políticamente a Galicia, donde ya ejerció como concejal en Santiago.**


Esto de las "marcas" de unos y otros está "marcando", perdón por el juego de palabras, la política española, que se vuelve confusa, contradictoria y, lo peor de todo, demasiado personalizada. Es alrededor de la persona, de sus filias y fobias, como se construye el partido mínimo que participará en algo más amplio que, a su vez, formará parte de algo más amplio, con posibilidades de llegar a un gobierno en algún nivel.

Esto contribuye a que se hayan creado dos mundos paralelos, el de los políticos y el resto, que les mira tomando notas para saber quiénes son, dónde están, qué quieren, etc.

Hemos pasado de un bipartidismo por muerte calculada del centro político, a un espacio confuso y polimorfo; gritón porque necesita atraer la atención mediática y social. Este último factor pasa a ser decisivo, pues hay que arañar esos votos que permitan que te necesiten para llegar al gobierno.

Enfados con los socios, apaños con los rivales... Las variantes son más interesantes que ese diálogo para besugos que es la política de los grandes bloques, la que les sirve para la escenificación de la necesidad de su propia existencia. La consecuencia es el "populismo" político, que se extiende por todo el mapa tremendista.

Los líos por la derecha no son menos con sus pactos, pero se quedan en un escalón escalones y no en tres, lo que simplifica mucho las cosas, aunque cueste algún que otro disgusto. 

En las primeras elecciones española, ¡ya ha pasado tiempo!, participaron más de 500 partidos políticos. La debacle fue total y en la siguiente solo sobrevivieron los que tuvieron la capacidad de aliarse, refundirse, disolverse, etc. Pero este tipo de encuentros y desencuentros actuales es otra cosa. Otra forma de ver el poder. Este conseguir mediante la presión dentro de grupos y coaliciones, cada uno remando hacia un lado para no perder protagonismo, es nuevo. Todos intentan apuntarse los tantos que les permitan mejorar en las siguientes debilitando a sus socios, lo que hace todo más complicado. Ahora las luchas son dobles, con el que está dentro y con el que ha quedado fuera. Así no es fácil nada.

 

* Álvaro Carvajal "Los socios de Díaz en Sumar empiezan a revolverse: "Actúa igual que Podemos"" El Mundo 29/12/2023 https://www.elmundo.es/espana/2023/12/28/658c6444fc6c83d52f8b45c5.html

** Álvaro Carvajal "Sumar y Podemos pactan presentarse juntos a las elecciones de Galicia tres semanas después de romper en el Congreso" El Mundo 27/12/2023 https://www.elmundo.es/espana/2023/12/27/658c67f6e85ece2b2b8b4597.html

miércoles, 27 de diciembre de 2023

#NoSinBaltasar (negro)

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

¡Qué triste tener que elegir entre "maldad" y "estupidez"! Es el síntoma de que las cosas no van como deberían, por una cosa o por otra. Elija el tipo de decadencia al que nos enfrentamos y si somos salomónicos, peor.

Esta deprimente reflexión surge de la lectura de la noticia que nos ofrece el diario El Mundo, firmada por David Vegario, con el titular El Ayuntamiento de Cáceres se 'olvida' de Baltasar en el cartel de la Cabalgata de Reyes... y luego rectifica"*.

Hay que echarse a temblar cuando los titulares van con comillas, pues no suelen indicar nada bueno. Ese "olvida" augura malos presagios, como efectivamente nos desvela la noticia:

El Ayuntamiento de Cáceres se ha visto obligado de eliminar de su cuenta de Instagram el cartel oficial de la Cabalgata de los Reyes Magos donde no aparecía Baltasar, el rey negro. Lo hizo después del aluvión de críticas recibidas en las redes sociales tras comprobarse que no aparecía en el anverso de la carta que los niños tienen que escribir para recibir sus regalos en la noche más mágica del año. En la primera carta, elaboración por la Asociación de Reyes Magos de Cáceres (AREMA) aparecían tres reyes pero ninguno de color.

El ayuntamiento ha respondido a las críticas asegurando que se trata de de un error porque en el programa original sí aparece Baltasar y explica que el gobierno municipal ha compartido el cartel confeccionado por la asociación del año pasado, donde tampoco aparecía el rey de color. Tras las elecciones municipales de mayo, se ha producido un cambio de gobierno en el consistorio cacereño, pasando del PSOE al PP, que gobierna en minoría con el apoyo de Vox pero sin que el partido de Abascal cuente con alguna concejalía.

El equipo de gobierno municipal se pregunta por qué el año pasado, con el mismo cartel, no se hablaba de racismo y este año con la misma imagen sí. En el carta aparece el logo oficial del Ayuntamiento de Cáceres, de la asociación y de Cáceres Patrimonio de la Humanidad.*

Yo sé muy bien lo que hay detrás del Ayuntamiento de Cáceres, pero sí sé lo que parece que hay delante y desde luego las razones dadas son todo menos razones. No entiendo muy bien que el "error" (observen las comillas) del año pasado se considere un atenuante y no un agravante por reincidencia. Que ocurriera el año pasado convierte en más grave lo que ha ocurrido este, porque implica reincidencia o negligencia, según la hipótesis elegida entre estupidez y maldad. Si se ha hecho a sabiendas, malo, pero si es el resultado de la falta de cuidado, que nadie mira las cosas, y nada es el problema de alguien, la cosa empeora. Es más fácil sancionar la maldad que curar la estupidez.

Lo cierto es que las explicaciones sobre por qué Baltasar, el rey negro, ha desaparecido y ha sido sustituido por otro rey blanco son poco convincentes. Si nuestra elección es la maldad, estamos ante un caso claro de discriminación: si es falta de atención, desconocimiento histórico y tradicional, educados en familias republicanas, etc. la cuestión no mejora.

¿Es tan difícil saber que de los tres reyes magos uno era negro? ¿Es tan difícil fijarse un poquito por parte de los que tienen la responsabilidad de hacer circular las imágenes? ¿Sabotaje republicano? ¿Racismo monárquico? ¿White Power?

Puede ocurrir que a algunos niños cacereños no les preocupe o no se den cuenta siquiera de que falta Baltasar. Podemos dudar o especular sobre quién es Melchor y quien es Gaspar,  algo para eruditos, pero no hay duda de quién es Baltasar, el rey negro. Cómo ha sido comunicado por diversas instituciones sin darse cuenta del "error" o como lo queramos llamar dice bastante sobre la forma de trabajo hoy o sobre lo retorcido de algunos que se han limitado a cumplir.

La pregunta que se hace el equipo de gobierno del municipio es absurda: ¿por qué este año se habla de "racismo"? La respuesta está clara. O se asume la estupidez reincidente o se acepta la maldad constante. Cabe la posibilidad salomónica, antes mencionada, de un mix entre estupidez y maldad. Puede recaer en una persona o en un grupo, a elegir. Pero ya es una línea sostenida. Quejarse de porqué se quejan es un dato que inclina la balanza hacia el lado de la estupidez. "La mejor defensa es un buen ataque", se dice, pero la respuesta del ayuntamiento difícilmente se puede considerar "buena" en ningún sentido.

Cada vez tomamos más conciencia de estar rodeados de ineptos en las instituciones públicas. Es una especie de "atracción fatal" que hace que los que se consideran "más listos" se rodeen de los "más ineptos", categoría en la que hay que incluir a todos aquellos por los que pasó la imagen de los "tres reyes blancos" Si hubieran sido cuatro, seguramente que no habría pasado, pero el cambio de color a Baltasar es un blanqueo sospechoso en los términos señalados. Y así se lo ha hecho ver la oposición municipal.

Hay que reconocer que les han puesto el caso en bandeja. El PSOE ha recurrido a todas las conspiraciones para sacar partido, señalando que ha sido llegar Vox con los pactos y ya se tiene el racismo hasta en los carteles de la cabalgata. ¡Ni en Navidad descansa esto de la oposición!

Las polémicas sobre Baltasar en las cabalgatas van más allá del caso cacereño. También afecta a si Baltasar puede ir pintado o debe ser genuino. Ir pintado es como si fuera Al Johnson, por decirlo así, algo que ya no está bien visto en los USA, pero allí no se estila lo de los tres reyes magos. Hay artículos en este sentido desde hace varios años. Así se lo preguntaba el diario El País. "¿Qué pasa con Baltasar? Por qué la costumbre de pintarle de negro se resiste a morir?" No sé si la expresión "pintarle" es la más adecuada en este asunto tan complejo, que nos llevaría, por ejemplo, a preguntarnos por los actores que puedan interpretar el "Otelo" shakespeariano o la ópera de Verdi, tal como hizo nuestro Plácido Domingo. La cuestión es peliaguda.


El asunto de Baltasar nos lleva, por ejemplo, a ese titular de The Objetive en el que se señala "El 'negro de Vox' hace de Baltasar y lleva carbón al PSOE: «El que peor se porta es Sánchez»". Mis sentimientos ante este titular son ambiguos, entre  lo del "negro de Vox" (¿qué pasará si hay dos?) y la broma de "llevar carbón" a Sánchez, como rey mago. Con todo se mantiene el juego y surgen las preguntas ¿podría el diputado de Vox "pintarse de blanco" y ser Melchor o Gaspar? Sería una solución equilibrante, ¿por qué no? Serviría para quitarle hierro y tensión política a algo que probablemente no la tenía hasta que sus señorías —de cualquier color político— se han empeñado en liarlo todo.

La política no desaprovecha ninguna ocasión para politizar lo que sea. Los tres reyes son los que son y como son no por lo que diga el ayuntamiento de Cáceres o por sus meteduras de pata, sino porque así ha sido aceptado con normalidad durante muchos años, más de los que dure cualquier legislatura.

Señores y señoras responsables del Ayuntamiento cacereño: ¡no hay dos sin tres! ¡Ojito a la próxima! No dejen en manos de cualquiera estas cosas que, aunque sean navideñas, las carga el diablo. No nos queda nada sobre lo que discutir.

Nos dicen en el artículo señalado: "El hastag #NoSinBaltasar se ha hecho viral en las últimas horas y ha desatado todo tipo de comentarios."* Un Baltasar negro, por favor. 

* David Vigario "El Ayuntamiento de Cáceres se 'olvida' de Baltasar en el cartel de la Cabalgata de Reyes... y luego rectifica" El Mundo 27/12/2023 https://www.elmundo.es/espana/2023/12/27/658bd04de4d4d8c0218b4599.html

martes, 26 de diciembre de 2023

Preserve lo bueno

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Leo con sorpresa un titular de RTVE.es: "Las cenas navideñas, un reto para la convivencia: expertos aconsejan no enzarzarse en polémicas". Es una idea sensata y por ello poco adecuada fuera de lo que son las cenas navideñas. Cualquier "espíritu navideño" se desvanece más allá de los límites del escenario de esas cenas en las que el protocolo manda sonreír y centrarse en cosas positivas.

Que los expertos se tengan que referir a los peligros de salirse del guion navideño ya dice mucho de lo que estamos viviendo, esta cultura de la polémica, que bien definió la lingüista Deborah Tannen, que nos presiden.

Hemos conseguido el país que no está de acuerdo en nada. Fuera de un par de detalles deportivos (pocos), lo que nos preside es la controversia y el enfrentamiento, algo que llega incluso a los "socios" (o especialmente con ellos) de los diversos gobiernos. Es la España que discute, la España enfrentada por cualquier cosa. Es la España a palos que pintó Goya, que debería incluirse en monedas y billetes.

En la sinopsis del vídeo con la información se nos dice:

En torno a una mesa, se pueden dar situaciones incómodas como, por ejemplo, un familiar que pregunta "¿cuándo vas a acabar los estudios?" a un estudiante o que hace un chiste irrespetuoso. La psicóloga Lorena González aconseja evitar a las personas que nos generan tensión emocional. Y comparte una técnica ante cuestiones poco agradables: repetir una respuesta corta, clara y sencilla hasta que el comensal se canse de preguntar. El sociólogo Luis Ayuso nos recuerda que las comidas navideñas, aunque puedan ser un engorro a veces, son rituales importantes para cohesionar a las familias.*

Confieso que me han sorprendido las respuestas defensivas posibles que se nos ofrecen. Yo creo que la más socorrida sigue siendo levantarse al baño con una excusa recurrente, que nos permita ausentarnos hasta que personaje incómodo en cuestión la tome con otro.

Si fuera tan fácil evitar las "tensiones emocionales", como dice la psicóloga citada, nuestra vida sea otra. Ya es triste tener que hacer una planificación estratégica de las comidas de navidad —quizá sobornar a los anfitriones para que no te siente junto el molesto indeseado que te pregunta por tus estudios—, para tener que celebrar la comida familiar con monosílabos.

A lo mejor, la pregunta por la finalización de los estudios —en esto no se entra— es pertinente y refleja la preocupación familiar por aquel que no termina, por un motivo u otro, los estudios. Pero la cultura de la molestia personalizada y la autodefensa avanzar independientemente de las causas.

No dejo de pensar en esas cenas navideñas malavenidas de las que se nos habla y nos advierten los expertos (¿hay expertos también en esto?). No dejo de pensar en una comida navideña en La Moncloa, con Sánchez pidiendo que le pongan lejos de Núñez Feijoo, por ejemplo, con cada uno de los comensales pensando en "respuestas cortas" para frenar las preguntas sobre la inflación, la alcaldía de Pamplona o la amnistía de Puigdemont o con el presidente levantándose al baño cada dos por tres. Me imagino a Núñez Feijoo levantándose al baño cuando le toque dar cuentas de cualquier asunto poco grato.

No, no me imagino una comida navideña de la familia política. La necesaria cohesión política para adentrarnos en el mar de problemas no aparece por ningún lado. Hasta el tradicional mensaje de Nochebuena por parte del Rey recomendando esa "cohesión" que recomiendan los expertos se discute. Llamar a la "unidad" familiar española se considera un insulto por parte de los díscolos, que les gustaría tener todo su protagonismo negacionista de que exista una familia llamada España. Y así es difícil el espíritu navideño.

Por eso se ha olvidado tanto el concepto de "la buena voluntad", requisito de la paz y de un querer ser conjunto, llámese "familia" o "nación", concepto en los que hay que creer previamente. Nuestro problema es, en este sentido, grave. Aquí todos se consideran familiares "secuestrados", sacados a punta de pistola de sus cunas nacionales y obligados a tocar la zambomba.

No, no hay "España navideña", de cohesión familiar, sino más bien un intento continuo de envenenar el pavo, de echarle algún producto maléfico al cava, no quitarle las semillas a las uvas a ver si te atragantas.

Afortunadamente, la gente es un poco más sensata que nuestros políticos, sacados de una pecera con pirañas y deseosos de hincar el diente a las primeras de cambio. Para las personas de buena voluntad puede haber problemas, pero también hay soluciones. Para nuestros políticos actuales, solo existe la desaparición del problema con el molesto dentro.

Los españoles necesitamos un urgente cambio en nuestra consideración de la política y los políticos. Necesitamos ver que estamos creciendo hacia un futuro más integrador y pacífico que el que nuestros políticos usan para enredarnos en sus visiones de conflicto, visiones de un escenario bélico. Todos incurren en la estrategia de los manuales, en la confrontación, subiendo cada vez más en la escala y creando esa tensión palpable. Ser un buen político es algo más que conseguir votos, fotos o titulares. Es precisamente construir comunidad, familia, y esto parece de Montescos y Capuletos. Los países no crecen con discusiones centrípetas, sino con debates centrífugos. Sin buena voluntad, la democracia se convierte en un escenario de chillones, de histeria minoritaria y narcisista discordante.

Si ahora hay que dar consejos sobre cómo "sobrevivir" a las cenas navideñas es que algo pasa. Normalmente estaríamos deseoso de poder "disfrutar" de las cenas, de la compañía familiar (aunque haya siempre alguna oveja negra). Parece que también ahí, nos dicen los expertos, hay peligro. ¿Qué nos queda? 


Las cenas no son un peligro en sí, sino una ocasión. Verlas como peligro, como en la vida real, supone no resolver nada y desperdiciar una ocasión de arreglar algo. En la política ocurre igual: si se desaprovechan las ocasiones o se utilizan para manifestar desacuerdos y enfrentamientos, nada se arregla.

Los medios se llenan de consejos sobre cómo sobrevivir a las cenas navideñas. Si se trata de una cena de empresa, cree un buen ambiente. La empresa que trata bien a sus empleados tendrá buen ambiente. Si es una familia, lo mismo. Serán reflejos de lo que se hace en el resto del año. Si no, es un mal trago y una hipocresía.

Deseo felicidad a todos los que se desean ser felices familiarmente hablando; a los que son capaces de compartirla sin mirar, no solo en cenas y festejos. Eso que llaman "espíritu navideño" no es solo para la navidad, sino para todo el año, más allá de esa cena que los expertos nos enseñan a superar vivos. Cuide a la buena gente como tesoros y cuídese usted mismo; preserve lo bueno, cada vez hay menos. 

* "Las cenas navideñas, un reto para la convivencia: expertos aconsejan no enzarzarse en polémicas"" RTVE.es Telediario https://www.rtve.es/play/videos/telediario-1/cena-navidad-consejos-expertos-cunado/7044272/