Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Creo
que hay pocos ejemplos más claros de cómo funciona el "sistema" con
aquello que primero se considera "peligroso" y se suben los impuestos
y después "se fomenta" para poder recaudar más por parte del estado.
La
noticia la vi primero en Euronews y me causó algo de confusión porque no podía acabar
de creer que pudiera ser cierto lo que se nos contaba; algo de exageración habría, me imaginé.
El titular de EPE nos da información detallada "Japón quiere que sus jóvenes beban más alcohol: el consumo medio en bares y restaurantes es de 65 euros al año". El artículo corrobora lo dicho en la primera noticia y no deja de producir asombro ante la "naturalidad" con la que se aborda el problema en Japón:
La Agencia Tributaria de Japón ha abierto un
concurso para recabar ideas de negocio destinadas a promover que los jóvenes
beban más alcohol, ante el descenso de su consumo a raíz de la pandemia y
la consiguiente caída de la recaudación fiscal.
La campaña, bautizada 'Sake viva!' (un juego de
palabras que emplea el término japonés para bebidas alcohólicas y el vocablo
castellano), invita a enviar propuestas destinadas a "revitalizar la
industria de las bebidas alcohólicas y solucionar sus problemas",
según consta en su página web.
El objetivo de la misma es "incrementar el
conocimiento entre la población sobre el sector de las bebidas alcohólicas, que
está atravesando dificultades debido al covid y a la baja tasa de
natalidad, que conlleva que haya menos consumidores", según explicó a Efe
un portavoz de la Agencia Tributaria nipona.
Este organismo también trabaja para apoyar a la
industria alcohólica nacional promoviendo la exportación de productos como el
sake (licor de arroz), "que son una parte importante de la cultura y
la tradición de Japón", según la misma fuente.
Ante las críticas que está recibiendo la campaña en las redes sociales por promover hábitos poco saludables, el portavoz señaló que la Agencia Tributaria "no busca que haya un consumo excesivo de alcohol y también trabaja para educar a los jóvenes para un consumo moderado".*
El principio de la Economía en que se basa esto es que los únicos que no
pueden "sufrir" son los llamados "sectores empresariales"
ni, por supuesto, las arcas niponas, que deben recibir sus porcentajes para no
decaer.
Lo que se busca es muy claro. Lo interesante son los mecanismos retóricos
con los que se explica la forma de satisfacer los objetivos que no son otros
que la obtención de mayores ingresos para la hacienda japonesa.
Las explicaciones de que no quieren que la gente se emborrache (o enferme),
sino que el consumo sea moderado es realmente un ejercicio retórico, que de no
ser Japón, pensaríamos que es hipócrita. Pero lo que libra de la hipocresía es
precisamente la claridad.
Hipocresía, en cambio, es lo nuestro, que buscamos obtener más ingresos
subiendo los precios del alcohol y el tabaco, poniendo normas que aparentan
virtud, cuando no son más que mecanismos para incentivar el consumo.
Lo vemos en todas estas celebraciones continuas de fiestas que acaban con
la consabida borrachera. Lo vemos con las denuncias contra el llamado
"turismo de borrachera", que molesta a unos, que consideran que meten
mucho ruido para lo poco que gastan, mientras que hace ricos (no sé si felices)
a los propietarios de los "barrios húmedos" de las ciudades, de las
zonas de copas, etc.
La apelación japonesa a la "cultura" del sake es igualmente una justificación porque en muchas partes del mundo se reduce la importación de las bebidas alcohólicas gravándolas y así evitar la competencia con los productos propios. La solución es, claro, aumentar el consumo rebajando la edad de la bebida.
España es un país con un grave problema de bebida entre los jóvenes. Ha
sido patético ver cómo los propietarios de zonas de bebidas se reivindicaban durante
la pandemia diciendo que ello sí cumplían las normas frente a los incontrolados
botellones, para lo que reclamaban más liberalidad en las normas. El
"botellón" era "competencia desleal, aseguraban.
En Madrid, a la presidenta Díaz Ayuso se la conoce como la "reina de
los bares". Su política "aperturística" (nunca mejor dicho) le
ha granjeado votos y simpatías. Lo primero es lo primero.
Las celebraciones de fiestas estos días acaban en grescas a las que el
alcohol no es ajeno. El descenso de la edad no solo afecta a la bebida (ya se
saben las cifras de cuándo se empieza a beber).
Según datos del Ministerio de Sanidad,
El tipo de bebida más consumida entre los estudiantes de 14 a 18 años fueron los combinados (29%). En ambos sexos son el tipo de bebida más frecuente, pero se observó un mayor consumo en las chicas. Además, es el tipo de bebida más consumida tanto por chicos como chicas que se han emborrachado, han hecho binge drinking o han hecho botellón.
El 94,9% de los estudiantes de 14 a 18 años no tuvo ninguna dificultad para conseguir bebidas alcohólicas, tanto si eran mayores como menores de edad. El 37,7% de las personas menores de edad accedieron directamente al alcohol, por ellos mismos (29,2%) o a través de otros menores (8,5%).
Las personas menores de 18 años adquirieron las bebidas en bares o pubs (52,5%), supermercados (52,4%), tiendas de barrio, quioscos o bodegas (50,8%) o discotecas (42%) y el 21,4% en la propia casa. Las consumieron donde las adquirieron (bares o pubs, 53,2% o discotecas, 46,4%) pero también en calles, plazas, parques, playas o espacios públicos abiertos (51,6%) o en las casas de otras personas (43,6%) y, con menos frecuencia, en la casa donde viven (23,9%).
La percepción que tienen los estudiantes del riesgo de consumir alcohol es muy baja, aunque sus consecuencias no son nada despreciables. Así, el 2,7% condujo un vehículo de motor bajo los efectos del alcohol en los últimos 12 meses, siendo más elevado en el grupo masculino que en el femenino (4,0% frente al 1,5% respectivamente). El 18,9% declaró haber viajado como pasajero en un vehículo conducido por alguien bajo los efectos del alcohol (el 20,5% de las chicas y el 17,2% de los chicos). Por otro lado, de los que se emborracharon el último mes, el 16,9% reconoció haberse visto implicado en una pelea o agresión y el 30,6% haber tenido relaciones sexuales sin preservativo. (p.7) **
Evidentemente, con estos datos no es necesario estimular nada, simplemente mirar más a otro lado. Está muy bien
realizar estudios como este del Ministerio, del Observatorio de la
Drogadicción, pero luego tener que enfrentarse a las patronales del sector,
tanto productivas como del consumo. De vez en cuando aparecen algunas tímidas
insinuaciones de que un "copita" en las comidas "es beneficioso
para la salud", que ayuda para prevenir no sé qué, etc. No llegamos tan descaradamente
a solicitarlo como los japoneses, pero las administraciones no controlan
realmente el consumo. He visto antes muchas discusiones en los supermercados
sobre la venta; dejaron de producirse y los viernes y sábados, se llenan de
compradores juveniles que salen cargados para hacer sus "combinados".
El alcoholismo es un problema social y más en la juventud, cuando los efectos pueden crear problemas en el desarrollo y además crear futuras adicciones. La prensa se llena de campañas de pueblos para tratar de frenar el consumo de alcohol, principalmente de los jóvenes, durante sus fiestas. No sirve de mucho, visto lo visto.
La política japonesa incita al consumo y rebaja la edad. El concurso que se ha convocado para crear una campaña de incitación al consumo entre los jóvenes es algo que no acabamos de entender conforme a las políticas estándar, pero "economía" no hay más que una y esa es la que vale. El gobierno nipón ha visto una oportunidad y no la desaprovecha.
Parece que a las Haciendas no les preocupa mucho la salud, solo que
aumenten los ingresos. Los que beben no se oponen, los que venden están
contentos y los que recaudan satisfechos. Hay demasiados intereses alrededor del consumo y los mensajes son contrapuestos, los que avisan de los peligros y los que, por el contrario, te invitan a sumergirte en ellos.
¡Todo sea por Hacienda!
* "Japón quiere que sus jóvenes beban más alcohol: el consumo medio en
bares y restaurantes es de 65 euros al año" El Periódico de España (EPE)
18/08/2022
https://www.epe.es/es/internacional/20220818/japon-quiere-jovenes-beban-alcohol-14303520
** "Alcohol 20-21 Consumo y consecuencias". Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones. Monografía alcohol 2021. Consumo y consecuencias. Madrid: Ministerio de Sanidad. Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, 2021. https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/publicaciones/catalogo/catalogoPNSD/publicaciones/pdf/2021_Monografia_Alcohol_consumos_y_consecuencias.pdf