miércoles, 31 de julio de 2019

Adiós, Tarek A

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De nuevo, el régimen egipcio tira piedras contra la imagen de su propio tejado. Esta vez ha ocurrido en Madrid, con la complicación del número dos de su embajada en un episodio de violencia machista en plena calle. La noticia la dio eldiario.es y ha tenido reflejo posterior en la prensa y en la árabe, con nula incidencia en la egipcia, de la que apenas se han hecho eco.
Tratamos aquí el problema frecuente de la violencia y de los altísimos niveles de acoso sexual. En estos días pasados y en ocasiones anteriores hemos puesto el foco en la cuestión del divorcio, su elevada tasa de aparición, y la pretensión de combatirlo con charlas universitarias o cierres de cafés a las doce de la noche en alguna provincia.
Todo ello revela un problema subyacente que son las diversas formas de violencia que se ejercen en el interior de la familia y que se traducen en divorcios por parte de aquellos que pueden dar el paso o permitirlo.
El incidente de violencia en plena calle tiene el agravante de haber sido cometido por personal que representa al país. Nos viene de nuevo a la memoria el reciente caso ocurrido con la selección egipcia de fútbol y el rechazo suscitado en una parte importante de la sociedad cuando tras ser expulsado de la selección el jugador Amr Warda por acoso sexual, volvió a ser incluido en el equipo, anteponiendo así el fútbol a un aspecto tan serio en Egipto como es el acoso sexual, con una de las cifras más elevadas del mundo. Se mandaba entonces un muy mal mensaje a la sociedad, el de la aceptación de la violencia del acoso, el que padecen cada día millones de mujeres, pues las cifras rondan el 90%. Más complicado es el tema de la violencia familiar, como es el caso, en el que el matrimonio parece dar derecho al control psíquico y físico de los miembros por parte de aquel que se considera legitimado, incluso por discursos oficiales, a ejercer sus poderes patriarcales. Nos referimos, por ejemplo, a la legitimación del empleo de la vara para "corregir" las conductas de la mujer "díscola", prácticamente un deber del varón, que debe vigilar las mujeres a su cargo, ya sea como padre, esposo, hermano o hijo. Si no hay varones en la familia, la responsabilidad se va extendiendo hasta encontrar un alma piadosa que ejerza el deber de la corrección. Puede ser un vecino, como conozco un caso, que asume esa "autoridad" ante la ausencia de figuras masculinas.


Evidentemente, la violencia machista ocurre en muchas partes, incluida España, todos los días. Es la firmeza de la respuesta, tanto la social como la institucional, la que marcan el estado hacia el que se evoluciona. Por eso es escandaloso el caso del jugador de fútbol al que sus compañeros piden readmitir, con una larga tradición en este tipo de prácticas,  los ataques a las mujeres que denuncian o el apoyo de instituciones religiosas.
El diario El Mundo nos cuenta lo ocurrido:

El Gobierno egipcio ha retirado, a petición del Ministerio de Exteriores español, al 'número dos' de su Embajada en Madrid, que se vio implicado en un presunto caso de violencia machista, según fuentes de Exteriores consultadas por Europa Press.
El diplomático se encuentra ya de vuelta en Egipto y el Departamento que dirige en funciones Josep Borrell dice poder confiar en que se le abrirá una causa en su país, ya que en España estaba protegido por la inmunidad diplomática.
De hecho, el diplomático, consejero político de la Embajada, ni siquiera llegó a ser detenido formalmente, según eldiario.es, que ha revelado el presunto caso de violencia machista. Según el relato de este medio, los sucesos tuvieron lugar el pasado 13 de julio en un centro comercial de Arroyomolinos (Madrid).
Agentes de la Guardia Civil se personaron en el lugar tras recibir un aviso del 112 por una presunta agresión del hombre a su esposa y a su hija, de 14 años. Tanto el agresor, identificado como Tarek A., como la víctima dijeron tener pasaporte diplomático y los agentes los trasladaron a las dependencias de la Guardia Civil para comprobarlo. También pudieron comprobar que el hombre ya había protagonizado otro suceso similar.
Los agentes hablaron con la Embajada egipcia, que desplazó personal hasta las dependencias de la Guardia Civil en la localidad, siempre según el eldiario.es. Tras hablar con la mujer, ésta decidió no firmar la denuncia que los agentes ya habían empezado a redactar.
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas dice, en su artículo 31, que "el agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor", pero eso no le exime de la jurisdicción de su país de origen.
Según las fuentes de Exteriores consultadas por Europa Press, cuando el Ministerio tuvo conocimiento del hecho, se puso en contacto con la Embajada egipcia en Madrid y pidió que se retirase al diplomático en cuestión, cosa que ya ha sucedido.*


Hay varias cuestiones. La primera la reincidencia. Ya había otro "suceso similar" a cargo de la misma persona, por lo que la embajada estaba al tanto y su propio ministerio de Asuntos Exteriores debía estar al tanto. No debió importarles mucho si siguió en su puesto. El hecho de que no ocurriera nada le aseguraba que la inmunidad diplomática era "impunidad" ante sus propias leyes.
En segundo lugar, el papel del personal de la embajada convenciendo a la mujer agredida de no presentar denuncia es inadmisible. Supongo que se apelaría a su "patriotismo" o como suele ser habitual, a la advertencia que tendría que volver a Egipto y enfrentarse a sus acciones.
Como ya advirtió hace unos días la ministra de emigración, Nabila Makram, a los residentes egipcios en Canadá (lo tratamos en El cuello de la ministra, el día 26 pasado), a todo aquel que "hable mal de Egipto" fuera del país (dentro pasa lo mismo) se le cortarán las alas. La ministra, por ser precisos, se refería al cuello, que se acompañó con el explícito gesto habitual. Las excusas de la ministra sobre el sentido de su gesto no convencieron a nadie, pues el vídeo era muy claro, tanto en sonido como en imagen.

La mujer fue presionada para que no denunciara la agresión. Invocar la protección del pasaporte diplomático supone usar el nombre del estado egipcio para encubrir un delito, por lo que el tal "Tarek A." ha usado al pueblo egipcio como escudo.
Veremos en qué queda la pretensión del ministerio de Asuntos Exteriores español de que le van a abrir una causa en Egipto La esperanza de que este alto diplomático sea juzgado en Egipto es poca, pero si se celebra será la ocasión que usen para reírse, como suele ser habitual.
En The New Arab se recoge el incidente y la actitud de la embajada egipcia:

While the consul’s wife sought protection from the Spanish police for herself and her daughter, and was prepared to give a statement, officials from the Egyptian embassy intervened to persuade her to drop her complaint.
The embassy refused to remove the consul’s diplomatic immunity, and he walked free under Article 31 of the Vienna Convention on Diplomatic Relations, which gives diplomats immunity from prosecution in the country they are based in.
In cases where diplomats have committed crimes, it is customary for their countries to withdraw them and try them on home soil.
However, the Egyptian embassy initially insisted on keeping Tarek A. in his post in Spain, without holding him to account for the assault on his wife and daughter.
Spain, however, has strong laws on domestic violence and the incident caused a diplomatic row between Egypt and Spain.**



La insistencia en mantener al diplomático agresor es a lo que nos referimos con "actitud". Es la aceptación de la violencia y la pretensión de que esta debe ser aceptable por alguien que no puede ser juzgado por otros, un diplomático egipcio. Al no ser sacado de su puesto tras la primera denuncia por agresión, "Tarek A." ha pensado que podía hacer lo que quisiera a plena luz. Como egipcio "tiene derecho" a hacerlo, como diplomático tiene impunidad para cometer el delito, en eso usa la inmunidad diplomática, cuya función es, desde luego, otra. Solo las dictaduras consienten que sus diplomáticos sean delincuentes o criminales con el nombre de su país por delante.
Eldiario.es señalaba la firmeza del ministerio español presionando a Egipto:

Exteriores completó la información y consiguió el compromiso del cese por parte del embajador egipcio, que se consumó en pocos  días. Un portavoz del Ministerio español ha afirmado que el departamento actuó de inmediato y de acuerdo a la política de "tolerancia cero" con la violencia machista.
El embajador egipcio trasladó a Exteriores que Tarek A. será sometido a un procedimiento disciplinario en su país de origen por la presunta agresión a su mujer y su hija en un centro comercial de Arroyomolinos (Madrid) el pasado día 13, han confirmado las mismas fuentes. La Convención de Viena abre la posibilidad a que también fuera investigado en su país penalmente por los hechos, si bien la negativa final de la mujer a denunciar y el hecho de que ocurriera en España dificultan este extremo.***



Si la mujer no se atrevió a firmar la denuncia en España, la posibilidad de hacerlo en Egipto es prácticamente nula. Por lo que el valiente "Tarek A." encontrará fórmulas para seguir tranquilo. Si, como se nos dice, ya había habido casos semejantes, eso quiere decir que el incidente ha salido a la luz por producirse en plena calle, con denuncia de terceros, que si hubiera sido de puertas para adentro se habría "resuelto" de otra manera muy diferente. No se llega a "cónsul" en el aparato egipcio de cualquier manera.


En casos como este, vemos cómo se conectan unos con otros; lo que ocurre es por algo. Las leyes y prácticas tratando de evitar el divorcio son formas hipócritas en una sociedad que ha ido aceptando la violencia machista como parte de sí misma, atacando incluso a las mujeres que la denuncian. El mismo estigma hacia las mujeres divorciadas —pese a ello, creciendo en número— es una forma de evitar dejar en evidencia al hombre y a la sociedad patriarcal.
Habrá que esperar a ver si el gobierno egipcio realiza algún movimiento más allá de haber tenido que retirar al cónsul por la presión del país en el que se encontraba destinado. Ya no es la selección de fútbol, sino el alto personal diplomático de su ministerio. Tienen una ocasión de oro, otra vez, para demostrar que lo que dice va más allá de la retórica. 
Una vez más Egipto no tiene necesidad de enemigos para arruinar su imagen. De nuevo está en los titulares de la prensa mundial por sus propios méritos.
Adiós, Tarek A. No te vamos a echar de menos. 



* "Egipto retira al número dos de su Embajada en Madrid tras verse implicado en un caso de violencia machista" El Mundo 30/07/2019 https://www.elmundo.es/espana/2019/07/30/5d3fec1ffc6c8323528b4665.html
** "Egipto destituye al consejero de la Embajada en Madrid acusado de violencia machista y lo envía a El Cairo" Eldiario.es 29/07/2019
** "Egyptian consul in Spain detained for attacking wife, daughter" The New Arab 31/07/2019 https://www.eldiario.es/politica/Egipto-destituye-Embajada-Madrid-Cairo_0_925658185.htmlhttps://www.alaraby.co.uk/english/news/2019/7/31/egyptian-consul-in-spain-detained-for-attacking-wife-daughter




martes, 30 de julio de 2019

El toque de queda como arma contra el divorcio

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Me sigo sorprendiendo. Recordarán que hemos tratado en días pasados la cuestión de las medidas contra el divorcio. Por ejemplo, una asignatura obligatoria para poder graduarse en las universidades. En España, la Iglesia impuso la realización de cursillos prematrimoniales para oficiar las bodas, pero eso afectaba exclusivamente a los que iban a casarse por la Iglesia, no a toda la población. En Egipto hay que hacer el curso seas ingeniero o farmacéutico, abogado o veterinario. No lo realizas con tu pareja porque puede estudiar otra cosa o no estudiar en la universidad.
Egypt Today nos trae otra noticia sobre las medidas antidivorcio. Lo hace con el titular "Cafes to close midnight in Ismailiyah to reduce divorce rate". Desde que el presidente mostrara su preocupación por la tasa egipcia de divorcios, el país trata de ofrecerle una nueva idea nueva cada día. Parece como si se hubiera desencadenado el furor creativo para agradar al presidente al-Sisi y acabar con la lacra.
La información es sucinta: "Ismailiyah Governor Hamdy Othman announced on Sunday he had decided to oblige cafes to close at 1:00 a.m. in summer and at midnight in winter in order to decrease divorce rates in the governorate"*. A continuación se nos dan algunos datos —algunos confusos— sobre el divorcio en Egipto.


Con confusión o con claridad, lo cierto es que el gobernador Hamdy Othman parece haber encontrado la llave de la felicidad conyugal cerrando lo bares y mandando a la gente a casa. "Gente", en este caso, significa "hombres", que son lo que habitan los cafés.
De nuevo se obliga a los que no estén casados a padecer los desajustes matrimoniales de los demás.  ¿Mandarían a casa a los casados y dejarían seguir a los demás? No. Sería contraproducente y llevaría a tener más ganas de divorciarse para poder restar en el café hasta que te apetezca. La solución es mandar a todos a casa cerrando el café. Las horas decretadas par el cierre están por encima de las de muchos otros países, por lo que vemos que en Egipto, los cafés serían una segunda residencia para los hombres, Cumplirían una función similar a la de los clubes británicos, auténticos refugios masculinos.

De nuevo nos encontramos con una situación complicada: ¿se divorcian porque están en el café o están el café para no pelearse en casa? La solución no es sencilla, pero el mundo cristalino para el gobernador de Ismailiyah, que ha puesto en marcha un "toque de queda".
La medida no tiene muchas ventajas, ya que el estar juntos lo que provoca es el aumento de los divorcios. Aquí ya sabemos que aumenta tras las vacaciones veraniegas, según indican las estadísticas. A la vuelta, después de estar juntos sin demasiadas posibilidades de escape, es cuando se producen más divorcios. Cierta distancia puede ser buena para oxigenar los matrimonios. Habrá muchos que se divorcien por no parar en casa, claro; pero muchos otros lo harán por estar obligados a estar bajo el mismo techo más tiempo del debido. La idea "buenista" del divorcio —se divorcian porque no están suficiente tiempo juntos— puede volverse contra el objetivo. Una pareja bien avenida quiere estar junta; pero son demasiados condicionantes los que hay en el matrimonio desde el origen. Sobre esas causas no se actúa.
Hay que tener cuidado porque la medida del cierre nocturno de los cafés creará malestar, que se puede canalizar como descontento. Veremos los resultados de la medida en un futuro, al igual que con los cursos obligatorios.



* "Cafes to close midnight in Ismailiyah to reduce divorce rate" Egypt Today 29/07/2019 https://www.egypttoday.com/Article/1/73338/Cafes-to-close-midnight-in-Ismailiyah-to-reduce-divorce-rate



lunes, 29 de julio de 2019

Entrenadores de felicidad

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hay ciertas cosas que no podemos dejar de preguntarnos. Surgen cuando uno se encuentra con titulares como el de la BBC, "The rise of ‘happiness coaches’"*. En varias ocasiones hemos tratado aquí la cuestión de la "felicidad" y cómo se ha convertido una aspiración humana en objeto de los "expertos".
Ayer hablábamos sobre cómo un texto puede sustraernos las preguntas en esenciales evitando que nos cuestionemos el punto central y llevándonos en la dirección que le interesa a quien lo plantea. Esto es otro ejemplo de este tipo de proceder. En vez de aspirar a la felicidad, no ponemos a ahorrar o a hacer cola para conseguir un "coach" que, como expertos, posee la receta. Es el éxito de los libros de auto ayuda, auténticos mediadores entre nosotros y nuestros problemas.
No dice el reportaje de la BBC quiénes son estos necesitados de entrenamiento en la felicidad:

Work-related stresses are causing high levels of anxiety and depression among India's youthful workforce. Some employers are now fighting the problem with unconventional ideas.
India's workforce is one of the youngest in the world, and faces high levels of anxiety and depression in large part from work-related stresses. Some employers are trying to combat the problem using unconventional ideas, such as hiring 'happiness coaches' like Pravin Chaturvedi to increase office morale.*


De nuevo, se busca una solución para las consecuencias, pero no se intenta arreglar el origen del problema, que permanece intocable. Es como si usted tomara continuamente aspirinas para quitarle el dolor de cabeza que le produce su aparato de música, que está a todo volumen. Cuando se queja de que le duele la cabeza, le recomiendan que tome aspirinas. Los grandes beneficiarios son aquel a cuya consulta va y le recomienda las aspirinas y, evidentemente, al fabricante de aspirinas que hace un gran negocio con su dolor de cabeza. Usted podría simplemente bajar el volumen de su aparato, pero eso, en cambio, no se lo sugiere nadie. La solución sería sencilla, pero a nadie parece interesarle.
De la misma forma, se nos elude ese "work-related stresses", que es el que causa los problemas. Es decir: el sistema productivo es intocable. Da igual que nos esté amargando la vida, que aumente la violencia social por las situaciones que la gente vive cada día. A nadie le importa que se explote vergonzosamente a las generaciones más jóvenes, provocándoles esa situación.


El "entrenador de felicidad" es un invento propio de esta sociedad desquiciada, que saca provecho de todas las desgracias y que nos considera piezas sustituibles de un complejo entramado productivo.
¿Por qué renunciar a transformar las condiciones de trabajo, humanizándolas, haciéndolas compatibles con una vida que se dedica solo a la supervivencia en muchos casos? ¿Por qué en cambio aceptar sucedáneos de felicidad?
La pregunta tienes muchas respuestas compatibles con esta realidad dura en la que vivimos. La situación de la India es la de muchos otros lugares en los que no hay más vida que la laboral y más meta que el éxito, en términos de lo único que el sistema ofrece, dinero para poder comprar tu tiempo, tu felicidad, etc.
Pero esto es solo una falacia que para que funcione necesita del embrutecimiento constante, tanto el que produce el trabajo alienante como el pseudo entretenimiento que debemos aceptar después. La agresividad y la depresión aumentan, lo que hace proliferar otros negocios, de las armas a los productos químicos que nos distancian de esta realidad acartonada en la que vivimos.


Todo gira sobre el trabajo, cuyas condiciones son peores. Los anuncios de una crisis futura son otra forma de eludir la crisis presente, cuyos estragos se sienten en el empeoramiento de las condiciones.
La angustia y el estrés que sienten los jóvenes de la India son las que sienten los jóvenes de muchos otros lugares en los que el poder político (el de la sociedad) es incapaz de reorganizar al poder económico. Conforme vamos haciendo más salvajes las condiciones de nuestra vida, retrocede la convivencia social, que se hace más complicada y enfermiza.


La felicidad de la que se nos habla y ofrece es un mero tapar los efectos negativos de aquella en la que vivimos. Esto hace que solo lleguemos a interesarnos por mecanismos desestresantes, formas de descargar la violencia que recibimos y transformamos en algún tipo de actividad. La verdadera felicidad ya no entra en nuestros marcos mentales; y si lo hace es solo como una desvaída caricatura. El entrenador te ayuda a convencerte de que eres feliz; te lleva a lo posible para evitar que estalles.
Necesitamos modificar el sistema para poder dar un sentido a la vida más allá de la producción en un ciclo sin fin. Pero es más fácil sacarle provecho a la angustia y a la depresión que curarlas. 
Esto irá creciendo, sin remedio. 



* "The rise of ‘happiness coaches’" BBC - Worklife 26/07/2019 https://www.bbc.com/worklife/article/20190725-unhappy-at-work-this-coach-will-help




domingo, 28 de julio de 2019

Las elecciones feroces

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La política, como las novelas, tiene un punto de vista desde el que se ve el mundo. Como todo acontecimiento, puede ser narrado desde muchas perspectivas y con diversas valoraciones. Lo sucedido estos días en la llamada "fallida investidura" es un mala novela que nos cuentan cada uno desde su perspectiva, que se presenta como objetiva, como una verdad que todo lo aclara y explica.
Entre todos los personajes de esta novela costumbrista ha cundido, sin embargo, un aspecto que todos dan por bueno: la gran amenaza de unas nuevas elecciones. De todos los males que se anuncia, el peor, no dicen todos, sería la repetición de las elecciones. ¿Por qué?
No acabo de entender el argumento, que se da por descontado. Se llega a un acuerdo o —terrible alternativa— habrá que volver a las urnas. Algunos lo dicen con un tono entre solemne y apocalíptico, como si nos fuera a ir la vida en ello. Que yo sepa nunca ha muerto nadie de una sobredosis de papeletas.


Que hay que votar, ¡pues se vota! ¿Dónde está el problema entonces?
Esa es la parte de la que menos se habla. A las elecciones se fue con una serie de problemas urgentes encima, acuciantes, tanto que la pasada legislatura se saldó con la salida de la presidencia del gobierno mediante una moción de censura.
No hubo mucho problema en cortarle la cabeza al saliente poniéndose todos de acuerdo en ello. Una vez hecho, todos esperaban sacar tajada. No fue posible porque el sistema de moción obliga a presentar un candidato alternativo, lo que hizo soñar a muchos en esa ilusoria unanimidad, solo practicada en España para eliminar a alguien.
Cuando se ha tratado de repartir bocados, la cuestión se ha planteado de forma muy diferente. Lo triste del caso es que, con mucha solemnidad, todos han actuado pensando en ellos mismos y, algo peor, intentando mostrar al otro como si tuviera poca altura de miras.
Lo sorprendente ha sido como, con su propia especificidad, ha ocurrido entre los tres grupos de la llamada "derecha" y los dos de la llamada "izquierda". Digo "llamadas" con cierta reticencia por ser ellos mismos los que han vuelto a esta terminología tan cansina y esquemática con la que nos clasificamos en España unos a otros con afán de desprestigiarnos. Quedan sueltos por ahí los nacionalistas de todos los colores, que más que bisagras son el chirrido imposible porque aquí coalición, ni grande ni pequeña. Lo que es posible en Alemania, país dividido con fronteras, alambradas y muros, aquí no es posible ni entre partido que varíen en una sigla en la misma Autonomía. Somos ansí, distantes y distintos.


Las pegas a la celebración de nuevas elecciones provienen del temor a sufrir un castigo en las urnas. Toda aquella alegría movilizadora con la que se llevó a la gente a las urnas a votar, unos por Cataluña y otros por la Plaza de Colón, se ha quedado más bien en sainete de Arniches y de los Álvarez Quintero por no salir de los Pirineos.
Ahora viene el temor al estacazo electoral, ya que la variable "cabreo" nunca ha estado más justificada en España que en esta ocasión. Más que sorpresas electorales, muchos temen sustos o, peor, infartos electorales si se repiten las elecciones a la vuelta de verano, que la gente viene ya colorada.
Atrás quedó aquello tan bonito de "la fiesta de la democracia". Los temores son varios, del abstencionismo al recorte sustancial por no mencionar el descalabro. ¿Qué puede pensar Iglesias, que después del descalabro electoral todavía pretendía ministerios para salvar la cara? ¿Qué se le pasa por la cabeza a Casado, que tampoco salió muy bien? ¿Y Sánchez, especializado en resultado ruinosos que solo la fragmentación del voto camufla? ¿Y Rivera, que ha quedado en tierra de nadie, al que solo le queda la opción de suicidarse con una mano o con la otra, pero con el mismo resultado? ¿Le interesan las elecciones al partido de Abascal que puede ver que lo han sacado se esfuma por el voto útil?


En fin, es lógico que le teman a las elecciones. Pero eso es cosa suya. Los ciudadanos no debemos dejarnos llevar por los temores de los políticos, que han demostrado que son los suyos, no los del electorado.
Esto de la política agresiva y a cara de perro tiene ese problema. Mañana te puedes encontrar queriendo sentarte con los insultados, y aunque ellos quieran, sus votantes se pueden sentir estafados. No puedes poner verde a alguien y después hacerle vicepresidente.
Está claro que hay que hacer la política de otra manera. No me preocupa que se repitan las elecciones. Me preocupa que fruto de pactos demasiado calculados y de poder tengamos gobiernos que se dedican a auto promocionarse, a lo suyo y no a resolver problemas reales. Eso es más preocupante, los que llegan al ministerio, consejería o concejalía y se ponen ya preparar elecciones a sabiendas de que no tardarían mucho en romperse los pactos.
¿Que no hay pactos? Estupendo. Se repiten las elecciones hasta que el juicio corrector de las urnas den a alguien la posibilidad de gobernar. No hay que tenerle miedo a votar, que es como expresamos nuestra opinión, indignación o ambas en el mismo sobre. Ellos si deben, en cambio, temer a nuestra expresión. Quien vota, manda. Un respeto.



sábado, 27 de julio de 2019

La mala inteligencia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Desde hace algún tiempo los medios de comunicación se dedican a publicar artículos sobre la Inteligencia Artificial y, especialmente, sobre sus consecuencias. Hemos trasladado nuestra idead dual de la naturaleza humana (cuerpo y mente, el fantasma en la máquina) a las máquinas, que antes eran solo "cuerpo", y que desde la aparición de los ordenadores y su separación entre "hardware" y "software", es decir, entre la parte "material" y la parte "lógica", han producido una imagen de "alteridad" a lo humano.
Si el siglo XIX era un siglo naturalista, con la idea de la "bestia humana" y que dentro de todo inteligente Dr. Jeckyll habitaba un perverso e incivilizado Sr, Hyde, el siglo XX y el XXI has cambiado el modelo del espejo deforme al que enfrentarnos. La lucha "humano-animal" se resolvió aceptando nuestra parte animal e integrando la inteligencia como una evolución de la naturaleza. El ser humano ya no era algo enfrentado a la naturaleza, sino que era parte integral de ella, una evolución natural que llevaba hasta lo que somos. El encuentro de cada vez más "parientes" que se quedaron por el camino nos ha permitido hasta tener un entrañable sentido de la evolución, como el que tiene un tío en América. Ya hablamos con naturalidad de "parientes", de grados de parentesco, donde antes veíamos algo muy distinto.
Todo ello es importante porque nos ha permitido desarrollar (aunque sea de forma inconsciente en muchos) un sentido ecológico o de responsabilidad respecto a la naturaleza, entendida como hábitat humano compartido con los demás.
Pero la evolución de las propias máquinas hacia lo inteligente han creado varias fantasías que, como sabemos, acaban siendo realidades. El castigo de la inteligencia es recordar los sueños  y hacerlos realidad. Presionados probablemente por las angustias naturales de la extinción, producto de nuestro conocimiento evolutivo de otras especies (desparecen, por una causa u otra), empezamos a desarrollar ideas que nos llevan hacia delante, proyectivamente, hacia un futuro que imaginamos en el que de una forma y otra nos trasformamos o desparecemos. Conocedores que el esencialismo, universal y estático, no es más que un engaño de nuestro pensamiento, al comprender que estamos en continuo cambio solo podemos preguntarnos sobre qué y cómo seremos.

De fenómenos como este surgen fenómenos como el Poshumanismo, en el que algunos ven un futuro de superación de lo humano, de su debilidad inherente a lo vivo, y su fusión/sustitución con las máquinas, un mundo de prótesis y recambios mejorados en el que cada vez va quedando menos de la "pieza original", que se repara y ajusta con los nuevos recambios en el mercado.
Otros se lanzan a la especulación biotecnológica en la que el conocimiento de la genética y la bioingeniería nos hacen cuerpos resistentes al envejecimiento y a las enfermedades.
Otros ven nuestro futuro en las estrellas, lejos de este planeta, que habría cubierto solo nuestra infancia y adolescencia, del que saldríamos como los jóvenes que buscan su nueva casa, alejada de la residencia familiar. Se dedican a buscar posibles hogares para la especie humana, lugares a los que se pueda llegar, pese a las distancias y la pulverización del concepto de tiempo al enfrentar nuestra vida efímera a los grandes espacios del cosmos en los que distancia y tiempo se mide en años-luz. En estos días de celebración de la llegada del hombre a la Luna, comprendemos lo mucho que cuestan los pequeños pasos.
Soñamos, sí.
Pero conforme aquello que soñamos se hace realidad, nuestras especulaciones se hacen más humanas, afectan más a lo cotidiano; ya nos son sueños para el futuro, sino realidades que afectan a nuestra vida cotidiana. Entonces nos damos cuenta que todos esos bonitos sueños tienen su lado peligroso porque acaban usándose para lo mismo. Las promesas de vida eterna solo afectan a algunos, los beneficios para la "humanidad" solo están disponibles para unos pocos privilegiados, o aquello que nos iba a salvar se transforma en tecnología para destruir y dominar.
El diario El País nos trae en su sección de Ciencia Retina, un reportaje y un vídeo complementario titulado "Replicar la inteligencia humana: un sueño que ya cambia todo lo que conocemos", firmado por Zigor Aldama y Olivia L. Bueno (vídeo).
Estos son los dos primeros párrafos del artículo en los que se plantea la idea central:

La inteligencia artificial (IA) disparará la productividad, hará el mundo más eficiente y seguro, alargará la esperanza de vida, servirá para predecir el futuro, prevenir catástrofes e incluso para combatir el cambio climático. Las empresas que desarrollan esta nueva era basada en algoritmos y big data la presentan como el santo grial y pasan de puntillas por los evidentes peligros que también acarrea. Porque, según diferentes estudios y analistas, entre el 14% y el 40% de los puestos de trabajo actuales corre el riesgo de desaparecer debido al efecto combinado de estos sistemas y la robótica.
“El ser humano se verá obligado a formarse continuamente para no quedar obsoleto”, avanza Robin Li, consejero delegado de Baidu. Pero existe un escenario en el que ni siquiera esa formación continua sería suficiente para garantizar los puestos de trabajo: el de la singularidad tecnológica. Aunque todavía es un concepto más apropiado para historias de ciencia ficción, esta hipótesis dibuja un futuro en el que los avances tecnológicos desembocan en una superinteligencia que supera con creces la del ser humano. Y no faltan científicos que la consideran una posibilidad menos remota de lo que muchos otros quieren creer.*


 Todo texto se sustenta, de forma explícita o implícita en unos supuestos, que son los que le dan la coherencia. Lo que se describe se sustenta, como una pirámide invertida, en un punto que es el de partida, por más que se nos ofrezca a mitad de camino. A veces los supuestos no tienen porqué estar ni en el texto en sí, sino formar parte del entorno dialógico del momento. Son esas afirmaciones que no se cuestionan, que se dan por hechas y trasladan de forma sibilina la cuestión central a otro punto, lejos de las preguntas claras que podrían hacer desmoronarse el edificio lógico.
En el texto se parte de un principio no expresado que es el de la inevitabilidad del futuro. Es uno de los efectos retóricos más usados, sustraer la pregunta clave por otra que no afecte a la cuestión central. Te hacen "preguntas" para que no te hagas "la" pregunta.
El tono apocalíptico sobre el futuro se mantiene desde la primera línea y te va trasladando de un peligro a otro. Finalmente te tienes que rendir ante tanta evidencia dada por expertos sobre el desastre. Hablar de los "peores escenarios" es llevarnos de un lugar a otro para evitar hacer la gran pregunta: ¿por qué? ¿Por qué es ese "un futuro inevitable" y esas sus "consecuencias"? o ¿por qué, si es tan malo, lo desarrollamos?

La idea de una "singularidad tecnológica" tiene sus tintes apocalípoticos, pues expresa una especie de Big Bang de un nuevo universo tecnológico. Pero una singularidad es también un "agujero negro". Definir el futuro como un "agujero negro de la tecnología", que nos tragara, es una bonita forma de expresarlo.
¿Por qué invertir las preguntas y plantear que lo que está en juego no es el "futuro" del trabajo sino el "beneficio"? Casi todas las luchas que tenemos abiertas resuelven situación de equilibrio inestable por otras de desaparición de esta circunstancia. El equilibrio inestable entre trabajo y capital, creados por las necesidades mutuas, se resuelve en este caso por la desaparición del "otro necesario". Puedo tener una fábrica automatizada y no necesitar trabajadores, por ejemplo.
Hay más casos: la vida de pareja supone también una situación de conflicto inestable que se sexos se pueden modificar cuando la tecnología me permite la procreación sin la necesidad de un cónyuge del otro sexo. La mujer puede ser inseminada y el hombre puede "alquilar" un vientre. Incluso se puede prescindir del humano y tener una relación emocional y sexualidad con las máquinas, como planteaba la película "Her" (emocional) o las que plantean robots sexuales destinados a compensar la pérdida o rechazo del otro.

Pero estos futuros que se nos ofrecen son ilusiones que nos evitan enfrentarnos a las verdaderas causas de los problemas, como puedan ser la codicia o el egoísmo. Creamos las necesidades y extremamos los conflictos para tener que evitar enfrentarnos a la verdadera raíz.
¿Por qué no se plantea que el futuro del empleo no está en las máquinas sino en las humanísimas manos de los que quieren ser más ricos? El único dato que se nos da en todos los campos es el crecimiento abismal de las desigualdades. No estamos haciendo una sociedad mejor, sino una sociedad en la que algunos viven mejor, mucho mejor que otros. La verdadera pregunta que se nos sustrae es esa.
Para no contestarla creamos unos escenarios falsos que nos distraigan o, mucho mejor, unos villanos que es a quien se responsabiliza para dirigir ira y frustración contra ellos. Me ha sorprendido mucho que a toda esta primera fase apocalíptica del artículo le siga otra responsabilizando a China —para El País o para quienes lo sustentan, una verdadera obsesión— de la desgracia futura. China es la cabeza de turco perfecta.
Nos explican:

¿Podría el futuro superar a la ficción? Sobre todo en China, el país que se ha propuesto liderar el desarrollo de la inteligencia artificial: ya es el que más invierte en el sector, el que más instituciones públicas tiene investigando y el que más patentes registra: un 57% del total, frente al 13% de EE UU y el 7% de la Unión Europea, según el informe de 2018 Artificial Intelligence, a European Perspective, de la Comisión Europea. Y cuenta con 17 de las 20 instituciones de investigación más relevantes en el ámbito de la IA, de acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. “Aunque me gustaría que EE UU ganase la carrera de la IA, si tuviese que apostar lo haría por China”, afirma Thomas H. Davenport, autor de La ventaja de la IA. “China tiene muchas ventajas: un Gobierno determinado, una fuente inagotable de dinero, un creciente número de científicos inteligentes y una enorme población que adora lo digital”, argumenta.
También es el país con menos barreras éticas y legales. Eso permite que los científicos se adentren en terrenos que otros países consideran pantanosos. “Siempre hemos pensado que la inteligencia humana era imposible copiarla y ahora sabemos que algún día podremos comprenderla lo suficientemente bien como para replicarla. Eso supone que no es irremplazable”, asegura Wu Shuang, científico jefe de Yitu, una de las empresas de IA más punteras de China y doctor en Física por la University of Southern California. “Todavía estamos en la fase de dotar a las máquinas de capacidad de percepción y lejos de pasar a las de razonamiento y toma de decisiones. Pero estoy convencido de que las máquinas terminarán adquiriendo sentido común y de que serán capaces de tomar decisiones cotidianas mejor que los humanos”, apostilla Wu, especializado en aprendizaje automático y redes neuronales profundas.*

La capacidad de China de ser el malo de la película es infinita. Parece que toda la paz del universo depende de que China esté a la zaga en todo. La seguridad, en cambio, viene de que el país que lanzó la bomba atómica, que creó el sistema defensivo apodado popularmente como "guerra de las galaxias", que está creando puntos de fricción por todo el planeta, vaya por delante en la carrera de la Inteligencia Artificial.


Desde que se ha convertido a China en algo peor que en un "enemigo", en un "competidor", parece que todo lo malo viene de allí. China, convertida en la fábrica del mundo, gracias a la codicia de las empresas occidentales, es culpable de tratar de saltar al segundo escalón tras la industria como la conocemos. El peligro pues, no es la Inteligencia Artificial, sino que China adelante a los Estados Unidos y Europa. Nuestra geopolítica de cómic permite contar la historia como una película de James Bond.
Ni 5G ni inteligencia artificial, ni Huawei, etc. Una inteligencia china parece un destino peor que el de Terminator. ¡"Barreras éticas y legales"! ¡Bendita hipocresía!
Tras los dos párrafos anteriores se nos dice:

Wu se rasca la cabeza después de 50 minutos de entrevista y reconoce que no tiene tan claro que el ser humano vaya a salir bien parado de la nueva etapa en la que se adentra.*

Y cuando un chino se rasca la cabeza...
En vez de temer al futuro inevitable, deberíamos aplicar esa ética de la que presumimos en ver dónde está el problema. Primero era la automatización que quitaría puestos de trabajo. Primera falacia: no es la automatización lo que elimina puestos de trabajo; es nuestra codicia que antepone el beneficio y deslocaliza cuando le interesa y amortiza después. China no tiene nada que ver con esto, sino una forma de economía irresponsable que es la que abre las enormes diferencias sociales, está destruyendo el planeta acabando de forma irresponsable los recursos y antepone el beneficio a cualquier otro principio ético o responsabilidad. La globalización económica es la gran forma de penetración del mundo occidental en el que está en desarrollo para poder evitar los elementos negativos del desarrollo que se hace más brutal al desplazarlo a países en los que las bajas condiciones de vida obligan a aceptar lo que se les ofrece. No se acepta en cambio, la tercera pata de la globalización, la movilidad de las personas, como vemos cada día.  Creamos tensiones por la degradación de la vida, por la violencia en países próximos o lejanos, pero no queremos que la miseria o violencia que creamos o permitimos, llegue hasta nosotros. El mundo debe estar dividido en dos partes mientras que los capitales y empresas colonizan los países más débiles. La llegada de Trump al poder ha permitido comprender sin subterfugios, en toda su crudeza, la violencia que se ejerce sobre el mundo.


¿Por qué no invertimos en una educación más responsable, más ética (en vez de dudar de la de los demás? Si el problema es la pérdida del trabajo es sencillamente porque creamos empresas que no lo requieren, no por ninguna "ley" histórica. Eso es una falacia. Suprimimos el trabajo porque unos quieren ser más ricos de lo que son y han perdido algo que estaba en la base de la economía clásica desde su principio, su sentido social. Lean a Adam Smith, por favor, en vez de inventárselo. No hay mucha reinversión del beneficio, sino la inversión en la especulación no productiva. Eso se vio durante la crisis anterior; se separaron los tipos de bancos para evitar los mismos errores, pero ya estamos en las mismas. Cuando nos dice que esta generación vivirá (ya lo hace) peor que la de sus padres, ganando menos y teniendo que pagar más por menos cosas, no debemos pensar en "leyes" sino en "voluntades". El futuro lo hacemos cada día.

Otra cosa es que nos avergüence reconocerlo o hacernos responsables.
Invirtamos en ética, es decir, compromiso, sentido de la comunidad; estemos orgullosos de lo que hacemos y no simplemente de nuestra riqueza de cuyo origen nos tendremos que avergonzar. Dejemos de etiquetar a los demás como el origen del mal para evitar que se descubra la porquería que circula por nuestras cañerías sociales.
Creo que nunca ha habido una etapa en la que se aceptara de forma tan natural la explotación, que se teorice y que se pongan los intelectos al servicio de causas antisociales, de la manipulación de la opinión pública y que se permitiera la exhibición de la codicia como un gran valor social y personal.
Pero la segunda fase es la más divertida. La idea de una Inteligencia Artificial que no nos necesite, ese agujero negro que se nos trague a todos, que cree un mundo implacable en el que nosotros, pobres humanos éticos, descubramos que John Connor solo era un mito y nos encontremos al borde de la extinción.
Volvamos al planteamiento anterior. Todo lo que haya será creado para nosotros. Esa forma de IA a la que le sobramos nosotros será también invención, diseño de nuestro propio e imperfecto cerebro animal.
De nuevo, subterfugios por todas partes. Esa máquina no desarrollará su propia ética, sino la que le pongan sus amos blancos. Recordemos el caso, tratado aquí, del algoritmo machista de Amazon, desarrollado para la selección de personal. Es algo más que una anécdota; es el recordatorio que todo lo que hagamos los humanos no será más que una prolongación de nosotros mismos. La máquina somos nosotros mismos haciendo lo que no nos atrevemos a hacer para quedar medianamente bien. Nosotros somos la mejor máquina de crear excusas, de convencer a otros de que no somos responsables de lo que hacemos. Llevamos unos cuantos miles de años creando civilizaciones con "normas sagradas", "formas naturales", etc. que no hacen sino ocultar nuestra "voluntad de poder", por usar el término de Nietzsche.


Desde que han saltado las alarman sobre la automzatización de los puestos de trabajo, con la consiguiente pérdida, las empresas del sector organizan foros y seminarios, publican artículos, intentando tranquilizar a la gente, asegurándoles que no va con ellos. Pero va con todos, porque en el proceso sin freno del desarrollo, la ventaja que tienes un día la tienes que mejorar al siguiente porque si no te pasan por encima. Es una rueda ciega que va más allá de Schumpeter.
Decía el otro día una científica en una entrevista que "no nos debíamos preocupar tanto por la caída de un asteroide que nos destruyera como por lo que hacemos destruyendo el medio ambiente". Tiene toda la razón, es muy bonito preocuparse por la caída de asteroides mientras destruimos el planeta con nuestras acciones irresponsables. Es un ejemplo de lo que señalamos anteriormente como maniobras de despiste, de evitar que nos fijemos en la raíz de los problemas. No es fácil negociar el futuro cuando lo que haces es negociar tu jubilación, forma cotidiana de llamar futuro. Nuestra esperanza humanas ya no son cambiar el futuro, sino que nos quede algo. ¡Un pobre consuelo! Como decía el filósofo Gianni Vattimo hace unos días en el mismo medio, "espero que todo esto no salte antes de que me vaya!" Eso es pesimismo.


El problema de la automatización deja de ser la automatización y toda la atención se concentra en el problema de que sea China quien lo desarrolle primero. Nadie se preocupaba por su teléfono Huawei hasta que empezaron a vender más que las marcas norteamericanas. Desde entonces, todo son peligros.
La automatización llegará y se creará una sociedad al borde de la explosión por los desequilibrios creados. Se avanzará entonces en la inteligencia de control social, en la videovigilancia, como ya se hace. En vez de invertir en elementos que controlen las tensiones de los conflictos, nos volcaremos en el control de las quejas. Para ello hay que crear suficiente mitos que lo expliquen y justifiquen porque unos se ahogan en los mares y otros disfrutan del jacuzzi, que justifiquen por unos los cruzan en pateras y otros en yates y crucero de lujo. Esto, dirán algunos, es así. No hace falta explicarlo.
En Japón y China se está desarrollando una corriente social —alguna vez hemos hablado de ella— que busca anular los principios de la competencia constante, de la comparación y lucha de unos por otros, como se nos enseña cada día, y trata de buscar la felicidad dentro de la propia persona. Cuanto menos deseas, menos sufres, nos enseña el budismo; cuanto menos tienes, menos pierdes. Aprender a ser feliz así es un buen planteamiento ético y respetuoso con la vida, la propia, la ajena y la del mundo en el que vivimos.
Nos lo advierten todos los días, pero nuestra inteligencia humana se ciega con facilidad. La codicia y la esperanza en que gracias a nuestros beneficios, a nuestra riqueza, vamos a poder eludir las consecuencias las acabaremos pagando. ya lo estamos haciendo. 
Podemos echarle la culpa a la IA, pero eso es solo una forma de escondernos.


* Zigor Aldama y Olivia L. Bueno "Replicar la inteligencia humana: un sueño que ya cambia todo lo que conocemos" El País / Retina 26/07/2019 https://retina.elpais.com/retina/2019/07/25/tendencias/1564047718_874415.html?autoplay=1#boton_articulo-comentarios

viernes, 26 de julio de 2019

El cuello de la ministra

Joaquín Mª Aguirre (UCM) 
Cualquier intento del régimen egipcio por mejorar su imagen se salda con un fracaso. De ello no tiene nadie la culpa; solo ellos. Su obsesión con el control se salda siempre con metedura de patas monumental sobre la que luego hay que dar explicaciones. La prensa egipcia trata de enmendar los errores, pero hay límites en los que ya nadie se juega la cara por ellos.
La nueva controversia -una sucede a otra- llega esta vez de la ministra Nabila Makram, la encargada de la emigración, es decir, de los egipcios que residen fuera de Egipto.
En un país en el que desde su moderna fundación en 1952 han existido dos bandos mal avenidos, en donde las cárceles son viejas conocidas de muchos de sus ciudadanos, es normal que la población exterior sea abundante. No solo es cuestión de economía, sino de poner distancia por lo que pueda ocurrir.
A diferencia de otros estados -lo hemos señalado en diversas ocasiones- el estado egipcio tiene un sentido “propietario” de sus ciudadanos, es decir, son una propiedad del estado y estás a su servicio. Cualquier acción que hagas no siguiendo su órdenes es considerada una traición y si no lo paga el de fuera, lo pagarán los de dentro, que pillan más cerca. Las críticas son entendidas como actos de traición.


Recordemos, por ejemplo, lo ocurrido con la cantante Sherine al decir sobre un escenario libanés que ya podía hablar con tranquilidad, después de haber sido previamente denunciada por hacer un chiste sobre no beber las aguas del Nilo. Se consideró difamación de Egipto. Lo mismo es quejarse de cualquier cosa. Hay gente encarcelada por protestar por el terrible accidente de tren en la estación central de El Cairo. Allí no había pasado nada.
Durante las pasadas elecciones presidenciales, una farsa con retirada o encarcelamiento de los opositores, invitando a participar como rival a un declarado admirador, se advirtió a la prensa extranjera lo que podría ocurrir a aquellos que "no informaran con profesionalidad”, que en término egipcios significa aceptar las versiones oficiales. Al director de un medio egipcio le costó el puesto por decir algo que era verdad, que estaban reclutando votantes pagados para cubrir la bajísima participación.


Se podrían poner cientos de ejemplos de estos constantes ejercicios de prepotencia y propiedad de los ciudadanos o de la mera verdad, de la que tienen la exclusiva.
Esta vez ha sido la ministra de emigración, un ministerio clave, pues sirve al régimen para agudizar el control sobre los que están el exterior mediante el objetivo prioritario de confeccionar un censo exterior.
La ministra Makram va recorriendo los países para leerle la cartilla a los egipcios en el exterior, para recordarles que no por estar fuera están lejos de su mano. Como muchos de los que están fuera son opositores, la ministra no ha tenido problema en decirles el destino que les espera.
Así nos lo cuenta, es importante señalarlo, el diario estatal Ahram Online:

Egypt's Minister of Immigration and Expatriate Affairs Nabila Makram said that the intention behind a recent statement she made that has sparked controversy "was not to promote violence towards any Egyptian or foreigner."Makram's remarks came in a statement issued on Thursday in response to foreign media reports about comments the minister made earlier this week at a meeting with the Egyptian community in Toronto. A video of the meeting has been circulated on social media platforms and has stirred controversy.The video shows the minister saying that "anyone who speaks against Egypt abroad will be cut up" while making a throat-slitting gesture.In the statement, Makram said that she attended an informal meeting with members of the Egyptian community in Canada on 22 July."The meeting, like many others that I attend during my trips overseas, was an opportunity for me to engage with Egyptians in an open and supportive environment," she said.During this meeting, she says, "I spoke about unity and the importance of Egypt as a common bridge between various Egyptian communities in Canada and across the world."Makram said that she was speaking about how highly Egyptians living abroad regard their country."In saying this, and in response to members of the audience, I used a colloquial Egyptian-Arabic phrase and made a gesture that has been taken out of context and its intentions misunderstood," the minister said. 


Por muchas vueltas que le demos a la semántica, a la semiótica o a las teorías hermenéuticas, si hay un gesto claro, universal y comprensible es pasarse el canto de la mano por la garganta. En modo alguno puede considerarse un gesto desenfadado o amigable, especialmente si estás hablando de que no vas a consentir que hablen mal de Egipto, obsesión enfermiza, patológica del gobierno.
Es una pena que el mundo se haya llenado de teléfonos móviles y de cámara digitales que permite colocar en las redes sociales la última tontería dicha por un ministro o presidente. 
Los intentos de la ministra se han quedado en sus absurdos comentarios sobre lo que quiere decir su gesto y palabras. La claridad es evidente.
Una de las ideas viejas de al-Sisi y su gabinete era usar ese ministerio para convertir a todos los egipcios en agentes propagandísticos del régimen, defender a Egipto de los “ataques” o “críticas” que se le hacen en los países.


La ministra se ha excedido en sus amenazas, lo que es intolerable en suelo extranjero,
El diario estatal es especialmente duro con lo dicho por la ministra, a la que no necesita añadir comentarios, sino dejar que se explique para quedar en evidencia.
"For many in the audience, and for many Egyptians, the image of their country – particularly in the eyes of foreigners – is highly important. The phrase and gesture I used were implying that many Egyptians living abroad have strong ties to Egypt."As such, they want to protect the reputation of their homeland to the extent that they would openly challenge and want to prove wrong any false assertions made about Egypt," Makram explained."I can understand how the phrase and gesture I made may be construed as offensive or insensitive."In particular, I would like to highlight that my statement was not targeted at any 'dissidents', 'opposition' or 'critics' as has been reported in certain media outlets. Unfortunately, a number of media outlets have not only misinterpreted my statements, but have also misrepresented them to their readers, falsely claiming that I support violence," she stressed.Makram added that she and the Ministry of Emigration and Egyptian Expatriate Affairs recognise the important role Egyptian communities play in the pursuit of the economic, social, cultural and political development of Egypt – development which requires the voice of all Egyptians.*
Intentando arreglarlo, la ministra Makram lo estropea más. De esta forma la amenaza se percibe en su intensidad: los que no tomen una posición activa para “desmentir” las mentiras extranjeras sobre Egipto, quedarán en evidencia y serán considerados traidores. La discusión sobre si es partidaria o no de la violencia es un recurso pueril.No nos imaginamos a la ministra cortando cuello, pero Jamal Khashoggi, que en paz descanse, seguro que sí. Su problema era criticar al gobierno de su país, y el príncipe heredero se lo tomó como algo personal.
Hace mucho tiempo que se habla del plan de transformar a la comunidad exterior en una especie de vanguardia luchadora al servicio del régimen, lo que no deja de ser un motivo más de conflictos presentes y futuros. Lo que quieren es que unos egipcios vigilen a los otros, convirtiendo a unos en ejército y a otros en perseguidos. Esto va más allá de luchar contra la Hermandad. Es todo tipo de disidencia. Por supuesto, los Hermanos ya han aprovechado la metedura de pata de la ministra.


La ministra, el gabinete en su conjunto, no entiende que la forma de arreglar un país no es mandando silencio sino escuchando, creando vida civil, algo que no hace. El actual problema de imagen de Egipto lo ha causado, miré por dónde, la propia ministra con sus propias palabras y gestos. Ella misma se ha cortado el cuello.
Una cosa más. Si se molestan en escuchar y ver el vídeo que ha causado el problema, se darán cuenta que tras las palabras y el gesto de la ministra se escuchan los aplausos de los incondicionales. De esos, nadie habla- 



* "Egypt's immigration minister says controversial statement 'was not to promote violence'" Ahram Online 25/07/2019http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/339628/Egypt/Politics-/Egypts-immigration-minister-says-controversial-sta.aspx