sábado, 30 de junio de 2018

El 30 de junio explicado a todos


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mientras que salir a celebrar en Egipto el 25 de enero puede acabar con tu vida a manos de las fuerzas de seguridad (como Shaimaa al-Sabbagh, la mártir de las flores) o desaparecer (como Giulio Regeni, reaparecido muerto y torturado), celebrar el día de hoy en Egipto es un acto patriótico de gran celebración. El "30 de junio" se celebra el "no-coup", es decir la toma del poder por parte del Ejército que sacó al islamista Mohamed Morsi del gobierno.
La retórica inicial, que posteriormente se fue consolidando, hermanaba el 25 de enero de 2011 con el 30 de junio de 2013 y lo presentaba como una "corrección" del secuestro de la revolución de la Primavera árabe que hizo caer a Hosni Mubarak en Egipto y a otros dictadores en la zona. La propia constitución egipcia enmendada en 2014 habla en su preámbulo del "25-30" como de un hecho conjunto, interconectado. El 30 de junio, explica la versión oficial, el Ejército egipcio sintió la llamada del pueblo y derrocó al presidente Morsi. A esto se llamó "revolución".
Pero esto no es tan sencillo y queda mucho por contar todavía. Los encarcelamientos del jefe militar Sami Anan y de su compañero de viaje político, el ex auditor general del estado, Isham Geneina, se producen cuando el segundo advierte que Anan —arrestado por presentarse a la campaña presidencial— dispone de documentos sobre las actividades del período centrado en el 30 de junio y posterior. La detención del segundo es fulminante. Esto son los hechos; lo que los documentos —esos u otros— puedan mostrar algún día, es ahora puramente especulativo.


El diario estatal Ahram Online publicó ayer una información masiva—proveniente de Al-Ahram Weekly, convertida en centro ideológico del régimen— a la celebración e interpretación del 30 de junio. Los diversos textos firmados por los más afectos al régimen tienen una antesala explicativa: "Egypt’s 30 June Revolution ended the political ambitions of the Muslim Brotherhood, but an accurate account of the group’s aims and methods is still necessary from the region today to correct widespread Western misunderstanding".
El mensaje es sorprendente porque muestra una vez más la idea central del régimen: nadie les comprende o nadie quiere comprenderles, lo que lleva de la ignorancia a la conspiración. Las quejas y el lamento son una constante de la vida política egipcia, tan dependiente siempre del exterior en todo tipo de ayudas y financiaciones debido a su habitualmente desastrosa gestión. Las autoridades están ya acostumbradas a tapar sus carencias mediante echar la culpa a los demás. Esto tiene un efecto muy destructivo e intencionado: abre una separación entre Egipto y los países occidentales y crea un sentimiento antioccidentalista, responsabilizando a los demás de los problemas propios. Cuando Egipto es criticado, siempre se da por supuesto que esas críticas proceden de instituciones controladas por la Hermandad Musulmana, a la que se le concede un enorme poder por su capacidad infinita de manipulación.
El caso del "30 de junio" es especialmente significativo de esta actitud. La insistencia en que Occidente no entiende el papel de Egipto es una de esos constantes mensajes que se repiten para consumo político interno y responsabilizar a otros de los propios errores, algo habitual en la política egipcia.
Los artículos recogido de Al-Ahram Weekly llevan una introducción y una somera presentación de esta insólita celebración, ya que nunca se había "explicado" con tanta intensidad. La presentación del conjunto de artículos explica los motivos por los que los egipcios deben dar las gracias al régimen que tan bien les interpretó sacando del gobierno a Morsi y a los hermanos:

Five years after the millions-strong grassroots uprising that ousted the Muslim Brotherhood from ruling Egypt along with its president Mohamed Morsi, the country continues to suffer from the strains precipitated by a rebellion against an Islamist organisation that had leveraged itself to power behind a democratic façade while its actual practices during its year in power foreshadowed a form of totalitarianism that would have had disastrous consequences for Egypt.
After the successful overthrow of the nascent Muslim Brotherhood theocracy in the 30 June 2013 Revolution, various Islamist groups vowed revenge against the Egyptian people and their new political authorities.
For months, these sustained a campaign of terrorist attacks across the country in the hope of turning the clock back and forcing the reinstatement of the Muslim Brotherhood regime.
Egypt paid dearly in the face of this onslaught in the form of civilian lives, attacks against Christian churches throughout the country, and sacrifices among the Armed Forces and police.
However, the Egyptian people demonstrated their extraordinary capacity for social cohesion as the political forces finalised the new constitution and prepared for the presidential elections in 2014.
In this special section, Al-Ahram Weekly brings together a variety of articles that combine to form a fuller picture of where Egypt stands today, five years after the grassroots uprising that has been so poorly understood in the West.
The West's sometimes negative image of Egypt, largely generated by the Muslim Brotherhood’s massively funded propaganda and lobbying machinery that operates through a network of interwoven interests with governments and influential circles abroad, is one reason why it has been necessary to offer readers an alternative and deeper view of what has happened in the country in recent years.*


Esta parte introductoria del texto está meticulosamente medida en cada uno de sus párrafos para reforzar las ideas centrales del discurso oficial. A través de estas pocas líneas se puede comprender perfectamente la estrategia que trata de cubrir las carencias y justificar las actuaciones ante el pueblo egipcio y los poco inteligentes y mal informados gobiernos occidentales, que es a los únicos a los que se menciona. Ignoramos si Asia y África entienden bien o solo es un problema "nuestro".
En el primer párrafo se canta a las masas que lo apoyaron frente a la pseudodemocracia de la Hermandad, a la que se califica como "totalitaria" y su objetivo, en el párrafo siguiente, como de "teocracia".  Es cierto, una vez más, que el gobierno de Morsi fue autoritario y que su objetivo fue acelerar la conversión del estado. El ejemplo de lo ocurrido con la Turquía de Erdogan sirve de ejemplo: tras el fracaso en Egipto, Erdogan acelera la concentración de poderes y refuerza su discurso y acciones islamistas subvirtiendo la democracia laica existente. Será difícil sacar del poder a los islamistas turcos. El gobierno de Mursi fue poco democrático. Pero tampoco se puede decir que el de Al-Sisi lo sea. Las iniciales proclamas de democracia que cristalizaron en la constitución enmendada de 2014 se vieron pronto defraudadas.
La versión del gobierno egipcio es siempre que ellos defendieron la democracia frente al totalitarismo islamista. Los hechos muestran lo contrario: la represión aumentó en Egipto. Se hizo contra la Hermandad volviendo a la lucha de décadas, desde Nasser, pero también se hizo contra los demócratas y críticos, que eran quienes se habían levantado inicialmente contra Mubarak. La responsabilidad de que los Hermanos se hicieran con el poder es exclusivamente de los gobiernos de la época de Mubarak que impidieron la creación de partidos e instituciones democráticas dejando a la Hermandad como único grupo fuerte organizado, junto a los salafistas. Fueron ellos los que barrieron en las elecciones democráticas. Es cierto que engañaron a todos presentándose como partidarios de una democracia que nunca pusieron en marcha, pero también es cierto que lo que pidieron no era un "no-coup" sino que abandonara la presidencia del país y convocar nuevas elecciones. Pero la obcecación de Morsi no supo ver su propio fracaso político ni que tenía la serpiente dentro de su gobierno en los papeles del ministro del Interior y de Defensa, que sería quienes organizarían todo para sacarlos del poder.


El apoyo mayoritario de partidos y probablemente pueblo para que se fueran los islamistas pronto se quebró cuando la brutalidad de la represión dejó mil muertos en las calles y miles de encarcelados. Muchos, como Mohamed el Baradei, cogieron la puerta y no regresaron.
Desde entonces, el Ejército egipcio, que es quien controla el país (como siempre) ha hecho lo único que sabe hacer medianamente, controlar el país con mano de hierro. La represión, hemos señalado, es muy superior a la época de Mubarak. Pero hay una consideración importante que hacer: no solo se ha reprimido a los demócratas, sino también a los periodistas (más de 500 bloqueos  de sitios web, y una gran contestación contra las nuevas leyes represoras de la información y amenazantes para los profesionales), artistas, etc. La censura es superior a todo la anterior porque en la época de Mubarak estaban despuntando las redes sociales ("We want Facebook!", era la proclama) y ahora se han intensificado, lo que ha desatado la vigilancia del régimen sobre los usuarios y la idea de hacer un "facebook egipcio".
El régimen del 30 de junio, que hoy se celebra, tiene características propias. Está altamente centrado en Abdel Fattah al-Sisi como figura providencial, salvadora y refugio ante todos los males; tiene unas pretensiones "virtuosas" con las que pretende mantener a los más tradicionalistas dentro de su ámbito, algo poco probable, pues seguirán con su filiación islamista; carece todavía de un partido soporte para canalizar el control local y asegurarse el clientelismo (este aspecto está en marcha después de las elecciones presidenciales recientes); y trata de presentarse como un recurso hacia el futuro ante el pueblo egipcio. En lo internacional, en cambio, casi todo son problemas de enfrentamientos. Ha sido condenado por la mayor parte de la instituciones internacionales, incluido el Parlamento Europeo, por su pisoteo de los Derechos Humanos.


En el texto de Ahram Online se habla de "mal entendimiento" de Occidente. En realidad es lo contrario, Occidente ha entendido demasiado bien la retórica de los discursos del régimen. Esto implica que el único "amigo" que le queda (y es difícil saber si realmente lo es) es Donald Trump, un amigo complicado y que se ha aprovechado de la soledad internacional de Abdel Fattah al-Sisi, que coquetea como siempre han hecho los egipcios con la Rusia de Putin, con riesgo de perder la financiación militar y de otro tipo que recibe el país. Los saudíes se cobran todo lo que dan directamente y se han convertido en amos más que socios, por más que el orgullo egipcio lo disfrace de solidaridad. Con los vecinos del sur, la complicación es grande debido a la Presa Renacimiento, que ha abierto conflictos con la administración del agua del Nilo, que Egipto considera propia ignorando los mapas. Con la presa, además, Etiopía se desarrollará fuertemente y ya tiene contratada energía eléctrica con los países de la zona, que no apoyan las pretensiones egipcias.
La insistencia del texto de presentación sobre la "revolución popular", sobre el levantamiento, es un intento de mostrar la cohesión del régimen precisamente en un momento en el que el pueblo egipcio ha sido llevado al límite del sufrimiento por la estrategia brutal de reconstrucción de la economía, un lastre insoportable para cualquier país, fruto del abandono, la rapiña y la mala gestión de décadas de intervencionismo y compadreo económico. La economía egipcia es una farsa subsidiada y amiguista que ha servido para frenar lo único que el pueblo no puede evitar: sentir hambre.
El régimen carece de ideas y de sensibilidad para afrontar una crisis como la creada por la depreciación de la libra, reducida a la mitad por el nuevo cambio, y una inflación del 30%. La reforma fiscal ha sido acusada de centrarse en la clase media  y de proteger el patrimonio de los ricos.
Son muchos los movimientos en este último año por parte del régimen. Ha recrudecido la represión, pero también se perciben tensiones entre los intereses representados por el parlamento y el gobierno, al que sienten alejado y, especialmente, con una política que se limita a seguir las instrucciones de arriba. El movimiento para fabricar una oposición y aparentar una democracia ha sido paralelo a la farsa electoral presidencial, en donde se buscó un candidato "opositor" (declarado admirador de su rival) mientras que se encarcelaba a casi todos los demás aspirantes. Solo se libró el que se retiró, como Mohamed Anwar el-Sadat, quejándose de haber sido sometido a difamaciones. Los demás todavía están detenidos.


Mi modesta opinión es que estos artículos no están hechos para explicar nada a Occidente, sino son una forma de justificación ante el propio pueblo egipcio, frustrado por la situación económica. La situación de crisis exige un esfuerzo recordatorio de porqué los egipcios deben aceptar la situación actual como una especie de "sacrificio" por haberles librado del gran enemigo, la Hermandad Musulmana y, en su conjunto, los islamistas.
La finalidad de estos discursos es, pues, pedagógica y defensiva. Están centrados en reforzar los cimientos del régimen, en recordar las amenazas para garantizar que el discurso del miedo sigue funcionando. Cuando en Egipto se invoca la "unidad", se debe traducir como apoyo a la presidencia y a lo que representa, la personalización de la igualdad creada "ejército-estado-pueblo". Frente a esa "unidad" se encuentran los traidores nacionales y los conspiradores extranjeros, grupo este último variable. Siempre se presenta la unión de los enemigos interiores y de los exteriores. En la versión oficial los gobiernos del mundo despachan cada mañana con los representantes de la Hermandad que les informan sobre cómo castigar a Egipto por su bravura y entereza. Eso se sugiere y eso cala en el pueblo egipcio que no ha acabado nunca de entender porque todos les envidian en la situación tan precaria en que se suelen encontrar. Pero la respuesta les llega del nacionalismo patriotero: los egipcios son únicos. Esa es la idea que permite mantener la cordura en un país que hace agua en una crisis de varias dinastías faraónicas.
Habla el texto introductorio a los artículos didácticos  de la "West's sometimes negative image of Egypt". Se identifica, una vez más, Egipto con su régimen. Pues no a Egipto a quien se critica sino las acciones que se realizan.


La difícil situación de los activistas que tratan de mantener la esperanza en que el régimen pueda renovarse alguna vez sin caer en manos de los islamistas y de los militares y lo que tras ellos está a la sombra, no mejora. Muchos de ellos han tirado la toalla ante la situación actual, en la que son presentados por el aparato mediático como conspiradores y delincuentes al servicio de envidiosas potencias extranjeras. Son la esperanza de un país que no cierra heridas y las abre cada día.
Los islamistas son un cáncer en Egipto, voraces y dogmáticos. Engañaron, efectivamente, a todos. La mano tendida de los carteles electorales de Morsi no era más que una ilusión óptico política. Tenían y tienen su bien arropada organización dispuesta a salir a la luz cuando sea necesario y controlan amplías zonas del país donde tienen sus poder social bien asentado. Los islamistas no se fueron; lo hicieron sus líderes, pero la fuerza de su base social (70% de los escaños en el primer parlamento) permanece agazapada y es alimentada por el encierro de liberales, activistas y artistas, gracias al conservadurismo centralizado puesto en marcha por al-Sisi y su ministerio y los jueces. Con ello el régimen está cavando su propia tumba, pues lo que está surgiendo de nuevo es ese partido oficialista al que tan buen partido le sacó Mubarak para poder controlar localmente y asegurarse la fidelidad de los agraciados.
Es difícil que la situación mejore mucho en Egipto en estas condiciones. Seguirá siendo criticada y denunciada —para irritación del gobierno— por parte de las instituciones públicas y privadas. La llegada de Trump —al que no le importa nada Egipto— ha sido un pequeño respiro, pero poco más.
Las iniciativas, como construir escuelas "japonesas" para los hijos de las élites, dado su precio prohibitivo de matrícula, no dejan de ser brindis al sol y experimentos que serán recordados como anécdotas. Las iniciativas para acabar con la sobrepoblación o con el analfabetismo, verdaderos dramas sociales, tampoco van mejor encarrilados. Las órdenes que llegan desde la presidencia dejan pasmados a los soldados rasos que las tienen que poner en práctica.


La glorificación de un momento triste, como fue el 30 de junio de 2013, es un ejemplo de esta actitud retórica que no lleva a ningún lado. El 30 de junio el pueblo había pedido la salida de Mohamed Morsi del gobierno y la realización de nuevas elecciones. El Ejército solo le dio la mitad, la toma del poder. La elecciones que se hicieron primero fueron las presidenciales y solo después de haber diseñado una ley electoral que asegurar el poder, las generales. No solo era el poder lo que se aseguraba, sino la desaparición de la posibilidad de emergencia de partidos. Se creó una fachada electoral para asegurar al presidente y al gobierno el control de la cámara. El resultado está ahí, la pronta repetición de la comedia, con un futuro partido poderoso y otro que haga el número de la oposición.
Cuando se les critique, harán ver que no son comprendidos. Sin embargo, lo que ocurre en Egipto es perfectamente comprensible para todo el planeta, incluidos los egipcios, quienes viven su peculiaridad con resignación, por el momento. Los pinchazos de la crisis acabarán pasando factura si no se da un poco de oxígeno a los egipcios.
No sé si hay salida a todo esto, pero por mi parte yo se la deseo. Prosperidad y libertades que permitan al país mostrar no su excepcionalidad, sino su normalidad, que es lo que necesita. Necesita toda su energía para hacerlo.


* "30 June: Five years on"  Ahram Online 29/06/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/305804/Egypt/Politics-/-June-Five-years-on.aspx






viernes, 29 de junio de 2018

Economía, fútbol, política y viceversa


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los efectos de la salida de Egipto de la Copa del Mundo siguen a través de diferentes tipos de manifestaciones. Tras la decepción y la ira, los egipcios tratan de dar forma a sus sentimientos de formas diversas y compensatorias. Se trata de alcanzar un punto de explicación, de racionalizar lo ocurrido en Rusia. En  última instancia, se trata de levantarse en la mañana tras el sueño que acabó en pesadilla, tal como la propia prensa egipcia lo calificó.
Las crónicas deportivas van perdiendo protagonismo en beneficio de un tipo de discurso mixto en el que las analogías desde otros campos tratan de servir de ayuda para la asimilación. En un Egipto asolado por la crisis económica y destrozado por los recortes de los subsidios a la energía y a los servicios básicos, el fútbol trató de quitar el sabor amargo de la vida, dejando finalmente un peor amargor.  El diario estatal Ahram Online  publicaba este reconocimiento de la dura realidad por parte del gobierno "Consumers will not bear cost of increase in food prices after fuel subsidy cuts: Minister of Supply". La idea no deja muchas salidas:

El-Mosielhy held a meeting on Thursday with major food producers and importers, as well as representatives of the Chamber of Commerce Union, where they agreed to bear the cost of increased food prices.
The minister said that all parties have pledged not to raise retail prices for food products, with producers, importers, wholesalers and retailers bearing the cost of the increased transportation expenses.*


El gobierno echa la responsabilidad de la crisis sobre aquellos que también la padecen. ¿Con ello pretende liberarse? Si el gobierno sube los precios de las energías, ¿pretende que eso lo absorban de forma artificial los productores, importadores, etc.? Es otra forma más de enmascarar el problema real de la economía egipcia, en donde los problemas que unos crean los han de pagar otros.
Es una forma extraña de entender los problemas y sobre todo, de entender el funcionamiento de la Economía pasando de los subsidios del estado a los "subsidios" forzosos con los que los productores e intermediarios deberán evitar la elevación de los precios cargando ellos con los incrementos de los costes. El gobierno sube los precios y luego pretenden que los demás no lo hagan. Es una confesión de impotencia y una desfachatez que trata de echar la responsabilidad a los que producen. De esta forma, el gobierno acusará de poco patriotas a los que tratan de salvar sus empresas y negocios del desastre creado por los gobiernos egipcios. Ya saben contra quién deben irritarse los egipcios.
Y es que ya sea por la economía o por el deporte, Egipto es un gigantesco dedo acusador en busca de culpables. La fusión de la Economía y el deporte la encontramos hoy en Ahram Online, con el titular 'There are lessons to learn from Egypt's World Cup experience', says prominent economist Mohamed El-Erian". En él se nos explica las razones de la debacle y cómo deben reaccionar los egipcios. El diario nos hace un resumen de las razones:

Rather than treat Egypt's dismal from the World Cup campaign as a failure, Egyptians should view it as a learning experience, one that can guide the country as it seeks to achieve its full potential; with these words prominent economist Mohamed El-Erian opened his op-ed for Project Syndicate.
After finally managing to make it to the World Cup following a 28-year absence, Egypt lost all three of their group games, managing just two goals while conceding six.
El-Erian believes that there are lessons to learn from Egypt's World Cup experience in Russia, after the Pharaohs demonstrated that they are capable of competing at the highest international level.
First of all, Egyptians should manage expectations, which according to El-Erian, ended up far exceeding what the team could realistically achieve in the tournament.
Given Mohamed Salah's shoulder injury ahead of the World Cup, Egypt's prospects at the tournament were further compromised by the loss of the Liverpool star forward during the build-up for the Russia finals.**


Los economistas suelen explicar mejor lo que ya no tiene remedio que lo que está por llegar. El mensaje de sus palabras suele ser uno de los mantras económicos más repetidos cuando ocurre alguna desgracia: es una oportunidad. "Oportunidad" en este tipo de discursos tiene un sentido diferente al habitual, ya que suele llevar la debacle previa. Un terremoto, por ejemplo, puede ser percibido como una "oportunidad" porque reactiva una serie de sectores: hay que construir casas, reconstruir carreteras, etc. Llamamos "oportunidad" a un terremoto porque no nos queda más remedio.
El consejo inicial incluye el realismo, es decir, el manejo de las expectativas. Es un consejo que se debe tener en cuenta cuando uno monta una empresa para no ir al desastre. Pero el fútbol, como el deporte en general, vive de generar excesos de expectativas, de vender sueños de gloria, que es la forma en que los medios fomentan el interés y el debate que engrosa sus arcas. El fútbol no se juega para gloria de los países, sino para gloria de los medios y la empresas que les cobran derechos millonarios que ellos han de recuperar en publicidad. Con realismo no se sienta la gente ante el televisor. Hay que vender que se "ganó" a Uruguay aunque el resultado fuera 1-0 en contra porque hay que vender después que se puede ganar a Rusia, aunque se pierda 3-1 y hay, finalmente, que vender que la honra nacional está en juego ante Arabia Saudí, convirtiéndolo en caso de Estado. La euforia casa bien con los medios, pero en la economía produce "burbujas" y eso es lo que se ha vendido. Es fácil pedir realismo a 90 millones de soñadores.
Otro factor —también propio de economistas— es el aumento de la responsabilidad de Sergio Ramos en la crisis debacle egipcia. Convertido en súper villano tras la lesión a Mo Salah, la cuestión ha ido variando según los momentos. Primero la indignación; luego la esperanza en cada partido. Tras la derrota, se vuelve a los orígenes y a insertar en cada artículo que Salah había sido lesionado. Salah fue declarado mejor jugador tras uno de los dos partidos jugados y ha sido el autor de los dos goles egipcios. 
Hay más que aprender de las oportunidades:

The second lesson is to diversify Egypt's attacking approach instead of continually relying on their star Salah, describing recently-departed manager Hector Cuper's tactics as "slow to evolve, even after opponents double and triple-teamed Salah."
The third lesson is to remain focused and never let up until the final whistle, a shortcoming that proved rather costly when Egypt conceded twice in stoppage time of both halves in a bitter 2-1 defeat to Saudi Arabia in their final group game.**

El siguiente en la lista de villanos es Héctor Cúper, el entrenador, al que la prensa ya se refiere como "el entrenador mejor pagado de África". Desde la primera derrota se aplicó el principio de que si no se juega adelantado, no se meten goles, olvidando la otra cara de la moneda: si se juega muy adelantado, se reciben más goles. Una vez terminados los partidos, es la realidad contra la fantasía, lo que ha sido frente a lo que hubiera podido ser. Cúper es una víctima perfecta porque nunca podrá demostrar que jugando de otra forma se hubiera perdido por goleadas mayores.


Pero el economista saca sus propias consecuencias que son extrapolables a la vida económica, en la que también se debe buscar la "diversificación" y una mayor "agresividad", entendida como aspiraciones, riesgo, etc. Todo el artículo habla del "equipo egipcio", que es Egipto mismo, como se puede apreciar en los últimos consejos con claridad:

The last lesson is to allow Egyptians to ply their trade abroad as much as possible, where players like Salah can "deepen and expand their skill sets, while developing a broader strategic understanding of the game."
El-Erian concluded his op-ed by reiterating that Egyptians should view the World Cup as a learning experience, one that can help guide the country as it seeks to achieve more fully its considerable potential on multiple fronts.**

El análisis tiene poca eficacia y es más una semi analogía entre el destino de Egipto en la vida y en el Mundial. Lo simbólico corre el riesgo de ser demasiado obvio y que se confunda con la realidad. La pérdida de los partidos en el Mundial no significan más que lo que los egipcios quieran que signifique. Es ahí donde reside la clave. Si se convierte el fútbol en algo transcendental, la derrota es transcendental y deprimente en todos los niveles.
Los responsables últimos son aquellos que han jugado con las expectativas en su propio beneficio, alentando ensoñaciones de hasta dónde se podía llegar, a conquistar el mundo. Es el propio régimen quien ha jugado con el simbolismo desde las mismas páginas de la presidencia en sus comunicados. Ahora, parlamento y gobierno han puesto en marcha investigaciones para buscar responsables: "The Committee described the Pharoah’s first appearance in 28 years at the most prestigious of sporting events a “disgraceful representation” and the loss as “humiliating,” accusing the FA of making “serious violations,” in an emotional statement released on Monday."***


Las expectativas —en cualquier campo— se vuelven contra quien las crea cuando no se cumplen. Los que esperaban un poco de alivio durante el mundial tienen ahora lo contrario, una herida abierta.
Otra noticia deportiva en Ahram Online nos sitúa en las reacciones de los deportistas: "Egyptian ping pong champion Assar expelled from Mediterranean Games over 'offensive comments' about Egypt"***

Ping pong player Omar Assar was expelled on Thursday from the Egyptian delegation participating in the Mediterranean Games in Spain over "offensive comments" he made about Egypt after his match against Turkey's player.
“Morals are more important than prizes, and regardless of what happened, he should not insult the country,” president of the Egyptian Table Tennis Federation Moataz Ashour told Ahram Online.
The exact nature of Assar's comments is unclear.
Assar's agent Mohi Fouda told Ahram Online that "the player's knee had been swollen a few days before [the match], and the delegation knew this, so during the match he felt pain but wanted so much to win this game, so any offensive comments were made due to nervousness and were unintentional."****


El incidente no se explica más que lo justo, pero parece que hay un clima enrarecido entre los jugadores y las federaciones. La presión es excesiva sobre los jugadores y se acaba estallando. Eso suele ocurrir, pero aquí llevan todo sobre sus espaldas. Tiene que representar a Egipto, a un Egipto victorioso que no siempre puede vencer y sobre el que se crean unas expectativas enormes. La federación de fútbol —la tercera villana— pagará la debacle y a Omar Assar le tocará otra parte de la frustración.
Como contrapartida a este ambiente tan extraño, Egyptian Streets***** nos cuenta cómo el descubrimiento del domicilio de Mo Salah llevó a la policía a tener que intervenir para frenar a la legión de aficionados que querían saludarle. Los egipcios saben que es un valor seguro, al que admirar y con el que soñar, ya sea para tocar la gloria o para olvidar un rato las miserias propias y las decisiones de quienes les dirigen.


Pese a la idea de El-Erian, es bueno distinguir las "desgracias" de las "oportunidades". Parece que a los economistas egipcios se les da mejor analizar el fútbol que la propia situación económica, que sigue siendo mucho más complicada que ganar o perder partidos en fútbol o tenis de mesa. La mezcla de la política y el fútbol no es nueva, pero puede ser una combinación explosiva cuando no resulta como se espera. Las virtudes del deporte son grandes, pero las del espectáculo son otras muy diferentes. También hay que tener cuidado con las confusiones. Lo último que necesita Egipto es acumular frustraciones. Ya tiene bastantes con las que la política y la economía le dejan cada día.


* "Consumers will not bear cost of increase in food prices after fuel subsidy cuts: Minister of Supply" Ahram Online 28/06/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsContent/3/12/305749/Business/Economy/Consumers-will-not-bear-cost-of-increase-in-food-p.aspx
** "'There are lessons to learn from Egypt's World Cup experience', says prominent economist Mohamed El-Erian" Ahram Online 29/06/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsWorldCup/2018/305777.aspx
*** "Egypt government and parliament to investigate World Cup 'failure'" Ahram Online 26/06/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsWorldCup/2018/305532.aspx
**** "Egyptian ping pong champion Assar expelled from Mediterranean Games over 'offensive comments' about Egypt" Ahram Online 28/06/2018  http://english.ahram.org.eg/NewsContent/6/56/305767/Sports/Omni-Sports/Egyptian-ping-pong-champion-Assar-expelled-from-Me.aspx
***** "Police Intervenes After Fans Flock to Mo Salah’s Home in Cairo" Egyptian Streets 28/06/2018 https://egyptianstreets.com/2018/06/28/police-intervene-after-fans-flock-to-mo-salahs-home-in-cairo/





jueves, 28 de junio de 2018

Las violaciones en grupo


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El diario ABC recoge la carta de la mujer víctima de la violación en grupo en el caso denominado de "La manada". Hay diversas aclaraciones de psicólogos y expertos en estas situaciones en las que desarrollan la energía depositada en sus palabras tras el inmenso apoyo popular cosechado. La sociedad ha estado mayoritariamente con la víctima en una batalla con los prejuicios patriarcales y con las sentencias judiciales que no han satisfecho a nadie, ni a políticos ni a ciudadanos.
El caso tiene una serie de circunstancias que revelan la peculiar deriva del machismo agresivo en este país en el que se ha pasado de las violaciones individuales a la violaciones en grupo, fenómeno que nos emparenta con sociedades altamente patriarcales en la que este fenómeno tiene una significación específica.
Ayer tuve ocasión de participar en un tribunal de Trabajos de Fin de Máster en el que una de nuestras alumnas chinas hizo una exposición de la cuestión de las violaciones en diferentes países asiáticos (China, Japón, Corea del Sur, India), sobre su tratamiento mediático especialmente. Al término de su exposición, hice algunas consideraciones sobre el fenómeno de las violaciones en grupo que me gustaría poder desarrollar brevemente aquí, con referencia a este caso que ha conmocionado e indignado a la sociedad española, con trascendencia mundial, y que repercutido en la imagen de la Justicia por los desacuerdos sobre la valoración de los hechos y las condenas.
El fenómeno de la violación en grupo que se está dando en España queda bien definido por los aspectos simbólicos presentados por la idea de "manada". A diferencia de lo que ocurre en otras sociedades en las que la violación en grupo puede ser una forma de castigo contra atentados al "honor" familiar o del grupo, lo ocurrido en España es otra cosa. Hay un amplio abanico en la violaciones en grupo: de las violaciones en zonas de guerra, en donde los vencedores implantan el terror mediante los ataques a las mujeres como una forma de humillación a los vencidos y botín sexual, hasta aquellos casos en los que las mujeres son violadas por parte de los miembros de sus propios grupos como forma de castigo en una especie de expulsión ritualizada.


La violación en grupo tiene unas diferencias importantes con las de los violadores tradicionales que buscan esconder sus hechos. Un rasgo esencial de estos casos es su afán de notoriedad, que se suele manifestar por compartir sus fechorías con las redes sociales en donde suben vídeos o fotos. Hemos visto recientemente otros tipos de agresiones a mujeres, mendigos, inmigrantes, etc. en los que la "diversión" es agredirles y el premio los efectos de la difusión mediática a través de sus cuentas de Facebook, canales de YouTube, etc.
No hay duda que hay una forma de sexualidad pervertida en lo realizado por "La Manada", algo que va más allá de la violencia y que revela su propia incapacidad para la normalidad. Esa misma anormalidad patológica es la que está presente en los que comparten el disfrute, la admiración hacia aquellos que son capaces de violar en grupo.
"La manada" se refuerza internamente con cada asalto sexual; es una especie de "hermandad" que se siente más unida realizando este acto de agresión hacia las mujeres que caen en sus manos tras noches de paciente observación hasta elegir la víctima adecuada.
Como sociedad, debería preocuparnos que entre quienes han realizado esta horrenda agresión sexual haya un guardia civil y un soldado. No es mi pretensión en absoluto responsabilizar a los cuerpos que acogieron a estas personalidades anormales, pero sí preocuparme por qué eligieron ellos esas profesiones. Evidentemente no tienen "vocación de servicio". Hay instituciones que atraen a determinadas personalidades porque representan para ellos "poder"; policía y ejército lo son. En ellas pueden encontrar un amparo a esa "masculinidad" enfermiza. No es la institución en sí, sino la representación mental que ellos tienen de ella.


La violación en grupo no es solo un acto de violencia sexual. Es el uso de la sexualidad violenta para poder sentir el poder que luego otros deberán admirar. Es lo mismo que hay tras las violaciones en las zonas de guerra, otra demostración de poder; la demostración de la superioridad de un grupo frente a otro o, finalmente, la sanción del propio grupo. Lo absurdo del caso, lo peligroso y que revela la enfermedad de sus integrantes es que es su ego disminuido y agresivo el que les guía. Es su forma de demostrar una masculinidad que no tiene capacidad de manifestarse de forma normal porque son incapaces de mantener una relación emocional. Para ellos solo existe el "premio". Una persona que participa en una violación en grupo demuestra que es de la sensación de poder de donde proviene su propio placer y, especialmente, de la sensación de admiración que despierta en aquellos que les aplauden.

Como sociedad, debemos analizar el caso más allá de la ira. Hay que preguntarse por qué se forman estos grupos que salen de caza en fiestas y fines de semana. Hace mucho tiempo que la sociedad española no comparte valores; estamos demasiado pendientes de nuestras fisuras y menos de repararlas. Desde hace unas décadas, se crece en un modelo en el que el egoísmo es el centro, algo que se manifiesta en fenómenos como la corrupción o la explotación laboral de los jóvenes, que llegan después a conclusiones implícitas en estos procesos de mal aprendizaje.
Un violador puede considerarse un enfermo mental, pero unos violadores en grupo son algo más, de igual forma que distinguimos entre un ladrón y una trama organizada que corrompe las instituciones. A los jueces les corresponde considerar sus casos, pero a todos nos corresponde mirar el problema, preguntarnos por sus orígenes y por sus posibles remedios. Ignorarlo es tener casos similares. Por lo pronto, han aumentado las denuncias por violencia sexual. Ya es un paso, pero quedan muchos más por dar.
El progresivo avance de las mujeres, su visibilidad mayor y más ajustada a la realidad, contrasta con la forma sexualizada de usar su imagen, que convence a algunos perturbados que es un "objeto" a su "servicio", un "objeto" de usar y tirar. 
Muchos reaccionan airadamente ante esta expansión de la mujer hacia sus derechos, trabajo, etc., que consideran un ataque a sus egos masculinos, una disminución de sus poderes. La violación en grupo es un acto de "poder", una respuesta machista agresiva. Es patológica, pero también es "política". También el poder tiene sus enfermedades. Es lo que nos muestran allí donde se practican con profusión, de las guerras a la esclavitud.
Los "señoritos" salieron de caza para demostrar al mundo de lo que eran capaces. Lo han hecho. Ahora debemos responder como sociedad ante el problema subyacente.


Anexo
Carta íntegra de la víctima

Hola a todas y a todos,
Supongo que esta carta pensaréis que es para contar mi versión y mi vivencia, pero no es así. Esta carta es de agradecimiento. Mamá, papá, gracias no solo por el apoyo sino por sacar fuerzas de donde no la teníais y habérmelas dado a mí.
Gracias por todo lo que me habéis enseñado y por todo lo que me enseñaréis, pero sobre todo por no abandonarme, ni abandonaros a vosotros por mucho que quisierais. Gracias a mis tías, a mis abuelos, a mis tíos y mis primos. Por hacerme ver que en esto se basa una familia. En estar siempre, pase lo que pase.
Quiero también dar las gracias a mis personas, mis elegidas, las mejores elecciones que he hecho en esta vida. Por apoyarme, llorar conmigo, enfadaros porque no tenía sentido lo que sentía. Por reír, por hacerme ver que lo mejor y lo peor de la vida hay que compartirlo, por odiar y sobre todo por querer. Vosotros me levantáis.
También quiero dar las gracias a todas las personas que me han ayudado en este camino. Ojalá nunca os hubiera conocido, pero la vida es así y te trae a las mejores personas en los peores momentos y eso es por algo. Ojalá nunca te hubiera conocido, amiga, de verdad. Pero gracias a esto tengo una persona imprescindible en mi vida. Compañera de batalla, que sé que nunca voy a olvidar.
También quiero agradecer a toda la gente que sin conocerme tomó España y me dio voz cuando muchos me la intentaron quitar. Gracias por no dejarme sola. Por creerme, hermanas. Gracias por todo, de corazón.
Gracias a todo el mundo que haya hablado de mí un segundo para repudiar lo sucedido. Asociaciones, personas de la calle, personalidades políticas, famosos, periodistas que me hayan respetado y, en general, a todo el que se haya preocupado por mí. Gracias por hacerme sentir otra vez parte de la sociedad en que parece que si te violan tienes que llevar el cartel de violada pegado en la frente. Gracias por luchar, gritar, llorar y apoyar esta causa.
Por último, para mí lo más importante: denunciad. Nadie tiene que pasar por esto. Nadie tiene que lamentarse de beber, de hablar con gente en una fiesta, de ir sola a casa o de llevar una minifalda. Nos tenemos que lamentar todos de la mentalidad que tiene esta sociedad donde esto le puede pasar a cualquiera. Os lo aseguro.
Tened cuidado con lo que decís, no sabéis cuántas veces he oído hablar de ‘la chica de Sanfermines sin saber que esa chica estaba sentada a tu lado. Por cierto, no soy ‘la chica de Sanfermines’. Soy la hija, nieta, amiga y a lo mejor, ese ‘de’ sois unos de vosotros, así que por favor, pensadlo antes de hablar.
Igual que estamos mentalizados y no bromeamos con enfermedades, no podemos bromear con una violación. Es indecente y está en nuestras manos cambiarlo. Por favor, solo pido que por mucho que penséis que no os van a creer, denunciéis. Os puedo asegurar que todo el camino que hay que recorrer no es plato de buen gusto, pero qué hubiera pasado si yo no hubiera denunciado, pensadlo.
Está muy bien condenar unos hechos, pero todos tenemos que ser partícipes del cambio. Personalmente, con que mi caso haya removido la conciencia de una persona o haya dado fuerzas a otra persona para luchar, me doy por satisfecha.
Para todas las mujeres, hombres, niñas, niños que estáis pasando por algo parecido: se puede salir. Pensaréis que no tenéis fuerzas para luchar, pero os sorprendería saber la fuerza que tenemos los seres humanos. Contadlo a un amigo, a un familiar, a la policía, en un tuit, hacedlo como queráis, pero contadlo. No os quedéis callados, porque si lo hacéis, les estáis dejando ganar a ellos.

miércoles, 27 de junio de 2018

El duro regreso o más que fútbol


Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Mal acabó la que Ahram Online llama en varias de sus informaciones y titulares "la pesadilla de la Copa del Mundo" ("Egypt arrive back in Cairo after nightmarish World Cup campaign"*). Lo que empezó con la irritación del egiptólogo Zahi Hawass por que el Museo Británico hubiese ofendido a los antiguos dioses por colocar junto a sus estatuas un objeto tan profano como las botas de Mohamed Salah, ha terminado con el peor escenario posible: la "vergonzosa" derrota ante Arabia Saudí. Demasiado para el pueblo egipcio, demasiado para los 90 millones de egipcios que necesitaban un luz en el túnel, una razón para creer. Hawass habló entonces de la maldición de los faraones ofendidos; todavía no se lo han recordado, pero alguien lo hará. Cualquier cosa vale para tratar de borrar la pesadilla.
Las reacciones ante la derrota final, sin aspirar a nada más que a mantener el orgullo de una victoria nunca alcanzada en un mundial ante la poderosa en otras cosas Arabia Saudí, no ha dejado de sucederse desde el pitido final. Empecemos por arriba, por el propio gobierno y parlamento. El titular "Egypt government and parliament to investigate World Cup 'failure'" nos indica que la derrota en la campaña se ha convertido en una cuestión de Estado:

Newly-appointed Egyptian Minister of Youth and Sports Ashraf Sobhy has implicitly stated that the ministry will investigate the national football delegation in the 2018 World Cup, echoing the parliamentary Sports Committee that has also opened an investigation.
"We will not let the situation pass so simply, of course" the former Football Association member stated on Facebook Monday evening.
The Egyptian national team, having gained huge support from people, investors, and the government under the guidance of President Abdel-Fattah El-Sisi, failed to secure a single win in their three group stage games, losing 1-0 to Uruguay, 3-1 to hosts Russia and 2-1 to Saudi Arabia.
The Committee described the Pharoah’s first appearance in 28 years at the most prestigious of sporting events a “disgraceful representation” and the loss as “humiliating,” accusing the FA of making “serious violations,” in an emotional statement released on Monday .
The statement listed five main points they will investigate after the public outrage, including mutual allegations from FA members of illicit gains, issues with sponsorship deals and a lack transparency in the ticketing system.
They will also investigate embarrassment caused to the team's star Mohamed Salah "which caused British media outrage after his meeting with head of Chechenya Republic Ramzan Kadyrov".
The 26-year-old Salah has ended the best season ever played by an Egyptian footballer collecting all individual titles in the Premier League after scoring 44 goals with Liverpool.**


Tras la derrota ante los saudíes, se ha pasado de la euforia inicial, del "casi hemos ganado" ante Uruguay y  "ganaremos" a Rusia, a un profundo sentimiento social de decepción que necesita ser contrarrestado por las acciones de la autoridades para aislar el estallido. Las medidas anunciadas tratan de tapar lo que una victoria en el último partido habría dejado pasar.
La noticia es una mezcla de frases destinadas a mantener en alto el orgullo egipcio, por un lado, mientras que por otro se trata de buscar responsabilidades para tratar de mostrar una eficacia en las reacciones. Pero nada va a compensar la derrota, solo canalizar la indignación.
Es el momento de cortar cabezas. La primera será, sin duda, la del entrenador argentino Héctor Cúper, al que todos acusan de demasiado "conservador". Pero atacar más no significa meter más goles, sino la posibilidad de que te metan más a ti. Con esa estrategia, Cúper les llevó a jugar la final africana y al mundial, en donde no estaban desde 1990. Nunca Egipto ganó un partido en las tres participaciones. Pero en esta ocasión, algunos "videntes" auguraban que todo serían victorias. Las visiones se mostraron meras ilusiones. La historia del gol en el "último suspiro" se repitió en dos partidos, ante Uruguay y Arabia Saudí. La Rusia, a la que se iba a ganar, goleó.


Pero esto no va de fútbol. Va de ficciones, manipulaciones, intereses, emociones. La reacción del parlamento y el gobierno no es la que se debe tener en un deporte, en donde se gana o se pierde. Perder en Egipto es frecuente, pero siempre antinatural. Lo natural, aprende el egipcio pronto, es ganar porque se les repite una y otra vez su superioridad frente al mundo, que allí surgió la civilización, la religión, el estado. "Egypt is the gift of the Nile and the gift of Egyptians to humanity", se dice en preámbulo de la constitución enmendada de 2014.
En esa creencia crece el egipcio. Pero luego la realidad, más allá de las palabras, va dando los significados, que son un cruce entre los hechos y sus interpretaciones. El mundo —ingrato— conspira contra él para evitar que el esplendor. Las conspiraciones incluyen la falta de Sergio Ramos a Mo Salah, el árbitro del partido con Rusia o la FIFA, cualquier otra circunstancia que explique por qué no son campeones del mundo, o, en su defecto, por qué no han ganado a Arabia Saudí, equipo que parecía destinado a darles la primera victoria en un mundial.
Ahram Online nos da cuenta del regreso de los jugadores a casa:

The Egyptian national team returned to Cairo on Tuesday morning after ending a dismal World Cup campaign in Russia where they suffered three defeats.
The Pharaohs received a lukewarm reception at the Cairo airport, having failed to claim their first-ever World Cup victory after conceding a last-gasp goal in a bitter 2-1 loss to Saudi Arabia in Volgograd on Monday.
Egypt finished at the bottom of Group A with no points after also losing 1-0 to Uruguay and 3-1 to hosts Russia.
In a video widely shared on social media, some angry Egyptian fans hurled obscenities at the team as they rode their bus following the loss against Saudi Arabia in Volgograd.
Liverpool star Mohamed Salah was among the Egyptian players who returned home while five other players, including Arsenal midfielder Mohamed Elneny, stayed behind. *


Los "faraones" han dejado de serlo. La tibia recepción no compensa los vergonzosos insultos que recibieron al final del partido, del estadio al hotel de la concentración. Los vídeos subidos a las redes sociales han causado la indignación de muchos egipcios que se han avergonzado más que por la pérdida ante Arabia Saudí. Un juego es un juego; se gana o se pierde, pero el espectáculo bochornoso de los insultos ha sido recriminado hasta por los seguidores de otros países, que no entienden ni comparten la ira de los egipcios.
Egyptian Streets recoge algunos vídeos tomados durante los insultos a los jugadores y las reacciones de los que no entienden este comportamiento:

Following Egypt’s defeat to Saudi Arabia 2-1 on Monday, Egyptian fans in Russia taunted the national team outside the stadium as they got on their bus. Footage surfaced on social media showing more fans waiting outside the athletes’ hotel in Volgograd where the team was staying.
The fans chanted insults at the football players as they headed to their hotels out of disappointment and anger regarding the team’s performance, calling them “filthy/disgusting/worthless players” as well as “faggots” and “cowards.” The fans’ name-calling extended to the team’s family members. Police cars followed the teams’ bus to secure them from their menacing followers.
The recorded footage showcased the ugly side of  Egyptian fandom, and portrayed the misbehavior of the claimed Egyptian football devotees to both international media and those watching from Egypt.
One particular video showed a single fan shouting at the chanting fans to “stop it,” but the loud voices of their abusive chants silenced him.
As other visitors and online followers watched Egyptian fans diss their own team, they expressed  dismay of their ugly behaviour on social media.***


Una parte de los que han observado este incívico comportamiento recriminan a los privilegiados que se pudieron costear un viaje a Rusia para ver los partidos. Son "ricos", mientras otros se han contentado con ver el campeonato por televisión. Son los privilegiados los que se han desatado contra los jugadores. No sé si es la reacción normal de los seguidores defraudados o simplemente un ejemplo más del clasismo egipcio, de la distancia entre los que se creen los amos y el resto.
Egipto puede perder sobre el terreno de juego, pero los incívicos seguidores han perdido algo más importante. Han demostrado tener poco sentido de equipo, de importarles muy poco el propio país.
Pero es más fácil que el gobierno busque culpables que enderezar a una afición tan desleal, tan poco deportiva, como la que fue a insultar a los jugadores tras el partido. Los jugadores se merecen respeto. No son culpables de las falsas ilusiones sembradas por aquellos que han mantenido engatusado al país, vendiendo fantasías de victoria.
Mo Salah ha tenido la gallardía de regresar a Egipto con la primera oleada de jugadores, los que estaban destinados a recibir más insultos o indiferencia. Las noticias sobre el mundial siguen repitiendo su larga cosecha de éxitos en esta temporada. Él ha marcado los dos goles de Egipto en este mundial. Ha hecho lo que ha podido, saliendo de una lesión en algo que sabía que era el que más se jugaba, que a él se le pediría que llevara al equipo hasta la final. Pero esos son sueños que por intensos no se hacen realidad en un equipo de 12 sobre el campo.


Hablamos aquí de los rumores de la CNN sobre su retirada del equipo nacional antes del partido con Arabia Saudí. Se ha desmentido por la Federación, pero el jugador no ha dicho nada. La Federación ya le utilizó, creando un conflicto con los patrocinadores. Lo mismo, el homófobo y dictatorial líder checheno, que le entregó una nacionalidad honorífica. ¡Poco honor recibirla de sus manos! Eso le ha valido un conflicto con los medios británicos que no acaban de comprender la ingenuidad egipcia de dejarse manipular por un presidente homófobo, que controla el país como una propiedad y que posee su propia milicia privada a la que se responsabiliza de crímenes y desapariciones. Un líder de estas características no desaprovecha la ocasión de promocionarse junto a la estrella del fútbol. Pero para la estrella es nefasto. Ha sido una parte más del calvario de Mo Salah a manos de la presuntuosa federación egipcia, emocionada por recibir agasajos de donde sea.
La historia de este mundial para Egipto es aleccionadora. Dura y aleccionadora. Ha llevado a poner los pies en el suelo aunque sea unos segundos. Se puede vivir los éxitos de Salah, pero estos son frutos de sus esfuerzos. Querer vivir de ellos no es factible. Tener uno de los mejores jugadores del mundo no te transforma. Los que insultaron a los jugadores al término del partido con los saudíes eran "muy egipcios" por un lado y "nada egipcios" por otro.  No son los insultos los que llevan hacia delante al país. No fueron los faraones los que construyeron las pirámides, sino los que sufrían bajo el látigo para construirles sus propias tumbas. Los que han insultado se han limitado a blandir el látigo para satisfacer su ego, sin importarles mucho ni los jugadores ni las condiciones del país.


Las ilusiones que Egipto necesita son otras. Y esas no las ven en medio de la propaganda que asegura que las dificultades que están viviendo son solo pasajeras. La crisis profunda afecta a todas las instituciones, pues nada cambió tras la caída de Mubarak realmente. Ni las escuelas "japonesas" va a cambiar al país ni ganar partidos les van a hacer la vida más fácil. Pero soñar con héroes como Salah, vivir sus triunfos es gratificante, a falta de otra cosa.
Hay otras pérdidas que lamentar mucho más que lo que es recuperable en próximos partidos, la muerte por infarto del conocido comentarista deportivo Abdel-Reheem Mohamed, tras el partido de fútbol contra Arabia Saudí:

Egypt’s Sports Minister Ashraf Sobhy and dozens of local footballing icons took part in the funeral of football commentator Abdel-Reheem Mohamed on Tuesday, following his dramatic death from a heart attack after watching the national team lose to Saudi Arabia in the World Cup a day earlier.
The well-known pundit had been due to comment on the the team’s disappointing 2-1 defeat in their final World Cup match, but collapsed in the studio before going on air.
"Right after the match, Abdel-Reheem said that there were multiple mistakes that needed to be discussed on air," Ahmed Fawzy, a commentator who was partnering with Mohamed to commentate on the match, told DMC TV channel.
The former Zamalek FC coach and player fell on his way to the bathroom and was taken to the emergency room, where an attempt to resuscitate him failed and he was pronounced dead, Fawzy said.****


La muerte de Abdel-Reheem nos muestra que la presión no ha estado solo sobre los jugadores en el campo, ni a la salida de los estadios. Ser ha vivido con intensidad y pasión, con ira y triteza. Ahora toca cortar cabezas: Cúper, la federación, los jugadores.. Se seguirá así un tiempo. Se mostrará energía y disposición a exigir responsabilidades. El ministro salvará su cabeza cortando otras y así sucesivamente. Los periódicos de hoy ya dan informaciones sobre las medallas ganadas en los Juegos del Mediterráneo. Compensaciones pequeñas para la frustración de la pasión por el fútbol.
Egipto se va con un pobre récord, el de haber alineado al jugador más viejo del mundial, al portero Essam El-Hadary, con 45 años y 161 días. Puestos a dejar huella, no deja de ser un aspecto simbólico. "Fútbol es fútbol" es la famosa expresión que se recuerda de Vujadin Boskov tras su paso por España. Así es la vida. Y hay vida más allá del fútbol.
Esto, como señalamos, no trata de deporte, sino de emociones y frustraciones, de manipulaciones e iconos. Esperamos que Egipto se recupere de esto que muchos viven como un drama.


* "Egypt arrive back in Cairo after nightmarish World Cup campaign" Ahram Online 26/06/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsWorldCup/2018/305560.aspx
** "Egypt government and parliament to investigate World Cup 'failure'" Ahram Online 26/06/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsWorldCup/2018/305532.aspx
*** "Egyptian “Fans” Chant Insults at Egypt’s Footballers after Saudi Defeat" Egyptian Streets 26/06/2018 https://egyptianstreets.com/2018/06/26/egyptian-fans-chant-insults-at-egypts-footballers-after-saudi-defeat/
**** "Egypt mourns death of football pundit who died after Pharaohs' loss to Saudi Arabia" Ahram Online 26/06/2018 http://english.ahram.org.eg/NewsWorldCup/2018/305547.aspx