Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
situación creada por Vladimir Putin y su absurda e inconsciente estrategia en
Ucrania comienza a ser un despropósito encadenado en el que se ve enganchado
por sus propias acciones. No se sabe muy bien a qué juega Putin, qué consigue o
simplemente a dónde va respaldando de forma ambigua, poética, cínica y
sentimental a unos grupos de milicianos enloquecidos situados en un limbo
mortífero y delirante, que solo está causando muerte, dolor y destrucción. Las
repúblicas autoproclamadas no tienen futuro. Ni Ucrania las va a dejar, ni
Rusia las puede acoger.
A estas
alturas, nadie duda de la responsabilidad de Rusia en el asunto y las únicas
dudas se refieren a hasta qué punto esa implicación es oficial o fruto de escuadrones paralelos que apoyan a los "autoproclamados".
El derribo del avión de pasajeros es un hecho que ha dejado de ser una cuestión
de política "interna" ucraniana o de "vecindad" para Rusia,
según el ánimo con el que se levante el dirigente ruso cada mañana. Nos afecta a todos.
Independientemente
del resultado al que se pueda llegar en las investigaciones, de las maldades
que esas gentes estén haciendo con pruebas y cadáveres en clara demostración de
lo que son, lo que nadie niega —solo el Kremlin— es que Rusia es responsable
por no cortar lo que hace tiempo que está claro que es una locura. ¿Cuándo
tiene pensado pararla?
Hasta
el momento, Putin se jugaba su fama de hombre al que no le tiembla el pulso en
ordenar cualquier cosa, incluida la invasión de un vecino si no se hace lo que él
considera que se debe hacer. La comunidad ha dado la espalda a Rusia y solo los
que nos se atreven a llevarle la contraria se han abstenido, con la excepción
de China, que le negó su apoyo a sabiendas de que supondría un retroceso en su
consideración internacional. Solo han estado con Putin algunos folklóricos de
la revolución en el asunto imperialista
de Crimea (paradojas de las ideologías) o sus padres biológicos, como Fidel Castro,
que seguirán sosteniendo que han sido los Estados Unidos los que han derribado
el avión malasio, como otros han sostenido antes que los que tripulaban los
aviones del 11-S eran agentes de la CIA. Pero las tonterías se califican solas
y lo importante es la creciente petición de responsabilidades a Putin.
El
presidente ruso ha llevado la guerra hasta los límites de sus fronteras, las ha
traspasado dentro de una mentalidad imperial y ahora ha traído la muerte a
ciudadanos civiles de los que ya no es posible dudar de dónde son. Esas muertes
internacionalizan más el conflicto y hace intervenir a los gobiernos implicados
más allá de los desplantes en las cumbres.
Cerca
de trescientas personas ajenas al conflicto han muerto porque Vladimir Putin se
encuentra atrapado entre sus fanfarronadas interiores y exteriores. Ya no es
una "cuestión rusa". Hace tiempo que debía haberlo entendido, cuando Ucrania
iba a firmar sus acuerdos elaborados en el tiempo con la Unión Europea y dio la
orden a su marioneta Yanukovich de no firmar. Con posterioridad se ha podido
apreciar hasta qué punto Putin manejaba los resortes militares de su
"vecina" Ucrania, especialmente su armada en Crimea, cuyo almirante
se pasó a Rusia. Putin no solo tenía "topos", sino bien colocados y
obedientes.
A Putin
se le han dado muchas oportunidades. No ha servido de mucho y él lo toma como
una muestra de su poder. Su excusa de que el derribo del avión en tierras de
Ucrania es responsabilidad de los que han creado un "estado bélico"
es una muestra más del cinismo y de la cerrazón de quien sabe que ningún estado
puede aceptar, en pie de igualdad, una negociación de ningún tipo con una parte
en manos de milicianos, y que si no se han tomado más medidas es por temor a
que la propia Rusia interviniera con la doctrina hitleriana de que "allí
donde haya "rusos", Rusia defenderá sus intereses". Estas
muertes inocentes traerán más muertes pues la salida de muchos milicianos será
hacia adelante, con poco que perder.
Esas políticas
son las que le han costado el aislamiento internacional y la condena de la
comunidad. Pero, ¿ha ganado prestigio en el interior de Rusia? Los medios rusos
hacia el exterior dan muestras de delirios colectivos dando por buena la idea
de que todo se trataba de atentar contra
Putin. El despropósito es de tal calibre que roza el ridículo, de no ser
porque se está utilizando para vender conspiraciones y magnicidios. En una
sociedad paranoica y conspiratoria como en la que vivimos, basta con leer los
delirantes comentarios que suscita esa idea como para ver que sí le sale
rentable. Me refiero especialmente a los seguidores "hispanos", a los
que, por si les faltaba algo, han recibido las bendiciones conspiratorias de
Castro. De alguna forma tenía que agradecerle el ex dictador cubano a Putin la
condonación de la deuda histórica de Cuba con la antigua Unión Soviética. Rusia
le ha regalado lo que nunca tuvo
esperanzas de cobrar y el cubano le ha dado a cambio su imagen gastada.
Las maniobras
de Putin para intentar salir de la marginación, en la que él mismo se ha
situado, han sido constantes. Después de Sochi y la invasión de Crimea, ha
desplazado su foco hacia Asía, acordando un negocio de suministro de gas a
China. Él se hizo la foto y China ha obtenido un mejor precio por salir en
ella, a sabiendas de la necesidad que tiene Putin de vender "éxito" y
prestigio ruso por el mundo. La reciente gira por América Latina, de Cuba a la
Patagonia ha sido otro intento de realizarse fotografías e intentar liderar
países que le puedan aceptar frente al Occidente que le rechaza en sus
pretensiones y formas.
La
jugada que realizó con Siria animó a Putin —que pasó a ser considerado por
Forbes el más influyente del mundo— a seguir confiado en el resultado de sus
estrategias. Sin embargo, lo que ganó en Siria evitando la intervención directa
de Occidente, entrampado por las confusas políticas de Barack Obama, lo ha
perdido posteriormente.
Putin
ha estado en el punto de mira por el crecimiento de su política autoritaria en
Rusia, el aumento del nacionalismo, la homofobia militante, el imperialismo
frente a Ucrania, entre otras acciones. Si las Pussy Riot pidieron a la Virgen
que librara a Rusia de Putin, cantos similares han debido surgir por muchos
puntos de Rusia y países vecinos.
Ni las
giras por el mundo ni el perdón de las
deudas ni los descuentos en gas van a conseguir que Vladimir Putin logre
convencer a nadie de la bondad de sus acciones. Aunque eso no quiere decir que
no se intente. Sin pudor, la RT de Putin da el siguiente "breve":
Dos tercios de los
ucranianos creen que el MH17 fue derribado por el Ejército de Ucrania
Publicado: 21 jul 2014 | 8:00 GMT
La mayoría de los ucranianos cree que el
avión de Malaysia Airlines fue derribado por el Ejército de Ucrania, según
muestran los resultados de una encuesta.
El sitio web ucraniano 'Korrespondent'
decidió preguntarle a sus lectores quiénes fueron, en su opinión, los
responsables de la tragedia del vuelo MH17.
Dos tercios de los participantes aseguraron
que el avión fue derribado por militares ucranianos.*
Así se
escribe el periodismo, la historia y la biografía. Intentos tan burdos de
manipulación son un insulto a la inteligencia y sobre todo a la memoria de los
muertos en el derribo del avión de pasajeros.
No
quiero creer que el derribo fuera intencionado pensando que era un avión civil.
No llego a concebir tanta maldad. Prefiero pensar que los que juegan con fuego
acaban provocando incendios, que entre tanto incontrolado siempre puede haber
alguien que no sepa distinguir las cosas y se produzca un error fatal. Eso no
quita ninguna responsabilidad a Rusia por mantener en pie esa fantochada
nacionalista mediante la que se está vengando cruelmente del deseo ucraniano de
alejarse de una relación que solo le ha traído sometimiento, corrupción y
dependencia.
Ucrania
está pagando la soberbia de Putin, su incapacidad de asimilar que sus antiguos
lacayos puedan decirle que ven su futuro en la Unión Europea, aspirando a una
democracia en condiciones, y no ser un apéndice de un imperio que quiere volver a surgir a través de las maneras que sean
necesarias. Rusia acusa a los demás de poner en marcha la "guerra
fría", pero ¿cómo se puede llamar a esto?
Esperemos
que este hecho trágico sea suficiente para que se aclare su visión, aunque no confío
en ello. También es de esperar que todos aquellos que se manifiestan tibios con
el comportamiento ruso se den cuenta de qué este no se va a detener. Una cosa
es la prudencia y otra la tibieza. Putin toma una por la otra y se siente más
poderoso.
La
muerte de casi trescientas personas nos afecta a todos, pues ha traído a Europa
una guerra de otro tiempo con una vieja mentalidad. Las consecuencias de las
acciones de Putin son el rearme de los países que temen que el viejo casero venga a reclamar viejas rentas y un aumento en los
presupuestos de defensa de los demás. Todo ello en un momento en el que sería
bueno poder destinar los presupuestos a otro tipo de tareas. Nunca es bueno que
crezca el gasto en armarse.
Pero
por encima del gasto, está la distorsión del pensamiento: el paso a unas
políticas de prevención en las que Rusia no sea solo un socio económico al que
comprar y vender, sino un peligro para sus vecinos, que ahora somos nosotros.
Hay
fotografías nos muestran a Vladimir Putin guardando un minuto de silencio por
las víctimas. Mucho no tememos que ese minuto se le habrá hecho eterno. Ha señalado que estas tragedias "deben unir" y no "separar" a las personas en un mensaje. Un poco tarde para la buena voluntad, aunque no dudo que lo lamenta.
*
"Dos tercios de los ucranianos creen que el MH17 fue derribado por el
Ejército de Ucrania" RT (Russian Television) 21/07/2014 http://actualidad.rt.com/ultima_hora/view/134622-dos-tercios-ucrania-avion-mh17
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