miércoles, 12 de agosto de 2020

La imagen perturbadora o la angustia por volver al aula

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La noticia de que El Corte Inglés ha retirado una fotografía de su campaña publicitaria tradicional sobre la "vuelta al cole" puede parecer exagerada, pero es un indicador del estado de ánimo del que mira y, como ocurre con las ilusiones ópticas, una vez que lo has visto, tu cerebro se niega a aceptar cualquier otro significado.
La imagen son unos pies sobre el fondo de una silla, que nuestra mente asocia de forma negativa con el salto dado al vacío en un suicidio. Nuestro cerebro conecta y completa la imagen estableciéndola como parte de una secuencia, con un antes y un después. El después son los pies colgando en el vacío. El cuadro final es la secuencia de un suicidio infantil. El diario El País recoge el breve comunicado emitido por los grandes almacenes: “Ante el desconcierto que ha causado una de las imágenes de Vuelta al Cole, hemos decidido retirarla de la campaña. En ningún caso la intención de esa imagen estaba relacionada con la interpretación que se le ha dado, y pedimos disculpas por si alguien se ha sentido ofendido”*.


El caso es anecdótico, por un lado, pero por otro tiene el interés de mostrarnos el funcionamiento social de este tipo de fenómenos interpretativos. Como todo mensaje —forma parte de una campaña publicitaria— una vez que se expone al receptor, este es quien debe construir su sentido. Es probable que en cualquier año anterior esta interpretación no se hubiera producido, pero el contexto es determinante de lo que vemos en la imagen, es decir, nuestra lectura está condicionada por elementos exteriores que guían la interpretación selectivamente.
Que podamos dar el sentido de un ahorcamiento infantil al conectar los elementos visibles de la fotografía —silla, zapatos, postura— con lo que está solo en nuestra mente es un proceso natural, un mecanismo asociativo de nuestro cerebro. En otras ocasiones, la publicidad los utiliza conscientemente para redirigir el mensaje en nuestras mentes. Lo que se ofrece hace una poderosa llamada a algo que interesa destacar evocándolo. Lo sorprendente del caso es que a una empresa profesional de la comunicación se le haya podido escapar esta siniestra posible lectura.
Forma parte del ABC de la comunicación que todo mensaje significa lo que significa más lo que puede significar. Muchas veces lo llamamos "riqueza" de la significación, "sentido abierto", etc. aludiendo precisamente a lo que se va a producir en el proceso de recepción e interpretación. Por eso es esencial, especialmente en cierto tipos de comunicación (comercial, política...) tener en cuenta las posibles interpretaciones negativas que se puedan producir y susciten rechazo social volviéndose contra quien la emite.
Todo esto es la parte mecánica del asunto. Luego está precisamente la que nos ha llevado a convertir la posibilidad negativa en predominante.


Hace unos días leía un comentario en Facebook de alguien que se había fijado en la ausencia de la campaña publicitaria tradicional de "vuelta al cole" y lo asociaba precisamente a la incertidumbre producida por el COVID19. La vuelta a la escuela es un tema que se ha convertido casi en tabú, especialmente en estos momentos en los que se están disparando los rebrotes del coronavirus por toda España aumentando la preocupación. 
De Alemania nos llegaba hace unos días la noticia del cierre de una escuela tras solo cinco días abierta. El hipermercado al que voy a comprar, enfrente de casa, ha sacado a la venta el material escolar, pero más tarde y no ha hecho la gran campaña publicitaria habitual. Este año es muy discreta. Pensar en la escuela se ha convertido en algo preocupante y emocional, en una fuente de angustia para el que tiene hijos y no sabe qué va ocurrir cuando empiecen las clases. Lo mismo ocurre con los docentes, que tienen que compartir las aulas cada día con grupos que, por mucho que se dividan, siempre son un riesgo.


El pensar de forma estática en el aula, pensarla como un espacio donde se establecen unas distancias, no modifica la realidad: el aula es un espacio interactivo y dinámico, cambiante; cada persona que entra en el aula cada día se ha visto modificada por sus relaciones anteriores. Es decir somos portadores colectivos, un registro histórico de nuestros contactos. Si nos hemos protegido suficientemente fuera del aula, llegaremos solos a ella; pero si no lo hemos hecho, lo haremos acompañados del coronavirus que otros nos han pasado. No son los niños los que entran en el aula, sino todos sus contactos diarios con ellos. Si estos estaban sanos y guardando la distancia, bien; pero, en caso contrario, somos el transporte del coronavirus. 
Lo mismo ocurre con los profesores, el personal del centro o las familias que los recogen o llevan a sus domicilios. El mundo se divide en lo que está contaminado y lo que no lo está. Eso incluye a las personas de cualquier edad. 


Los pensamientos negativos, angustiosos, sobre la escuela se van acumulando conforme van pasando los días. Todos somos conscientes que las medidas tomadas son muy complicadas porque necesitan creer que cada día es nuevo, que se parte de cero, lo que no es cierto. 
Con los números crecientes de contagios en la sociedad, es ingenuo pensar que los niños permanecen al margen del resto de la sociedad, de otros entornos de interacción, como los laborales. La CNN titula un vídeo sobre lo ocurrido en una escuela de Israel "This school reopened and one child infected 25 teachers"**. Podemos separar a los niños entre ellos, pero no a los profesores, que deben estar cerca en muchas actividades. Las áreas comunes de los profesores hace el resto. Un solo niño, 25 profesores.


El diario El País nos informa de la situación norteamericana, de lo que no duda en llamar una "guerra política" con el tema de la reapertura o no de las escuelas, un conflicto que llega desde el deseo de hacerlo de Trump a las negativas de los distritos escolares de algunas zonas o al conflicto entre las públicas que quieren cerrar y la privadas que deciden abrir (el negocio es el negocio). 
Nos explica Pablo Guimón en el diario:

Las vacaciones de verano terminan sin nada parecido a un consenso nacional sobre cómo afrontar el inicio del curso escolar en medio de la pandemia, y la ansiedad crece en las familias. El equilibrio entre los riesgos del coronavirus y el impacto académico, económico y social de mantener las escuelas cerradas se ha convertido en el último gran tema que polariza al país y, con elecciones presidenciales en noviembre, se ha ensuciado rápidamente con tintes políticos.
Se supo cómo cerrar las aulas, pero nadie parece tener idea de cómo abrirlas. El curso ha empezado ya en algunas partes del país y en otros muchos distritos aún no se ha tomado la decisión final sobre cómo hacerlo. En el condado de Cherokee, en Georgia, la semana pasada abrieron los colegios y se detectaron 13 casos de covid entre los alumnos, lo que obligó a imponer cuarentenas a más de 300 menores. “Nuestros padres querían una elección para sus hijos, y se la ofrecimos. No es perfecta, y lo sabemos, pero la perfección no es posible en una pandemia”, resumía el viernes la autoridad escolar en un mensaje a la comunidad.***



La actitud ante la escuela no es la misma que en otras situaciones en las que se decide fríamente. Hablamos de enviar a los hijos a los centros y no saber cómo van a regresar, que toda la prudencia que se haya mantenido durante meses se puedan ir al traste porque uno, solo hace falta uno, esté infectado y contagie al resto. La decisión es dramática y con ninguna se eliminan riesgos porque la pandemia misma es un riesgo, un peligro en cada decisión que se toma, en cada espacio en el que se entra, cada persona con la que se interactúa y de la que desconocemos su estado pues puede ser asintomático o estar en proceso de desarrollo.
Algunos dirán que con este miedo no se puede vivir y es cierto, pero sin él tampoco se puede vivir, esta vez en un sentido más literal, menos metafórico. Es ese miedo latente el que nos hace percibir en el anuncio de los zapatos infantiles la muerte, en una extraña metáfora perceptiva que revela nuestros miedos ocultos, esos que tratamos de controlar diciéndonos que no pasará nada, tratando de tranquilizar  a los propios niños mientras nosotros viviremos en una angustiosa intranquilidad esperando su vuelta y vigilando la posible aparición de síntomas. Todo esto producirá mucho estrés que se sumará al que ya existe.


Hemos podido comprobar cómo se nos cae el castillo de naipes de la seguridad en apenas unas semanas. Urge tomar medidas para que se pueda afrontar el próximo curso, a un mes de distancia con alguna garantía, aunque esta sea una palabra devaluada por la realidad de cada día. No sé si hay una solución, pero sí unas medidas. Será necesario tener planes alternativos a los planes alternativos para salvaguardar la continuidad de la enseñanza que puede verse parcial o completamente interrumpida. Con el tamaño de las escuelas y centros educativos, es difícil que no se produzcan casos de forma continuada que nuestras medidas sean incapaces de evitar. Todos son pegas a cualquier medida, ya sea por parte de unos o de otros. Son pegas espaciales (no se puede ampliar), personales (no hay personal suficiente para las divisiones) o económicas (no hay presupuesto).  Cuando comiencen los problemas, unos echarán la culpa a los otros.
Los expertos educativos dicen que no se puede perder más tiempo en la enseñanza. Otros dicen que no se pueden perder más vidas. Y otros, finalmente, que no se puede perder más dinero. De las tres cosas, solo una no es recuperable. No es de extrañar la inquietud que ha provocado, sin pretenderlo, la imagen publicitaria. Nos ha recordado incómoda e involuntariamente lo que puede significar la vuelta a las aulas.



* "El Corte Inglés retira una imagen de su campaña de vuelta al cole tras las críticas en las redes sociales" El País 11/08/2020 https://elpais.com/economia/2020-08-11/el-corte-ingles-retira-una-imagen-de-su-campana-de-vuelta-al-cole-por-la-interpretacion-en-redes-sociales.html
** "This school reopened and one child infected 25 teachers" CNN 10/08/2020 https://edition.cnn.com/videos/world/2020/08/10/israel-coronavirus-covid-19-pandemic-schools-outbreaks-gotkine-pkg-intl-ldn-vpx.cnn
*** "El debate de la ‘vuelta al cole’ en Estados Unidos se convierte en un barrizal político" El País 11/08/2020 https://elpais.com/educacion/2020-08-10/el-debate-de-la-vuelta-al-cole-en-estados-unidos-se-convierte-en-un-barrizal-politico.html

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