sábado, 1 de agosto de 2020

La violación en el Hotel Fairmont

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las cifras del acoso sexual en Egipto son conocidas por el exceso que suponen. Tras el asalto sexual hay muchas cosas más allá del hecho, llegándose a hablar de "terrorismo sexual" en la medida en que muchas mujeres han sido atacadas como un mecanismo de represión política, es decir, para retirarlas de las calles, lugares de trabajo, etc. 
En la mente de muchos estarán los ataques contra las mujeres, las violaciones, que ocurrieron durante la Primavera Árabe para sacarlas de la vida pública y de las manifestaciones, así como la infamia de los "exámenes de virginidad" practicados por los médicos militares a las mujeres que se manifestaban en la Plaza de Tahrir en 2011. Los exámenes, dentro de la hipocresía cínica que caracteriza a los militares era presentados como una garantía para las familias de que sus hijas seguían "intactas", eso sí, después de haber pasado por la manos expertas de los gloriosos médicos militares. No quería, decía el entonces responsable de la SCAF y actual presidente del país, que los militares fueran acusados de "violadores" por las familias si sus hijas resultaban no ser vírgenes. El Ejército y el pueblo, una sola mano, como reza el eslogan.


La cultura del acoso sexual está arraigada en una mentalidad tradicionalista que proclama por un lado la santidad de la familia —como se ha hecho estos días para condenar a las influencers de TikTok— pero por otro ampara y practica la violación con el silencio. Hay innumerables estudios y encuestas sobre el acoso egipcio, considerándolo muchas instituciones internacionales como uno de las países en donde peor se vive por ser mujer.
Los primeros casos por denuncias llevada a los tribunales se dan en esta década dejada atrás, ya que la labor esencial de la Policía era convencer a las mujeres que era mejor para el honor familiar dejarlo pasar, cubrir la "vergüenza" con el silencio, antes que denunciar que llevaba a la exposición pública.


En estos años de cubrir informaciones sobre Egipto, casi una década ya, hemos dado cuenta de múltiples casos en los que más allá del acoso, incluso los medios han contribuido a condenar a las mujeres agredidas, como el "caso del Mall", en el que una mujer —todo fue captado por las cámaras— fue acosada y abofeteada al resistir a su agresor. Fue invitada a un programa de TV en donde se le robó el teléfono mientras estaba en maquillaje para exponer sus fotos personales y "demostrar" ante la audiencia que era ella la responsable, quien había provocado. 


Las infamias mediáticas egipcias, especialmente por parte de determinados personajes adeptos al régimen, es un auténtico escándalo y recibe las críticas desde esas redes sociales que el gobierno quiere tener bien controladas. Las redes son muy molestas por incontrolables y por sus críticas, de ahí que el régimen prefiera estos canales puestos a su servicio por los empresarios que sacan rendimiento al apoyo, concentrándose en una serie de presentadores y presentadoras que proclaman la grandeza de la familia egipcia y atacan a las mujeres que osan tener o reclamar una vida propia, una identidad al margen del tradicionalismo religioso y social proclamado oficialmente y su idea de "virtud".
Al problema del coso se le suma las enormes distancias sociales que hace que se cree un cierto clima de impunidad por parte de los poderosos, de los ricos, de los bien relacionados que llega al escándalo social en paralelo.


En estos días, hay cierta rebelión en las redes sociales con salto a los medios tradicionales que se han hecho eco de las denuncias de violadores impunes y orgullosos de serlo. Violar no es solo una forma de violencia es una manifestación violenta del doble poder del macho y del rico, que se exhibe para aumentar así el miedo social a su persona. No son ya casos en los que se mantenga el anonimato, sino más bien al contrario. La amenaza a las víctimas es precisamente la publicidad, el decir sus nombres en una sociedad que está acostumbrada a considerarlas culpables, que cree siempre al hombre porque plantea una maldad congénita en la mujer, siempre provocadora, siempre infiel, siempre débil.
En Egyptian Streets leemos sobre el sistema anónimo de denuncia "Assault Police" de estas situaciones en las que el silencio trata de esconder los crímenes:

According to sources speaking to Egyptian Streets who wish to remain anonymous, Assault Police went offline as its administrator had received a number of serious death threats following Assault Police’s posts about various alleged gang rapes, including an alleged gang rape at the Fairmont Nile City hotel in February 2014 which is known on social media as the ‘Fairmont incident’ and the ‘Fairmont crime’.
The source of the threats are unknown but is believed to be linked to the investigation by Assault Police into the Fairmont incident. Assault Police, which gathers almost 200,000 followers on Instagram, has also been a source of raising awareness on rape and harassment culture more generally as well as a source of education on sexual consent in Egypt. The account has worked with authorities to bring Ahmed Bassam Zaki to justice, including by referring victims to the National Council for Women and providing other assistance.
Egyptian Streets is currently investigating the Fairmont incident and other related alleged sexual crimes. Please contact Egyptian Streets via email at info@egyptianstreets.com or via social media if you have any verifiable information or first hand accounts.*



La cuenta "Assault Police" funciona denunciando los casos ante el silencio de los medios y la inoperancia de las instituciones, que prefieren no meterse con los poderosos que ejercen esta violencia contra las mujeres. Los casos que siguen adelante son aquellos de pura violencia machista en los que los agresores tienen poca relevancia.
En estos días ha habido varios casos de enorme violencia machista en la que los maridos se han deshecho de las esposas (en algún caso de más miembros de la familia, como las hijas) para casarse de nuevo. Muy mal debe estar la economía para practicar este tipo de violencia.
El llamado "Fairmont incident" es conocido en las redes, un secreto a voces, que lleva circulando desde 2014, una violación en grupo en el exclusivo hotel que da nombre a los hechos. Los hijos de los ricos del régimen son los conocidos como culpable. "Assault Police" recibe amenazas de muerte cuando denuncian los hechos y ponen las informaciones en manos de las autoridades.


El último párrafo del texto de Egyptian Streets es la valerosa oferta de cumplir el mismo papel denunciando desde el medio a los responsables de este tipo de casos, los de la violencia y la intimidación contra todos aquellos que tratan de sacarlos a la luz.
Los medios independientes, en mayor o menor medida, no quieren ya sumarse a este silencio institucional y han optado por pedir las denuncias, es decir, en tomar el relevo a los amenazados de muerte de "Assault Police".
En Egypt Independent, igualmente se recoge el "incidente" y se anima a la denuncia:

Testimonies about a gang rape that allegedly occurred in a hotel room at the Fairmont Nile City Hotel in Cairo in 2014 have been circulating on social media over the past few days, along with demands to arrest the suspects, all of whom belong to wealthy and influential families.
The hashtag #Fairmontcrime is now trending on Twitter in Egypt, with testimonies claiming that eight young men raped a young woman after giving her GHB (gamma-hydroxybutyrate, also known as the date-rape drug) at a party at a five-star hotel. The perpetrators also allegedly filmed the gang rape, after which they each signed their name on the victim’s body and then used the video to blackmail her.
The names of the alleged suspects, as well as their photos, have been shared by social media users, although the case still has not been taken up by Egypt’s Public Prosecution, since no formal complaints have been made against the suspects.
The case provoked anger among many human rights activists and media personalities, including Egyptian feminist and television presenter Radwa al-Sherbiny, who urged victims to submit formal claims to the Egyptian Public Prosecution.
Sherbiny posted a message to both the victim and the accused men on her Facebook account on Thursday: “In 2014, a group of the dirtiest young men drugged a girl and gang-raped her in a famous hotel, amid a lot of laughter. They then signed her body after they were done.”
She added, “After their story unfolded, they threatened [everybody], thinking now is still their good old days. We want to inform these rapist men of influence that the good old days are gone. To every woman who has been raped in these famous hotel incidents: Do not be afraid, the state supports you with all its strength and the National Council for Women will stand up for you like a lion.”
She concluded her message by saying: “Report anyone who has assaulted you, and whoever has evidence should provide it. To the sons of powerful people, sorry, but nobody is above the law.”**



El límite de aceptación de ese comportarse como "en los viejos tiempos" se ha cerrado ante este escándalo. La expresión "viejos tiempos" no es casual y se refiere a esa cultura de la violación y del acoso plenamente aceptada por parte de la sociedad, pues solo así es posible que se den esas cifras que los estudios recogen. La impunidad de los ricos y los poderosos, los cercanos al poder político y económico, debería acabarse, si bien lo que ocurre, por el contrario, es que se renueva y es la segunda generación la que goza de los "privilegios" de la nueva casta emergente. Crecen con el sentimiento de impunidad, que pueden hacer lo que quieran y que serán protegidos. Eso es lo que se les dice que se ha terminado, que se ha perdido el miedo. A esos "sons of powerful people", tal como les ha calificado Radwa al-Sherbiny, se les han acabado los privilegios.
La primera visita que hizo al-Sisi tras ser nombrado presidente fue a un hospital para ver a una mujer atacada. Desde entonces, palabras y fotos se acumulan, celebraciones del día de la "mujer egipcia", etc. toda una retórica que es incapaz de cubrir el retroceso de los derechos de las mujeres que se planteo con la llegada de Morsi al poder y que continuó tras su derrocamiento. Pese a las incorporaciones de muchas mujeres al gobierno, todo que quedaba en una maniobra de imagen que, era denunciada por los jóvenes, como se comprueba con diferentes iniciativas, como la señala "Assault Police". Recuerdo otra consistente en una "app" telefónica que marcaba sobre el plano las zonas peligrosas denunciadas por las mujeres y que servía de aviso para no adentrarse en ella. Así era posible esquivar a los acosadores cambiando de ruta. Pero no han servido de mucho. Solo estallidos populares como el ocurrido ante la concentración de casos de muertes de mujeres, antes señalados, o la impunidad de los violadores, de los hijos de los poderosos.



La insistencia del régimen en la "virtud", además, no deja mucho margen de maniobra. Solo puede aceptar ir contra los violadores y acosadores porque el escándalo trasciende las fronteras y la imagen que el régimen quiere transmitir hace agua por los cuatro costados.
La importancia del caso va creciendo conforme aumenta la indignación ante la parte "política" del asunto. La mezcla de la violación con la impunidad de los poderosos es explosiva y puede estallar en las manos del régimen. Leemos en Egypt Independent:

Director Amr Salama commented on the incident on his Facebook account: “The story of this famous hotel is a story about a number of young men who raped a girl in 2014 in a hotel room, filmed the incident and circulated it among their friends to show off. A page [attempted] to expose the incident and the names of the accused became known. Then the page closed, announcing that [the admins] were threatened by the accused, who have power and influence, as do their parents.”
He added: “If even a small part of this story is true, then this is perhaps the most heinous crime in Egypt for a long time. This crime is more important than a million other crimes […] Chasing rapists is more important than going after the TikTok girls, and more important than punishing Sama al-Masry […] It is more important than crimes of murder and treason, and even more important than the Beni Mazar murder. It is the duty of every authority in Egypt to investigate this. It is the duty of the media to play its role and show us the truth. And whoever neglects [their duty] will be considered an accomplice, and a rapist through their passiveness.”**

Las declaraciones de Salama sitúan en un punto político la cuestión. Ya no es solo quiénes sean, que ya han sido denunciados, y la violación realizada, sino la capacidad de estos individuos de amenazar de muerte a quienes les acusen, algo que añade un componente fuertemente provocador. Las excusas para no actuar contra ellos han sido las amenazas de muerte también contra los testigos y la víctima, lo que lleva a un punto en el que todo se junta como una prueba para el régimen, que debe elegir entre enfrentarse a los hijos de sus apoyos o enfrentarse a la ira de los que consideran que es una situación de rendición del estado.


También hace daño, como señala Salama, las comparaciones con las condenas a dos años a las chicas influencers de Tiktok, hechas públicas estos días. La impunidad de los violadores deja en evidencia a todo el régimen y al sistema de Justicia. Es realmente un insulto a las mujeres y al conjunto de los ciudadanos que piensan en un Egipto distinto al de siempre, el de la impunidad de los poderosos.
Ha ocurrido también aquello a lo que el régimen más teme, la salida a los medios internacionales. Los millones invertidos en lavado de imagen del régimen para la atracción de inversores, turistas y apoyos políticos y militares, como ocurre con los Estados Unidos, se pierden con cada uno de estos casos que arruinan los intentos.
Egypt Independent señala el interés de la Deutsche Welle en el tema asociándolo con otros casos escandalosos recientes:

German news outlet Deutsche Welle reported that the “Assault Police” Instagram account, which contributed to the arrest of alleged rapist Ahmed Bassam Zaki and has more than 170,000 followers, also published these allegations, but was forced to close abruptly on Wednesday after its admins “received several death threats,” according to a source close to the admins.**

El caso de Ahmed Bassam Zaki ha sido otro enorme escándalo por la acumulación de violaciones en un personajillo despreciable, otro de esos hijos de los afortunados del régimen. Las amenazas de muerte lograban mantener a los testigos fuera de los juzgados, con miedo a declarar en su contra. Su juventud e historial delictivo junto al hecho de la capacidad de intimidación o de exponer a las víctimas a la vergüenza pública han conmocionado al país. O al menos a una parte. Las víctimas deben aguantar los ataques de sectores de las redes sociales que juegan con la difamación contra ellas responsabilizándolas de las violaciones. Es una forma más de agresión, de mantener a las mujeres y a las familias contenidas por temor al escándalo. Saben que se enfrentan a gente poderosa.


Del lujoso Hotel Fairmont en el que ocurrió el ataque, que se ha puesto a disposición de las autoridades para declarar lo que saben de los hechos (seis años después) al Consejo Nacional de las Mujeres, que también anima a denunciar, el caso ha conmocionado a Egipto. Los medios lo destacan e inciden en sus aspectos más escandalosos reclamando ejemplaridad y justicia.


El país puede ver un caso de justicia ejemplar contra los poderosos o asistir al cotidiano espectáculo de la impunidad que ha caracterizado su historia. Las mujeres, una vez más hay que decirlo, son el punto de verificación de las libertades en Egipto. La carencia de estas ha hecho regresar con toda virulencia los ataques contra las mujeres. Cuanta mayor es la represión, más crece la violencia contra las mujeres pues la sensación de que si estás en el lado bueno de la acera política todo te está permitido y todo quedará tapado es un poderoso incentivo. 
Habrá que seguir este caso, pues es una nueva prueba para un sistema que ha dado múltiples síntomas de estar paralizado.



* "Anti-Harassment Egyptian Instagram Account Assault Police Forced Into Silence Due to Threats" Egyptian Streets  29/07/2020 https://egyptianstreets.com/2020/07/29/anti-harassment-egyptian-instagram-account-assault-police-forced-into-silence-due-to-threats/
** "Social media users reveal details of alleged gang rape incident at famous" Egypt Independent 31/07/2020 https://www.egyptindependent.com/social-media-users-reveal-details-of-alleged-gang-rape-incident-at-famous-cairo-hotel/

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