jueves, 13 de agosto de 2020

Candidatos del mundo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La espera a que Joe Biden eligiera su compañera para las elecciones presidenciales ha dado fin. Comienza hora la batalla del descrédito contra Kamala Harris que Donald Trump ha inaugurado insultando a la candidata demócrata a la presidencia, algo que se esperaba y ha sido inmediato.
Los insultos contra Harris van a canalizarse hacia tres factores: es demócrata, es mujer y es hija de padre jamaicano y madre de India, es decir, de inmigrantes. Cada uno de esos términos suena diferente en boca de Trump: los demócratas son "radicales izquierdistas"; los ataques sexistas han sido una constante desde el primer día, no solo a Hillary Clinton; y, finalmente, la inmigración ha sido un objetivo con su obsesión con muros y prohibiciones a los que llegaban de fuera. Trump ha representado la América conservadora y populista, misógina y antifeminista, e impolutamente blanca. Ese es su presente y esa será la imagen legada.
Teniendo en cuenta lo que se juega en esta campaña, al igual que los que le siguen respaldando, es de temerse que sea de una dureza implacable por parte de Trump, que ya ha practicado su juego sucio a través del "caso ucraniano", intentando sin éxito involucrar al gobierno de ese país en una investigación de los negocios de su hijo para tratar de desacreditarle. El caso sirvió para comprobar dos cosas, el juego sucio de Trump y el suicidio republicano al amparar a Trump en el impeachment consiguiente. El presentismo de la política no puede eliminar el peso futuro de los libros de Historia, en donde quedará recogido cómo Donald Trump, amparado por el partido republicano, pisoteó los principios de la política democrática ensuciándolos hasta el hedor. 
¿Se puede llegar más lejos en la suciedad? Por supuesto, Trump no tiene fondo y pondrá los restos en esta campaña del todo o nada, por lo que se puede esperar cualquier cosa en estos tiempos restantes hasta las elecciones en el otoño, un periodo convulso interna y externamente en los Estados Unidos y también en el resto del mundo.


Un factor esencial será la unidad del partido demócrata, que debe cerrar filas con sus candidatos bajo amenaza de dejarle la reelección expedita a Trump, un mal que nadie en el mundo desea salvo los cuatro amigos, conocidos o escondidos, que ha hecho en su mandato.
El fracaso rotundo, absoluto de la gestión de la pandemia es solo una parte. Para el que ha querido verlo, el mandato de Trump es el de mayor violencia institucional desde la Casa Blanca contra los propios norteamericanos, dividiéndolos hasta el extremo del odio, algo que ha buscado deliberadamente para polarizar al país y asegurarse a los que quieren una América exclusivista y agresiva hacia el exterior, volcada sobre sí misma, convertida en arbitrario gendarme del planeta, desde la que se respalda a las dictaduras árabes o a los regímenes llevados por personalidades autoritarias como un Jair Bolsonaro. Ha sido el periodo de los abrazos a los dictadores, de Corea del Norte a Egipto, de la simpatía encubierta por Vladimir Putin, dejando a Europa en medio, queriéndola desunida y como clientela.
La llegada de Kamala Harris ha enrabietado a Trump, que ha comenzado por el desprecio machista de siempre y que irá ascendiendo. La CNN nos cuenta lo sucedido tras el anuncio por parte de Joe Biden de la compañera en su carrera presidencial:

Biden seemed to enjoy drawing attention to Trump's sexist remarks about Harris, such as when the President repeatedly called her "nasty" shortly after Biden announced her as his running mate, stating that the President was "whining."
"Is anyone surprised Donald Trump has a problem with a strong woman? And we know that more is to come," Biden said. He called on "working people" to defend his new partner.
"Kamala Harris has had your back -- and now, we have to have her back," he said. "She's going to stand with me in this campaign, and all of us are going to stand up for her."
During an interview with Eric Bolling from "America This Week," a Sinclair program, Trump said Harris was not "liked" -- a gendered criticism that was often used to describe 2016 Democratic presidential nominee Hillary Clinton.
"She's not a person who's liked. I think people will fall out of love with her very quickly. Very quickly," Trump told Bolling. "She campaigned, and she campaigned very hard. Whenever people heard her open her mouth, she went down."*



No se podía esperar menos de Trump en sus vaticinios e insultos. Es su línea y no va a cambiar. Los que tenían la esperanza de que Trump se moderaría al llegar a la Casa Blanca se dieron cuenta pronto que esto no iba a ser posible. Esto es importante porque, a diferencia de lo que ocurrió la primera vez, en la que se vencieron muchas resistencias pensando que cambiaría la actitud y las formas si ganaba, la experiencia clara de estos cuatro años en la presidencia han mostrado que esto es imposible y, peor aún, que la violencia se ha incrementado en todos los planos. Trump no ha tenido reparos en atacar o insultar a los que se le pasaban por la cabeza, ya fueran opositores, ex colaboradores, instituciones o países enteros a los que no ha tenido reparo alguno en llamar "pozos de mierda" o "delincuentes".
Todo aquel que se le oponía, aunque fuera de las filas republicanas, el que destacara frente a su protagonismo, era inmediatamente fulminado. Podemos mencionar el caso del fallecido senador republicano John McCain, insultado hasta saciedad. McCain dejó dicho que no quería que Trump se acercara por su funeral. Lo mismo ha hecho con otros.


La pareja Biden-Harris está expuesta a todo. El problema no será solo el de los insultos de Trump. Es de prever que, como ya ocurriera contra Hillary Clinton, empiecen a detectarse movimientos extraños en redes sociales y redacciones de medios, intentos de difamación en este periodo preelectoral. En cuanto suba la presión sobre Trump —y la cuestión de la apertura de las escuelas será decisiva—, este se lanzará al ataque tuiteando, retuiteando y lo que haga falta. Lo mismo harán las fuerzas que hay tras él, las que le han mantenido en la Casa Blanca, grupos perfectamente organizados y que saben que se juegan mucho.
El caso Trump va más allá  de las ideologías. Afecta a las formas, que son esenciales en una democracia. La mayoría de los países democráticos están sufriendo un enorme desgaste político e institucional desde que los grupos populistas de cualquier signo convirtieron la arena política en la de un coliseo romano donde vale todo con tal de conseguir el poder. Todo es lícito y Trump es la demostración más clara de cómo se puede pervertir un sistema.
Hoy hay en el mundo muchos ejemplos de este avance del autoritarismo populista, de esta forma destructiva de hacer política. España no es ajena a este movimiento y la democracia se resiente en el descrédito de los que remueven todo con tal de avanzar un poco. La democracia es civilización pero algunos prefieren convertirla en la selva de la agresividad.


Estados Unidos tardará muchos años en recuperarse internamente, al igual que ocurre con su imagen exterior, pisoteada por las acciones del propio Trump, que lo ha convertido en un país impredecible, arbitrario, interesado en sus propios asuntos que impone a los demás por una vía o por otra. 
Veremos cómo es la respuesta del equipo Biden-Harris y si son capaces de sortear las trampas que sembrarán en su camino. Estados Unidos necesita ver una luz en el horizonte después de esta oscuridad chillona que Trump representa. La necesita el mundo entero, con focos de conflictos, con retroceso de los acuerdos internacionales tan necesarios en estos tiempos críticos en los que la cooperación y no la competencia es lo que hace falta.
Hay que dedicar todas las energías a reconstruir el mundo y no a acabar de hundirlo. En el deseable caso de que ganen Joe Biden y Kamala Harris, ahora candidatos del mundo sensato, tendrán una enorme tarea por delante. La elecciones norteamericanas se han convertido en un asunto planetario porque nos afectan a todos como nunca lo han hecho. Ni ellos ni nosotros podemos permitirnos más dosis de Trump.


* Maeve Reston "Kamala Harris just showed why Biden chose her as his running mate" CNN 13/08/2020 https://edition.cnn.com/2020/08/13/politics/kamala-harris-joe-biden-running-mate-choice/index.html

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