Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Año
tras año, llegadas estas fechas se produce el mismo fenómeno. Junto a
reportajes sobre el funcionamiento del reloj de la Puerta del Sol o que en
Italia se toman unas lentejas en Nochevieja, cuánto cuesta el cotillón en París
o Roma, etc., se sigue invocando un nombre: Marisa Naranjo.
Los
españoles que acabamos perdonando casi todo, aunque sea porque se nos olvida,
por pereza mental, no conseguimos olvidarnos de la pifia de esta buena
profesional, como siempre fue, de la presentadora que se equivocó con las
campanadas de fin de año. Por si fuera poco, el diario El Mundo nos vuelve a enlazar el vídeo recordatorio en sus páginas con
aquel momento fatídico en la historia de España en el que las campanadas iban
por un lado y Marisa Naranjo, con millones de españoles, por otro en su cuenta
de las uvas.
No se
ha perdonado todavía. A diferencia de otras pifias a las que se alude de vez en
cuando se dan sucesos similares —el casi gol de Cardeñosa, por ejemplo—, la de
Marisa Naranjo tiene en su contra el carácter cíclico de los finales de año. La
obviedad de que todos los años tienen "final de año" juega en su
contra. Marisa Naranjo se ha convertido en un tópico navideño, una reacción
conductista, un reflejo pauloviano. Allí donde el perro de Paulov salivaba al
escuchar el silbato, los españoles se acuerdan de Marisa Naranjo en cuanto que
se empiezan a sonar los cuartos.
A todos
les entra el miedo. A los presentadores se les produce el síndrome "Marisa
Naranjo", el temor irracional a equivocarse y que se les pegue el
sambenito de la pifia anual, que la gente dejara de acordarse de Marisa Naranjo
y pasara a acordarse solo de ellos. A los que esperan con las uvas en la mano
les entra la inseguridad de cuándo se acaban los cuartos y empiezan las
campanadas de verdad. Todos los años se revisa a fondo el reloj, pero no se
revisa a los presentadores; son la entrada de la imperfección humana, de lo
imprevisto, en el sistema.
Para
tratar de espantar con conjuros esa maldición, en España se han multiplicado la
toma de uvas. Sorprendentemente, las "uvas de la suerte" han proliferado para gozo de los
agricultores y comerciantes españoles. La conversión de España en una "macrofiesta"
con nuestros políticos de DJ's nos ha llevado a que celebrar un cotillón no sea
suficiente para la economía española y que se celebren varios actos de este
tipo. La más temprana es la "nochevieja universitaria" de Salamanca,
la que celebran los estudiantes antes de volverse a sus casas con las familias.
Tenemos también la Nochevieja infantil que se celebra a las doce de la mañana,
como la que realizan en Murcia, para no tener a los niños danzando toda la
noche. La oferta y la demanda.
Para
conjurar el maleficio, Antena3, en su canal Neox, se ha sacado de la manga las
"preuvas", con el programa "Feliz año neox" que consiste,
según entiendo, en tomar las uvas el día antes con personas a las que no pondrías
el día treinta y uno a transmitir las campanadas. Como explica el presentador a
su invitada especial de este año, Remedios Cervantes: "Las campanadas de
Neox no las da cualquiera. Ha habido que liarla
muy gorda, haber metido la pata hasta
el corvejón y sobre todo haber tenido mucho valor y mucho sentido del humor
para haber estado aquí esta noche." Efectivamente, el mérito principal —no
carece de otros, por supuesto— de Remedios Cervantes es una gran metedura de
pata en un concurso televisivo que le hizo perder una buena cantidad de dinero
a un concursante. En vez de cambiarse de nombre y hacerse la cirugía estética
para no ser reconocida, Remedios —a lo hecho,
pecho, dice el refrán—, asume su pifia y la luce en estas "preuvas"
del día 30. La acompaña —como no podía ser de otra forma en un programa
dedicado a las meteduras de pata—, doña Cecilia Giménez, la restauradora
piadosa, la autora del "Ecce Homo" —el "Guernica del siglo
XXI", la "contramarca España"—, que ha dado luz y color a
nuestro año más oscuro (por el momento).
Dice la
Directora de Programas de Entretenimiento de A3: "La idea es rehabilitar a
los protagonistas de las meteduras de pata más importantes del año"*. Si
esa es la idea, tenemos protagonistas para las retransmisiones de las próximas
décadas solo con lo que ha dado de sí 2012. Podemos exportar si hace falta.
El año
pasado fueron las primeras "preuvas" y, como no podía ser de otra
manera, las retransmitió la mítica Marisa Naranjo. Digo "mítica"
porque ese es el grado que alcanza alguien así. ¡Quién le iba a decir a ella que
pasaría a la historia no por todo lo que hizo bien —que fue mucho—, sino por su
único error profesional! Explicaban el año pasado como introducción del
programa inaugural de las "preuvas":
[...] más de veinte años después, la veterana
Naranjo dará paso otra vez al Año Nuevo en Neox, la cadena de perfil más
juvenil de Antena 3 [...] Neox ha investigado con énfasis cómico en qué
circunstancias se produjo el gran gazapo de la presentadora aquel día.
Profesionales de la cadena de Planeta como Carlos Sobera, Arturo Valls, Mónica
Carrillo y Susanna Griso dan su opinión sobre lo que pasó aquella Nochevieja.**
La
repetición del vídeo con las campanadas de aquel fatídico 1989 y el programa
del año pasado nos hacen ver que nunca se olvidara la pifia porque su estatus ha
aumentado al de "mito rentable". Y eso no es que haya que olvidarlo,
sino no dejarlo escapar. Si la metedura se hubiera producido hoy, Marisa Naranjo tendría, como doña Cecilia, club de fans en las redes sociales.
Me
gustaría que ese programa de Neox fuera presentado en sus próximas ediciones por
banqueros, ministros, presidentes del gobierno, jueces, etc. Que todos aquellos
que han "metido la pata hasta el corvejón", que diría el presentador
de Neox, fueran invitados en estas
"preuvas", que se les pudiera presentar como a Remedios Cervantes:
"Está usted hoy aquí, señor presidente, señora ministra, señor diputado,
banquero, empresario, sindicalista, periodista, etc., por haberlo hecho
rematadamente mal, por sus meteduras de pata". Pero me temo que, a
diferencia de Marisa Naranjo, Remedios Cervantes y Cecilia Giménez, carezcan
del sentido del humor necesario.
Me
gustaría —uno de mis deseos para el nuevo año— que se "perdonara" de
una vez por todas a la pobre Marisa Naranjo, que en España la máxima condena de
cárcel es de veinte años y ella ya los ha sobrepasado con creces.
Esta noche brindaré por ella y por la imperfección humana. ¡Feliz
año a todos los que se equivocan con buena voluntad!
*
"Azúcar y 'Ecce Homo' para purgar el año en las 'preúvas'" El Mundo 30/12/2012 http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/28/television/1356698565.html
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