Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
¿Alguien
ha entendido algo? ¿Alguien puede explicarnos cómo un señor llega a firmar un
contrato multimillonario con un país como Ucrania después de meses de
negociaciones para descubrirse finalmente que no es agente ni es nada?
¿Malentendido cultural? ¿Problema de traducción? ¿Embrollo político?
Sugestionado
por la reciente visión de El topo
(Tomas Alfredson 2011), la segunda versión cinematográfica de la magnífica
novela del maestro LeCarré, no sé si estamos ante un "espía que surgió del
frío", ante un agente doble, triple o mediopensionista, o ante una chapuza
hispánica y ucraniana con salsa rusa. Unos tienen a George Smiley y a su gente, los otros a Karla y los suyos,
y nosotros al señor Jordi Sardá Bonvehí, que pasará a engrosar el imaginario de
nuestros agentes raros, raros, sin licencia para nada, ni para firmar.
España
no es un buen país para el espionaje. Sin I+D, lo más secreto son las
nominaciones de los realities. Aquí
se filtra todo: sentencias, procesos, acuerdos del consejo de ministros, las
aguas del grifo y el baño de mi vecino de arriba. Como "espía"
tenemos al señor Paesa, que no era un espía sino más bien un estafador nacional
e internacional, metido en chanchullos por ahí, que se moría pero luego volvía
a aparecer, como el muerto de Peret, que estaba tomando cañas.
Aquí,
te pones una gabardina y ya te llaman espía. No sé lo que se habrá puesto el
señor Jordi Sardá Bonvehi, con el frío que hace en Ucrania, pero consiguió, más
que infiltrarse, "investirse" como agente de nuestra energética.
¿Sabían los ucranianos quién era? ¿Sabían quién no era? ¿Lo sabía él? Nos quedamos
con la duda. A ver si va a ser un caso como el de nuestra falsa víctima del
11-S, Alicia Esteve Head y Jordi Sardá Bonvehi se cree que es un agente
comercial de Gas Natural Fenosa. Como sigamos así, nos van a pedir hasta la
partida de nacimiento para salir de España.
A la
gente le ha llamado la atención que Gas Natural Fenosa no haya montando más
escándalo por este caso, que tenía un valor de 1.100 millones de dólares, que se
dice pronto. Por eso hay gente que piensa ¡vaya por Dios, podían haberse
callado y seguir adelante! ¿Es Jordi Sardá un adelantado, "demasiado"
adelantado?
Las
cosas que ocurren de Alemania para allá siguen siendo raritas, a pesar de la
caída del muro ¡y el tiempo que ha pasado! Rusia sigue mareando a su ex
satélites a derecha e izquierda, es decir, hacia Asia y hacia Europa, y todavía
queda mucho chanchullo en el aire. El conflicto del gas entre Ucrania y Rusia
lleva tiempo y ha dejado a algún país congelado, literalmente, por desabastecimiento.
El gas ruso pasa por Ucrania y Ucrania no estaba dispuesta a pagar las tarifas
que Rusia le imponía. Tú me subes el precio de gas, yo te subo el peaje. Así
que van y deciden hacer sus plantas de tratamiento del gas y ahí aparece el
agente Jordi Sardá.
Nos
resistimos a exponer ninguna hipótesis irresponsable cuando los periódicos más
importantes del mundo se siguen preguntando qué ha ocurrido ante las cámaras y
televisiones invitadas a inmortalizar el acto (¿irreal, ilegal?) de la firma de
un contrato millonario entre Ucrania y Gas Natural. Algunos prefieren terminar
de analizar lo ocurrido en la elecciones catalanas antes de pasar a analizar lo
ocurrido en Ucrania. Todo, de golpe, es demasiado.
Las
agencias de prensa dan por ahora por bueno lo siguiente:
Jordi Sardà Bonvehí, nacido el 6 de abril de
1969, no había sido detenido nunca hasta ahora ni existe constancia de que
tenga antecedentes delictivos, informa Jesús Duva. En el registro Mercantil
figura como administrador de la firma Ukrainvest Spain Promociones S.L,
constituida en 2007 y cuya actividad declarada es la prestación de servicios
relativos a la propiedad inmobiliaria e industrial, con domicilio social en
Sant Vicenç de Castellet (Barcelona). También consta como administrador único
de Karelia Bonvehí S. L., dedicada a la promoción inmobiliaria y radicada en
Manresa (Barcelona).*
Tires
de donde tires, te sale siempre una inmobiliaria. Tanto Ukrainvest Spain
Promociones S.L como Karelia Bonvehí S.L.
son inmobiliarias. ¿Son "tapaderas" para trabajar o empresas
"desfondadas" y recicladas tras la crisis del ladrillo? ¿Qué pintaba
allí el agente inmobiliario, un poco lejos de Sant Vicenç de Castellet? ¿Y
nuestra embajada?
"El desconocido español", como la
prensa ucraniana identifica a Jordi Sardà, firmó el supuesto contrato ante las
cámaras de la televisión ucraniana, acto oficial que fue presidido por el
propio primer ministro ucraniano, Nikolái Azárov. Según medios locales, el
propio Sardà, un agente comercial, según las autoridades, reconoció
posteriormente que no tenía facultades para firmar el documento oficial.
"Pensé que podía firmar y después acordarlo con la compañía", apuntó,
según recogió también Reuters, que señaló que había hablado con un hombre por
teléfono que dijo ser Sardà.**
El "agente
doble" parece más bien un independiente emprendedor que apunta alto, ya que
ha querido mantener la operación lejos de los oídos oficiales de la empresa
hasta tenerla cerrada y rubricada. ¿Creía que eso le daba algún tipo de "seguridad
comisionista" por haber conseguido el "negocio"? ¿Pensaba
plantarse en Barcelona y decirle a los de Gas Natural Fenosa "he firmado
un contrato en su nombre por valor de más de 800 millones de euros"? ¿Cómo
es posible que no haya existido más contacto que él en una negociación de tanta
envergadura? ¿Es posible que a los ucranianos no se les ocurriera llamar a
Barcelona? ¿Tenía conocimientos de ingeniería para saber del proyecto un agente
inmobiliario o les dijo a todo que sí en su ansia por firmar y llevarse un
pellizco en comisiones?
Como en
las películas de espionaje, es casi imposible que haya trabajado solo y en
silencio. El "malentendido", como algunos lo califican de forma camusiana,
necesitaría de alguien, de un "topo" que le fuera dando instrucciones
para realizar una negociación así, por mucha prisa que tuvieran los ucranianos por
firmar en su lucha comercial con los rusos. No se parte de cero en algo así.
Alguien tuvo que llamarle desde Ucrania, Barcelona o de ambos sitios, que todo
es posible.
En la
Ucrania de la encarcelada Yulia Tymoshenko surge un nuevo caso relacionado con
el gas. Tymosehnko era una empresaria del sector energético y la moción de
censura que acabó con ella en la cárcel se centraba en la acusación de haber
firmado con Rusia desventajosos contratos para Ucrania precisamente con el gas.
Algo similar ocurrió cuando se dedicaba a la gasolina. Siempre en el sector
energético. Fue presidenta de Sistemas Unidos de Energía de Ucrania (YESU), una
compañía privada que importaba el gas ruso, con el que hizo una gran fortuna
junto a la familia. Le valió el título extraoficial de "princesa del
gas".
Como
puede verse, la vida ucraniana, al menos la de sus líderes, gira en torno al gas,
un gran negocio. Y en ese complejo entramado energético, político, financiero,
internacional, se nos dice, se coló el agente Jordi Sardá sin que nadie se
diera cuenta, ni se comprobara nada. ¿Es posible que no estemos ante una novela de LeCarré sino ante una reedición de Nuestro hombre en La Habana, de Graham Greene, ante un simple vendedor de aspiradoras convertido a su pesar en agente? Alec Guinness interpretó a George Smiley, el espía profesional, y a Jim Wormold, el espía aficionado, con igual perfección. Jordí Sardà, ¿quién o qué es?
¿Es
creíble lo que nos dicen del malentendido? ¿No enteraremos algún día? Quizá en el Kremlin se estén riendo y
seguro que en Barcelona alguien está llorando. Quién sabe.
*
"Un falso representante de Gas Natural firma un contrato millonario con
Ucrania" El País 20/11/2012
http://wap.elpais.com/index.php?module=elp_gen&page=elp_gen_noticia&idNoticia=20121129elpnepeco_68.Tes&seccion=eco
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