Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Parece
que está revuelto el campo del orden público y, con él, todos. El indulto a cuatro mossos d'esquadra, la policía autonómica
catalana, después de haber sido condenados a penas de cárcel por torturas a un
ciudadano rumano, ha causado la indignación de un sector de la judicatura,
además de en la ciudadanía. Doscientos jueces firman un escrito contra este
indulto, potestad y riesgo del gobierno.
Indultar
a la policía siempre es una tentación, pero no es casi nunca un buen ejemplo.
Da cierta sensación de "ley del embudo", de que existe cierta
impunidad o raseros distintos a la hora de valorar las situaciones. Las
torturas a un detenido es un caso grave, muy grave, y todo ello quedó
confirmado en y por los Tribunales. Con el indulto, entras por una puerta y
sales por otra.
El
indulto no solo tiene una ética, sino también una estética. El hecho de que las
torturas se le practicaran a un ciudadano rumano afean todavía más el caso,
pues es un desprecio —otra vez la ley del embudo— esta vez a la comunidad
rumana, que pensará que las acciones ilegales que sobre ellos se realicen no
tienen la misma consideración que las que se hagan sobre un ciudadano español.
Si yo fuera rumano, también protestaría.
La
comisión de delitos por parte de las personas que tienen el deber de evitarlos y
juzgarlos es doblemente grave, como reconocen el propio ordenamiento. Aplicar
aquí indultos es siempre poco ejemplar, por no decir otra cosa.
Le
señala el Gobierno a los jueces que no deben protestar porque ellos tienen la
potestad de conceder los indultos. Nadie lo niega. La protesta no es por la
ilegalidad de la medida, sino por el ninguneo de la Justicia. Creo que la
protesta ante este indulto sí se justifica por el hecho de que afecte a la
credibilidad de las instituciones. No afecta a la credibilidad del gobierno,
que es cosa suya, sino a la credibilidad del conjunto del sistema institucional
que debe velar por la justicia y defensa de los ciudadanos. Si dejamos de creer
en la Justicia y en la Policía, cuando ya hemos dejado de creer en los
políticos —gracias a su empeño, todo hay que decirlo— avanzamos hacia rumbos
inciertos. No habrá orden; ni siquiera orden justo.
Los mossos han contestado a los jueces
firmante mediante otro escrito en el que lamentan que esas crítica a los
indultos de policía no se produzcan cuando se indultó a algún juez, algo que
también está mal por el mismo principio estético y ético. Los jueces critican
al gobierno; la policía critica a los jueces. Y los ciudadanos miramos atónitos
tanta protesta, gripe contagiosa, antes de salir a protestar.
Los mossos, cuando protestan, tienen métodos
curiosos. A principio de año, como protesta contra sus reajustes laborales,
decidieron hablar en castellano por radio y realizar en el mismo idioma los
atestados, etc. No sé si como medida de presión ante sus superiores fue lo
suficientemente contundente y si los oídos nacionalistas pudieron soportar tan
insoportable presión. En cualquier caso, protesta ad hoc, que da donde le duele.
Otra
protesta de estos días es por la filtración de los datos personales de 18 mossos d'Esquadra a las redes sociales*,
con lo que se posibilita su localización e identificación. Los mossos han dicho que esos datos deberían
estar "blindados" y, según parece, no lo estaban. Otro caso oscuro en
esta guerra de protestas. No sé en qué lengua han aparecido las filtraciones.
Tienen
más casos abiertos. Hace unos días, La
Vanguardia daba cuenta de que unos incidentes relacionados con el acoso a
los diputados del parlamento catalán se resolverían en un juicio de faltas por
coacciones.
La operación policial tuvo lugar en octubre del año pasado, cuando
decenas de antidisturbios tomaron la Ciutat de la Justicia para detener a seis
de los imputados por los actos de acoso a diputados del Parlament del pasado 15
de junio, que estaban en la cafetería del edificio a la espera de una respuesta
de la Audiencia Nacional a su decisión de ponerse a disposición de la justicia.
[...] Mientras el magistrado estaba fuera del edificio, los agentes
irrumpieron en la Ciutat de la Justicia para efectuar las detenciones, una
operación de la que el departamento de Interior no informó a la juez decana y
que la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC)
consideró "un claro abuso", por lo que exigió responsabilidades.
Varios abogados y periodistas que cubrían la
información, además de una persona que había acudido de testigo a un juicio,
fueron retenidos durante quince minutos por los Mossos d'Esquadra, que durante
ese tiempo también les quitaron la documentación para realizar las
"comprobaciones oportunas".**
Como
puede verse, los contenciosos entre gobierno, gobiernos autonómicos, policías y
jueces, en todos los niveles e instancias, están abiertos y van añadiendo gotas
de agua al vaso.
No es
solo una cuestión de los mossos d'Esquadra, aunque tengan gran protagonismo en
esto. El revuelo llega también a los cuerpos de la policía nacional. El escrito
del SUP, uno de los sindicatos
policiales, hecho público el otro día, es de los más graves e irresponsables
que se han visto en mucho tiempo. La acusación de que se buscan "muertos"
para que no se salga a la calle a protestar es de una gravedad insólita en
personas que tienen como trabajo mantener la calma y no echar gasolina al
fuego. Derivar esa consecuencia de la intensidad de los entrenamientos con
escudos rotos o pelotazos en la espinillas, con fotos incluidas, es otra
temeridad, ya que se traslada al ciudadano la sensación de que ejercer el
derecho de protesta o manifestación puede acabar en una guerra real. La nota de
EFE señalaba:
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha denunciado hoy que los
"antidisturbios" reciben órdenes para que sean más contundentes y ha
sugerido que el Gobierno está buscando "un muerto, ya sea policía o
ciudadano", para distraer la atención y justificar mayor dureza hacia los
que protestan por los recortes.
Así lo trasmite el SUP en una carta que
mañana remitirá al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y que hoy ha
hecho pública a los medios de comunicación.***
Creo
que esto excede ya lo razonable dentro de lo irracional que le sirve de base.
La sensación de que estamos en un estado enfrentado por todas las esquinas, de
irresponsabilidad absoluta en las instituciones, parece fruto de una especie de
"calentamiento global" político que confunde el sentido común y la
prudencia. La sensación de estar en manos de irresponsables llega cada vez con
más intensidad. La demagogia campa por los comunicados y declaraciones
convenciéndonos de que esto es una especie de taberna en la que cualquier, con
dos copas retóricas de más, se sube encima de una mesa a improvisar una arenga.
No hace
mucho el mismo SUP se ofrecía al "asesoramiento" de policías que
tuvieran "problemas de conciencia" en los desahucios. Es una forma
muy sutil de abrir nuevas brechas y crear conflictos, más de los que hay, y trasladarlos
al interior de las instituciones. Hay mucho de conflicto sindical detrás de todo esto, de guerra entre sindicatos y de formas de canalizar las reivindicaciones laborales, que serán más o menos justas, como siempre. Pero deberán buscar otras fórmulas que nos siembren desorden ni desconcierto en la ciudadanía. Hemos vuelto a la politización de la policía,
entre otras muchas instituciones, otro retroceso en un país en el que la política —eso decimos todos— funciona tan mal.
Estamos
retrocediendo. Nos estamos "barbarizando". Y mucho. La crisis que vivimos requiere de personas sensatas e
inteligentes, capaces de navegar con este barco maltrecho. Pero lo que estamos
viendo es aventurismo en todos los rincones. Y arrastran con ellos a las instituciones, que quedan tocadas.
Los jueces, policías, políticos de todos los niveles tienen que transmitirnos
la sensación de que vivimos en un estado de derecho y civilizado y no en un espacio
arbitrario, incompetente y demagógico, que es lo que hacen con frecuencia. Entre policías (y
jueces) indultados y mafiosos chinos en libertad por fallos del
"sistema", por mencionar solo un caso reciente, estamos empezando a ponernos
todos un poco nerviosos.
Es importante que las las personas de las que depende el orden público sean tranquilas y transmitan tranquilidad. El orden no viene del miedo, sino de la confianza.
* "Los Mossos denuncian la filtración de
datos personales en la red por parte de Anonymous" La Vanguardia 20/11/2012
http://www.lavanguardia.com/sucesos/20121120/54354678123/mossos-denuncian-filtracion-datos-personales-en-la-red-por-parte-anonymous.html
** "El SUP cree que el Gobierno busca
"un muerto" y denuncia prácticas con agentes heridos" 20 minutos 28/11/2012
http://www.20minutos.es/noticia/1662043/0/sup-gobierno/interior-comunicado/entrenamiento-heridos/
El PP, en realidad todos estos gobiernos que nos quieren pasar por democráticos, indulta a banqueros y policías torturadores pero se lo niega a presos reinsertados. Una prueba más de la calaña asquerosa que nos gobierna. ¿Hasta cuándo?
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