jueves, 22 de julio de 2021

Falsa sensación de seguridad

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Conforme los números hacen batirse en retirada a los buenos deseos, hay que ir cambiando el discurso, algo que no es tan sencillo. Se trata de algo complicado, a ver si lo podemos expresar: se trata de convencer para que se vacunen a los que creían que no se iban a infectar (los jóvenes), pero que se infectan; se trata, en paralelo, de convencer a los vacunados ya que se pueden infectar; y de, en un tercer momento, explicar a la gente que ya lo pasó y se vacunó que se puede volver a infectar. ¡Es mucho convencer! Y más con un gobierno que quiere llegar a lo antes posible dar el nuevo mensaje: ¡todos estamos vacunados!

El mensaje "¡todos estamos vacunados!" es un mensaje político. Con esto queremos decir que es el mensaje-promesa. No es lo mismo decir "¡hemos vencido al coronavirus, todos estamos vacunados!" que decir "¡hemos vencido al virus, ya no quedan contagiados!" Confundir ambos mensajes es muy, muy peligroso.




La paradoja a la que asistimos desde hace algunos días es la siguiente: a) hemos pasado el 50% de las vacunaciones; b) aumenta el número de contagios de forma tremenda; c) bajan las defunciones; d) más del 78% de los fallecidos no estaban vacunados por motivos diversos; e) las cifras  de gente contagiada de 16 a 29 años se han disparado hasta niveles estratosféricos; f) la incidencia general también se ha disparado, pasando en apenas tres semanas de menos de 100 a más de 650. Todo esto coincidió  con la llamada a la sonrisa de la ministra Carolina Darias tras el anuncio del presidente Sánchez de que con las vacunas se acababa el problema. Sánchez se adelantó a Boris Johnson en eso del Día de la Libertad (aquí Día de la Sonrisa).

Todo esto lo sabemos, pero la pregunta es cómo convencer a la gente ahora que respete todo lo que hay que respetar, especialmente por el caso de las reinfecciones y de las infecciones "leves". Se han reducido las muertes de forma clara, pero ¿qué ocurre con el resto?

Así lo intentan en RTVE tras haber entrevistado a un experto:

 

La variante delta continúa extendiéndose por nuestro país. La Unión Europea estima que la variante Delta supondrá el 90% de los casos a finales de agosto. Con una incidencia que no deja de subir, ¿cómo de importante es tener la pauta completa para luchar contra la variante delta? Nos lo explica en La Hora de la 1 el doctor Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología.

 

La importancia de la pauta completa 

López Hoyos afirma que “puede significar un problema que la gente se quede sin la segunda dosis”, puesto que es importante “para protegernos de la variante delta”. Pese a todo, el doctor recuerda que “se puede esperar hasta los 42 días para inocular la segunda dosis, pero que corremos el peligro de infectarnos por el camino”. Cabe recordar que el escenario de infección es posible, sobre todo viendo los datos de incidencia de las últimas semanas.

El miembro de la Sociedad Española Inmunología ha querido recordar que las vacunas “no protegen al 100% de la infección, se ha tenido una falsa sensación de seguridad por algunos mensajes que no se han transmitido de la manera adecuada. Además ha incidido en que “a finales de agosto casi todos los contagios serán por la variante delta y por eso hay que extremar las precauciones”. El doctor también ha subrayado que “pese a estar vacunado con la pauta completa no significa que no podamos infectarnos del virus”.*

 


La "falsa sensación de seguridad" permite en gran parte explicar los fenómenos señalados. Lo más penoso es que en la competencia por ganar el éxito unos han vendido unas cosas y otros otras. De haber tenido —como tendría que haber sido— una estrategia común y nacional, todos se habrían mantenido bajo un discurso realista y no triunfalista como algunos han sostenido. Cuando se ha alcanzado algún acuerdo no ha sido total y siempre a regañadientes porque se trataba de erosionar al "otro", al que se responsabiliza de lo negativo.

El gobierno ha dado un mal paso al volver a sacar a la mascarilla de los espacios abiertos, algo que estaba ligado a la estrategia triunfalista desarrollada. Esto ha hecho que inmediatamente las Comunidades autónomas soliciten la vuelta a ella o a los toques de queda, que se están imponiendo de diversas formas. Se ha preferido renunciar a una herramienta de primer orden en la lucha contra la pandemia, como es la mascarilla a reconocer las limitaciones de la vacunación. De esta forma, se produce un efecto negativo, las interacciones sociales producen más contagios y las vacunas pierden eficacia ante la nueva variante expandida.



El mensaje general de "extremar las precauciones" es demasiado laxo a estas alturas, cuando las precauciones brillan por su ausencia y las vacunas se han entendido precisamente como poder pasar de las precauciones.

No va a ser fácil salir de este círculo vicioso que va reduciendo el valor de las vacunas ante las nuevas variantes, por lo que las reinfecciones acabarán colapsando la Atención Primaria (como ya lo hacen) y poco después las UCI por simple proporción.

Ahora tenemos por delante otra batalla: la exigencia del certificado COVID, que ya se ha planteado en Francia. Aquí los empresarios no la quieren, con lo que tendremos otro factor de difusión de los contagios. Pedirlos significará exigir que se vacunen y hay muchos jóvenes que no están dispuestos. Los antivacunas tienen mucho que ver en esto, pero es sobre todo la idea de que llevará a limitar el negocio. Tampoco el certificado servirá de mucho si se producen reinfecciones por las interacciones. Si los vacunados se reinfectan, el certificado, una vez más, servirá para la mencionada "falsa sensación de seguridad". Tendremos más de lo mismo: cuanto más segura se sienta la gente, más contagios, con mayor o menor gravedad.



No se trata de "sentirse seguro", sino de "estar seguro" y eso solo llega con las medidas elementales que la gente se niega a asumir. Demasiadas molestias, parecen pensar algunos.

El mensaje debe ser claro: vacúnese pronto, con las dos dosis, en su caso, y mantenga todas las normas básicas de prevención habituales (distancia, higiene, mascarilla, ventilación). Si hace lo primero y no lo segundo, seguiremos así mucho tiempo, perdiendo eficacia y sumando enfermos y muertes.

Hay vacuna contra el virus, pero no contra la cabezonería.



* "Los expertos recomiendan completar la pauta de vacunación lo antes posible" RTVE.es 21/07/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210721/expertos-recomiendan-completar-pauta-vacunacion-antes-posible/2134623.shtml

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