Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No sé
si es una cuestión regional, nacional o planetaria. Solo sé que no acabo de
entenderlo, como tantas otras cuestiones relacionadas con el comportamiento de
algunos respecto a la pandemia. Desde fuera, nos parecen absurdas, lo que
implica una gran dificultad para intentar entenderlas. Estás dentro o no.
Para
contribuir a estas distancias, más que sociales, culturales, la pandemia hace
surgir estas extrañas formas de comportamiento. Digo "extrañas" a
sabiendas que el problema (numéricamente hablando) es mío, que estoy en minoría
dado lo que escucho cada día.
Leo hoy
en la web de noticias de Antena3:
El avance de la variante Delta y la nueva ola de contagios obligó a las comunidades autónomas a apretar al máximo el ritmo de vacunación para tratar de proteger lo más rápido posible a sus ciudadanos contra la COVID-19.
El Sistema Nacional de Salud ha demostrado una enorme capacidad para administrar con rapidez la totalidad de las vacunas disponibles. Sin embargo, la duda se plantea este agosto cuando muchos españoles se marchen de vacaciones. Es un problema que ya están empezando a notar en algunas comunidades como Andalucía.
Además, el mes también afronta otro problema más: los sanitarios cogen su mes de descanso. Las comunidades, por tanto, necesitarán ampliar sus plantillas si quiere mantener el ritmo que hasta ahora habían conseguido tener. El epidemiólogo Quique Basset considera que "va a suponer un desafío para el sistema de salud, que va a tener que mantener la logística montada".*
Nada más merecido que el descanso de los sanitarios, al borde del colapso en diversos sentidos, del mental al laboral, perseguidos por la política deficitaria del empleo (lo que hacen dos que lo haga uno), de sueldos (se paga la mitad) y la precariedad (contratos menguantes como los de Aquiles y tortuga). Se habla de rescindir sus vacaciones y dejarlos sin descanso alguno después de lo que llevan encima. El objetivo, claro, es cumplir los objetivos de vacunación para asegurar cuanto antes la salud general y la estabilidad y sostenibilidad del sistema sanitario. Hablando claro: se van a quedar sin vacaciones para que usted no se quede sin vacuna y para que los que no se han querido o no han podido vacunar tengan espacio y atención en los hospitales.
Es decir: ellos se quedan sin vacaciones por usted. ¿Y dónde está usted? Disfrutando de su libertad playera, de su atasco deseado, de su danza nocturna de ombligo despacito.
Nosotros, los españolitos, hemos decidido que no vamos a ir a vacunarnos, no por principios, ni porque lo diga Jesús o algunos de sus apóstoles, sino porque a mí no me dejan sin vacaciones. ¡Así de claro!
En otro de los artículos de la misma web, se nos dice que hay falta de vacunas en ciertas comunidades y se ha frenado el ritmo de vacunación debido a ello. Pero se nos añade:
[...] el panorama cambia para otras comunidades como Andalucía en la que sobran dosis porque las personas no acuden a su cita. El inicio de las vacaciones de verano ha sido uno de los principales motivos por los que los andaluces han dejado de acudir como lo hacían hasta ahora a su centro de vacunación. Por ejemplo, en Córdoba sobran en torno a unas 200 dosis diarias y, además, tampoco anulan su cita, por tanto, bloquean un horario que estaría disponible para otras personas que si quisieran ser vacunadas.**
¿Cómo es posible que en Córdoba se dejan de vacunar 200 personas diarias, que no anulen las citas? Pues, lo es. Dejo a cada uno las ideas que esto les pueda suscitar, si desea pensar en ello o, por el contrario, no desea perturbar sus vacaciones bien ganadas y lo deja para más adelante.
Leía esta mañana un interesante libro —La ilusión de la memoria (2021)— sobre la memoria y especialmente sobre aquellos elementos que nos crean distorsiones en el recuerdo. La autora, la Dra. Julia Shaw, trataba uno de los factores que hacen que nuestra memoria no sea tan perfecta como quisiéramos: el exceso de confianza. El exceso de confianza nos hace creer que vamos a recordar más cosas de las que luego finalmente recordamos.
Lo llevo al terreno de la memoria porque es precisamente el recuerdo de los muertos y hospitalizados el que nos debería guiar, hacernos más responsables ante lo que hemos vivido y muchos siguen viviendo. Irse de vacaciones sin vacunarse es ya una forma irresponsable de olvido de las consecuencias; es también un desprecio a los sanitarios, a los que no se les olvidan las muertes que han tenido que ver, los enfermos a los que han tenido que tratar día tras día, hasta el agotamiento. Ellos se quedan sin vacaciones, un descanso necesario y bien ganado dado el nivel de estrés acumulado.
Es cierto que jugamos con la memoria y recordamos mejor lo que nos interesa y se ajuste mejor a nuestros deseos. Pero esto es un caso de temeridad notable junto al desprecio profundo que supone no asistir a la cita concertada.
No me extraña la desesperación del personal sanitario que ve que su esfuerzo y sacrificio no tiene ni recompensa de las autoridades (que deberían contratar más personal en vez de anularles vacaciones) y de los vacunables que prefieren playa y chiringuito antes que ceder media hora de su tiempo, que es lo que viene a tardar el proceso desde que llegas hasta que sales.
La contrapartida es, claro, protestar porque te pidan certificados de vacunación para entrar en restaurantes y espectáculos. No quiero perder tiempo vacunándome y me quejo porque me piden certificados de estarlo porque ya me tocaba.
Parece que estaban previstos mecanismos para poder solicitar vacunarse en el lugar vacacional de destino, pero o están mal explicados o es mucho trabajo. Ya se plantearon luchas el año pasado porque los residentes de las comunidades se quejaban que "los de Madrid" (y de otros lugares, imagino) llegaban para aprovecharse de sus recursos. Los que tenían segunda residencia se enfrentaban así a las miradas torcidas y al boicot de los que no querían ser "expoliados" por los ahora benditos turistas.
Evidentemente, cada uno tiene sus vacaciones (menos los sanitarios), pero de lo que se trata aquí es de no desperdiciar vacunas cuando estas más falta hacen; de tratar de hacerlo para así reducir riesgo, incluso para nosotros mismos. Pero es ahí donde entran los engaños del "exceso de confianza", cuando nos olvidamos de los riesgos y de las injusticias que cometemos.
Hay países en donde mucha gente desconoce qué significa "vacaciones", algo por lo que algunos aquí se juegan la vida propia y la ajena. Tenemos mentalidad de país rico, pese a ser unos recién llegado a esto. Despreciar vacunas es de país rico, sin duda.
Me queda el consuelo de pensar que son "solo" doscientos diarios y no dos mil en Córdoba. Llegará septiembre y nos quejaremos de que no hay forma de conseguir cita. ¡País!
* "Los expertos creen que las vacaciones podrían suponer un problema para la vacunación en agosto" Antena 3 Noticias 30/07/2021 https://www.antena3.com/noticias/salud/galicia-frena-ritmo-vacunacion-falta-dosis_2021073061044102b051bb0001531866.html
** ¿Por qué será necesario el 85% y no el 70% de vacunados para lograr la inmunidad de grupo?" Antena3 Noticias 30/07/2021 https://www.antena3.com/noticias/salud/que-sera-necesario-85-70-vacunados-lograr-inmunidad-grupo_2021073061043a99d6961e0001bb2c50.html
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