Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Supongo
que lo que ha hecho La Vanguardia con el titular "Sanidad asume que será
necesaria una "tercera dosis de refuerzo" y la fotografía en la que
se nos muestra a una vacunada con gesto de dolor, mientras un cartel tras la
vacunada y su vacunadora nos dice "Inmunidad: necesitas dos dosis".
La noticia es un juego complicado de afirmaciones y rectificaciones en el
tiempo con el gesto dolorido (o aprensivo) de la paciente (nunca mejor dicho)
al ser pinchada.
Algo
más allá se va en el diario ABC que, como prácticamente toda la prensa se hace
hoy eco de la inauguración oficial de las Olimpiadas y de ese tercer pinchazo
que se veía venir y que sin duda vendrá. Pero lo que se pone en boca en la
ministra Darias, la misma que nos avisaba hace poco del regreso de la
"sonrisa":
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha señalado este viernes que «todo parece apuntar a que sí tendremos que poner una tercera dosis». «Hemos suscrito de la mano de la Unión Europea un contrato con Pfizer y Moderna. Lo que habrá que determinar es cuándo», ha asegurado en Onda Cero.
Darias ha sido tajante tras ser preguntada sobre si los españoles tendrán que vacunarse cada año. «Sí, sin duda alguna», ha aclarado, para después insistir en que el objetivo ahora es «seguir vacunando a todo el mundo hasta alcanzar si es posible el 100%» de la población española con pauta completa.*
Es decir, que tras el "3" se deben colocar unos puntos suspensivos porque esto no tiene trazas de frenar. Para ser precisos: estos puede ser un mal que (aunque nos moleste) puede exigir más sacrificios de los pensados en nuestras sociedades hedonistas y deseosas de poder planificar las vacaciones.
Tener que vacunarse cada año no es un drama. Pero sí puede serlo si esta vacunación es una alternativa de media eficacia ante las variantes que se produzcan. Cuanto más se extiende un virus, el número de variantes aumenta y, por ello, como ocurre con otras vacunas, desciende la eficacia. Lo que funcionaba con unos, no lo hace con los siguientes.
El que se ha visto sorprendido por la necesidad de una tercera dosis y la posibilidad de que esto se normalice, por expresarlo así, puede haber sorprendido más por el cambio de estrategia de la ministra, de la positividad eufórica a la escueta afirmación "Sí, sin duda alguna".
Si pensamos un poco en lo que esto implica es un importante cambio de escenario en la actuación política. Es sencillo. La estrategia de aquí no pasa nada tras cubrir al 100% de la población es insostenible por las propias evidencias cada vez que nos acercamos más a este número. ¿Con qué cara sale un presidente de gobierno, una ministra, un experto... a decir ante los parlamentos, ruedas de prensa, etc. que se han cumplido los objetivos y que nada está bien, con las UCI saturadas, las urgencias con colas y la Asistencia Primaria desbordada, al borde del colapso? Y eso es lo que está pasando y lo que muchos se temen que ocurra cuando estemos en el 99,99% de vacunados y la realidad nos desmienta.
Hemos criticado la estrategia del triunfalismo político, del responsabilizar a otros, ante la evidencia que finalmente se va cumpliendo. Está cada vez más claro —es un clamor mediático, no político— que la expansión es un conjunción de motivos biológicos (la propia dinámica del virus) y sociales (la dinámica social, constituida por intereses económicos, sociales, personales y, cómo no, políticos). La pandemia avanza tanto por lo que hacemos como por lo que dejamos de hacer. Se ha visto en las vacunas el regreso al seguir haciendo y eso está claro que no podrá ser. Hay que dejar de jugar con las palabras, los discursos y el futuro cortoplacista y afrontar la realidad y los cambios necesarios para adaptarla a la necesidad y no al deseo o el interés, que es lo que ha estado ocurriendo hasta el momento.
Que la ministra Darias salga diciendo que habrá que vacunarse todos los años es importante, sobre todo porque es lo que más se acerca a la realidad. Pueden ser décadas las que tardemos en borrar de la faz de la tierra este coronavirus esquivo, como es su obligación evolutiva.
Para una sociedad acostumbrada a marcar un número de teléfono y que te traigan la cena, pulsar un botón y tener una reserva para un vuelo y hotel para una semana en cualquier parte del mundo, etc. la perspectiva de no poder salir de casa, privarse del "cafelito" primero y del "botellón" después, por centrarnos en nosotros, es simplemente inimaginable. Es igualmente inimaginable para una persona de 20 años pensar que se va a morir por compartir botella, cigarro o besos con sus amigos. Es un problema de "frames", de enmarcado, de cómo percibimos la realidad y a nosotros dentro de ella. Cada uno lleva la suya, cambiante en el tiempo, pero es difícil que nos saquen de ella. Lo estamos comprobando.
La noticia de la tercera dosis es como la impensable de una III Guerra Mundial. ¡Pero, hombre, si ya hubo dos! Pues, sí, puede haber una tercera, que dependerá de lo que nosotros la evitemos, no de si creemos que sea posible o no.
El anuncio de la tercera dosis (de refuerzo) y de posibilidad de tener que vacunarnos cada año durante no se sabe cuánto tiempo tiene que ir acompañado de muchas medidas tanto comunicativas como en todos los demás sectores. No se trata de vacunas a unos pocos, sino de vacunar —como ahora— a toda la población porque si se sigue pensando que hay sectores de edad que son invulnerables, volveremos a cometer el mismo error que se ha cometido hasta el momento.
Ya hemos pasado el año y medio de pandemia; caminamos firmemente hacia cumplir un segundo año. Hay varias cosas que deberían quedar muy claras:
a) invertir mucho más en investigación;
b) coordinar los esfuerzos en investigación con otros países;
c) entenderlo en clave planetaria, no solo como una "generosa donación de vacunas" que apenas cubren partes mínimas de la población donde se están fraguando las nuevas variantes más agresiva y virulentas;
d) búsqueda de estrategias alternativas a la de las edades, una vez descubiertas las formas más peligrosas en que los virus se expanden;
f) reformar y reforzar los servicios básicos para que sean lo más eficaces posibles;
g) disminuir el efecto en los sectores que son por sí mismos nocivos;
h) mejorar los sistemas que son más eficaces para evitar contactos e interacciones en sectores confluyentes, como la educación, el trabajo, etc. (sistemas a distancia)
i) aumentar la presión comunicativa para la formación sobre medidas eficaces.
j) mejorar las normas jurídicas para poder tomar medidas rápidas y eficaces.
En forma esquemática, un principio (no ignorar la realidad), y dos líneas, reducir lo negativo para el conjunto y potenciar lo positivo. Esto es realmente difícil por las resistencia de los intereses particulares de unos y sectoriales de otros. Es la resistencia al cambio y si algo requiere enfrentarse a esta pandemia es transformarse para beneficio del conjunto. El respaldo a los intereses particulares es lo que ha llevado a los Estados Unidos de Trump, al Brasil de Bolsonaro a la Gran Bretaña de Boris Johnson a ignorar la realidad. Los tres han estado contagiados, pero muchos de sus compatriotas no han salido con tanta suerte.
El caso de España es muy complejo por nuestra dependencia del turismo exterior, como estamos viendo en estos momentos. El país con peores cifras de Europa es Reino Unido y nosotros debemos dar las gracias (sinceramente) porque vengan a visitarnos para evitar que a las cifras de nuestros contagios en botellones se les sumen los cierres en cadena y la ruina del sector. Esto, en gran medida, es falta de liderazgo y de percepción del problema en otras instituciones, como estamos viendo con los conflictos judiciales. Esto no es un problema de "libertades", que sería la variante importada de los Estados Unidos; sino un problema de "ciudadanía", es decir, de responsabilidad social, de anteponer los intereses de los demás ante el egoísmo natural de muchos, la indiferencia y la ignorancia acumulada.
Será desastroso para todos si los partidos políticos siguen discutiendo como si esto fuera un problema electoralista de conseguir el voto. Votante muerto no vota, por parafrasear el título cinematográfico. Es una pena que ofrezca este espectáculo al no estar a la altura de lo que indudablemente la Historia ha puesto ante ellos.
En el mundo, la pandemia crece. Solo en España parecía que podíamos vencerla, que éramos la Armada Invencible, que ya sabemos cómo acabó. Esto es global, algo que está más allá de fronteras de Estados, de Autonomías, de ciudades o pueblos, demarcaciones todas ellas que a los virus les importan poco, por no decir nada. Hemos creído que lo que hacíamos valía para algo, pero solo en nuestros propios términos, ya fueran sanitarios (ocupación de camas, colapsos) o económicos (aguantar para el verano) para no molestar a unos o a otros, llevando una tragedia natural a niveles absurdos de ceguera.
Las dimensiones de la pandemia, lo dramático de millones de muertos, ya no admite, después de casi dos años, más medias tintas, particularismos o cálculo electoral. Si queremos tener una "vida" parecida a la que hemos llevado será teniendo en cuenta al conjunto, haciendo sacrificios, reconociendo el tamaño y fuerza del reto.
Habrá tercera dosis, lo que es un paso en el camino del reconocimiento del problema real que pueda ayudarnos a salir. Hay que empezar a ser más claros con la ignorancia interesada y los egoísmos insolidarios. Hay que empezar a ser directos con los sectores que siguen pensando que esto es cosa de unos meses más, de unos cuantos pinchazos. Si hay que vacunarse cada año, esto implica medidas, infraestructuras, medios... voluntades, cooperación,, coordinación. No se hará solo y habrá resistencias. Nuestro modelo tiene que cambiar y hay que decirlo con claridad para que se tomen las medidas ante lo que puede ser una paralización si siguen aumentando los casos y la gravedad. A nosotros nos han durado una semana los esfuerzos y sacrificios del año. Las cifras están ahí e ignorarlas no es lo mejor.
La tercera dosis no es un drama ni un castigo; es una parte necesaria de nuestra seguridad y del conjunto de las acciones globales que hay que tomar.
* "Darias asume que será necesaria una dosis de refuerzo de la vacuna contra el Covid" ABC 23/07/2021 https://www.abc.es/sociedad/abci-darias-hecho-sera-necesaria-dosis-refuerzo-vacuna-contra-covid-202107230937_noticia.html
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