martes, 27 de julio de 2021

La poesía silenciada de Ahmed Douma

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Egipto es cada vez un país cada vez más distorsionado por el silencio y la propaganda, una combinación explosiva que corre el riesgo, en algún momento, de que la distancia explosiva entre la imagen falsa y la realidad salte por los aires. Bajo la mano firme de Al-Sisi, Egipto se ha convertido en un gigantesco cartel del presidente reproducido en todos los tamaños y escenarios. La función de ese cartel es convencer a los egipcios que el presidente está en todas partes, que es inevitable, omnipresente, infalible y poseedor de una fuerza que le viene "oficialmente" de una conexión divina, para ser más precisos, de tener el Ejército detrás.



El nacionalismo egipcio une al egipcio con la tierra, con Dios... y con el Ejército. Como fuerza, puede ser redirigida en diversas direcciones según interese en cada momento. El presidente actual necesita crearse esa imagen de destino, que hace que se interprete todo lo que le reste poder como un ataque contra la Historia, el País y Dios.

La condena al silencio es una de las más usadas por el sistema egipcio. Silencio y propaganda son necesarios. El silencio es necesario para que la propaganda imponga la "nueva realidad". El régimen de al-Sisi ha aprendido de todas las dictaduras egipcias, perfeccionando su forma de trabajar para que el pueblo perciba como logro lo que es represión. Por eso la propaganda no cesa; es simplemente la repetición constante —ante la crítica silenciada— de la imagen que se acaba quedando con cualquier duda afianzando la "nueva realidad".



Al-Sisi es un dictador de "aparato" total, en todos los niveles. Él es la imagen, el rostro que representa concentrados los valores que el propio sistema, de forma circular, refuerza. Cuando la gente tiene hambre, Al-Sisi les cuenta la historia de cómo sobrevivió con solo agua en su nevera durante diez años. Convierte el hambre en prueba de determinación y se propone a sí mismo como ejemplo: si yo lo hice, vosotros también. La broma gastada por el Secretario General de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), Iyad Amín al Madani, señalando que algo más que agua guardaría al-Sisi en su nevera, le costó tener que presentar la dimisión. Al ex mandatario le parecieron excesivos diez años sin otra cosa que agua. Los egipcios protestaron y tuvo que dimitir poco después, en octubre de 2016. Los milagros no admiten bromas ni escepticismo.

Puede parecer un chiste, pero si tenemos en cuenta que la idea de los 10 años solo con agua debía servir para acallar los gritos de hambre del pueblo, la cuestión deja de tener gracia.



Pero las críticas que más daño le hicieron vinieron desde dentro, de los vídeos publicados sobre la construcción de lujosos palacios presidenciales. Como no es fácil ocultar un palacio, al-Sisi le dio la vuelta al argumento y los presentó como activación de la economía, como muestra del poder egipcio, no como un lujo personal.

 

In a speech to a youth conference in Cairo on Saturday, Sisi used a session on combating the spread of fake news via social media to address the claims made in the videos for the first time, saying that some public money had been used to build new palaces but insisting that they belonged to the Egyptian people.*

 


El millonario constructor que había grabado los vídeos de denuncia sacando a la luz el favoritismo del sistema en las adjudicaciones tuvo que salir de Egipto.

Los vídeos hicieron daño al presidente estableciendo una fisura y, sobre todo, haciéndole ver la importancia del silencio, de evitar a cualquier precio la emergencia de voces discordante desde el origen mismo, ya que una vez en el aire, es difícil para las redes sociales, pese a los dispositivos de control y disciplinarios  organizados para garantizarlo.

Mada Masr nos trajo hace dos semanas una noticia relacionada con esta imposición del silencio. Lo hizo el 15 de julio con el titular "Security prevent sale of poetry book by detained activist Ahmed Douma at Cairo International Book Fair". Ahmed Douma es un activista de larga tradición y que tiene, como algunos egipcios, el honor de haber sido detenido y encarcelado por diversos presidentes, incluido el islamista Mohamed Morsi. El párrafo final del artículo nos da cuenta de la escueta historia de Douma:

Ahmed Douma was first arrested in January 2012 on charges of inciting violence and assaulting police and Armed Forces personnel after security forces clashed with a sit-in outside the Cabinet headquarters in December 2011. He was released in April 2012, and arrested again in December 2013. He was held in remand until February 2015, when he was sentenced to life imprisonment on charges of “participating in an assembly threatening public peace and assaulting police and Armed Forces personnel.” The sentence was reduced to 15 years in prison in 2019.**

 


Ya es mucho que te condenen a cadena perpetua por participar en una asamblea y no creo que los enfrentamientos con el Ejército y la Policía dieran para tanto, sobre todo sabiendo la facilidad con la que disparan ambos en las manifestaciones, como ejemplifica el asesinato en plena calle de Shaimaa al-Sabbagh, la mártir de las flores, cuyo único delito fue intentar llevar una corona de flores en el aniversario del 25 de enero.

Douma está en la cárcel, pero parece que no es suficiente. El silencio es necesario, es decir, evitar cualquier tipo de discurso que pueda ser reutilizado contra el régimen. Eso incluye, al parecer,  la poesía, un arma poderosa. Ahmed Douma ha escrito un libro de poesía.




El régimen, que siempre ha tenido cierta aversión a los libros —como ya ocurrió con 1948, la obra de Orwell—, ha desencadenado una ofensiva de silenciamiento del libro, que habría de distribuirse en la Feria Internacional del Libro de El Cairo. En Mada Masr nos describen la situación:

 

Security personnel prevented the sale of a book of poetry written by imprisoned activist Ahmed Douma during the 52nd Cairo International Book Fair, which closes on Thursday night.

Ahmed Douma, a co-founder of the April 6 Movement and the Kefala Movement who was first arrested in relation to protests in December 2011, is serving a 15-year sentence on charges of “participating in an assembly threatening public peace and assaulting police and Armed Forces personnel.” His book, Curly, consists of poetry Douma wrote during his time in solitary confinement.

The director of Dar al-Maraya publishing house Yehia Fikry told Mada Masr that security personnel from the Interior Ministry’s police department for arts and intellectual property, the National Security Agency and the fair’s security staff visited the publisher’s section on June 30, and asked to review the book.

Meanwhile, the publisher was told to halt sales of the book at the fair until further notice. A police officer visited Dar al-Maraya on day two of the fair to make sure that the book was off the shelves, while another police officer visited later and instructed the publishers to remove all the copies of Curly from display and to store them elsewhere.

Fikry told Mada Masr that it is not unusual for a book’s sales to be halted by security forces. “It happens a lot with us,” he said. “It’s seldom that they come back and say ‘put the book up for sale.’ Otherwise they never respond, which means we are unable to sell the book in shops, despite there being no legal order,” he added.**

 

Sí, es el método egipcio, el que se reproduce en todos los niveles, la "callada por respuesta". Como nos explican, hay una ley que evita la censura, pero no hay ninguna ley que obligue a volver. "No venda el libro hasta que le digamos algo" es una hermosa figura retórica para que sea el silencio —la ausencia de respuesta— la que entierre el libro sin tener que retirar los ejemplares, que siempre causa mala impresión fuera. De esta manera, el silencio condena al libro, lo paraliza. Da igual si la poesía es buena o es mala; simplemente es de él, de Ahmed Douma, lo que hace suficiente el delito sin especificar pero terriblemente real.

En Egipto hay miles de personas detenidas... esperando. Son miles de personas esperando a que se celebre su juicio. Es el castigo más cobarde, porque oficialmente no es tal. Te pueden tener varios años esperando y luego ser magnánimos y absolverte o condenarte a un tiempo simbólico y ridículo. Es el "castigo" antes de la "justicia". Oficialmente solo estás esperando. ¿A qué? Es una pregunta capciosa.



El hecho de que la obra poética de Ahmed Douma se haya silenciado —que no prohibida o secuestrada— nos muestra que el régimen no baja la guardia. Por el contrario ha aprendido de las debilidades anteriores y del problema consiguiente. No sabemos qué cuentan sus versos, aunque el editor afirma que no es nada "peligroso" o "subversivo". Pero eso no es óbice a que se haya decretado su silencio. El aislamiento que sufre en la cárcel es solo la parte física. La incomunicación incluye la poesía.

Me imagino que aquí no llegarán sus versos. Pero sería bueno que, lo que no fue posible en la Feria del Libro de El Cairo, fuera posible en la de Madrid o en las de tantos lugares donde se puede hablar, escribir y leer con normalidad. Animo a los que puedan hacerlo allí y aquí. 

Son demasiados silencios.

 


* "Security prevent sale of poetry book by detained activist Ahmed Douma at Cairo International Book Fair"  Mada Masr 15/07/2021 https://www.madamasr.com/en/2021/07/15/news/u/security-prevent-sale-of-poetry-book-by-detained-activist-ahmed-douma-at-cairo-international-book-fair/

** Nada Ossman "Anti-Sisi hashtag trends as Egypt's president branded a kleptocrat " Middle East Eye 16/09/2029 https://www.middleeasteye.net/news/hashtag-critical-sisi-trends-worldwide-after-videos-exposing-corruption



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