domingo, 18 de julio de 2021

El error afgano

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



La retirada de tropas de Afganistán ha dejado al descubierto lo que era una clara realidad: apenas ha cambiado nada de la situación pasados estos años. Lo que tenía que cambiar en el país no ha cambiado y, por esto, lo que se avecina es un enorme conflicto social de una violencia inusitada.

Las "conversaciones" con los talibanes no han sido más que un subterfugio para intentar lo imposible, la cuadratura del círculo del fanatismo intransigente. No se puede dialogar con quien dice actuar en nombre de Dios y percibe a todos los que no piensan como ellos, a los que no ven el mundo como ellos, a los que no juzgan desde sus valores... como algo que hay que eliminar del mundo.

El avance incontenible de los talibanes ante la retirada de los destacamentos extranjeros y el propio ejército afgano deja al descubierto la falta de compromiso del propio sistema, que ha dado por hecho que se ha resistido hasta que se fuera los que les protegían.

En adelante, la población afgana se dividirá en los que vuelvan a vivir bajo las normas talibanes (mayoritario), los que intentan contenerlos hasta que sean extinguidos, y los que tomarán los vuelos fuera del país para vivir vidas más o menos apacibles en función de lo que logren llevarse.



Lo hemos venido señalando desde hace años en que se vio que los ejércitos se retiraban, las grandes víctimas serán las mujeres afganas que verán desaparecer los derechos de que han gozado en este tipo, de la educación al trabajo. Volverán al encierro y a la dominación. Es lo primero que pedirán los talibanes.

No hay que realizar mucha especulación. Así ha ocurrido desde principio de las negociaciones. Las propias mujeres protestaron porque ellas no estaban en la mesa de negociación más que como mercancía. No tenían voz alguna, era algo que el gobierno actual iría entregando para nivelar algo cuyo fin es de nuevo el sometimiento patriarcal de las mujeres.

Han estado viviendo estos años en una burbuja. Ahora comprobarán que todos esos hombres que han estado en los puestos privilegiados del gobierno, sonrientes a los que les respaldaban, no han hecho sino esperar a que llegara el momento de entregarlas a los talibanes.

No ha habido transformación social en Afganistán, solo la fuerza de muchas mujeres para labrarse su propio destino. Los talibanes las odian por eso. Una parte importante de los que estaban en el poder tampoco creían en ellas. No lo hacía porque la sociedad afgana ha sido y es profundamente patriarcal. También es pragmática y sabe cambiar según sople el aire.



Tenemos un ejemplo en los que han servido de traductores. Han aguantado durante años ponerse al servicio de las tropas extranjeras. Cuando llegó el momento de retirarse la tropas, han pedido pasaportes y viajes a los países en donde puedan sobrevivir. Pasó con los intérpretes del inglés ya hace unos años. Sabían que estaban en el punto de mira, que los talibanes arrasarían a todo "colaboracionista", a todo "traidor" a Dios y al país. Ahora nos ocurre lo mismo a nosotros con los traductores de los españoles destacados allí que ya han regresado. Quieren abandonar aquel país e irse lejos.

En el británico The Independent se señala la perspectiva de estos traductores y sus familias:

 

El presidente Joe Biden anunciará un plan para alojar a traductores afganos fuera de su tierra natal en países extranjeros, mientras esperan ser admitidos en Estados Unidos como parte de su discurso sobre la retirada estadounidense de Afganistán.

The Wall Street Journal informó sobre los planes el jueves y señaló que los Emiratos Árabes Unidos y Qatar eran dos de los países que se considera que podrían acoger a los refugiados afganos mientras esperan la admisión final de sus familias en los Estados Unidos.

En una conferencia de prensa en la Casa Blanca después de la publicación del informe del Journal, la secretaria de prensa Jen Psaki se negó a comentar qué países o áreas albergarían a afganos que servían como intérpretes y traductores para los miembros del servicio de Estados Unidos, pero confirmó que se tiene la intención de sacarlos de Afganistán antes de septiembre cuando todas las fuerzas de combate estadounidenses se retirarán.

“Hemos (lanzado) una operación para reubicar físicamente a miles de estos afganos y sus familias antes de que concluya la misión militar de Estados Unidos”, dijo Psaki.*

 


Esta retirada masiva de los traductores tiene una segundo consecuencia: la de despoblar Afganistán de parte de su clase "ilustrada" cuando más se necesita en el país. Los talibanes saben bien dónde apuntar ya que es la modernización es lo que tratan de evitar, como todos los grupos radicales que tratan de imponer su integrismo fundamentalista.

Mujeres y hombres son obstáculos que eliminar en la medida en que representan lo que más temen, la modernización. Necesitan un mundo cerrado para poder controlarlo; n necesitan que ese cierre sirva para extender sus doctrinas convirtiéndolas en formas de pensamiento único, que se pierda de vista el mundo.



Mientras muchos países buscan abrirse, tomar contacto con otros, establecer lazos económicos, culturales..., los talibanes ven todo esto como un serio peligro del que pueden prescindir. Su sentido de progreso y sus metas son muy distintos a las generales. Les importa más el control absoluto que otro tipo de logros.

En poco tiempo empezarán a llegar noticias dramáticas sobre las personas que discrepan y quieren vivir de otra manera. Pero el fundamentalismo no admite otro pensamiento que el suyo.

De nuevo se nos muestra lo equivocado del planteamiento de proteger un desarrollo y forma de vida que después se deja abandonado a su suerte, lo que suele ser fatal. Es cierto que no tiene solución fácil. Solo queda a los que quieren vivir encontrar lugares adecuados para tratar de evitar esas cárceles culturales en las que se van a encontrar.


El retroceso que observamos en muchos países no es causal ya que se va extendiendo de unos a otros, un claro retroceso que solo se detiene ante la firme resistencia, en general, de las mujeres. Los varones saben que pueden seguir haciendo lo mismo que hacían, solo que se les exigirá que "controlen" a sus mujeres, algo que a muchos no les costará demasiado.

Entregar a las mujeres les devuelve el poder que perdían. Los que no quieran verlo, se irán buscando nuevos países y dejándoles el campo abierto. Irán reconquistando no solo lo puestos militares abandonados, sino los hogares mostrando que era voluntad de Dios que regresaran triunfantes. Ya salen a recibirles, pueblo tras pueblo.

Desgraciadamente, tendremos nuevas noticias de este desastre y de sus efectos en los lugares próximos. Lo que perciben como un alejamiento occidental, como una derrota, hace que crezcan las medidas represivas para congraciarse con vecinos y radicales residentes. Da igual lo que diga John Bolton, tratando de cubrir el ego estadounidense. Lo importante es cómo lo perciban los que se quedan y como se lo vendan a los que se animen a seguir el mismo sendero fundamentalista.

 


* "Biden alojará a traductores afganos en países extranjeros en espera de su admisión a EE.UU." Independent 8/07/2021 https://www.independentespanol.com/noticias/biden-traductores-afganos-espera-admision-eeuu-b1880821.html

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