Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
temor de los gobiernos autoritarios y leyes represivas a que sus ciudadanos se
enteren de cuál es su condición real
hace que se extremen las precauciones para evitar que se escuchen voces de
disidencia en los espacios controlados habitualmente por la propaganda de los
medios oficiales. Entre las voces aguafiestas se encuentran las ONG que tienen
por objeto la vigilancia de los Derechos Humanos y denuncian la situación de
cada país.
En
aquellos países en los que la resistencia al poder es muy débil y está
silenciada, las voces de la ONG se hacen escuchar mediante campañas de denuncia
internacionales de las situaciones y el apoyo interno a la sociedad civil. Su
labor no resulta nada fácil, pero la cobertura internacional hace que los
gobiernos represivos se lo piensen antes de emprenderlas con ellos por temor a
que le ocurra como al presidente de Egipto en su próxima visita a Alemania, es decir, que el presidente del Parlamento cancele la visita con el argumento razonado de
qué tiene que escuchar un parlamento democrático de un gobierno que sigue
retrasando los elecciones y tiene en la cárcel a más ciudadanos de la cuenta.
Pero
eso no le preocupa demasiado a Vladimir Putin, cuya situación dista mucho de
ser desesperada. La prensa internacional se ha hecho eco de su nuevo intento de
silenciar a quienes no sigan sus interpretaciones del mundo. La represión en la
época de Putin sigue varios modos, los que van del Polonio al disparo frente al
Kremlin pasando por todo tipo de encarcelamientos. Esta vez ha recurrido a la
Ley que le permite declarar "indeseables" a diversos tipos de ONG que
no quiere que le esté calentando al personal. El diario El País señala:
La ley afecta a las organizaciones que
“suponen una amenaza para la capacidad de Defensa o la seguridad del Estado, o
bien al orden público o la salud pública, con el fin de defender las bases del
orden constitucional, la moral y los derechos e intereses legales de otras
personas”. Los “indeseables” podrán ser sancionados de forma administrativa y
penal con multas de hasta 500.000 rublos (algo menos de 10.000 euros) y
condenas de 2 a 6 años de cárcel, en caso de reincidencia.
La medida refuerza los instrumentos
desplegados por la actual administración rusa para protegerse de la influencia
exterior y constituye un elemento disuasorio para la relación de sus ciudadanos
con entidades internacionales.*
Rusia,
como están haciendo algunos otros países, está levantado barreras aislantes
para poder controlar a sus ciudadanos. Es una combinación de extremismo
nacionalista empático y una xenofobia teledirigida hacia aquellos a los que se
considera como responsables de ataques y difamación.
Le
permite declarar espías o terroristas a todos los que alteren el orden público,
cuyo sentido tiene muy desarrollado y partidista. Si las ONG rusas reciben
algún tipo de ayuda económica o de cualquier otra especie, le basta con
acusarles de recibir dinero del
extranjero y presentarlas como traidoras a la madre Rusia. Con la creciente
fuerza del aparato propagandístico ruso será muy fácil.
Son
varios los países que están cortando el acceso a las ONG extranjeras o haciendo
cortar los lazos de las locales con sus organizaciones de origen. Con la ley en
la mano, como bien señala el diario El
País, pueden acabar en la cárcel.
Lo que
no deja de sorprender en el caso de estos gobiernos es la hipocresía con la que
presentan estas leyes represoras:
El proyecto “está destinado a aumentar la
eficacia de la oposición a los desafíos negativos del terrorismo internacional
y extremismo”, afirmaba el vicepresidente del Gobierno, Serguéi Prijodko, en un
dictamen sobre la ley. En Rusia son los jueces quienes deciden si alguien es
culpable de extremismo o terrorismo y los acusados pueden recurrir a instancias
superiores.
Además de la lista de organizaciones
consideradas agentes “extranjeros”, ya en vigor y con varias docenas de
entidades fichadas, el Ministerio de Justicia de la Federación Rusa será
depositario de una nueva lista, esta vez de “organizaciones indeseables”. La
diferencia entre una y otra es que la de “agentes extranjeros” es elaborada por
el mismo ministerio y la de “indeseables” por la Fiscalía.*
Como
ocurre en otros lugares, las leyes se hacen con la doble intención de frenar a
unos y de meter en el mismo saco a otros. El concepto de
"indeseables" es en sí mismo insultante para aquellos que están
realizando tareas de apoyo a la sociedad civil, dándoles información y
formación.
En
Egipto, donde también las ONG sufren este tipo de ataques por denunciar la situación
de los derechos humanos, solo Egypt Independent ha recogido con atención el
caso de la ley de Putin. Se recoge la noticia de la AFP transmitiendo la
valoración negativa que ha suscitado la nueva maniobra de presidente ruso entre
los activistas:
Veteran rights activist Lyudmila Alexeyeva said
the newest law particularly threatens rights groups like Human Rights Watch
(HRW) and Amnesty International, which have a sizeable Russian presence and
regularly issue damning statements.
They "work on monitoring citizen rights
and freedoms and often speak out with critical reports, which many people don't
like," Alexeyeva told Interfax news agency.
"This law is another step toward lowering
the curtain between our country and the West."
In a joint statement last week Amnesty and HRW
blasted the law as "the latest chapter in a crackdown" on NGOs and
free speech in the country, where Putin's ratings soared after the Crimea
annexation and remain above 80 percent over a year later, despite a decline in
real incomes and other economic troubles.**
Putin
tiene un efecto "inspirador" en la política egipcia y probablemente
sea el mandatario con el que más se ha visto su presidente, Abdel Fattah
Al-Sisi, desde la llegada al poder. Rusia quiere aumentar su influencia,
debilitar a Occidente y vender lo que pueda a Egipto. Por su lado, Egipto ve en
Putin un modelo para Al-Sisi, el gobernante carismático, fuerte y
autosuficiente. Por eso no sería de extrañar una versión egipcia de lo realizado
por Putin con la ONG.
El
manejo que hace Putin de los sentimientos nacionalistas conlleva que aumente la
sensación de estar rodeados de enemigos e infiltrados, todos son conspiradores. Con estas leyes se
empaqueta a los que disienten y se crea una sensación de estar vendidos a los "agentes
exteriores", cuya intención es socavar el orden y desprestigiar los logros alcanzados. Como se señala en el
texto, eso te da una gran popularidad.
Convertirse en el adalid de la patria, en el defensor de la historia y su grandeza,
es muy rentable en términos de popularidad y te deja las manos libres para
deshacerte de tus opositores en nombre de las conspiraciones y el terrorismo.
Putin
no quiere más voces que la suya en Rusia. No quiere que nadie le lleve la contraria
en ninguno de sus frentes abiertos, los derechos humanos y Ucrania. Es un paso
más hacia su objetivo.
*
"Putin firma la ley que permite vetar a las ONG extranjeras
“indeseables”" El País 24/05/2015
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/24/actualidad/1432464451_903069.html
**
"Russia's new 'undesirables' law draws Western ire" Egypt Independent
24/05/2015
http://www.egyptindependent.com//news/russia-s-new-undesirables-law-draws-western-ire
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