Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Puede
que no sepamos muy bien qué es la felicidad, pero parece que podemos mediarla.
Lo realmente importante es que hacen una lista con algo que llaman "felicidad"
y tu país, sube o baja cada vez que se hace el informe.
Los que
cuentan la felicidad de los países en este caso son las Naciones Unidas con el
Informe Mundial sobre la Felicidad. Contra los que creen que la felicidad es del
presente, pienso que esta no puede ser plena si no se tienen perspectivas de
futuro, que es lo que produce angustia. Ser feliz por autosugestión no vale; es
trampa.
Los que
no necesitan sugestión alguna son los egipcios, que pese al fragor patriótico y
tener un presidente que lo va a solucionar todo (de ahí la "sisimanía")
han dado un bajón en las encuestas de las Naciones Unidas. Nos lo cuenta Egypt Independent:
Among the 158 nations surveyed in the report,
Egypt had the greatest decline in happiness levels compared to previous years.
It ranks 135th place in the years between 2012 and 2014.
This shows that the country's overall happiness
ranked five places lower than in the UN’s same report between the years of 2010
and 2012, which placed Egypt 130th among the 156 nations polled in that period.
The report suggests that the recent political
unrest sweeping the Middle East and North Africa has had a dramatic impact on
citizens' emotional well-being, particularly in Egypt.
“In the countries of the Middle East and North
Africa, every cohort saw substantial losses in life evaluations from 2007 to
2013. These declines were led by Egypt, which was seen to have been second only
to Greece (-1.2 vs. -1.47) in terms of drops in life evaluations between
2005-07 to 2012-14.”
Egypt’s
substantial fall in happiness scores can be attributed to several factors,
according to Amr al-Shobaky, expert at the Al- Ahram Center for Political and
Strategic Studies and former member of parliament.*
Al-Shobaky no es experto en felicidad; es experto en política
y por eso centra sus explicaciones en las frustraciones políticas de sus
conciudadanos, que son muchas, desde luego. Toda la zona ha quedado impactada
por las frustraciones provocadas por los conflictos actuales. Pero creo que es diferente
la falta de felicidad por los conflictos
a la falta de felicidad por las
frustraciones ante los conflictos. Son los conflictos se pueden afrontar
con muchas actitudes, pero la conciencia de haber dejado pasar una oportunidad
histórica es más dolorosa. Y creo que eso es parte de ese descenso en la
percepción de la felicidad: el sentimiento de que se ha escapado la solución a
un problema.
Ayer contábamos cómo los egipcios se están apuntando a un
país ficticio llamado "Liberland", creado por un joven checo. De las
cincuenta mil solicitudes de inmigración virtual recibidas, veinte mil son de
egipcios, el 40%. Cuando leyó el titular, una amiga egipcia comentó: "¡Todo
el mundo quiere ir allí!".
El hecho de que vayan quedan poco espacios para la felicidad
es decisivo, porque la angustia va produciendo un desgaste importante y crea
una espiral pesimista. Por decirlo así, la angustia se retroalimenta: aumenta
porque todo se percibe desde ella. La oscuridad trae oscuridad.
La gran explosión de la Revolución del 25 de enero
de 2011 supuso la ruptura del estancamiento en que se vivía bajo el mandato de
Hosni Mubarak desde hacía treinta años. Mubarak era el tiempo detenido, el
eterno presente, una momia más. El estallido contagioso de la Primavera árabe
sacó a mucha gente a la calle, gente que sabía que no había futuro sino un
presente cada vez más deteriorado al que muchos se habían acostumbrado y del que
se desahogaban mediante chistes y alguna pequeña manifestación. El que se
aburría o quería hacerse un futuro al margen del régimen se iba fuera a
buscarse la vida y regresaba de vez en cuando para constatar que nada había
cambiado. Seguían vigentes los mismos chistes sobre Mubarak.
Pero el levantamiento de 2011 ha creado un sentimiento de
frustración muy grande porque ha mostrado los límites de la sociedad y, sobre
todo, del individuo en ella. Los diferentes destinos de las revueltas en los
países árabes ha dejado a Egipto en una posición históricamente extraña: no ha
salido adelante una democracia y no ha llegado a producirse una guerra civil
absoluta, aunque sí un violento enfrentamiento y aumento de la represión. Les
ha dejado en un estado de intransigencia e irritación, de angustia y pesimismo.
Por encima de la propaganda y discursos oficiales, los
egipcios saben que la revolución, el momento en el que ellos pensaban que su
destino estaba en sus manos, fue una ocasión perdida. El regreso de las figuras del
antiguo régimen, la exoneración de todos aquellos que se beneficiaron del alto
nivel de corrupción, debe ser una frustración para aquellos que conserven una
ligera memoria histórica.
Lo ocurrido desde entonces no ha hecho sino actuar como un
acordeón. De nuevo la euforia tras la salida de los islamistas del poder se
transformó poco a poco en frustración, tanto por los métodos usados para la
represión como por la filosofía política que se estaba consolidando. Frente a
la indiferencia del régimen de Mubarak, este del que es cabeza Al-Sisi se
caracteriza por el desarrollo de un conservadurismo religioso que le permite no
ser acusado de anti islámico o herético. Los votos obtenidos por los islamistas
(Hermanos y salafistas) fueron demasiados como para pensar que la religión no
debía tener un peso determinante en el gobierno. Los que aspiraban a un Egipcio
más moderno y respetuoso con las personas y sus derechos, se encontraron con que
la religión se usaba, a través de Al-Azhar, para controlar a los extremistas,
sí, pero también para reprimir a los opuestos, los llamados "ateos",
que la Universidad islámica contó con insólita precisión suiza, llegando a la
conclusión de que eran 886 en Egipto.
Hoy, Mada Masr no
trae la noticia de la creación de un nuevo partido, el ESP (Egyptian Secular
Party), para promover la separación de poderes religiosos del estado y reformar
la constitución. Se recoge en
la publicación:
Hesham Ouf, the party’s founder, told Mada Masr
that the group’s aim is to encourage the separation of religion from politics
and the state. He explained that Egypt has suffered from attempts to impose a
theocratic state under the governance of the Muslim Brotherhood.
“The Brotherhood was acting as if their people
were God’s chosen nation. The conflict between the theocratic and secular state
was settled ages ago in the civilized world. Religion is only inside the mosque
and the church,” he explained. His party calls for equality between all
citizens, with no discrimination due to gender, religion, race or color, Ouf
added.
Ouf and the party’s other co-founders are in
the process of collecting the 5,000 endorsements required by the Political
Parties Affairs Committee to officially register. He says now is the optimal
time to establish such a party, given what he describes as the growing role of
Al-Azhar, particularly since the removal of former President Mohamed Morsi from
power in July 2013.
“We believe Al-Azhar should stay as a religious
institution tasked with fatwa, preaching and jurisdiction. Grand Sheikh Ahmed
al-Tayyeb should not enjoy the powers he has now. He has been intervening to
ban books, television shows and movies. Al-Azhar has become a state within the
state,” Ouf claimed.**
Ouf tiene razón al referirse a la Hermandad, pero se queda
corto. Ese sentimiento de "pueblo elegido" es con el que ha estado
jugando el discurso oficial actual desde el principio aprovechando la religión.
El ataque a los que no son creyentes considerándolos criminales o enfermos a los que hay que enviar a cárceles y psicólogos, como se
ha hecho oficialmente al crear dotaciones ministeriales para evitar la enfermedad secular, es una aberración en
todos los órdenes que no creará más felicidad
sino más frustración en las personas, más conflicto social.
En Egypt Independent, Hassan Hanafy escribe
un artículo titulado "From Tahrir Square and the revolution to cafeterias
and restaurant". Se queja en él de que en la Plaza se sepulte su
historia con la excusa del comercio en la zona:
And what Tahrir Square has always stood for has
not changed since 1952 despite numerous attempts. It has witnessed the student
protests of 1971 to force the regime to liberate Sinai, which came true in
October 1973. The square has thereafter become a symbol of the revolutionary
demands of the people if the regime fails to do its national duty. It has
become that symbol for the Arab world and for the rest of the world after the
January 2011 revolution.
Cafeterias and restaurants cannot deter the
revolution of the masses of young people. The present cannot overtake the past
and obliterate memories. It is a fragile present that is afraid of the place
and of its name. For layers of concrete underground cannot defeat underground
resistance. They may shake buildings above the ground, but the underground
resistance can shake the whole political life.
Tahrir Square cannot be conquered with
cafeterias, restaurants or parking lots. It cannot be closed because the masses
can access it from the river or from any of the streets leading to it. The icon
that embraces the old and the new of the city cannot be closed.***
Algunos pretenden llegar a la felicidad mediante el olvido. Intentan
olvidar que hubo un momento en que tuvieron sueños y salieron a tratar de
hacerlos realidad. Pero la realidad hoy es que sigue cerrada la estación del
metro de la Plaza por temor a que la gente llegue fácilmente y no sirvan de
nada los cercos que se establecen. La realidad es que se trata de hacer olvidar
el lugar y su sentido histórico.
Es cierto que a veces la felicidad se consigue olvidando. Pero
lo que es evidente es que nadie es feliz si te obligan a creer o te obligan a
olvidar. La gente es más feliz, incluso en circunstancias adversas, cuando
piensa que el destino está en sus manos y cree que puede hacer algo. Pero nadie
es feliz si se siente permanentemente coaccionado en su vida, si se le está
repitiendo que todo el que piensa de otra manera busca su destrucción o que lo
que vivió no era real. No sé si la gente será más feliz acudiendo a la Plaza de
Tahrir a tomar refrescos en vez de ir a protestar por lo que consideran que son
sus derechos.
Los egipcios tienen derecho a ser felices sin necesidad de tener que vivir en el olvido.
*
"World Happiness Report: Political unrest squashes Egyptians'
happiness" Egypt Independent 02/05/2015
http://www.egyptindependent.com//news/world-happiness-report-political-unrest-squashes-egyptians-happiness
**
"New secular party to 'challenge religious dominance'" Mada Masr
39/04/2015 http://www.madamasr.com/news/new-secular-party-challenge-religious-dominance
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