Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
A veces
no solo hay que leer los textos, sino leer también las caras. La de Recep Tayyip
Erdogan ayer, mientras los fotógrafos recogían imágenes de los nuevos ministros,
era bastante elocuente. La habitual energía y firmeza que le gusta transmitir
estaba ausente de su rostro. Sus hombros caídos, la mirada esquiva mientras
esperaba el fin del trabajo fotográfico nos mostraban que la procesión islamista
de Erdogan va por dentro.
Acabo
de ver una debate con analistas turcos en la cadena Al-Jazeera en el que la
constante presión de los titulares y de las preguntas, pese a los intentos de
los interrogados, era llamar la atención sobre el grupo Hizmet, de Fethullah Gülen, del que dimos cuenta hace un par de días. Desde la perspectiva de algunos
medios (y los medios tienden a contagiarse de la "main stream" cuando
no entienden algo) todo el escándalo turco no es más que un "ajuste de
cuentas" entre un clérigo exiliado
en Estados Unidos, antiguo aliado, y el partido de Erdogan [ver entrada]. Como tuvo que
decirle a la presentadora uno de los intervinientes en el programa, el hecho
principal es la corrupción, los negocios en los que están envueltos los
ministros, alcaldes, banqueros y demás políticos de AKP, el partido en el
poder. Ahí no hay más responsabilidad más que la suya y de los suyos.
Los
medios se están centrando en las cuestiones inmobiliarias, que suelen ser más
sencillas de explicar, pero quizá debieran centrarse en lo más complicado: las
relaciones con Irán y las formas en las que se han establecido negocios
fraudulentos, saltándose el bloqueo y jugando con fuego, como todo lo que tiene
que ver con Irán, caja de truenos. La conexión iraní es un hilo que rápidamente
se ha dejado de lado —por ahora, espero— porque tiene unas implicaciones más complejas
y a lo mejor deja en evidencia, tanto en Turquía como en Irán, a algunos
sectores, poniéndoles en un compromiso ante terceros. El efecto dominó siempre es aquí imprevisible
porque las fichas se extienden muchas veces más allá del horizonte.
Ante la
pregunta de la periodista de Al-Jazeera sobre el efecto del escándalo sobre la
política inmediata turca, con unas elecciones a la vuelta de la esquina,
ninguno de los tres invitados se atrevió a hacer demasiados pronósticos. Todo
depende —y tienen razón— de por dónde continúe y hasta dónde llegue el
escándalo, de lo que deje al descubierto. Pero los síntomas no son de remisión,
sino de lo contrario.
El
diario egipcio Al-Ahram nos trae hoy
mismo algunas pistas recogidas de medios turcos:
The son of Turkey's prime minister will likely
be the next target of a widening graft probe that led to a major cabinet
reshuffle after three ministers resigned, Turkish media said Thursday.
Several newspapers said a bitter struggle
between Prime Minister Recep Tayyip Erdogan and his one-time ally turned
opponent Fethullah Gulen was set to become more venomous as the corruption
scandal inches closer to the premier's inner circle.
The opposition Cumhuriyet daily predicted an
"earthquake" as investigators turn their attention to an NGO
connected to the premier's son Bilal.*
Si el escándalo finalmente llega hasta las puertas mismas de
la familia Erdogan, las consecuencias serán ya más previsibles. Una vez
renovado el gabinete ministerial y lanzada su artillería nacional e
internacional contra los jueces y fiscales que llevan adelante la investigación
—que comenzó hace dos años—, además de las destituciones de los jefes de
policía, a Erdogan no le quedan muchas salidas.
Hay algo que casa mal en estos escándalos de corrupción con
los partidos islamistas: todos han jugado con la "pureza"
presentándose como la mano de Dios, mano
que resulta ser demasiado larga y
dirigida a donde no deben. El descubrimiento que estos rezadores puritanos, a los que les gusta exhibir su piedad y recato
en actos públicos y discursos, que se preocupan tanto por que no haya colegios
estudiantiles mixtos, por la decencia de las serie televisivas, etc. —casos
todos ellos recientes y de los que hemos dado cuenta aquí— son tan corruptos
como los ateos, suele tener
consecuencias graves para su imagen que pisotean ellos mismos. Si Erdogan podía
justificar su autoritarismo en su
sentido estricto del orden, la moral y la justicia, poco tiene que argumentar
ante la corrupción desvelada y la que amenaza con salir.
La cuestión radica entonces en la capacidad de renovación, de resurgimiento antes de
las elecciones próximas, en saber si dentro de su propio partido disponen de
personas que no hayan estado salpicadas por todas estas maniobras corruptas
hechas a la sombra del partido. Si las evidencias son abrumadoras y salpican a
los de arriba, no será fácil encontrar abajo recambio. La razón es sencilla: el
poder interno los habrá apartado lo suficiente como para no tener rivales o
testigos. Ese es el mecanismo perverso que opera en los partidos cuando no
tienen de librarse de sus propios detritos. Cuando los que tienen el poder no
quieren ser molestados, apartan a los que pueden ser un estorbo en sus
maquinaciones. Hasta que estalla.
No se debe dejar de intentar comprender por qué Erdogan habla
de "conspiración internacional" contra Turquía, es decir, contra él. En primer lugar, es el más socorrido
argumento de todos los que se ven acorralados. Suele ser usado por los que no
tienen más argumento. Siempre es fácil hablar de los "enemigos de
Turquía"; a la gente le gusta escucharlo
y nunca se dan demasiadas explicaciones. Excepto en caso muy evidentes, no se
suele ir más allá y se juega con la complicidad del que escucha, que completa
el "enemigo" que le parece más adecuado a sus propias fobias. Hay
países en los que la culpa de sus errores siempre la tienen los demás, en unos
se habla de "crisis" y en otros "conspiración". Pero lo
cierto es que los que se han llenado los bolsillos son los militantes,
políticos y familiares del AKP.
Lo interesante del segundo argumento, la venganza de
Fethullah Gülen, es que permite conjugar una "explicación" múltiple a
Erdogan y sus apoyos: dicen que el movimiento Hizmet tiene
"intereses" económicos en Turquía y que su red de instituciones
educativas se reparte por medio mundo. Eso lo convierte ya en una "conspiración
internacional".
El "mito Erdogan" se desmorona junto con el islamismo político al que servía de
estandarte y modelo. Lo exitoso del sistema económico puede quedar al
descubierto si se revela que tras todas esas tramas políticas están las
financieras. La percepción de los partidos islamistas como religiosos oculta los grandes intereses económicos que manejan y, sobre todo, las tramas
internacionales de apoyos mutuos que se establecen entre los partidos y el
mundo empresarial islamista, que tiende a la endogamia, a establecer negocios
entre ellos a través de sus conexiones con los grupos de cada país.
El
islamismo no es solo una visión política y religiosa, es un carro económico al que se suben muchos
con expectativas de buenos negocios, nacionales e internacionales. Por abajo,
fe sencilla, madrasas; por arriba,
las mejores escuelas de negocios.
Veremos, por ejemplo, en qué queda una noticia aparecida
hace un par de días en Egipto sobre los negocios de importación de acero turco:
Egypt’s Ministry of Trade and Industry opened
Tuesday an investigation into the harmful impact of state steel imports from
Turkey, the ministry stated.
According to the statement, steel imports
increased 20 times in December to record 60,000 tons, compared to 3,000 tons in
October.
The stoking rise in imports followed Egypt
issuing in November a decree to lift anti-dumping duties on imported steel
after authorities concluded there is no harm to domestic steel production from
more imports.
The decree came after 12 Egyptian steelmakers
submitted an appeal in September 2012 to the trade and industry ministry due to
concerns that more steel imports may cause a deterioration in the domestic
steel market.
The monthly steel consumption of Egyptians
stands at 500,000 tons, which are more than covered by domestic production.
Consumers demand imported steel despite the
availability of local rebars because of the significant price difference, as
the imports stand at $600 per ton while domestic steel is sold for $715 per
ton.
Earlier this week, Egypt's Metallurgical
Industries Chamber estimated the losses that domestic steel producers have
witnessed — due to the large imported quantities — at $0.4 billion since
November.**
La cuestión del acero turco lleva años siendo problemática,
ya desde la época de Mubarak, con la firma del acuerdo turco-egipcio de
comercio, suscitándose protestas del sector pues condenaba a la industria local
ante la invasión. Si los egipcios tuvieron en la época de Mubarak problemas con
las exportaciones de gas a Israel por parte de las tramas corruptas del régimen,
que les hicieron perder millones de libras egipcias, la importación excesiva de
acero desde Turquía puede ser un signo de los tiempos en que las relaciones
entre los dos países eran mejores, bajo el gobierno de Morsi. La investigación
abierta ahora por el gobierno puede dejarnos algunas sorpresas sobre los
negocios entre Turquía y Egipto. Pueden preguntarse por qué tanto interés en un acero turco que no
hacía demasiada falta y que perjudicaba a su propios productores. En la economía
siempre es bueno que además de la mano invisible de Adam Smith haya alguna otra
mano ayudando.
Los "piadosos" tienen su lado oscuro y veremos ahora cuánta luz puede entrar en sus complejos negocios.
El hecho de que uno de los primeros en caer
haya sido el director ejecutivo del banco estatal Türkiye Halk Bankasi es
bastante revelador de lo institucionalizado de las tramas económicas. La
conexión "iraní" de la crisis —política y económica— no debe
desestimarse y tendrá efectos políticos en ambos lados. Puede que la internacionalización del asunto vaya más
lejos de lo que Erdogan piensa o quiere y deje al descubierto otras piezas de
la maquinaria empresarial y política, que no le sirvan como justificación o
excusas victimistas, sino como nuevo
escándalo que añadir a la lista, que se promete larga. Puede que lo que salga sean otras conspiraciones distintas a las que tiene en mente.
Quizá Recept Tayyip Erdogan esté lanzando demasiadas piedras
sobre su propio tejado incendiado.
*
"Turkish PM's son next target of graft probe: Media" Ahram-Online
26/12/2013
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/2/8/90110/World/Region/Turkish-PMs-son-next-target-of-graft-probe-Media.aspx
**
"Egypt investigates Turkish 'dumping' on local steel industry"
Ahram-Online 25/12/2013
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/3/12/90032/Business/Economy/Egypt-investigates-Turkish-dumping-on-local-steel-.aspx
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