Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Hacen
mal los editores en sacar memorias, recuerdos y mistificaciones de los
políticos de cara a la campaña navideña. Quizá tengan la pretensión de que en
esta época de "paz en la tierra" sea posible encontrar "hombres
de buena voluntad" a los que regalárselos sin endemoniarlos. Por mi parte,
jamás se me ocurriría regalar las memorias exculpatorias de ninguno de ellos a
nadie a quien estimara realmente, pues ejercería el mismo efecto corruptor que
el famoso libro amarillo que Lord Henry envía al protagonista de "El
retrato de Dorian Gray":
Le pareció que a los sones delicados de unas
flautas, exquisitamente vestidos, los pecados del mundo desfilaban ante él en
mudo cortejo. Cosas que soñó confusamente tomaban repentinamente realidad para
él. Cosas que no soñó nunca, se le revelaban gradualmente.
Basta
con ver las reacciones que ha producido los últimos libros de memorias y recuerdos políticos entre
los presuntos amigos para comprobarlo. Los que no se hablaban ahora se insultan y los que se hablaban ya no lo hacen. Quizá algunos guarden en el fondo de sus casas un retrato oficial que envejece horriblemente con cada nueva y refrescante entrega de sus memorias, auténtico lifting político con el que desvanecen arrugas y manchas en su gestión. ¿Qué es la política sino el arte de prometer en los programas y justificar en las memorias? Habrá que consultar los tratados sobre el tema.
La
primera conclusión de todo ello es que los políticos sacan sus recuerdos para
hacernos olvidar lo que recordamos de ellos y que las personas que los leen no
los compran por admiración sino más bien por pillarlos en renuncios. Todo poco
navideño. El Papa Francisco debería decir algo al respecto: ocúpate más de los
problemas y menos de los que los causaron. Pero mucho me temo que la gente no
esté por la labor.
Frente
a esta vertiente comercial memorialista, a uno le gustaría que los políticos
escribieran más antes y menos después, que nos mostraran su capacidad
intelectual, sus compromisos, sus ideas y lecturas, etc. antes y menos la
justificación de lo que hicieron cuando ya no están.
Lo
ideal sería que la memoria del político coincidiera con la de los que le
recuerdan, que no hubiera divergencia ni equívoco. Que un político tenga que
explicar las cosas hasta el grado de "primicia" editorial o "exclusiva
periodística" nos viene a decir que no estamos en un mundo transparente ni
de decisiones públicas claras, algo que ya sabemos. Nos confirma que hay
demasiada distancia entre la rueda de prensa propagandística y la realidad de
los hechos, si es que llegamos a conocerlos algún día más allá de estas
versiones confrontadas por parte de sus protagonistas. ¿Llegaremos a la
perversión del político que reserve la información para sus futuras memorias?
Pues puede que ya lo hayamos hecho.
Hasta
ahora lo único que estas memorias navideñas han causado es la indignación de
unos y el asombro de otros. Los periodistas aprovechan para pedir en las ruedas
de prensa comentarios sobre lo publicado, desatando así una segunda oleada de
comentarios de los que se ven afectados por las páginas de las obras.
El
diario El Mundo nos da ya cuenta de
un rifirrafe inesperado al coincidir en un foro el ministro de Economía, Luis
de Guindos, y el que fuera director de la Oficina Económica de Moncloa con Rodríguez
Zapatero, David Taguas. Preguntado el ministro por la prensa sobre su opinión
respecto a lo afirmado por el ex presidente, que califica como "gran
misterio" nuestros problemas con la deuda y el déficit exterior, el diario
califica la reacción de Guindos como de "estupor". Evidentemente,
Taguas tendría también algo que decir al respecto:
Ha recordado que el propio Zapatero firma en
su informe económico de 2007 que uno de los riesgos de la economía española era
el propio déficit exterior.
Por tanto, niega que en Moncloa desconocieran
el dato, aunque sí admite que no se consideró relevante hasta 2010 en que
estalló la crisis de deuda.*
Todas
las instancias involucradas, como el propio Solbes señalan que advirtieron de
la crisis y sus posibles consecuencias. Todas señalan que sabían, pero que
"no lo consideraron relevante". Una cosa es estar mal informado y otra tener mal criterio. Si te ponen los datos
encima de la mesa y los ves como un "gran misterio", la cuestión es entonces
otra.
La
indignación de los que leen por las justificaciones de los que escriben son
lógicas. Parece que solo tuvieran derecho de explicación los cabezas de cartel y que los subalternos
y hasta los monosabios de la Política fueran piezas sobrantes de la Historia.
Pues no, no debe ser así cuando los de arriba dicen no estar bien informados o mal asesorados. Cada palo que aguante su
vela.
En El Diario, por ejemplo, Íñigo Sáenz de
Ugarte titula con sorna "Leemos el libro de Zapatero para que el PSOE no
tenga que hacerlo". Hay momentos en los que el columnista no pude dejar de
lanzar exclamaciones del tipo "¡qué
equivocado estaba!" tras citar frases del libro del ex presidente. Esa
parece ser la tónica general que despierta la lectura. Escribe Sáenz de Ugarte:
Zapatero se refiere al origen de la amenaza
siempre presente sobre la eurozona: los mercados financieros. Es una amenaza
difusa, aunque muy real. Cita una frase de Obama que le impresiona: "Este
es el mundo que hemos construido y que hay que cambiar, pero hoy por hoy
nuestro margen de maniobra es reducido". Se refiere a la autonomía de los
políticos, obligados a tomar decisiones contra su voluntad que quizá provoquen
su inmolación.
Nadie puede ser tan idiota como para negar
esa influencia, pero políticos como Zapatero la utilizan para escaparse de su
responsabilidad. Y no sólo Zapatero.**
La
frase de Obama explica muchas de las cosas que le ocurren a Obama, el hombre
más poderoso del mundo, según el tópico. Pero asumida como lema por Rodríguez Zapatero
causa cierta irritación porque nos viene a decir que si el presidente de los
Estados Unidos reconoce que hay poco que
hacer, ¡qué va a hacer él, pobrecito!
Creo
que todos tenemos claro que elegimos democráticamente a las personas para que hagan
algo, no para que se nos vuelvan
fatalistas cuando llega el momento decisivo. Lo de que no era él el que improvisaba, sino que era la crisis la que lo hacía, merece un drama de Ionesco, El político calvo, o algo así. Si todos los políticos acaban
llegando a la conclusión de que no se puede hacer nada frente a las fuerzas del
universo, apaga y vámonos.
Si la
pretensión de estas obras memorialistas es que ellos lucharon como Sísifos contra las circunstancias o contra sus jefes, que viene a ser lo mismo
según el nivel de que se trate, pero que de nada sirvió, niegan la Política,
que debería ser el arte de transformar el mundo, incluidos tus jefes. La
irritante frase de Obama solo la puede decir el que no logra cambiar nada,
aunque se haya llenado la boca de "yes, we can". ¿Qué nos queda?: ¿"yeswecan o no"? ¿"yeswecan a veces"? ¿"yeswecan si el tiempo lo permite"?
Todavía
resuenan en el universo aquellas palabras de Leire Pajín —¿para cuándo sus
memorias?— sobre la confluencia planetaria
de Obama y Rodríguez Zapatero, en aquella pieza oratoria que debería estudiarse
junto a otras proclamas célebres:
"Les sugiero que estén atentos al
próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la
coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del
Atlántico, la presidencia de Obama en EEUU y Zapatero presidiendo la UE",
ha manifestado.
"Estados Unidos y Europa, dos políticas
progresistas, dos liderazgos, una visión del mundo, una esperanza para muchos
seres humanos", ha continuado.***
Para
ella todo era "yes" y todo era "can". El entusiasmo de
Pajín contrasta con esa visión fatalista de dos seres que parece se enfrentan a
grandes misterios de un mundo
impenetrable, por mucho que lo espíes. Habrá que esperar a las memorias de
Obama y a posteriores entregas de Rodríguez Zapatero, que sin duda llegarán.
¿Lograrán
los lectores de memorias políticas enterarse de algo realmente? ¿Estarán
condenados a un visión cubista del mundo con cada nueva entrega, como si
estuvieran leyendo las cartas de Las
relaciones peligrosas?
La
memorias políticas, como género, suelen ser valiosas cuando hay una trayectoria
detrás. Cuando las memorias sirven para demostrar lo poco fiables que pueden
llegar a ser, que se ha sostenido lo contrario de lo que se pensaba o hacía,
pierden la credibilidad y el lector sospecha que no está ante un ejercicio de
sinceridad sino ante el alegato final, buscando la exculpación. Esto se ha
reprochado, desde todos los campos, a las dos memorias que aspiran a llegar a
casa por Navidad. La proximidad de lo recordado a lo vivido por todos tampoco juega demasiado a favor, pues se entiende que más que aclarar la Historia, se trata de aclarar la imagen de cada uno, todavía en fase oscura, con los efectos dolorosos encima de la mesa.
Escribe
Sáenz de Ugarte en El Diario citando
las palabras del ex presidente: «"El lector podrá extraer sus
propias conclusiones". Por 21,50 euros que ha pagado por el libro, no
habría estado mal que pudiera leer las de Zapatero.»
Ahí
está el dilema, que diría Cantinflas.
*
"El rifirrafe Guindos-Taguas por Zapatero" El Mundo 30/11/2013 http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/contraopa/2013/11/30/el-riifirrafe-guindos-taguas-por-zp.html
**
"Leemos el libro de Zapatero para que el PSOE no tenga que hacerlo"
El Diario 30/11/2013
http://www.eldiario.es/politica/zapatero-libro-dilema-recortes_0_201580573.html#BGW8OOT30YleuyZ9
***
"Pajín ve 'histórico para el planeta' que Zapatero y Obama lideren al
tiempo" El Mundo 03/06/2009El Mundo
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/03/espana/1244019103.html
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