Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Poco
podíamos suponer que con el paso de la horas se confirmarían nuestras peores
sospechas y temores. Hasta el momento los recelos en Europa se centraban en la
nacionalidad de los comisarios, en el temor que los colores nacionales pudieran
ser un obstáculo para su toma de decisiones. Lo que ayer nos temíamos por la
paranoia futbolística y expresábamos en términos de ironía, se iba concentrando
en la acusación contra Joaquín Almunia por haber retrasado la investigación
sobre los clubes, no por ser españoles
(que sería el genérico), sino porque
entre ellos se encuentra el Athletic Club de Bilbao, el club de sus amores.
Almunia,
que ha sido atacado muchas veces desde España por haber sido imparcial en sus decisiones
aunque afectaran a empresas e intereses españoles, criticado por sus colegas socialistas por llevar demasiado a rajatable ciertas decisiones sobre competencia, se enfrenta ahora —como nos
temíamos— a la crítica europea por su adhesión a los colores futboleros. Entra
en lo posible que uno tenga que tomar decisiones contra los intereses de su
país en la Europa sin barreras, pero no contra
su club. Se renuncia al pasaporte, a la afiliación política militante incluso, pero no al carnet de socio; puede que no
haya fronteras, pero siempre habrá gradas. Existe el "sur de Europa" como existe el "fondo sur", punto cardinal de la geografía del espíritu
deportivo.
El diario
El Mundo daba a última hora de la
tarde cuenta de la gravedad del asunto:
La defensora europea del pueblo, Emily
O'Reilly, ha acusado al vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de
Competencia, Joaquín Almunia, de retrasar la apertura de un expediente a siete
clubes de fútbol españoles, entre ellos el Athletic de Bilbao, por tener
vínculos con este club, del que Almunia es socio y un reconocido aficionado.
"El hecho de que el comisario de
Competencia tiene vínculos conocidos con uno de los clubes en cuestión es
problemática", señala la defensora en comunicado enviado esta mañana,
donde reprocha al Ejecutivo comunitario haber tardado más de cuatro años en actuar.
"No sería razonable esperar que el
comisario dejara de lado la lealtad un aficionado sienten hacia su propio
club", dice O'Reilly. Y continúa que "sí sería razonable esperar
alguna medida discrecional relacionada con el hecho de que tiene vínculos con
uno de estos clubes y que una decisión suya podría afectar los intereses de
dicho equipo".*
Joaquín
Almunia nunca ha sido acusado de ser "reconocido español" en ninguna
de sus decisiones, sí en cambo lo es ahora de ser "reconocido aficionado",
algo que se considera un conflicto de intereses más allá de lo superable. La
frase del comunicado de la implacable defensora —no sería razonable esperar que dejara de lado su lealtad— eleva el
vínculo con los clubes deportivos al rango de lo racial e irracional, de lo
atávico y pasional, al terreno de la adicción de imposible salida. Con el
fútbol no hay presunción de inocencia,
solo culpabilidad manifiesta y razonable. Si alguien llega a vestirse una
camiseta tribal, al fetichismo textil, a gritar desenfrenadamente insultos, a
no ver los goles en fuera de juego de su estrella favorita, a pedir descuento al árbitro cuando no lo pides
en las tiendas, etc., ¿cómo podemos pretender que alguien que ha caído en todas
esas pasiones y debilidades —¡oh, hermanos!— consiga escapar del infierno del
fútbol? ¿Cómo podemos pretender siquiera que en su alma de Comisario reine el
sentido de la justicia competente? Un
comisario pecador, tentado por el demonio del fútbol, no quiere llegar hasta el
final, sino a la final.
Ya veo
las pancartas en las gradas el próximo domingo, escritos en los muros.
¡Prepárate también tú, O'Reilly! ¡Te vas a enterar! ¡No sabes dónde te has
metido, a qué fuerzas oscuras te opones! No te enfrentas a los simples
analistas económicos, ni siquiera a los políticos, Emily O'Reilly. Sufrirás la
conjunción astral de las fuerzas de los aficionados, de los políticos y
empresarios y —lo que es peor— de los comentaristas deportivos, que lanzarán
maldiciones sobre ti y tu estirpe hasta borrarla de la faz de la tierra;
padecerás los efectos del machismo deportivo español, que verá en ti, mujer, el
origen de los males que asolan el mundo desde su creación; sufrirás las
conjuras masónicas —como Mozart— por haber dejado al descubierto los rituales
especulativos de la Tierra Media y los blanqueos del oro —¡mi tesoro!—, por sacar a la luz los lazos incestuosos de la sangre
deportiva y política, primos hermanos, peregrinitos
que se han liado la manta a la cabeza y pasan de bendición papal.
Radiotelevisión
Española ya redirige las andanadas de la primera fila de cañones hacia Almunia
—condenado a no pisar un estadio, exiliado en la tierra— transmitiendo la petición de
"claridad" por parte de los políticos, palabra bonita pero de una
ambigüedad intolerable en este mundo de sombras platónicas y cavernas
patrocinadas, de reyes Lear ciegos al borde del abismo del fuera de juego:
Desde el Gobierno español, el presidente del
Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal, ha pedido a Almunia, que
aclare la "magnitud del problema para no dañar la imagen del fútbol
español".
"Estamos hablando de entidades, y tengo
datos recientes, que pagan más de 170 millones de euros el año pasado. Me
gustaría que el comisario, hablando de ayudas europeas, para no trasladar una
imagen equivocada, señale que la fiscalidad que soportan los equipos españoles
es mucho más gravosa, sensiblemente mayor, que la de sus homólogos alemanes,
ingleses, franceses con la ley que tienen en proyecto e incluso
italianos", ha afirmado Cardenal en declaraciones a Radio Nacional.
"Es una obligación del comisario situar
en su magnitud este problema", ha añadido Cardenal, que invitó al
comisario Almunia a adelantar la conferencia de prensa que tiene previsto
ofrecer esta semana "para evitar el deterioro o daño de imagen que la actuación
que se está llevando a cabo pueda infligir de manera muy injusta al fútbol
español".
Cardenal ha cuestionado que la CE "haya
agrupado expedientes que no tienen nada que ver con tantos años de diferencia
unos de otros", ya que investiga a los clubes citados por tres motivos
distintos, al considerar que se han podido beneficiar de apoyos públicos
incompatibles con las normas comunitarias.**
¡Hay
que adelantar una comparecencia para evitar los daños que se causen al
"fútbol español"! ¡Más delicadeza que con Grecia o Chipre! Se suman así
argumentos de urgencia a los ya esgrimidos por Margallo de no perjudicar a la
"marca España".
Demasiado
para Almunia, al que se le pide desde bandos opuestos lo mismo, que
"aclare". Tiene que aclarar
que los equipos españoles implicados son honestos y nunca han sido favorecidos
por recalificaciones, olvidos de deudas, subvenciones, etc. —algo complicado—,
como le exige el gobierno y la afición, y, por otro lado, tiene que aclarar todo eso, que ha ocurrido, explicar
que no lleva cuatro años de retraso por compromisos con sus colores. Almunia tiene que elegir entre
lo complicado y que lo complicará la vida, entre
Málaga y Malagón. Haga lo que haga, problemas.
El
fútbol, ese deporte que adoran jeques y magnates rusos, se ve en entredicho. Al
escándalo puritano europeo, se suma ahora la incomprensión de los mecanismos
mediante los que la caridad actúa en el mundo. El nuevo caso, tras los problemas millonarios con Hacienda, que salpica a los aledaños de Messi —¿conspiración contra el Barça?— corre el riesgo de
convertirse en un escándalo internacional:
La instrucción del caso, que dirige el juez
Eduardo López-Palop, el mismo que lleva el sumario del Madrid Arena, está
tomando tal cariz que lo más probable es que acabe en la Audiencia Nacional, ya
que la trama tiene ramificaciones internacionales, además de haber operado en
más lugares de España, no sólo en Madrid.
El caso comenzó a raíz de unas
investigaciones de la UCO en las que se descubrió que eventos con fines
benéficos, como los partidos denominados Amigos
de Messi, así como conciertos de rock celebrados por estrellas musicales
sudamericanas, podrían ser utilizados por importantes narcotraficantes para
blanquear ingentes sumas de dinero. Aún no hay cifras muy concretas, pero
estaríamos hablando de millones de euros.
Falseamiento de
entradas
Según las mismas fuentes, el sistema
utilizado podría consistir en falsear la venta de entradas de la denominada
Fila 0, es decir, de tíquets que se venden para gente que no va a asistir al
evento, porque al tener un fin benéfico prefiere sólo comprar la entrada para
colaborar con la causa y quedarse en casa.***
Fútbol, drogas & rock'n'roll... ¡Adónde vamos a parar si no se
le da a los narcotraficantes la oportunidad de destinar sus ganancias a causas
buenas y a buenas causas! Dejemos que se abra paso un poco de luz —no exijamos
claridad de golpe— en esos corazones oscurecidos pero recuperables mediante el
deporte.
El
fútbol, en su expansión cósmica, amenaza con convertirse en el género
periodístico total: estrellas, pasiones, blanqueos, narcotráficos, políticos,
amaños de partidos, corrupciones nacionales, autonómicas y locales... Tiene de
todo y necesita un Balzac. Puede que no nos interese el fútbol —como es mi caso— pero no podemos huir de sus efectos. Nos invade.
No sé si el gran negocio en que se ha convertido el deporte en general y el fútbol en particular sigue permitiendo que uno se arriesgue a que le saquen los colores con una cosa de estas. Creo que si alguien puede anteponer los intereses europeos a los de su propio país en beneficio del conjunto, también puede hacerlo con su equipo de fútbol, con esos colores de su devoción. Es mejor pensarlo así.
*
"La Defensora del Pueblo europeo acusa a Almunia de retrasar el expediente
por ser simpatizante del Athletic" El Mundo 17/12/2013
http://www.elmundo.es/deportes/2013/12/17/52b03a6a22601dbb348b4570.html
**
"Investigan al padre de Messi por blanqueo de dinero de la droga" El
Mundo 16/12/2013 http://www.elmundo.es/espana/2013/12/16/52ae508d61fd3ddc798b4571.html
***
"Almunia rechaza un conflicto de intereses con la UE por ser socio del
Athletic de Bilbao" RTVE 17/12/2013
http://www.rtve.es/deportes/20131217/almunia-punto-mira-del-gobierno-espanol-expediente-clubes/824160.shtml
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