Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Debo
confesar que la fotografía que nos ofrece hoy el diario El País mostrándonos al Concejal de Seguridad de Xátiva tomando
unas fotos de unos niños que protestan, nos dicen, por el cierre de Canal 9,
tiene algo de repugnante, algo de ofensa visual y, a través del ojo, de ofensa
racional y política.
Me
ofende más que el espionaje de Obama al móvil de Angela Merkel, que simplemente
me hace mover la cabeza unos instantes como queriéndole decir a los que me
pudieran estar observando "no tenéis remedio". Es más ofensivo que el
espionaje masivo de las redes sociales que te hace pensar en las máquinas tontas
y en los que se les parecen.
En
estos tiempos en los que todo el mundo parece empeñado en reforzar las leyes
para que la gente se quede quieta, que no en calma, desde Rusia hasta el
epicentro de la política nacional y sus ramificaciones periféricas, la espalda
del Concejal de Seguridad de Xátiva, me ofende profundamente por lo que es,
representa y sugiere: una decadencia de la política y la administración, de su sentido, un sin rumbo, un absurdo.
Supone
que en Xátiva, como en tantos otros sitios, tenemos como responsable de lo que
ocurre en las calles a otra persona con el sentido cívico distorsionado o
inexistente. Supone que, una vez más, se ha elegido para estos puestos tan
sensibles, que diría un cursi, a otro con vocación de portero de discoteca al
que le molestan las deportivas y los calcetines blancos.
Supone
además unos profundos rasgos de narcisismo testosterónico reporteril, porque el
señor Concejal practica su voyerismo autoritario a pecho descubierto, sin
necesidad de esconderse tras un cristal ahumado de una furgoneta o camuflaje
similar. El señor Concejal simplemente se da la vuelta con su cámara y, como si
fuera un Rosellini, emprende el rodaje de Xátiva,
città aperta, como padre del neorrealismo local.
Parece
que los niños pedían a los reyes magos de la cabalgata política que les
trajeran un Canal Nou y el señor
Concejal, paje de la comitiva, no estaba por la labor. ¡Carbón para los niños
malos! ¡Foto y expediente al canto!
El
hecho fotográfico y sus consecuencias orwellianas nos los resume así El País:
El Sindicat de Treballadors de l’Ensenyament
del País Valencià (STEPV) anunció ayer que convocará manifestaciones si la
Consejería de Educación no retira el expediente abierto al CEIP Taquígraf Martí
de Xàtiva (Valencia), por los gritos de un grupo de alumnos contra el cierre de
RTVV al paso del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Se trata de una
medida propia “de un Estado autoritario”. El sindicato ha puesto de relieve que
este posicionamiento “contrasta con la utilización partidista del alumnado por
parte de la Consejería en actos como inauguraciones o visitas de centros,
cuando se hacen fotos con alumnos que son utilizadas como propaganda y
promoción personal”.*
Pues en
esto último sí tienen razón. Los niños sonrientes siempre han sido una útil
señal externa de felicidad. Debe ser por algún extraña asociación evangélica
que los políticos consideran que el estado
natural de los niños —una cosa rousseauniana— es el aplauso y la sonrisa y
que solo tras su paso al estado social
—más Rousseau— es cuando pierden esa paz, esa alegría interior, que caracteriza
a los chavales, que es como se suele
referir a uno a los niños idílicos. La pregunta es ¿quién les hizo abandonar un
estado y pasarse a otro, que los transformó de chavales en energúmenos? Aquellos
niños tras la reja se me asemejan a una banda callejera a lo West Side Story, una especie de Sharks sin control y el señor concejal
una nueva versión del Oficial Krupke, que les vigila estrechamente para que no
se salgan del buen camino.
La
maquinaria investigadora se ha puesto en marcha. Me imagino que Xátiva también
tiene derecho a tener su propia "Agencia Local de Inteligencia",
ahora que la Generalidad del Norte ha puesto en marcha la suya, para la labor
de espionaje de los juegos del patio, cumpleaños y subsiguientes comentarios en
las redes sociales, para cuya vigilancia —me imagino— acabarán firmando una
acuerdo bilateral con la NSA norteamericana para
compartir información, que es como se dice ahora. ¡Mira que si viene Obama! ¡Qué puntazo!
Gracias
a las pruebas recogidas a pecho descubierto —Mi cámara y yo— por el Concejal de Seguridad y a la investigación
que ya ha comenzado, se trata de determinar si tras aquellos vociferantes niños no existe una trama,
vamos, una conspiración de gran calado con ramificaciones en las distintas áreas
del colegio. ¿Actuaron los niños solos
o en compañía de otros?
Se
tratará de determinar 1) si los niños actuaron motu proprio; 2) si lo hicieron instigados por alguien, en cuyo caso 2a) lo
fueron por sus responsables escolares; 2b) por lo que escucharon a sus
familias; 2c) por una indeterminada corriente de opinión callejera. Porque,
claro, esto no se puede quedar así.
En el
diario Información nos ofrecen una panorámica del incidente, más amplia, que
nos muestra como la maquinaria se moviliza, interviniendo todo los estamento
necesarios para garantizar el orden:
Los gritos de «¡Qué torne Canal 9!» y «¡Fabra
dimissió!» lanzados por medio centenar de escolares de Primaria -6 a 12 años-
del Colegio público de Infantil y Primaria (CEIP) Taquígraf Martí de Xàtiva
durante la hora del patio de este miércoles al paso de la comitiva que lideraba
el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, la ministra de Fomento, Ana
Pastor, y el alcalde la capital de la Costera, Alfonso Rus, no se los ha
llevado el viento. Esa misma tarde la Conselleria de Educación que dirige la
consellera Mª José Català, envió al colegio un inspector con el fin de
investigar si las proclamas que lanzaron los escolares fueron instigadas por
algún maestro. La visita del inspector educativo, según confirmó ayer la
conselleria, se ha saldado con la apertura de un expediente informativo «para
averiguar lo ocurrido durante la visita del presidente de la Generalitat a
Xàtiva».
El expediente abierto al CEIP Taquígraf Martí
es de momento informativo, y si prosigue hacia adelante puede derivar en un
expediente sancionador al equipo directivo del colegio público o a los docentes
responsables de la vigilancia del patio por consentir la protesta. También
podría no acabar en nada y ser archivado si la inspección educativa resuelve
que los niños actuaron espontáneamente al reproducir los gritos contra el
cierre de Radio Televisión Valenciana (RTVV) que desde la calle lanzaban los
trabajadores del ente que persiguen a Fabra en sus actos públicos.**
No sé
si estamos perdiendo los papeles, el sentido del ridículo o ambas cosas.
También el sentido de la proporción y de las instituciones. Mal está si algunos
profesores hubieran "obligado" a los niños a protestar por el cierre
del canal autonómico, pero tampoco podemos pretender que eso no forme parte de
la realidad en que viven o que puedan tener su propio criterio al respecto. Los
colegios no son el "palacio de Buda", aislados del mundo para que no
descubran el dolor o la maldad exterior a sus muros.
La
teoría de la conspiración tiene además un agravante hipócrita: que estás
defendiendo los derechos de los niños, que es en lo que se amparan para buscar
sanciones de los responsables y evitar las protestas en próximas visitas. El
diario Información señala:
No obstante, por las declaraciones con las
que la consellera Català justificó ayer la apertura del expediente se vislumbra
que Educación no cree que los niños actuaron de motu proprio. «Se trata de
asegurar y garantizar que los centros educativos mantengan un ambiente adecuado
y garantizar los derechos de cualquier niño menor de edad y asegurar que no
sean conculcados por cualquier circunstancia», sentenció la consellera en un
comunicado.**
Si se
trata de eso, de garantizar el "ambiente adecuado", este no debería
ser perturbado por la presencia de políticos en las aulas. En el actual clima
de protesta social, considerar que el silencio es el ambiente adecuado es casi un insulto a la inteligencia. Quizá, tal
como están las cosas, lo más razonable sería que los padres —como en las excursiones—
firmaran una autorización para que sus hijos pudieran protestar libremente en
las visitas oficiales de las autoridades. De esa forma, los colegios —que se
curan en salud de tantas cosas— quedarían con las espaldas cubiertas. Habría
menos visitas oficiales, desde luego, y todos viviríamos más tranquilos.
Las
autoridades, con el mismo criterio de legalidad, deberían solicitar por
anticipado una autorización de los padres para que sus hijos sean fotografiados
por el Concejal de Seguridad de Xátiva, para que este pudiera practicar sus
aficiones fotográficas y documentales con la tranquilidad necesaria, sin correr
riesgos de ser denunciado por los responsables de los niños protestantes.
A todo
se llegará. Mientras tanto, las necedades y despropósitos se acumulan.
*
"El expediente a un colegio de Xàtiva provoca movilizaciones" El País
6/12/2013
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/12/06/valencia/1386357116_133957.html
**
"Expedientan al colegio de Xàtiva por los gritos a Fabra" Información
6/12/2013 http://www.diarioinformacion.com/politica/2013/12/06/educacion-expedienta-colegio-xativa-gritos/1446182.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.