Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Muchos
premios nacen del absurdo. Es el caso del concedido a título póstumo a la joven
iraní Mahsa Amini. Me refiero al "absurdo" en un sentido filosófico,
en donde la acción no nace de la voluntad o del deseo, sino de un
entrelazamiento de circunstancias que envuelven a la persona y el acto en una
misma unidad.
Aquí he
expresado varias veces que la represión del régimen iraní de los ayatolas
contra las mujeres se intensificó para tratar de evitar que se produjera un
levantamiento femenino como estaba ocurriendo en Afganistán con la vuelta de
los talibanes al poder. El régimen consiguió precisamente lo que trataba de
evitar, un conflicto interior con amplia resonancia en el exterior. La muerte
de Mahsa Amini por llevar "mal el velo" consiguió que se quemaran
miles de velos por todo Irán y por medio mundo en solidaridad con las mujeres
que sufrían la represión.
La
construcción de un símbolo nacido precisamente del absurdo producido por los
ayatolas, por su ir contra la Historia, contra el Futuro, por negarse a
desaparecer en nombre de lo innombrable es ejemplar. Hoy las mujeres del mundo
tienen a Amini por referente de valor y de sacrificio por lo que ellas
reivindican, su derecho a sostener su propia vida, su derecho a no ser un
apéndice social maldito, el punto sobre el que se explica la necesidad del
orden represivo para evitar el caos que la mujer desencadena con su sola
existencia. El espíritu de Mahsa Amini adquiere prolongación en un movimiento, en
un grito: "Mujer, Vida y Libertad", algo que los ayatolas no consiguen
frenar y que es cada vez más poderoso, resonando por todo el mundo. Han creado
lo que querían impedir.
En una ceremonia en Estrasburgo, la presidenta del
Parlamento Europeo, Roberta Metsola, subrayó que nadie puede
frenar la valentía y resiliencia de las mujeres iraníes en su lucha por la
justicia, libertad y derechos humanos encarnada por Mahsa Amini, y que tampoco
su voz será silenciada.
La familia de Amini fue retenida por las autoridades iraníes antes de salir del país y sólo estuvo representada en Estrasburgo por su abogado, Saleh Nikbakht, que aseguró que, pese a que sería "cauto" en sus palabras porque tendría que volver a Irán tras su paso por Europa, el galardón era un "honor" para su familia.*
El miedo es natural; pero vencer al miedo es heroico, un entrenamiento creciente que permite que el entusiasmo se contagie, se transmita, otra de las cosas que los ayatolas querían evitar. De nuevo, es la pérdida del miedo lo que consiguen, el desafío. Son así los ayatolas los que marcan el camino de su propio miedo mediante la represión. Cada uno de sus actos represivos señala sus temores y terminan perdiendo su propio sentido. Y a eso es realmente lo que temen, al sinsentido de la represión como fuerza sin argumento.
Me ha parecido interesante la forma en que el abogado de la familia, quien ha recogido el premio concedido, uniendo símbolos y fuerzas:
El letrado leyó ante el hemiciclo un emotivo mensaje de la madre de la joven asesinada, quien dijo que el duelo por su hija "será eterno" y subrayó lo "magnífico" de que su hija reciba este honor a título póstumo en el país de nacimiento de Juana de Arco.
"Qué significativa es la unión de estas dos inspiradoras hijas de la historia a través de los siglos, de dos personas que con su muerte cruzaron fronteras y revivieron la aspiración humana de la emancipación y libertad. El nombre de Jina Mahsa Amini se ha convertido en un código secreto para la libertad y la expansión de su sueño de libertad desde el Kurdistán iraní hacia el mundo", dijo el abogado en nombre de la madre.
"Creyeron que matándola la detendrían de la misma manera que los opresores pensaron que quemando a Juana de Arco harían sus sueños desaparecer en el humo. No sabían, y aún no saben, que de las cenizas de Jina y de Juana nacerá un espíritu invencible como un fénix", prosiguió, ante el aplauso del pleno.*
Es una gran verdad. Quemando a Juana la hicieron inmortal, de la misma manera que la desconocida Mahsa Amini dio un enorme salto simbólico por encima de sus verdugos cuando estos mostraron su auténtica y cruel naturaleza, la simpleza irracional de sus argumentos, sostenidos nada más que por esa fuerza absurda que causa la muerte a falta de algún otro razonamiento. Si la fuerza de Juana estaba en su lucha, la de Mahsa estaba en la brutalidad que ejercieron contra ella.
El deseo de vida y libertad de Mahsa Amini se vuelve inmenso, poderoso, mientras que el régimen de los ayatolas, en toda su grandilocuencia y soberbia, queda reducido al mínimo, a la nada de la sinrazón. La víctima posee una entereza moral, un valor simbólico infinitamente superior a la farsa de la aparatosidad del régimen que se disuelve en el absurdo.
El espíritu del ave fénix renace de las cenizas cada vez con más fuerza. Insisto cada cierto tiempo: no olvidemos a las mujeres afganas e iranís. Su lucha es la lucha de todos precisamente por esa combinación de proximidad y distancia que representan. Su fuerza será la que nosotros les demos con nuestro ánimo, demostrando que no están solas, que importan.
* "Manifestantes iraníes recogen en el Parlamento Europeo el premio Sájarov de manera póstuma a Mahsa Amini" RTVE.es https://www.rtve.es/noticias/20231212/ue-entrega-sajarov-manera-postuma-mahsa-amini-joven-irani-cuya-muerte-desencadeno-oleada-protestas/2466549.shtml
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