Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Me sigo
sorprendiendo. Recordarán que hemos tratado en días pasados
la cuestión de las medidas contra el divorcio. Por ejemplo, una asignatura
obligatoria para poder graduarse en las universidades. En España, la Iglesia
impuso la realización de cursillos prematrimoniales para oficiar las bodas,
pero eso afectaba exclusivamente a los que iban a casarse por la Iglesia, no a
toda la población. En Egipto hay que hacer el curso seas ingeniero o
farmacéutico, abogado o veterinario. No lo realizas con tu pareja porque puede
estudiar otra cosa o no estudiar en la universidad.
Egypt
Today nos trae otra noticia sobre las medidas antidivorcio. Lo hace con el
titular "Cafes to close midnight in Ismailiyah to reduce divorce
rate". Desde que el presidente mostrara su preocupación por la tasa
egipcia de divorcios, el país trata de ofrecerle una nueva idea nueva cada día.
Parece como si se hubiera desencadenado el furor creativo para agradar al
presidente al-Sisi y acabar con la lacra.
La
información es sucinta: "Ismailiyah Governor Hamdy Othman announced on
Sunday he had decided to oblige cafes to close at 1:00 a.m. in summer and at
midnight in winter in order to decrease divorce rates in the governorate"*.
A continuación se nos dan algunos datos —algunos confusos— sobre el
divorcio en Egipto.
Con confusión o con claridad, lo cierto es que el gobernador
Hamdy Othman parece haber encontrado la llave de la felicidad conyugal cerrando
lo bares y mandando a la gente a casa. "Gente", en este caso,
significa "hombres", que son lo que habitan los cafés.
De nuevo se obliga a los que no estén casados a padecer los
desajustes matrimoniales de los demás.
¿Mandarían a casa a los casados y dejarían seguir a los demás? No. Sería
contraproducente y llevaría a tener más ganas de divorciarse para poder restar
en el café hasta que te apetezca. La solución es mandar a todos a casa cerrando
el café. Las horas decretadas par el cierre están por encima de las de muchos
otros países, por lo que vemos que en Egipto, los cafés serían una segunda
residencia para los hombres, Cumplirían una función similar a la de los clubes
británicos, auténticos refugios masculinos.
De nuevo nos encontramos con una situación complicada: ¿se
divorcian porque están en el café o están el café para no pelearse en casa? La
solución no es sencilla, pero el mundo cristalino para el gobernador de Ismailiyah,
que ha puesto en marcha un "toque de queda".
La medida no tiene muchas ventajas, ya que el estar juntos
lo que provoca es el aumento de los divorcios. Aquí ya sabemos que aumenta tras
las vacaciones veraniegas, según indican las estadísticas. A la vuelta, después
de estar juntos sin demasiadas posibilidades de escape, es cuando se producen más divorcios. Cierta distancia puede
ser buena para oxigenar los matrimonios. Habrá muchos que se divorcien por no
parar en casa, claro; pero muchos otros lo harán por estar obligados a estar
bajo el mismo techo más tiempo del debido. La idea "buenista" del
divorcio —se divorcian porque no están suficiente tiempo juntos— puede volverse
contra el objetivo. Una pareja bien avenida quiere estar junta; pero son
demasiados condicionantes los que hay en el matrimonio desde el origen. Sobre esas causas no se actúa.
Hay que tener cuidado porque la medida del cierre nocturno
de los cafés creará malestar, que se puede canalizar como descontento. Veremos
los resultados de la medida en un futuro, al igual que con los cursos
obligatorios.
*
"Cafes to close midnight in Ismailiyah to reduce divorce rate" Egypt Today
29/07/2019
https://www.egypttoday.com/Article/1/73338/Cafes-to-close-midnight-in-Ismailiyah-to-reduce-divorce-rate
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