martes, 2 de julio de 2019

Sin acuerdos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No han tardado mucho. La gente ya está hablando de "bipartidismo" de otra manera y los cantos a la diversidad atomizada ya van teniendo tonalidad más trágica. Poco a poco, en tertulias y páginas, impresas o virtuales, la gente hace cuentas o simplemente mira el espectáculo. Lo sorprendente es la cantidad de pruebas que es necesario aportar para darse cuenta de algo tan obvio.
Este espectáculo de la negociación para pactos que te llevan a la tumba es lo suficientemente elocuente. Nuestros dirigentes descubren con horror que la única forma de sacar adelante sus resultados electorales es pactar con aquellos que te arrastrarán al fondo del abismo como en una película de terror de serie B, que es lo que más se parece a la situación actual.
De nuevo se abre el fantasma electoral... y es algo más que una forma de presión para llegar a un acuerdo. Pero, ¿cómo se llega a un acuerdo con fuerzas que han quedado deficitarias, como es el caso, del PSOE con Podemos, o que te arrastran a la tumba, como el PP con Vox? Queda, de forma patética, Ciudadanos, al que desde la izquierda acusan de no pactar y desde la derecha de querer quedarse con los votos.


Dividiendo la tarta en tantos trozos, los que menos tienen han conseguido, sin embargo, un enorme poder. Tienen lo que otros necesitan, produciéndose así una enorme distorsión del sentido del voto, amplificando lo que las urnas ha negado. A todo este jaleo, súmale los despropósitos en Cataluña.
Los pequeños de los extremos viven felices al saber que los grandes se encuentran con la paradoja de que no se pueden ir hacia la estabilidad de grandes números, sino hacia el torbellino contradictorio de los que quieren sacar tajada.
De hecho, el mal ejemplo ha cundido. Cuantos más partidos aparezca en escena, mejor para los que con muy poca inversión tienen la suerte de sacar poderoso brillo a sus miseria, pero tacita a tacita...
Ya aparecen encuestas, como la de El Mundo, sobre los estragos de la repetición de elecciones. El titular es elocuente tras la encuesta de Sigma-DOS:  "La repetición de elecciones hundiría a Ciudadanos y Vox".* Pero también lo son estos otros de El Mundo de hoy mismo, como "Vox hace en Murcia la primera demostración de su capacidad de bloqueo", "El equipo económico de Rajoy pide un "Gobierno de consenso"", "Vox condiciona su apoyo a Díaz Ayuso a que Cs firme un pacto a tres" (El País), "El desacuerdo entre Cs y Vox deja en el aire la investidura en Murcia" (El País), "Podemos denuncia el bloqueo parlamentario de Sánchez: «Están pasando cosas raras»" (ABC)... Podríamos seguir con todo tipo de noticias y perspectiva. Pero el origen de todo es lo mismo.


Desgraciadamente este panorama no se resuelve en unas horas porque es el resultado de muchos pequeños desajustes que ha ido dando forma a la política española. No hay estabilidad, como reclaman algunos desde los diarios, porque todo empuja en la dirección contraria.

Los partidos políticos se hacen para las elecciones y no debería ser así. Aprovechan, como se suele decir, las oportunidades o fallas del sistema para potenciar sus resultados. Lo que deberían hacer es estabilizar el sistema y no tratar de llegar a situaciones de todo o nada, como reflejan algunos de esos titulares citados y muchos otros. El ofrecimiento de pactos no busca estabilizar, sino alcanzar un poder traducido en asientos, puestos, posiciones en el sistema.
Los cantos al bipartidismo son un intento de poder respirar. Sin embargo, el bipartidismo no es bueno por sí mismo, necesita la flexibilidad interna que hoy no vemos en su exterior. Desde luego, "bipartidismo" no es lo mismo que "frentismo", que es la versión española. El primero trata de conseguir una estabilidad absorbiendo de forma flexible la diversidad política para alcanzar la estabilidad del estado. El segundo, en cambio, provoca inestabilidad radicalizando la situación, buscando crecer con ella. Sin embargo, lo que se consigue es precisamente lo contrario, como salta a la vista.
España es una democracia. El objetivo de los partidos debe ser la gobernabilidad, no el obstruccionismo como forma de hacer política. La obstrucción se produce cuando no hay grandes acuerdos y este efecto del frentismo lo recogen los minoritarios, que ven aumentada su fuerza ante el enfrentamiento de los grandes.
Parecía poco probable que se hablara de nuevas elecciones, pero ya se está haciendo. Puede que los grandes hayan pensado que es la mejor forma de deshacerse de los que les rodean ofreciendo sus votos y evitar así cuatro años de suspense diario. 
La decisión final la veremos pronto.



* "La repetición de elecciones hundiría a Ciudadanos y Vox" El Mundo 30/06/2029 https://www.elmundo.es/espana/2019/06/30/5d17a044fdddff5e138b4669.html







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