miércoles, 24 de julio de 2019

Amira o de qué lado está el diablo

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Egipto se sigue conmocionando a golpe de escándalo. La diferente evolución de una sociedad polarizada entre un tradicionalismo adocenado, patriarcal, y parte de una juventud que quiere distanciarse de un mundo que ya no percibe como suyo entran en conflicto constante. Lo hemos podido apreciar en el escándalo que rodeó a la Copa de África y cómo se tambaleaban los valores para "dar una segunda oportunidad" a un acosador con múltiples reincidencias solo porque se anteponían el fútbol a la dignidad de las mujeres a las que el jugador en cuestión había acosado con el argumento de que "a él nadie le decía que no". Las disputas en las redes sociales muestran la polarización de Egipto en estas cuestiones. Los que acusaban a las mujeres de querer "aprovecharse" del nombre del jugador para hacerse famosas tuvieron que tragarse sus palabras cuando esta (y otras) aportaron pruebas. Pero Egipto, por vía de sus autoridades (incluidas las religiosas) ya había tomado la decisión de hacer la vista gorda. El fracaso de la selección, eliminada en la siguiente ronda, les ha parecido a algunos un castigo de justicia poética, no queriendo que los colores nacionales fueran representados por "acosadores".


En estos días se cuestiona de nuevo la forma en que se expresa el comportamiento de una sociedad con unos índices de acoso sexual auténticamente escandalosos y, sobre todo, con una enorme hipocresía a la hora de juzgar el comportamiento de las mujeres, siempre consideradas "sospechosas" en una especie de conspiración para hacer perder el control a los hombres, pobres víctimas.
El nuevo caso es del de Amira, una joven de 15 años a la que le crean una trampa para atraerla y violarla. El caso lo recoge la prensa egipcia y la de Oriente Medio. El Middle East Monitor (MEMO) lo contaba hace dos días de esta forma:

On Monday last week Amira was at Giza Zoo with her boyfriend when he took her phone. She tried to call him with another mobile and when someone else answered – the microbus driver – he said that he had found her phone and asked her to go to Al-Ayat.
When she arrived she found the microbus driver, her boyfriend and another man and together with other commuters they got into the van. When the boyfriend, his friend and the other commuters got out the microbus driver offered to take Amira home and then attempted to rape her at knifepoint.
Amira took the knife and stabbed him 14 times, her lawyer Dina ElMokadem told Daily News Egypt, in self-defence. Investigations show that the microbus driver was a friend of her boyfriend.*


Los hecho pueden ocurrir en muchos sitios, pero lo esencial es lo que ocurre después, qué hace una sociedad con esto. Las actitudes son las que marcan el nivel de compromiso institucional y social, que no siempre coinciden.
La reacción ante lo ocurrido fue detener a Amira e internarla, pese a ser una menor, en un centro de adultos mientras se investigaba el asunto. Qince puñaladas les parecían muchas; dos o tres, pase. Quince no les parecía defensa propia. ¡Tan joven!
La información del Middle East Monitor establece algunas conductas sociales e institucionales sobre el acoso sexual y la violencia de género:

A government hotline advertised by the Egyptian National Council of Women ignored 95 per cent of calls made by women, according to an experiment conducted by Egyptian Streets.
Authorities have come under criticism for their inaction on sexual harassment, seen most recently with the Egyptian footballer Amr Warda who was briefly axed from the national team during the Africa Cup of Nations after sending a string of lewd text messages to women. After pressure from his teammates, Warda was reinstated onto the team.
Authorities punish women when they do speak out. In May last year activist Amal Fathy was sentenced to two years in prison after posting a video on Facebook in which she spoke out against sexual harassment, whilst in July last year a Lebanese woman was sentenced to eight years in prison for complaining that she was sexually harassed in the country.
Earlier this month Egyptian journalist Abeer Al-Safti was sexually harassed in prison.*

Probablemente sea el caso de Amr Warda el que haya dejado más al descubierto la superficialidad de las cuestiones de género y la profundidad del sistema patriarcal, que se camufla hipócritamente tras el "perdón" que oculta el interés por el fútbol. El caso del trato a la joven Amira y las acusaciones contra la joven no son nuevas.
Podemos regresar a los días del 25 de enero de 2011, cuando se produjo el levantamiento en Egipto contra el régimen de Hosni Mubarak. Lo primero que hicieron los hoy enaltecidos militares fue intentar sacar a las mujeres de las calles mediante los tristemente célebres "exámenes de virginidad". Las mujeres eran sospechosas por el hecho de estar en la calle en las protestas. La hipocresía absoluta de los posteriores "salvadores de la patria" se manifestó en someter a las mujeres jóvenes a examen para, decía, "garantizar" a sus familias que la joven se encontraba en "perfecto estado" o, en caso contrario" deberían habérselo pensado mejor al dejarlas estar en las manifestaciones contra el régimen. ¡Una gran batalla!


No quedó la cosa ahí y las manifestaciones que duraron por desconfiar (con buen sentido) de los planes del Ejército, se resolvían con violaciones colectivas de las mujeres, que eran secuestradas en plena plaza por grupos que ejercían esta forma de terrorismo sexual. Las imágenes de los enfrentamientos entre los grupos de violadores y los piquetes de autodefensa que se organizaron circularon rápidamente por las redes sociales. Era la única forma de que quedar evidencia de lo que estaba ocurriendo. Posteriormente, las cuatro diputadas islamistas del partido de Morsi, las únicas cuatro mujeres, justificaban los ataques a las mujeres diciendo que las decentes estaban en sus casas y no manifestándose en las calles junto a desconocidos. El recurso al acoso y a la violación siempre ha estado presente en la vida política callejera; es algo más que una costumbre social. Es una forma de manifestar la violencia contra las mujeres.

3/07/2013

Los conflictos constantes muestra la división social, que tiende a reflejar la generacional, aunque no de forma absoluta. Egipto es un país múltiple, como ocurre con otros países árabe musulmanes, en los que el temor a perder el control y el poder ha frenado los deseos de cambio, como se ha podido apreciar en estos años. El temor a perder el resorte religioso para el control social ha llevado a este nuevo tradicionalismo que la sociedad tolera pues devuelve el poder a las instituciones y figuras patriarcales. Es principalmente sobre las mujeres que se produce este control y desconfianza.
Egyptian Streets recoge también el caso y se conecta con lo ocurrido durante la Copa de África:

Many on social media came in full support for Amira, with the hashtag “#فتاة_العياط” trending, and calling for her release.
However, at the same time, some criticized her actions of going out with young people and accepting to ride a microbus with them without the knowledge of her family.
These conflicting reactions were demonstrated recently during the African Cup of Nations in Egypt, with the case of Egyptian football player Amr Warda, who was accused of harassing a woman and was dismissed from the team to be quickly returned to play with his team.
At the time, there was widespread sympathy from different groups of Egyptian men and women, with even Mohamed Salah tweeting for people to give him ‘a second chance’. There were also others who found several justifications for him, and insulted some of the girls who exposed him.**


Las voces tradicionalistas están bien conjuntadas y actúan como una forma de sanción y de sanción social. Son las mismas voces que acusan a las acosadas de buscar notoriedad disculpando al acosador o que consideran que es el vestido, la hora o el lugar lo que justifica lo ocurrido.
Recordemos el caso del abogado que consideró como un "deber patriótico" violar a las mujeres que llevaban pantalones vaqueros rasgados. Lo hizo ante una gran audiencia televisiva. La controversia fue grande, pero lo terrible es que ese abogado es la voz frecuente que lleva décadas lanzando demandas contra las mujeres, llevándolas a los tribunales (incluida Nawal el-Sadawi). Este pasado año, por ejemplo, se propuso ante el parlamento la posibilidad de realizar exámenes de virginidad para el ingreso en la universidad. Lo hizo otro tradicional polemista que calienta al país con este tipo de propuestas. Aunque no salga adelante, tienen su efecto social. Crean un clima contra las mujeres, que son vistas siempre como elementos trasgresores, peligrosos para la sociedad.


En estos momentos, el artículo de MEMO tiene cinco comentarios entre dos personas que reflejan las mentalidades en liza. El que ha iniciado el foro (un tal Yasser), ha escrito: "she decided to follow the path of the devil from the moment she decided to have a boyfriend !! and as usual the dirty media is making a story out of it and are using misleading title". Creo que no hay muchas dudas sobre la forma en que se trata el asunto. Este tipo de comentario aflora por algo, reflejando esa mentalidad contra las mujeres y exigiendo el control absoluto sobre ellas y, es lo peor, justificando la violencia. "El camino del diablo" es una expresión suficientemente clara. Ella ha elegido tener un amigo; ella se lo ha buscado. El amigo es parte del engaño que la lleva hasta la trampa de la violación. Todo ha sido una maniobra de seducción para llevar al escenario de la violación, a la que ella se resiste. La presencia del amigo del amigo en el zoo, la pérdida del teléfono, la llamada para recuperarlo y finalmente el violador. Todo un plan.
Egyptian Streets reproduce una viñeta de mi admirada Doaa Eladl sobre el tema. También lo hace MEMO. Una pequeña sostiene el cuchillo ensangrentado. Está sobre la cabeza de un inmenso lobo. Eladl mantiene en la oscuridad a los personajes que la están juzgando. Ella solo acierta a disculparse, " lo he matado". Lo relevante son esas figuras en negro, furiosas unas, asombrada otras. Por una vez, el lobo ha caído. ¿Es un mal ejemplo?
¿De qué lado está el diablo?




* "Egypt: 15-year-old girl detained for stabbing her rapist" Middle East Monitor (MEMO) 22/07/2019  https://www.middleeastmonitor.com/20190722-egypt-15-year-old-girl-detained-for-stabbing-her-rapist/
** "The Story of Amira, 15-Year-Old Girl Detained For Killing Her Rapist" Egyptian Streets 20/07/2019 https://egyptianstreets.com/2019/07/20/the-story-of-amira-15-year-old-girl-detained-for-killing-her-rapist/



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