Joaquín Mª Aguirre (UCM)
* "Egypt: 15-year-old girl detained for stabbing her rapist" Middle East Monitor (MEMO) 22/07/2019 https://www.middleeastmonitor.com/20190722-egypt-15-year-old-girl-detained-for-stabbing-her-rapist/
** "The Story of Amira, 15-Year-Old Girl Detained For Killing Her Rapist" Egyptian Streets 20/07/2019 https://egyptianstreets.com/2019/07/20/the-story-of-amira-15-year-old-girl-detained-for-killing-her-rapist/
Egipto
se sigue conmocionando a golpe de escándalo. La diferente evolución de una
sociedad polarizada entre un tradicionalismo adocenado, patriarcal, y parte de
una juventud que quiere distanciarse de un mundo que ya no percibe como suyo
entran en conflicto constante. Lo hemos podido apreciar en el escándalo que
rodeó a la Copa de África y cómo se tambaleaban los valores para "dar una
segunda oportunidad" a un acosador con múltiples reincidencias solo porque
se anteponían el fútbol a la dignidad de las mujeres a las que el jugador en
cuestión había acosado con el argumento de que "a él nadie le decía que
no". Las disputas en las redes sociales muestran la polarización de Egipto
en estas cuestiones. Los que acusaban a las mujeres de querer "aprovecharse"
del nombre del jugador para hacerse famosas tuvieron que tragarse sus palabras
cuando esta (y otras) aportaron pruebas. Pero Egipto, por vía de sus
autoridades (incluidas las religiosas) ya había tomado la decisión de hacer la
vista gorda. El fracaso de la selección, eliminada en la siguiente ronda, les
ha parecido a algunos un castigo de justicia poética, no queriendo que los
colores nacionales fueran representados por "acosadores".
En estos
días se cuestiona de nuevo la forma en que se expresa el comportamiento de una
sociedad con unos índices de acoso sexual auténticamente escandalosos y, sobre
todo, con una enorme hipocresía a la hora de juzgar el comportamiento de las
mujeres, siempre consideradas "sospechosas" en una especie de
conspiración para hacer perder el control a los hombres, pobres víctimas.
El nuevo
caso es del de Amira, una joven de 15 años a la que le crean una trampa para
atraerla y violarla. El caso lo recoge la prensa egipcia y la de Oriente Medio.
El Middle East Monitor (MEMO) lo contaba hace dos días de esta forma:
On Monday last week Amira was at Giza Zoo with
her boyfriend when he took her phone. She tried to call him with another mobile
and when someone else answered – the microbus driver – he said that he had
found her phone and asked her to go to Al-Ayat.
When she arrived she found the microbus driver,
her boyfriend and another man and together with other commuters they got into
the van. When the boyfriend, his friend and the other commuters got out the
microbus driver offered to take Amira home and then attempted to rape her at
knifepoint.
Amira took the knife and stabbed him 14 times,
her lawyer Dina ElMokadem told Daily News Egypt, in self-defence.
Investigations show that the microbus driver was a friend of her boyfriend.*
Los hecho pueden ocurrir en muchos sitios, pero lo esencial
es lo que ocurre después, qué hace una sociedad con esto. Las actitudes son las
que marcan el nivel de compromiso institucional y social, que no siempre
coinciden.
La reacción ante lo ocurrido fue detener a Amira e
internarla, pese a ser una menor, en un centro de adultos mientras se
investigaba el asunto. Qince puñaladas les parecían muchas; dos o tres, pase. Quince
no les parecía defensa propia. ¡Tan joven!
La información del Middle East Monitor establece algunas
conductas sociales e institucionales sobre el acoso sexual y la violencia de género:
A government hotline advertised by the Egyptian
National Council of Women ignored 95 per cent of calls made by women, according
to an experiment conducted by Egyptian
Streets.
Authorities have come under criticism for their
inaction on sexual harassment, seen most recently with the Egyptian footballer
Amr Warda who was briefly axed from the national team during the Africa Cup of
Nations after sending a string of lewd text messages to women. After pressure
from his teammates, Warda was reinstated onto the team.
Authorities punish women when they do speak
out. In May last year activist Amal Fathy was sentenced to two years in prison
after posting a video on Facebook in which she spoke out against sexual
harassment, whilst in July last year a Lebanese woman was sentenced to eight
years in prison for complaining that she was sexually harassed in the country.
Earlier this month Egyptian journalist Abeer
Al-Safti was sexually harassed in prison.*
Probablemente sea el caso de Amr Warda el que haya dejado más
al descubierto la superficialidad de las cuestiones de género y la profundidad
del sistema patriarcal, que se camufla hipócritamente tras el "perdón"
que oculta el interés por el fútbol. El caso del trato a la joven Amira y las
acusaciones contra la joven no son nuevas.
Podemos regresar a los días del 25 de enero de 2011, cuando
se produjo el levantamiento en Egipto contra el régimen de Hosni Mubarak. Lo
primero que hicieron los hoy enaltecidos militares fue intentar sacar a las
mujeres de las calles mediante los tristemente célebres "exámenes de
virginidad". Las mujeres eran sospechosas por el hecho de estar en la calle
en las protestas. La hipocresía absoluta de los posteriores "salvadores de
la patria" se manifestó en someter a las mujeres jóvenes a examen para,
decía, "garantizar" a sus familias que la joven se encontraba en
"perfecto estado" o, en caso contrario" deberían habérselo
pensado mejor al dejarlas estar en las manifestaciones contra el régimen. ¡Una
gran batalla!
No quedó la cosa ahí y las manifestaciones que duraron por
desconfiar (con buen sentido) de los planes del Ejército, se resolvían con
violaciones colectivas de las mujeres, que eran secuestradas en plena plaza por
grupos que ejercían esta forma de terrorismo sexual. Las imágenes de los
enfrentamientos entre los grupos de violadores y los piquetes de autodefensa
que se organizaron circularon rápidamente por las redes sociales. Era la única
forma de que quedar evidencia de lo que estaba ocurriendo. Posteriormente, las
cuatro diputadas islamistas del partido de Morsi, las únicas cuatro mujeres,
justificaban los ataques a las mujeres diciendo que las decentes estaban en sus casas y no manifestándose en las calles
junto a desconocidos. El recurso al acoso y a la violación siempre ha estado
presente en la vida política callejera; es algo más que una costumbre social.
Es una forma de manifestar la violencia contra las mujeres.
3/07/2013 |
Los conflictos constantes muestra la división social, que
tiende a reflejar la generacional, aunque no de forma absoluta. Egipto es un país
múltiple, como ocurre con otros países árabe musulmanes, en los que el temor a
perder el control y el poder ha frenado los deseos de cambio, como se ha podido
apreciar en estos años. El temor a perder el resorte religioso para el control
social ha llevado a este nuevo tradicionalismo que la sociedad tolera pues
devuelve el poder a las instituciones y figuras patriarcales. Es principalmente
sobre las mujeres que se produce este control y desconfianza.
Egyptian Streets recoge también el caso y se conecta con lo
ocurrido durante la Copa de África:
Many on social media came in full support for
Amira, with the hashtag “#فتاة_العياط” trending, and calling for her release.
However, at the same time, some criticized her
actions of going out with young people and accepting to ride a microbus with
them without the knowledge of her family.
These conflicting reactions were demonstrated
recently during the African Cup of Nations in Egypt, with the case of Egyptian
football player Amr Warda, who was accused of harassing a woman and was dismissed
from the team to be quickly returned to play with his team.
At the time, there was widespread sympathy from
different groups of Egyptian men and women, with even Mohamed Salah tweeting
for people to give him ‘a second chance’. There were also others who found
several justifications for him, and insulted some of the girls who exposed him.**
Las voces tradicionalistas están bien conjuntadas y actúan
como una forma de sanción y de sanción social. Son las mismas voces que acusan
a las acosadas de buscar notoriedad disculpando al acosador o que consideran
que es el vestido, la hora o el lugar lo que justifica lo ocurrido.
Recordemos el caso del abogado que consideró como un
"deber patriótico" violar a las mujeres que llevaban pantalones
vaqueros rasgados. Lo hizo ante una gran audiencia televisiva. La controversia
fue grande, pero lo terrible es que ese abogado es la voz frecuente que lleva
décadas lanzando demandas contra las mujeres, llevándolas a los tribunales
(incluida Nawal el-Sadawi). Este pasado año, por ejemplo, se propuso ante el
parlamento la posibilidad de realizar exámenes de virginidad para el ingreso en
la universidad. Lo hizo otro tradicional polemista que calienta al país con
este tipo de propuestas. Aunque no salga adelante, tienen su efecto social.
Crean un clima contra las mujeres, que son vistas siempre como elementos
trasgresores, peligrosos para la sociedad.
En estos momentos, el artículo de MEMO tiene cinco
comentarios entre dos personas que reflejan las mentalidades en liza. El que ha iniciado el foro (un tal
Yasser), ha escrito: "she decided to follow the path of the devil from the
moment she decided to have a boyfriend !! and as usual the dirty media is
making a story out of it and are using misleading title". Creo que
no hay muchas dudas sobre la forma en que se trata el asunto. Este tipo de
comentario aflora por algo, reflejando esa mentalidad contra las mujeres y
exigiendo el control absoluto sobre ellas y, es lo peor, justificando la
violencia. "El camino del diablo" es una expresión suficientemente
clara. Ella ha elegido tener un amigo; ella se lo ha buscado. El amigo es parte
del engaño que la lleva hasta la trampa de la violación. Todo ha sido una
maniobra de seducción para llevar al escenario de la violación, a la que ella
se resiste. La presencia del amigo del amigo en el zoo, la pérdida del teléfono,
la llamada para recuperarlo y finalmente el violador. Todo un plan.
Egyptian Streets reproduce una viñeta de mi admirada Doaa
Eladl sobre el tema. También lo hace MEMO. Una pequeña sostiene el cuchillo ensangrentado. Está sobre
la cabeza de un inmenso lobo. Eladl mantiene en la oscuridad a los personajes
que la están juzgando. Ella solo acierta a disculparse, " lo he matado". Lo relevante son esas figuras en negro, furiosas unas, asombrada otras. Por una vez, el lobo ha caído. ¿Es un mal ejemplo?
¿De qué lado está el diablo?
* "Egypt: 15-year-old girl detained for stabbing her rapist" Middle East Monitor (MEMO) 22/07/2019 https://www.middleeastmonitor.com/20190722-egypt-15-year-old-girl-detained-for-stabbing-her-rapist/
** "The Story of Amira, 15-Year-Old Girl Detained For Killing Her Rapist" Egyptian Streets 20/07/2019 https://egyptianstreets.com/2019/07/20/the-story-of-amira-15-year-old-girl-detained-for-killing-her-rapist/
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