Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
degradación de la otrora bien ordenada Gran Bretaña sigue su proceso. Parece
claro que los países pueden sobrevivir un tiempo a su propio desorden, pero no
sin consecuencias. Lo que comenzó siendo un tímido aleteo de David Cameron está
a punto de llevarse por delante el prestigio ganado por el Reino Unido, sarcasmo
nominal, en un par de siglos. Las broncas del Brexit alcanzan múltiples formas
y se disparan cuando le da por terciar en ello al presidente de los Estados
Unidos (otro sarcasmo).
Quien
sea que está filtrando al mundo los correos del embajador británico en
Washington estará disfrutando lo suyo. El embajador Sir Kim Darroch decidió
presentar su dimisión (es hombre de principios, parece), cuando vio que el
probablemente próximo primer ministro de su país, Boris Johnson, no le apoyaba
como debía. No podía ser menos porque es el principal perjudicado. Johnson ha
demostrado lo que muchos temíamos, que antepone la relación con Trump a la
independencia del Reino Unido. Con ello, Johnson se ha debilitado fuertemente
ante su propio país. A diferencia de lo que Trump hace con otros presidentes,
en especial dictadores, decir que hacen un buen trabajo, no le va a beneficiar
nada. Más bien sucederá al contrario.
Johnson
se muestra muy confiado porque serán los miembros del partido Tory quienes le convalidad
su examen para ser Premier, pero eso no es nada ante el compromiso futuro que
se ha creado.
Pero
las consecuencias de la filtración para Darroch, el Brexit o las relaciones
entre Gran Bretaña y los Estados Unidos tienen otra dimensión sobre la
diplomacia misma. En el diario El País, Lluis Basset escribe cerrando su artículo
de opinión:
Las revelaciones tendrán consecuencias, más
allá de una filtración que tiene seguras implicaciones en la pelea del Brexit y
las ambiciones políticas de Boris Johnson, amigo de Trump y fiel seguidor del
manual de aduladores de Darroch. Todo será más difícil a partir de ahora si los
diplomáticos no pueden comunicarse con garantías de confidencialidad sobre sus
análisis y diagnósticos. Los cables del departamento de Estado revelados por WikiLeaks,
hace casi una década, fueron solo el principio de una decadencia, pero la
filtración de los cables del Foreign Office sobre Trump llega con aires de
clausurar definitivamente una época de discreción y de buenas formas que
caracterizaban a la diplomacia tal como la habíamos conocido hasta ahora.*
No sé
si es la diplomacia la que ha entrado en decadencia o si es la política en
general, que ya no se para en el ámbito nacional y usa lo que antes era
respetado por los diferentes participantes en la lucha. Desde esta perspectiva,
cada vez es menor el respeto por el conjunto de los intereses nacionales frente
a las luchas interpartidistas o, como parece ser, una cuestión partidista.
No
sabemos a estas alturas si la filtración tenía por víctima al embajador, al
propio Johnson dejándole una patata caliente o algún mareador profesional, empeñado en que los viajeros políticos no
salgan de la cubierta del barco.
Bassets
plantea la cuestión esencial del secreto y de la confianza, es decir, poder
decir lo que se piensa y que quien lo recibe guarde discreción sobre lo dicho.
En el mismo sentido lo hace la CNN:
This incident will have a chilling effect on
the future candor of all British diplomats reporting home from their foreign
posts. If even the most senior diplomat is at risk of his confidential reports
being leaked, why should more junior ones presume theirs will remain private?
They can't. The resulting self-censorship will reduce both the quantity and
quality of the data our closest ally's leaders have when making critical
decisions about international relations and security.
At a time when the UK risks "crashing
out" of the European Union without a replacement trade deal, and with
Russia and China bent on disruption and expansion, the next prime minister will
face dramatically different relationships with Europe and the rest of the
world. More information—not less—is what the UK needs. Leaking Ambassador
Darroch's memos profoundly erodes the likelihood that decision makers in the UK
will get it.
En efecto, ¿quién se atreverá a decir lo que piensa? Sin respaldo de sus propios gobiernos, sin el
celo en la custodia de los mensajes, los diplomáticos que a expensas de los
demás, en obvia desventaja.
Canales, libertad de decir lo que se opina y la custodia de
lo dicho han quedado al descubierto mostrando su debilidad. Ante este panorama poco
hay que decir. Se pierde lo más valioso. Desde esta perspectiva, los análisis
de los diplomáticos pasarán a ser irrelevantes por la falta de seguridad.
Como todo es comenzar, un nuevo escándalo de filtraciones de
más correos de Sir Kim Darroch a sus jefes, esta vez relacionado con Irán y las
sanciones de Estados Unidos. Esta vez el conflicto ya no es solo diplomático,
revelando de nuevo el caos de la Casa Blanca, como la vez anterior, sino que
enfrenta a la Policía y a los medios. Lo señala la BBC, que comenta:
Scotland Yard's Assistant Commissioner Neil
Basu warned media organisations against publishing leaked government documents,
saying it "could be a criminal matter".
His comments came as a criminal investigation
was launched into the initial leak of Sir Kim's emails.
The warning prompted a backlash from newspaper
editors and MPs on Saturday, defending the freedom of the press.
The Met Police then released a second statement
making clear journalists who released further details of the former
ambassador's communications could be in breach of the Official Secrets Act, in
which case there is no public interest defence in law.
The Mail on Sunday said it was in the public interest
to publish the memos.
The paper argued that the most recently
published emails revealed "important information" on the UK's
attempts to stop President Trump abandoning the Iran nuclear deal.
A spokesman said: "What could be more in
the public interest than a better understanding of how this position was
reached, which may have serious consequences for world peace?"***
En pleno lío del Brexit, la sustitución de Theresa May, la
negociación con la Unión Europea, etc. Reino Unido se enfrenta además a las
iras de Trump, que queda como un narcisista peligroso, inepto, rodeado de caos
y provocándolo con sus manías.
Los artículos en medios británicos criticando la forma
sumisa en que se está llevando este conflicto estúpido abundan. Lo que hubiera
durado tres minutos en circunstancias normales, dura demasiado u, lo que es
peor, se está ampliando. Una vez que se le ha dado importancia por parte de
Trump, el juego ya no puede pararse y queda expuesto a nuevas filtraciones que
muestren lo más negativo, que es la erosión de la fantasía norteamericana.
La imagen que Trump construye es la del nuevo respeto y
temor, el dominio de los Estados Unidos sobre el planeta. Estamos ante una
nueva versión de El traje nuevo del
Emperador. Cuando se aprecia que los británicos opinan lo mismo que los
iraníes, pero con la diferencia de estar obligados a mantener las apariencias,
se comprende la irritación de Trump, empeñado en garantizara a sus seguidores
que USA reina en el mundo. El emperador está desnudo; todos lo ven, pero nadie se atreve a decírselo.
Algunos señalan, como hace The Washington Post, que el problema es pensar una cosa y decir otra. Pero en la época Trump, el problema es hacer sin pensar, por lo que la imagen transmitida por Darroch, de un mundo caótico, de decisiones absurdas, ineptitud, etc. es lo que nos debería preocupar a todos. A Trump se le han dicho muchas cosas en las reuniones de líderes mundiales y es como hablar con una pared. Quizá los líderes mundiales deberían empezar a hablar de una manera más ajustada a lo que piensan.
Esta patética realidad es lo que opinan la mayoría de los
gobernantes mundiales aunque no lo digan. En realidad, como señalamos el otro
día, el embajador británico ha actuado casi como portavoz de todos. Con ello
han quedado en evidencia los que esperaban y esperan el apoyo de Trump para
ocupar la residencia del primer ministro en Londres. Puede que todo esto se
vuelva contra ellos y les estalle en las manos.
¡Quién sabe! Quizá, en el futuro, aparezcan filtrados los
correos con comentarios sobre Trump de algún buen amigo cuando este llegue lo
suficientemente arriba. Sabemos cómo empiezan las cosas, pero no cómo terminan.
No falta mucho para saberlo.
* Lluis Basset "La diplomacia, en su fin de época"
El País 14/07/2019
https://elpais.com/elpais/2019/07/13/opinion/1563021188_009285.html
** John
Kasich "The chilling effect of British ambassador's leaked memos" CNN
13/07/2019
https://edition.cnn.com/2019/07/13/opinions/kim-darroch-leak-kasich/index.html
***
"New leak claims Trump scrapped Iran nuclear deal 'to spite Obama'"
BBC 14/07/2019 https://www.bbc.com/news/uk-48978484
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