El apoyo
mostrado por Angela Merkel a las cuatro congresistas norteamericanas atacadas
por Trump dice mucho de la persona. Y de la mujer político. Merkel se podía haber callado
tranquilamente, pero no lo ha hecho y ha dicho algo más: "Those (President
Trump's statements) are sentiments which are very much in opposition to my
impressions (about the US) which I strongly believe in and it is something that
undermines America's strength", según recoge la CNN.
Sus palabras y el argumento que las sustenta se basan en dos
principios. El primero es que los ataques van contra la esencia de los Estados
Unidos; el segundo que es una forma de debilitarlos. Creo que en ambos tiene
razón y así lo hemos expresado en muchas ocasiones anteriores señalando que el
"americanismo" de Trump es profundamente antiamericano y que está
haciendo perder, por ello mismo, la capacidad de liderazgo que el propio Trump
y los suyos se atribuyen.
Ambos argumentos están entrelazados, ya que la capacidad de
liderazgo norteamericana ha pasado de lo moral a la fuerza militar, que es de
lo único que Trump entiende, no siendo un personaje precisamente para el que la
moralidad represente mucho. Trump
está destruyendo algo más que la imagen de los Estados Unidos en el exterior;
está destrozando su fundamento interior, la propia idea norteamericana, es decir, el concepto de "nuevo
mundo" acuñado por los mismos norteamericanos. Trump está pisoteando
sueños y utopías.
El efecto Trump en el exterior está haciendo crecen el
sentido de que los demás países deben alejarse de los estados Unidos ya sea
para mantener su propia defensa o sus propias líneas en cualquier ámbito. Ya ha
ocurrido con la defensa europea. La presión de Trump ha llevado a renovar el impulso
de una estrategia propia y, lo que es inadmisible para Trump, el desarrollo de
la propia industria de defensa. No le ha salido bien la jugada que se saldó con
un enfado monumental al ver que los Estados Unidos no iban a sacar tajada de la
defensa europea vendiendo el armamento. Lo ocurrido con la compra de misiles
rusos por parte de Turquía es solo un ejemplo de adónde llevan los malos modos
de Trump.
Ya hemos hablado aquí en varias ocasiones de la estrategia
de crear conflictos y luego vender armas y protección. Los resultados allí
donde le funcionan, Oriente Medio, se salda con la compra de más armas en una
zona que está al borde de un segundo estallido, mucho más complicado que el que
supuso la Primavera Árabe, ya que esta vez no se trata de un conflicto
vertical, sino horizontal, es decir, entre países de la zona. Lo que se está
gestando en Ormuz es hijo de la ruptura de los acuerdos con Irán por parte de
los Estados Unidos. Las consecuencias están por verse en unos momentos de
creciente tensión con los apresamientos de petroleros y el derribo de drones.
Junto a la política internacional, lo que está haciendo en
la política doméstica es la perversión del sistema democrático llevando a la
población a una polarización inusitada, pues ya no se trata de cómo realizar
determinadas políticas, como ocurría con el ObamaCare, sino con otro tipo de
cuestiones profundamente perversas para la propia identidad norteamericana. Ya
no se trata del "más gobierno" o "menos gobierno", como
suele ser habitual. La política de Trump es perversa e insultante, agresiva. Lo
es literalmente y por eso el incidente con las cuatro congresistas excede lo
hecho hasta el momento porque va contra la más pura esencia de la filosofía
fundacional norteamericana.
Por encima de las discutible prácticas desarrolladas por los
Estados Unidos, se mantenía un discurso identitario mediante el cual los
norteamericanos se veían a sí mismos. Por utópicos o alejados de la realidad que
pudieran estar en muchas ocasiones, mantenían un "modelo" de país.
Trump lo ha dinamitado.
Trump ha dinamitado los valores esenciales de la libertad de
prensa, de la igualdad y de los Estados Unidos como una nación creada por el
patriotismo constitucional y no por el nacimiento. Con Trump, los insultos se
han extendido y se extienden a todos los países del mundo, unos por su pobreza
otros por simplemente llevarle la contraria.
Trump representa la peor cara de los Estados Unidos. Esta cara se ha mostrado en
ocasiones, pero siempre se apoyaba en un discurso general y trataba de
equilibrarse. Hoy no hay equilibrio. Trump se siente como un reyezuelo poderoso
cuyas armas le dan derecho al insulto, categoría en la que entra todo, del
alcalde de Londres a las congresistas atacadas, de la prensa norteamericana a los países
vecinos.
Los pueblos que eligen a sus dirigentes son responsables de
lo que estos hacen en su nombre. Hoy hay una mayoría de norteamericanos que
repudian las palabras y los actos de Donald Trump. Nunca tuvo a la mayoría de
los norteamericanos a su lado y él lo sabe, lo lleva clavado.
Fuera de sus fronteras, el rechazo es enorme, incluso en los
países que se consideran amigos y aliados, como ha ocurrido con Reino Unido,
donde las visitas han contado con enorme rechazo popular. Es, con mucho, el
personaje político internacional en el que es más coincidente el enfado.
Los Estados Unidos han tenido mejores y peores presidentes,
pero ninguno como Donald Trump. Las abiertas palabras de rechazo de Angela
Merkel vienen de la dirigente de una nación amiga. Merkel se ha complicado la
vida ella sola, pero seguro que lo ha hecho muy a gusto. Debería cundir el
ejemplo. La diferencia de talla política entre Trump y Merkel es abrumadora para la política europea, un ejemplo de corrección y diplomacia en todo momento, incluso con aquellos con los que no está de acuerdo. Será difícil rellenar el hueco de Merkel; el de Trump habría que cavarlo más profundo.
Es de agradecer que Angela Merkel se haya saltado su tradicional discreción para repudiar abiertamente el comportamiento de Trump y haya apoyado a las cuatro mujeres atacadas. Dice mucho en su favor, como persona y como dirigente político.
Cuando Ilhan Omar, la congresista norteamericana de origen
somalí regresó a su estado se encontró con un gran recibimiento en el aeropuerto. Se trataba de
hacerla ver que ella estaba en "casa" y que su hogar está donde vive, junto
a los que representa y que le han mostrado apoyo, cariño y respeto.
*
"Angela Merkel stands in 'solidarity' with congresswomen attacked by
Trump" CNN 19/07/2019 https://edition.cnn.com/2019/07/19/europe/angela-merkel-annual-conference-intl-grm/index.html
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