miércoles, 31 de julio de 2019

Adiós, Tarek A

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De nuevo, el régimen egipcio tira piedras contra la imagen de su propio tejado. Esta vez ha ocurrido en Madrid, con la complicación del número dos de su embajada en un episodio de violencia machista en plena calle. La noticia la dio eldiario.es y ha tenido reflejo posterior en la prensa y en la árabe, con nula incidencia en la egipcia, de la que apenas se han hecho eco.
Tratamos aquí el problema frecuente de la violencia y de los altísimos niveles de acoso sexual. En estos días pasados y en ocasiones anteriores hemos puesto el foco en la cuestión del divorcio, su elevada tasa de aparición, y la pretensión de combatirlo con charlas universitarias o cierres de cafés a las doce de la noche en alguna provincia.
Todo ello revela un problema subyacente que son las diversas formas de violencia que se ejercen en el interior de la familia y que se traducen en divorcios por parte de aquellos que pueden dar el paso o permitirlo.
El incidente de violencia en plena calle tiene el agravante de haber sido cometido por personal que representa al país. Nos viene de nuevo a la memoria el reciente caso ocurrido con la selección egipcia de fútbol y el rechazo suscitado en una parte importante de la sociedad cuando tras ser expulsado de la selección el jugador Amr Warda por acoso sexual, volvió a ser incluido en el equipo, anteponiendo así el fútbol a un aspecto tan serio en Egipto como es el acoso sexual, con una de las cifras más elevadas del mundo. Se mandaba entonces un muy mal mensaje a la sociedad, el de la aceptación de la violencia del acoso, el que padecen cada día millones de mujeres, pues las cifras rondan el 90%. Más complicado es el tema de la violencia familiar, como es el caso, en el que el matrimonio parece dar derecho al control psíquico y físico de los miembros por parte de aquel que se considera legitimado, incluso por discursos oficiales, a ejercer sus poderes patriarcales. Nos referimos, por ejemplo, a la legitimación del empleo de la vara para "corregir" las conductas de la mujer "díscola", prácticamente un deber del varón, que debe vigilar las mujeres a su cargo, ya sea como padre, esposo, hermano o hijo. Si no hay varones en la familia, la responsabilidad se va extendiendo hasta encontrar un alma piadosa que ejerza el deber de la corrección. Puede ser un vecino, como conozco un caso, que asume esa "autoridad" ante la ausencia de figuras masculinas.


Evidentemente, la violencia machista ocurre en muchas partes, incluida España, todos los días. Es la firmeza de la respuesta, tanto la social como la institucional, la que marcan el estado hacia el que se evoluciona. Por eso es escandaloso el caso del jugador de fútbol al que sus compañeros piden readmitir, con una larga tradición en este tipo de prácticas,  los ataques a las mujeres que denuncian o el apoyo de instituciones religiosas.
El diario El Mundo nos cuenta lo ocurrido:

El Gobierno egipcio ha retirado, a petición del Ministerio de Exteriores español, al 'número dos' de su Embajada en Madrid, que se vio implicado en un presunto caso de violencia machista, según fuentes de Exteriores consultadas por Europa Press.
El diplomático se encuentra ya de vuelta en Egipto y el Departamento que dirige en funciones Josep Borrell dice poder confiar en que se le abrirá una causa en su país, ya que en España estaba protegido por la inmunidad diplomática.
De hecho, el diplomático, consejero político de la Embajada, ni siquiera llegó a ser detenido formalmente, según eldiario.es, que ha revelado el presunto caso de violencia machista. Según el relato de este medio, los sucesos tuvieron lugar el pasado 13 de julio en un centro comercial de Arroyomolinos (Madrid).
Agentes de la Guardia Civil se personaron en el lugar tras recibir un aviso del 112 por una presunta agresión del hombre a su esposa y a su hija, de 14 años. Tanto el agresor, identificado como Tarek A., como la víctima dijeron tener pasaporte diplomático y los agentes los trasladaron a las dependencias de la Guardia Civil para comprobarlo. También pudieron comprobar que el hombre ya había protagonizado otro suceso similar.
Los agentes hablaron con la Embajada egipcia, que desplazó personal hasta las dependencias de la Guardia Civil en la localidad, siempre según el eldiario.es. Tras hablar con la mujer, ésta decidió no firmar la denuncia que los agentes ya habían empezado a redactar.
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas dice, en su artículo 31, que "el agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor", pero eso no le exime de la jurisdicción de su país de origen.
Según las fuentes de Exteriores consultadas por Europa Press, cuando el Ministerio tuvo conocimiento del hecho, se puso en contacto con la Embajada egipcia en Madrid y pidió que se retirase al diplomático en cuestión, cosa que ya ha sucedido.*


Hay varias cuestiones. La primera la reincidencia. Ya había otro "suceso similar" a cargo de la misma persona, por lo que la embajada estaba al tanto y su propio ministerio de Asuntos Exteriores debía estar al tanto. No debió importarles mucho si siguió en su puesto. El hecho de que no ocurriera nada le aseguraba que la inmunidad diplomática era "impunidad" ante sus propias leyes.
En segundo lugar, el papel del personal de la embajada convenciendo a la mujer agredida de no presentar denuncia es inadmisible. Supongo que se apelaría a su "patriotismo" o como suele ser habitual, a la advertencia que tendría que volver a Egipto y enfrentarse a sus acciones.
Como ya advirtió hace unos días la ministra de emigración, Nabila Makram, a los residentes egipcios en Canadá (lo tratamos en El cuello de la ministra, el día 26 pasado), a todo aquel que "hable mal de Egipto" fuera del país (dentro pasa lo mismo) se le cortarán las alas. La ministra, por ser precisos, se refería al cuello, que se acompañó con el explícito gesto habitual. Las excusas de la ministra sobre el sentido de su gesto no convencieron a nadie, pues el vídeo era muy claro, tanto en sonido como en imagen.

La mujer fue presionada para que no denunciara la agresión. Invocar la protección del pasaporte diplomático supone usar el nombre del estado egipcio para encubrir un delito, por lo que el tal "Tarek A." ha usado al pueblo egipcio como escudo.
Veremos en qué queda la pretensión del ministerio de Asuntos Exteriores español de que le van a abrir una causa en Egipto La esperanza de que este alto diplomático sea juzgado en Egipto es poca, pero si se celebra será la ocasión que usen para reírse, como suele ser habitual.
En The New Arab se recoge el incidente y la actitud de la embajada egipcia:

While the consul’s wife sought protection from the Spanish police for herself and her daughter, and was prepared to give a statement, officials from the Egyptian embassy intervened to persuade her to drop her complaint.
The embassy refused to remove the consul’s diplomatic immunity, and he walked free under Article 31 of the Vienna Convention on Diplomatic Relations, which gives diplomats immunity from prosecution in the country they are based in.
In cases where diplomats have committed crimes, it is customary for their countries to withdraw them and try them on home soil.
However, the Egyptian embassy initially insisted on keeping Tarek A. in his post in Spain, without holding him to account for the assault on his wife and daughter.
Spain, however, has strong laws on domestic violence and the incident caused a diplomatic row between Egypt and Spain.**



La insistencia en mantener al diplomático agresor es a lo que nos referimos con "actitud". Es la aceptación de la violencia y la pretensión de que esta debe ser aceptable por alguien que no puede ser juzgado por otros, un diplomático egipcio. Al no ser sacado de su puesto tras la primera denuncia por agresión, "Tarek A." ha pensado que podía hacer lo que quisiera a plena luz. Como egipcio "tiene derecho" a hacerlo, como diplomático tiene impunidad para cometer el delito, en eso usa la inmunidad diplomática, cuya función es, desde luego, otra. Solo las dictaduras consienten que sus diplomáticos sean delincuentes o criminales con el nombre de su país por delante.
Eldiario.es señalaba la firmeza del ministerio español presionando a Egipto:

Exteriores completó la información y consiguió el compromiso del cese por parte del embajador egipcio, que se consumó en pocos  días. Un portavoz del Ministerio español ha afirmado que el departamento actuó de inmediato y de acuerdo a la política de "tolerancia cero" con la violencia machista.
El embajador egipcio trasladó a Exteriores que Tarek A. será sometido a un procedimiento disciplinario en su país de origen por la presunta agresión a su mujer y su hija en un centro comercial de Arroyomolinos (Madrid) el pasado día 13, han confirmado las mismas fuentes. La Convención de Viena abre la posibilidad a que también fuera investigado en su país penalmente por los hechos, si bien la negativa final de la mujer a denunciar y el hecho de que ocurriera en España dificultan este extremo.***



Si la mujer no se atrevió a firmar la denuncia en España, la posibilidad de hacerlo en Egipto es prácticamente nula. Por lo que el valiente "Tarek A." encontrará fórmulas para seguir tranquilo. Si, como se nos dice, ya había habido casos semejantes, eso quiere decir que el incidente ha salido a la luz por producirse en plena calle, con denuncia de terceros, que si hubiera sido de puertas para adentro se habría "resuelto" de otra manera muy diferente. No se llega a "cónsul" en el aparato egipcio de cualquier manera.


En casos como este, vemos cómo se conectan unos con otros; lo que ocurre es por algo. Las leyes y prácticas tratando de evitar el divorcio son formas hipócritas en una sociedad que ha ido aceptando la violencia machista como parte de sí misma, atacando incluso a las mujeres que la denuncian. El mismo estigma hacia las mujeres divorciadas —pese a ello, creciendo en número— es una forma de evitar dejar en evidencia al hombre y a la sociedad patriarcal.
Habrá que esperar a ver si el gobierno egipcio realiza algún movimiento más allá de haber tenido que retirar al cónsul por la presión del país en el que se encontraba destinado. Ya no es la selección de fútbol, sino el alto personal diplomático de su ministerio. Tienen una ocasión de oro, otra vez, para demostrar que lo que dice va más allá de la retórica. 
Una vez más Egipto no tiene necesidad de enemigos para arruinar su imagen. De nuevo está en los titulares de la prensa mundial por sus propios méritos.
Adiós, Tarek A. No te vamos a echar de menos. 



* "Egipto retira al número dos de su Embajada en Madrid tras verse implicado en un caso de violencia machista" El Mundo 30/07/2019 https://www.elmundo.es/espana/2019/07/30/5d3fec1ffc6c8323528b4665.html
** "Egipto destituye al consejero de la Embajada en Madrid acusado de violencia machista y lo envía a El Cairo" Eldiario.es 29/07/2019
** "Egyptian consul in Spain detained for attacking wife, daughter" The New Arab 31/07/2019 https://www.eldiario.es/politica/Egipto-destituye-Embajada-Madrid-Cairo_0_925658185.htmlhttps://www.alaraby.co.uk/english/news/2019/7/31/egyptian-consul-in-spain-detained-for-attacking-wife-daughter




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