Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
No seré
yo quien le lleve la contraria a un Premio Nobel de Química cuando dice que
"la vida es química", pero lo repite tantas veces sin dar más
explicaciones que se queda uno con las ganas. Uno esperaría de un Premio Nobel
e hijo de Premio Nobel, Roger Kornberg, una explicación más detallada, pero quizá
el fin del conocimiento sea mostrar la sencillez de lo que conocemos y la enormidad de
lo que nos queda por conocer.
Afirmar
que "la vida es química" se nos queda corto no porque no sea cierto, sino porque la palabra "vida" encierra muchas más cosas sin necesidad
de salirse con mistificaciones o con cualquier otro tipo de planteamiento fuera de lo natural. La vida
es química, sí. ¿Y qué más?
Pero
para eso Kornberg tiene poca variación en la respuesta:
“La vida es química: nada más y nada menos”,
repite una y otra vez Kornberg, de paso por Valencia para formar parte del
jurado de los Premios Rey Jaime I. El investigador, de la Universidad de
Stanford, recibió el Nobel de Química en 2006 por desentrañar esta conversión
del ADN en ARN, un proceso que, si se tuerce, puede desembocar en un cáncer.
Pese a haberse asomado al mundo de las aberraciones humanas, o precisamente por
ello, Kornberg es muy optimista: cree que llegaremos a vivir en un mundo sin
enfermedades.
Pregunta. Conocer nuestra base química
tiene un aspecto filosófico.
Respuesta. Sí, ese es el quid de la
cuestión. La vida es química: nada más y nada menos. El funcionamiento del
cerebro se comprende tan poco que se tiende a asociarlo a significados mágicos
o místicos. Pero químicamente el cerebro es una colección de cables e
interruptores. Todos los cerebros humanos son más o menos iguales y las
pequeñas diferencias son el resultado de distintos patrones en los
interruptores, basados en una combinación de nuestra genética y de nuestras
experiencias. Pero, al final, es química, nada más y nada menos, aunque la
gente se resiste a la idea. Muchas personas quieren asociar a sus propias
experiencias algún significado especial, como la religión. Pero es química.*
Creo
que aunque haya gente que se resista a la idea o quiera añadirle cosas que no
vienen a cuento, Kornberg es un muy mal vendedor de la Química y sobre todo de
la vida. Todos esas coletillas del "nada más y nada menos" sirven de
muy poco. Por decirlo así, me da la impresión que es un poco "soso"
con esto de la Química.
Indudablemente
la vida es química y lo que no sabemos de ella también lo es. Da la impresión
—supongo que Kornberg tiene sus razones y experiencias— de que está como a la
defensiva ya sea contra los que no creen o contra los que no entienden, que son
dos molestas especies distintas, pero con las que hay que bregar.
El
desconocimiento científico no tiene por qué caer en el misticismo. La verdadera
ciencia resiste la tentación de huir por lo que no entiende y se plantea su propia imperfección comprensiva y explicativa. Por eso se estableció el
criticismo y se rechazó el dogmatismo. Cuando le pedimos verdades inamovibles,
la Ciencia nos suelta más cuestiones por las que transitar.
La
explicación que da en la entrevista sobre los "cerebros humanos"
echaría del aula a más de uno. Porque una cosa es la sencillez de los procesos
cuando se llega a su fondo y otra la complejidad de las consecuencias en
términos ascendentes. Toda la vida procede de un mismo punto, como todo el universo
procede de un mismo punto.
Que
toda la vida sea química no significa que todo lo vivo sea igual, como es
evidente. Acostumbrado a buscar la sencillez que une, se olvida de la complejidad
que diversifica. La perspectiva química explica el modelo de funcionamiento Pero es el dinamismo propio de la vida el que ha diversificado todo
mediante los mecanismos de cambio que el propio Kornberg ha estudiado.
Puede
que hayamos arrinconado en gran medida a la magia, pero no debemos hacerlo con
la complejidad ni con la diversidad. Que todo lo vivo, de lo más sencillo a lo
más complejo, tenga unas bases químicas comunes forma parte de la evolución
misma. Todo es química, pero todo mantiene diferencias. Puede que todos los
cerebros humanos, por seguir su ejemplo, funcionen de la misma manera, pero es
evidente que hacen cosas diferentes con la misma química. Lo maravilloso no es
que todo sea igual, sino que sea enormemente diverso. "Diverso" no es
"distinto". Del elemento más simple a la complejidad del cerebro
humano todo se rige por los mismos principios, pero los resultados son diversos.
Más adelante,
tras hablar del manejo de la información por parte de lo vivo, a Kornberg le
hacen una pregunta delicada:
P. Una de sus charlas se titula El fin de la enfermedad. ¿Usted se
imagina un futuro sin enfermedades?
R. Por supuesto, porque la vida es química.
Cuando entendemos las bases químicas de las enfermedades, automáticamente
podemos concebir estrategias químicas para corregirlas. No hay duda de que esto
se puede aplicar a enfermedades hereditarias y al envejecimiento. Obviamente,
cuando aprendamos a prevenir el envejecimiento crearemos nuevos problemas para
la sociedad. Pero la respuesta a la pregunta es sí. El hecho esencial es que
todo en la vida es química y todas las enfermedades reflejan una distorsión de
la química. Encontraremos medios químicos para corregirlas. Esto no ocurrirá
pronto, y quizá no ocurra a lo largo de nuestra vida, pero algún día ocurrirá.*
El
hecho esencial de lo vivo es el deterioro. Vivir es degradación, es el tiempo,
es la entropía. Vivir es compensar constantemente nuestro desgaste energético
con nueva energía que nos puede llegar del sol o de un plato de paella en un
chiringuito de Torrevieja. Vivir es la enfermedad;
solo lo vivo puede estarlo. La distinción entre salud y enfermedad es nuestras: ambas son vida, química.
"Vida",
"enfermedad", "envejecimiento", "decadencia",
etc. son conceptos humanos que incluyen la valoración o percepción de lo que
está marcado por nuestros genes. Como científico, Roger Kornberg puede imagina
un mundo en el que la química esté controlada y el desgaste se esté
constantemente compensando para detenerlo. Es muy libre de hacerlo,
pero no sé si es sensato.
Me da
la impresión que aunque estudie lo vivo, el mundo de Kornberg cabe en una
pizarra. Me lo confirma el recuadro con el que se cierra la entrevista:
Pregunta. Usted ha dicho en varias
ocasiones que si una persona culta tiene que saber algo, ese algo es la
química.
Respuesta. La química es lo más útil,
porque nos ayuda a entender el mundo que nos rodea: el cuerpo humano y todo lo
relacionado con la salud y el medio ambiente. La química está en la
intersección entre la física, que son las leyes de la naturaleza, y la
biología, que es su manifestación. Sin saber química no puedes tomar decisiones
informadas sobre tu salud, sobre el medio ambiente... Es ridículo.
P. Pero se valora más saber de
Cervantes o de Shakespeare que de Dimitri Mendeléyev, el padre de la tabla
periódica de los elementos químicos.
R. Es curioso, porque puedes no
saber nada sobre Cervantes o Shakespeare y tener una vida muy productiva. Pero
si no sabes nada de química, en mi opinión, no te beneficias de todo lo
alcanzado por la civilización. Los tiempos han cambiado y la química es lo
primero. Hace 100 años se sabía tan poco sobre cualquier ciencia que no
necesitabas saber mucho de física para ser una persona culta y exitosa.
¿Importaba lo que supieras de termodinámica o cosmología? No realmente. Pero en
el siglo XX surgieron la química, la biología, la bioquímica, la medicina
moderna. Hace poco más de 100 años, las enfermedades se atribuían a
desequilibrios de los líquidos del organismo. No había cura para ninguna
enfermedad, había tratamientos: sangrados, purgantes agresivos. Si hace 200
años no sabías nada de química, de biología o de medicina, no había grandes
diferencias en tu vida. Pero hoy hay muchísima diferencia. Creo que si la gente
estuviera mejor formada en química y en biología estaría menos dispuesta a
abusar de su propia fisiología con drogas, tabaco…*
No sé
lo que entiende por "culta y exitosa", pero me temo que ocupan una
posición parecida en la escala, sin diferencias apreciables. Las
últimas líneas nos dejan entrever mucho, de su sentido de la vida y de lo que
significa para él "vivir".
La vida
es un proceso químico, sin duda; pero vivir es otra cosa, es ocupar ese tiempo
de forma adecuada a nuestro nivel de complejidad. Los seres humanos,
afortunadamente, tenemos un sentido de la vida distinto del que pueda tener
una ameba. Lo dicho por Kornsberg se cierra sobre sí mismo y se limita a ese cuidado del cuerpo por lo que afecte a su química, factor determinante, según nos dice.
Me da
la impresión que la química del cerebro de Roger Korn funciona como la de todos
en lo común, pero de forma un poco distinta al resto en lo que es vivir. Dios
me libre de hacer juicios sobre lo que opina de la química, pero mucho me temo
que debe ampliar el tamaño de su pizarra vital. La reacciones químicas son reacciones, pero las reacciones humanas son otra cosa. Por supuesto podemos describir todo en términos químicos, del amor a la comida. Pero ¡cuánta variedad! Puedo tomar los nutrientes necesarios en pastillas, pero prefiero el plato cocinado hijo de la tradición cultural.
El
mundo le debe agradecer todo lo que ha trabajado en su vida para beneficio de
la Humanidad y merece todo el respeto. Pero no me resulta convincente en
aquello que se puede considerar vivir.
No es lo mismo la vida que saber vivir, algo que nos reorienta y
nos hace diferentes. Decir que todo es Química es quedarse muy corto. Es
reduccionista.
La Gioconda es química, pigmentos sobre un lienzo; un ejemplar impreso de Fausto es química. Es el mismo tiempo que nos desgasta —la gran enfermedad— las que nos hacen valorar la vida, darle un sentido humano, propio, más allá de la química. La vida es más que química, más que salud. Es cómo la vivimos, lo que hacemos con ello. Puede incluso que la libertad sea solo una ilusión, pero es una ilusión que nos ha dado buenos frutos y momentos. Somos animales, seres vivos, hijos de la vida, sociales... química peculiar.
Es cierto que una persona culta hoy debe conocer sobre Química y sobre Física. Pero si quiere dar sentido a su vida deberá añadir unas cuantas cosas más.
*
"Roger Kornberg “La gente se resiste a la idea, pero la vida es solo
química”" El País
https://elpais.com/elpais/2019/07/08/ciencia/1562590067_810342.html
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