Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Egipto
se repliega sobre sí mismo y continúa su guerra particular por controlar la
imagen exterior. Esto ha sido una constante e inútil batalla destinada sobre
todo a la creación de un estado interior de irritación contra el mundo que ha
sido hábilmente manipulada por el régimen egipcio.
El principio
general —ya lo sabemos— es que el régimen actual "salvó" al país
recuperando la revolución del pueblo de los manipuladores internos (los islamistas)
y de los destructores exteriores, todas aquellas fuerzas del mal (según los
días son Occidente, Turquía, Israel, Qatar e Irán) que quieren la destrucción
de Egipto y el Islam. Este es el marco que se forja a los ojos de los egipcios,
convencidos de la providencialidad salvadora de su presidente, encarnación de
los valores y virtudes que definen la raza.
Convencidos de que no hay nada más importante que ser "egipcio", los
regímenes han explotado esta veta nacionalista de la diferencia y de la envidia
mundial. Y funciona.
La
última meta del régimen —no podía ser otra— es la institucionalización de la verdad,
convirtiéndola en verdad oficial y teocrática. Eso implica que, como los
sermones de los viernes en las mezquitas controladas por el estado, los medios
deben repetir la visión y la palabra que se crea desde el poder y se transmite
a la sociedad.
En
término internos, implica que los medios o profesionales que no se plieguen a
la verdad oficial serán cerrados, bloqueados o multados. Son ya más de 400
medios bloqueados porque el gobierno egipcio es quién decide quién dice la
verdad y quién es un traidor a la sagrada patria, cuna del mundo y faro del
universo. El despido del director del principal diario independiente, Al-Masry Al-Youm, del que dábamos cuenta
aquí hace unos días ha sido otra muestra más de este deseo de control absoluto,
reduciendo la información en Egipto a un canto a su presidente y sus glorias.
Ahora,
tras la farsa de las elecciones, denunciada por toda la prensa internacional,
toca ajustar cuentas con los enemigos y empezar los "juicios" contra
aquellos herejes, brujas y demás fantasmas que el régimen ha esgrimido ante los
ojos de los enfervorizados defensores de la patria. Y le ha tocado, a la BBC.
Para el
régimen y sus estrategia de control de la información es esencial la escenificación de la censura según un
guión de afrentas y mentiras contra el país, de conspiraciones internacionales,
de intrigas rocambolescas con las que los egipcios ha sido y siguen alimentados
desde el poder. Son los "juicios de la verdad".
En
Egypt Independent nos dan la siguiente información sobre el caso:
A Cairo court held a hearing session on Tuesday
in a lawsuit that seeks the revoking of the BBC’s office in Egypt, local media
reported.
The lawsuit memorandum claimed that the BBC
regularly broadcasts ‘false and fabricated news’, in an effort to destabilize
Egypt and deliberately distort Egypt’s image especially in the field of human
rights.
Recently, the Cairo Court for Urgent Matters scheduled
April 10 as the date for the first hearing into the lawsuit for the closure of
Cairo’s BBC office, and the revoking its license to operate in Egypt, state
news Al-Ahram reported.
Lawyer Mohamed Hamed Salem filed the initial
lawsuit, coming after a BBC report entitled ‘The shadow over Egypt’, which
addresses the country’s human rights conditions and alleged torture.
In response to the report, Egypt’s official
State Information Service (SIS) said that report contains “lies and
allegations.” On March 7, the SIS handed the BBC’s Cairo bureau chief a
‘protest note’ over the report, which was written by BBC journalist Orla
Guerin.
”The author of the report, Orla Guerin aimed to
impose her biased personal views and impressions through the report, she committed
violations to internationally recognized professional norms, and those of the
BBC itself,” the SIS statement read.
‘The Shadow over Egypt’ includes interviews
with families of alleged victims of torture and enforced disappearances
conducted by security apparatuses.*
Hay que leer varias veces esto para comprender cómo el
régimen egipcio antepone su mentalidad autoritaria y monopolística de la
"verdad" a cualquier otra consideración. La expulsión de la BBC (que
es lo que se busca inicialmente) es una forma de intimidación a la prensa internacional.
La tantas veces mencionada orwellización egipcia se concreta cada vez más en
estos casos con los que se pretende enjuiciar a una cadena de televisión por su
supuesta conspiración para "desestabilizar Egipto". Una vez más el
gobierno egipcio hace el ridículo (no hay otra forma de expresarlo)
internacional intentado imponer esa seriedad solemne del que se siente
investido por la mano de Dios y de la Historia en el caso de que separan ambos
conceptos.
Lo que van a obtener es declaración solemne de sus jueces "confirmando"
que se quería "desestabilizar Egipto" diciendo cosas que muchos otros
han dicho, igual que en el caso del director de Al-Masry Al-Youm. Pero el peso
de la BBC es atractivo. Como solo se va a jugar en casa —en los tribunales
egipcios—, todo lo que allí se diga se elevará a rango de verdad universal.
Han sido el propio presidente al-Sisi y el presidente del
Parlamento los que han denigrado la idea de derechos humanos diciendo que no
eran adecuados para Egipto, en el primer caso, y que la libertad de expresión
era una molestia, en el caso del ilustre jurista Aal. No se lo ha inventado
nadie. El Parlamento Europeo condenó a Egipto recientemente y se ha preocupado
por la situación derechos humanos. Italia retiró durante meses a su embajador
por el caso sin resolver oficialmente del secuestro, tortura y asesinato de
Giulio Regeni.
Egipto sigue poniendo en libertad a los que se condenó en
tiempos con otro sentido de la justicia, como ha ido ocurriendo con los
condenados en la época de Mubarak o rejuzgando y absolviendo al propio dictador
o a sus ministros e hijos, causantes del levantamiento popular de 2011. Ha
rebajado las condenas a asesinos a sangre fría, como el oficial de policía que
mató en plena calle a Shaimaa al-Sabbagh, la mártir de las flores, cuyo único
delito fue intentar poner unas rosas en memoria de los caídos en enero de 2011,
hoy considerados traidores vendidos a potencias extranjeras para "desestabilizar"
a Egipto.
El régimen de al-Sisi es autoritario
por su acciones y cada vez más totalitario por sus ideas, que son traspasadas a
la sociedad. Han llegado a la conclusión que la democracia, que los derechos
humanos, etc. son formas que Occidente impone para destruirlos y que su forma
nata de gobierno es el caudillaje fascistoide. Pero la incongruencia es que
necesitan del dinero de inversores y turistas, algo para lo que tienen que transmitir
una imagen beatífica, algo que no solo no logran sino que se ven cada vez más alejados
de ella. La imagen que crean y que irá en aumento es cada vez más oscura y
siniestra.
La farsa electoral, repudiada por la propia oposición
democrática, no les ha hecho ganar ninguna simpatía o prestigio exterior. Al
mundo no le convencen esas victorias del 97%, que considera propias de
dictadores. Y esa es la imagen real que el gobierno egipcio confirma con cada
acción con la pretensión contraria.
Se inicia ahora otra farsa farisea, con la BBC en el
banquillo, en la que pretenden exponer ante el pueblo y ante el mundo que todos
les "odian" porque son "egipcios", por pura envidia.
También eran envidia las críticas al presidente perfecto que decían tener.
Al-Sisi se ha manifestado como un militar más que aprieta con mano firme, que
reprime todo aquello que se le opone, y que ha construido un Egipto falsamente
estable por exclusión de todos los que no están de acuerdo con él, que ha
recuperado a los miembros del régimen anterior y con el que la juventud del
país no quiere saber nada.
Si los egipcios están contentos con ello, es cosa suya. Con
el juicio a la BBC, el gobierno egipcio da otra muestra más de arrogancia. Pero
fuera no mejorará absolutamente nada su imagen y sí, en cambio, empeorará. Como
el objetivo final no es la verdad, sino aislar a Egipto de las fuentes
exteriores estigmatizándolas, no conseguirá gran cosa.
La creación de comités de vigilancia de los medios puede ser eficaz en el interior, pero estas formas para cerrar medios que no se ajusten a la visión oficial no funcionan fuera. Egipto vuelve a estar en los titulares por sus errores.
*
"Egypt’s judiciary begins hearing of lawsuit aiming to halt BBC’s
work" Egypt Independent 10/04/2018
http://www.egyptindependent.com/egypts-judiciary-begins-hearing-of-lawsuit-aiming-to-halt-bbcs-work/
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