A veces
las historias se tuercen claramente en un punto. Desde ahí, todo cambia y lo
que antes iba bien pasa a convertirse en un estropicio continuo. Aquí hemos
comentado la historia de Hisham Geneina, que pasó de ser el Auditor General del
Estado a caer en picado hacia la nada egipcia, que es peor que cualquier otra
nada. Así nos lo advierte desde el titular de Egyptian Streets: "Egypt’s
Former Top Auditor Hisham Geneina Referred to Military Trial".*
La
desgracia de Hisham Geneina comenzó cuando, llevado por su eficacia auditora,
decidió llevar a números lo que la gente estaba acostumbrada a escuchar con palabras:
la corrupción. A todo el mundo se le llena la boca de fórmulas para combatir la
corrupción, calificarla como "lacra", etc., pero de ahí a poner una
cifra va un enorme trecho. Y Hisham Geneina pensó ingenuamente que poniéndoles
número la gente comprendería su magnitud. Y efectivamente así ocurrió.
Lo
primero que hicieron fue llamarle mentiroso y despedirlo para después acusarlo
de intentar difamar a Egipto (la acusación de moda). Por ello se le mandó a los
tribunales. En julio de 2016, The New York Times lo resumía así:
CAIRO — Egypt’s former top auditor, who was
dismissed after he said that corruption had cost the country $68 billion over
four years, was sentenced to jail on Thursday for spreading false news, court
officials said.
The auditor, Hisham Geneina, who had overseen
the Central Auditing Organization, was fired by President Abdel Fattah al-Sisi
in March. The president then appointed a fact-finding commission that quickly
concluded Mr. Geneina had misled the public by overestimating the scale of
corruption.
Mr. Geneina was also fined $2,200, according to
court officials.
“This is the maximum penalty, and we will
appeal,” his lawyer, Ali Taha, said.
Mr. Geneina, who did not attend the court
session, said in an interview last month that he had done nothing wrong. He
contended that he was being prosecuted to discourage others from speaking out
in Egypt, which he said was increasingly in the grip of the security agencies.
Mr. Sisi has made fighting corruption a
priority for his government as it struggles to rebuild an economy battered by
political turmoil since the 2011 uprising that deposed President Hosni Mubarak.**
Puede que a algunos les sorprenda esta forma peculiar de "combatir"
la corrupción, pero muestra claramente las prioridades. No se entiende muy bien
cómo se puede saber si se tiene éxito en el combate contra la corrupción sin
saber si aumenta o disminuye, pero eso son menudencias para el gobierno
egipcio, al que no le preocupan las cantidades sino exclusivamente la imagen.
En realidad no todos tienen interés en combatir la corrupción porque viven de
ella, pero a todos (incluidos los corruptos) les interesa que se diga que se
está combatiendo. Eso hace que todos se relajen un poco y permite a los
corruptos trabajar más tranquilos.
Convertido en un traidor y mentiroso difusor de mentiras
difamatorias, Hisham Geneina decidió pasar a la acción y se le ocurrió aliarse
con el candidato Sami Anan, ex jefe militar, en su aventura política hacia la
presidencia, un caso esta vez de ciencia ficción. Como recordarán los lectores,
Sami Anan fue detenido tras proclamar su candidatura y llevado ante tribunales
militares por sus ex compañeros del Ejército. Al contrario de lo que él pensaba
después de unos cuantos años alejado, los militares no le habían dado de baja; pese
a haber creado y presidido un partido político, le seguían considerando de la
familia. Las acusaciones fueron, claro, haberse presentando como candidato
siendo militar y las derivadas: intentar separar al pueblo y al Ejército. Esta
es una de las acusaciones más ingeniosas elaboradas por el régimen egipcio, y
el listón está muy alto.
En este periodo, Geneina recibió una paliza en mitad de la
calle cuando un par de coches se le atravesaron en el camino. Se bajaron con
palos y le propinaron una paliza. La versión oficial que la Policía intentó
hacer buena era que se trataba de un incidente "normal" de tráfico.
Quien recibió los golpes no opinó lo mismo. Pero aquí comenzaron de nuevo los problemas.
Egyptian Streets
nos cuentan lo ocurrido y por qué va a ir a juicio en unos días:
The former head of Egypt’s Central Auditing
Organization (CAO) Hisham Geneina has been offered to a military trial on
Thursday and will stand before the judges in the first trial on 16 April.
Besides being the former head of CAO, Geneina
also was set to be the vice president of former presidential hopeful and
ex-general Sami Anan.
Geneina was arrested in February after he had
made press comments to the HuffPost Arabic. Geneina revealed in his press
statements that Anan is in possession of documents against the military leaders
and the current regime, further threatening that these documents will be
released if Anan got assassinated during his imprisonment.
In response, the military said that Geneina’s
statements aim at stirring suspicions against the state and its institutions,
particularly in a time when the Armed Forces is combating terrorism in North
Sinai. The statement further stressed that the military will use all its
constitutional and legal rights to take the necessary procedures against
Geneina and Anan.*
Como se puede apreciar, el problema de Geneina es siempre el
de ser demasiado claro. Para él no debe existir la prudencia o no debe
controlar las fórmulas en las que los demás puedan leer entrelíneas. El paso de
la claridad a la imprudencia se acaba pagando como le ocurre a Hisham Geneina.
Pero las cosas se han complicado porque en sus declaraciones,
con las que pretendía proteger la vida de su jefe Sami Anan, lo que hacía
realmente era dejarle en evidencia. El que tenía los documentos comprometedores
era Anan y Geneina se limitaba a advertir a las autoridades egipcias de lo que
podía ocurrir si moría en la cárcel.
Pero esta defensa le comprometía:
Anan’s lawyer Nasser Amin stated previously
that Geneina’s comments are baseless and false, further adding that he will
take legal procedures against anyone who makes press statements citing Anan.*
Se queda Geneina entre Pinto y Valdemoro, rechazado por Sami
Anan por hablar de más y juzgado por los militares por lanzar acusaciones
falsas contra los líderes militares, es decir, "contra el Estado y sus
instituciones" como señalaba el texto.
Pero, por si esto no fuera ya bastante lioso, y en Egipto no
se dejan cabos sueltos, entra otro personaje, el periodista que entrevistó a
Hisham Geneina para el HuffPost Arabic:
The journalist who conducted the interview with
Geneina is currently arrested as well after the latter had accused the
journalist of interviewing him without his consent and knowledge. However, the
journalist said during the investigations that he informed Geneina and his
family of the interview and it was shot by a professional camera.*
¡Ya no se puede fiar uno de nadie! Resumiendo, Sami Anan le
dice algo a Geneina que este usa para intentar ayudarlo pero que se vuelve
contra los dos. Para colmo, Geneina se lo ha contado a un periodista que lo ha
contado a sus lectores y que es acusado ahora de haber usado esa conversación
sin especificar que estaba realizando una entrevista.
Si realmente Geneina no sabía que estaba hablando con un
periodista o que le estaban haciendo una entrevista, su imprudencia es
mayúscula porque entonces ¿para qué lo hacía? Se puede entender que se lo
cuente a un periodista, pero que se lo cuente al primero que pasa ya se aleja
de la realidad. Aunque la realidad debe ser que las estrategias de los abogados
para salvar a sus clientes de las mayores penas van por parecer idiotas, que a
veces funciona.
La pena nos la da el periodista, que iba tan contento con su
notición y acabará mal. Esperemos que lo que tenga grabado le pueda servir de
prueba. Tampoco hay que confiar mucho, porque recientemente se ha condenado a
un periodista por recoger información publicada en The New York Times. Después
de eso, todo es posible.
Egypt Today cerraba ayer su información citando las palabras
del portavoz militar:
Military spokesperson Tamer el-Refai said that
the Egyptian army will investigate Geneina’s statements, saying that they drive
a wedge between the Egyptian army and the citizens amid a war against
terrorism. He added that the army will act according to the right granted to it
by the constitution.***
Egipto ha creado una nueva ficción jurídico patriótica: uno
debe estar unido amorosamente a su Ejército y si alguien realiza alguna crítica o
insinuación puede ser acusado de intentar romper el romance eterno, delito
contra la Historia y la Patria. Eso implica, por otro lado, que todo lo que haga el
Ejército, de sus jefes a sus soldados, hagan
está bendecido por Dios, es decir, es incuestionable. Y si alguien lo hace, ya
sabemos cómo acaba. Todos deben repetirse que Ejército, Estado y Pueblo son los tres lados de la pirámide y que cualquier cuestionamiento de las relaciones tripartitas es un crimen contra la patria. Geneima comenzó ofendiendo al "estado" al denunciar y poner precio a la corrupción. Continúo diciendo que Anan tenía "documentos" que probaban malas prácticas, delitos, etc. del amoroso Ejército para con su pueblo en 2011. Ahora va a ser juzgado por los militares por haber dicho lo que Anan tenía o sabía.
Geneina, Anan y el periodista forman una cadena absurda solo
posible en un contexto que lo ha elevado al rango de normalidad. La anormalidad
surge desde el momento en que se eliminaron, con unas excusas u otras, la
posibilidad de ser candidatos todos los que eran o habían sido militares —Shafiq,
Aman y el coronel Ahmed Qonsowa— con el mismo argumento esotérico: no "separar"
al pueblo y al Ejército. El argumento es una mitificación inicial de la institución, tras la que todo se enreda. En muchos países existen limitaciones legales para
que se presenten a las elecciones militares, jueces, etc. Para ello deben
renunciar, pero el Ejército egipcio no contesta las solicitudes de baja o no
admite que alguien se jubile (caso de Anan) para poder acusarlos primero y
detenerlos después. En el fondo lo que quieren es que solo haya un uniforme en danza. El Ejército se crea su propia baza ganadora y nadie quiere que se distraiga a la perdiz con varios reclamos antes de ponerse a tiro.
Algo intuíamos en la triste historia del señor Hisham Geneina, algo nos parecía que no acaba en su primer absurdo, el de ser condenado por denunciar la corrupción y poner la cantidad. No gusta mucho al poder la claridad. Sí, en cambio, gustan lo contrario, la retórica general. Geneina no ha acabado aquí. Es un error más del régimen egipcio, algo que le complicará más la vida. Como le está ocurriendo con el cierre, bloqueo, etc. de medios y la presión sobre los periodistas.
Pero de eso nos ocuparemos mañana.
*
"Former Graft Fighter in Egypt Is Sentenced to Jail" The New York
Times 28/07/2018 https://www.nytimes.com/2016/07/29/world/middleeast/egypt-hisham-geneina-jailed.html
**
"Egypt’s Former Top Auditor Hisham Geneina Referred to Military
Trial" Egyptian Street 12/04/2018
https://egyptianstreets.com/2018/04/12/egypts-former-top-auditor-hisham-geneina-referred-to-military-trial/
***
"Hisham Geneina to appear before military court on April 16" Egypt
Today 12/04/2018
https://www.egypttoday.com/Article/2/47571/Hisham-Geneina-to-appear-before-military-court-on-April-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.