Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La tormenta
esta anunciada y se veía en el horizonte. El conflicto de Donald Trump con los
expertos en Seguridad Nacional, aquellos que tienen como función la asesoría en
un determinado aspecto dentro, tendría que estallar con el tipo de acción característica
del presidente: el insulto y la descalificación. Eso lleva a un terrible
problema con dos caras: la primera es la personal, la de las personas cuyo
servicio a su país les trae ataques infundados desde la ira presidencial; la
segunda es el hundimiento de la propia idea de seguridad nacional que se
produce por el desprestigio de las
personas que deben velar por ella si se sigue al presidente.
Uno de
los patrones de las actuaciones de Donald Trump es deshacerse de los que no le
han respaldado, le han criticado o no le han adulado lo suficiente. El estilo
de Trump en estas situaciones, de sus abogados a sus asesores militares, ha
sido el mismo: una campaña de insultos y desprecios que dura hasta que el tema
queda fuera de la agenda. Trump es una máquina destructora que lanza
insinuaciones, dudas sobre las personas o directamente insultos y
descalificaciones. Da igual que le hayan servido más o menos tiempo, el que se
va lo padece. El grado de ataque está en función de lo amenazado que se sienta
el presidente con la marcha, publicaciones de libros, artículos, entrevistas,
etc.
La CNN
recoge la situación tras la declaración de la persona que ocupaba su puesto
como experto en Ucrania cuando el presidente hizo la ya famosa llamada a su
homólogo ucraniano con la idea de no liberar parte de los fondos hasta que no
le trajeran información negativa sobre los Biden:
Lt. Col. Alexander Vindman departed Capitol
Hill after dark on Tuesday after spending more than 10 hours detailing his
concerns at President Donald Trump's handling of foreign policy. The next
morning he returned to his desk as Trump's top Ukraine expert.
The swift return to work for one of the
impeachment inquiry's central witnesses -- who the President and his allies
decried as a "never-Trumper" with ulterior motives, even as he
remains on the President's National Security Council staff -- illustrates the
predicament facing staffers as the proceedings advance.
The impeachment crisis that's consumed the
White House is causing new turbulence at the National Security Council, where
officials are wondering whether their efforts are being undermined and worry
the President could sour on the entire body, ignoring its expert advice as he
fumes about its role in the current crisis.
Already a bumpy workplace under Trump, the
National Security Council's career civil servants now find themselves under
fresh scrutiny from an already-skeptical President and his inner circle.*
Que Trump encuentre siempre su línea de defensa en la
"inutilidad" o incluso la "traición" del personal de la
Casa Blanca, sus asesores militares, civiles, etc. es un peligro para el propio
país y especialmente desmoralizador para los que cumplen sus funciones, que ven
que el asesoramiento o la simple observación es motivo de futuros ataques y
descalificaciones cuando el presidente se tiene que justificar.
Ha habido muchos presidentes cuestionados en sus decisiones
por todo el mundo, pero creo que el caso de Trump es diferente y, sobre todo,
bate todos los records en este sentido. No creo que haya una presidencia en el
mundo ni, por supuesto, que la haya habido en los Estados Unidos. Creo que
nadie sensato la desea para el futuro.
Para muchos esta presidencia es eterna en su duración pues
viven bajo el temor de ser puestos en el foco del presidente por cualquier
circunstancia. En un sistema como el norteamericano, pleno de vistas, sesiones,
etc. en donde los legisladores controlan y la presidencia por sus propios
poderes, ser llamado a declarar en cualquier vista que comprometa a la
presidencia está siendo una tensión difícil:
"After more than a year of service at the
National Security Council, Mr. Morrison has decided to pursue other
opportunities -- and has been considering doing so for some time. We wish him
well," a senior administration official said in a statement.
Sources familiar with the situation at the
council say there is a sense of anxiety among some staffers as they see their
colleagues and State Department officials being called to the Capitol Hill to
testify in the ongoing impeachment inquiry that has prompted unfounded personal
attacks from Republican lawmakers, some in the West Wing and even the President
himself.
Trump's virulent response to Vindman's
testimony -- asserting without evidence the National Security Council's top
Ukraine expert is a "never-Trumper" with questionable motives -- sent
a cold chill through the council's suite of offices in the Eisenhower Executive
Office Building adjacent to the West Wing.
Inside the nearly 150-year-old building next to
the White House where the National Security Council is housed, the mood has
shifted dramatically.
¿Es normal esto? En la época Trump parece que sí. El estilo
de la presidencia ha sido calcado del estilo de la persona, es decir, el peor
estilo, aprendido desde la soberbia y desprecio del adinerado de nacimiento,
acostumbrado a que los demás asuman sus errores y pataletas.
Si repasamos los tres años de su presidencia, vemos que ha
estado sacudida por los escándalos personales que llegaban de fuera, como los
de compras de silencio sobre sus actividades sexuales y denuncias de acoso,
hasta la personalización de los asuntos nacionales, como es el caso de la
crisis ucraniana en la que ha involucrado a un tercer país para conseguir su
objetivo de seguir en la Casa Blanca. Entre ambos, hay muchos otros de
diferentes matices, como los producidos con sus ex asesores o ex abogados que
establecen una continuidad entre lo ocurrido anteriormente y lo que ocurre
ahora.
El diario El País nos introduce en una maldad más de los
republicanos en la estrategia de hundir a los que cumplen con su misión asesora
o de registro de lo que sucede:
El testimonio prestado por el
teniente coronel del Ejército de Estados Unidos Alexander Vindman le ha
reportado durísimas críticas por parte de miembros del Partido Republicano y de
medios afines a las políticas de la Casa Blanca de Donald Trump. Si algunos
congresistas ponían en duda el patriotismo del hombre que tiene una Cruz
Púrpura por su valor en combate, en la cadena Fox iban un poco más allá y, la
comentarista política Laura Ingraham llegó incluso a insinuar que Vindman
podría ser un agente doble trabajando para el Gobierno ucranio.
En defensa del militar ha salido
Liz Cheney, representante republicana por Wyoming e hija mayor del
vicepresidente más poderoso y tal vez más criticado de la historia de Estados
Unidos, Dick Cheney. Cheney condenó los ataques de los que estaba siendo
víctima el laureado militar y los calificó de vergonzosos. “Es vergonzoso
cuestionar el patriotismo y la dedicación al país de gente como el teniente
coronel Vindman”, declaró Cheney.**
Los republicanos está en la senda más peligrosa de todas,
tanto para ellos como para su país, la de hundir a personas fieles e
instituciones. Desde que Trump llegó a la Casa Blanca, hemos insistido en
muchas ocasiones en la responsabilidad republicana, ya que fue el colegio
lectoral quien le dio paso y no el voto popular, con más de dos millones y
medio de votos menos que Clinton. Eso dejaba en manos de los republicanos la
decisión. Pero el poder es cegador y obliga a realizar extraños cálculos, a
perder el sentido de la Historia y solo mirar el presente, algo por definición
esquivo.
De nuevo, los republicanos están asumiendo una parte que les
acabará pasando factura en el futuro. Por mucho que se empeñen en salvar a
"su presidente", corren el riesgo —y muchos los saben— de que ocurra
lo impensable. Los escándalos de Trump, incluso su delito si se estima así, son
la gasolina a falta de la cerrilla definitiva que haga volar todo por los
aires, con la crisis consiguiente.
Lo que está sobre la mesa es el paso de un sistema
presidencialista a uno personalista, que es lo que le acerca a modelos más
oscuros. Trump no llegó a la "presidencia", la desalojó sin
miramientos. La presidencia no es una persona sino la cima de una estructura
montada precisamente para evitar que se convierta en una especie de monarquía
absoluta delirante. Por eso existe el "impeachment", para evitar que
un presidente crea que el país está a su servicio y que puede hacer lo que
quiera con leyes e instituciones.
*
"National Security Council staffers uneasy, fear Trump backlash" CNN
30/10/2019
https://edition.cnn.com/2019/10/30/politics/national-security-council-donald-trump-impeachment/index.html
** "La investigación contra Trump por el escándalo de Ucrania entra en la fase pública y oficial" El País 31/10/2019 https://elpais.com/internacional/2019/10/30/estados_unidos/1572464138_809800.html
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