Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
titular del diario El País actualmente en su edición digital señala "Las
sospechas acorralan a la candidata de Macron a comisaria europea". No es
el primer caso en el que se recela de los candidatos presentados; tampoco será
el último. En realidad estamos asistiendo al fenómeno del "candidato
inconveniente", es decir, los propuestos se revelan como un tanto
"oscuros", con trayectorias políticas más o menos claras, pero con
una vida en paralelo en la que las sombras de corrupción resaltan en cuanto que
se explora un poco.
Las
preguntas son muchas y se centran en dos aspectos, en la promoción de las
personas y, en una segunda fase, en su selección para cargos en los que pueden
resultar peligrosos al conocerse sus antecedentes.
Hoy la
clase política como conjunto está sometida a sospecha y parte de la crisis que
vivimos proviene del recelo de los electores ante los candidatos que se les
presenta y a los resultados de su gestión. Se acaba de enterrar gloriosamente a
Jacques Chirac y muchos han recordado que junto al gran político había zonas
muy oscuras que salpicaron de escándalos su trayectoria. Sin salir de Francia,
de Macron a Chirac, que ya son unos años, Sarkozy y Hollande, tuvieron también
lo suyo con temas propios o de las personas que nombraron.
El
diario ABC titulaba el año pasado "La corrupción desborda Francia: Chirac,
Sarkozy, los Le Pen y ministros de Hollande y Macron, señalados" y
aclaraba "Sarkozy, presidente de Francia entre 2007 y 2012, ha sido
detenido este martes para ser interrogado por la policía de la Oficina Central
para la lucha contra la corrupción".
La foto de Chirac junto a un imberbe
Nicolás Sarkozy, nos traía algo del problema, la gente que ha hecho su carrera
en la política, que están desde los 18 o 20 años entre despachos y pasillos, de
las sedes a las consejerías, buscando cómo colarse en el sistema, cómo ascender
a los puestos clave mediante alianzas, amistades e intereses comunes. La
política, en fin, se ha convertido —a los ojos de muchos— en un gigantesco
negocio, una forma empresarial de conseguir beneficios aprovechándose de las
situaciones o la forma en que la honestidad desaparece ante las constantes
tentaciones de enriquecimiento. Luego llegan los momentos en los que todo se
destapa.
Las
alianzas de los partidos para mantenerse limpios de corrupción no funcionan.
Prefieren esperar al siguiente escándalo del otro lado para rentabilizarlo
políticamente, electoralmente. Es como jugar a la ruleta rusa en la que cada
uno aprieta el gatillo a ver si hay suerte y la bala le toca al otro. Pero al
final les toca a todos y los electores, que generalmente buscan la honestidad y
la confianza en quienes eligen se ven defraudados.
Los
populismos surgen de esa frustración en la que la conclusión final es que nadie
está limpio y deben llegar personas tan "limpias" como un Donald
Trump a regenerar a la clase política desde el poder. Esto es otra perversión,
porque los que llegan solo lo utilizan de forma retórica y suele haber muy
pocas purgas. Los corruptos ajenos son siempre un buen argumento para conseguir
votos y poder.
La
candidata de Macron, de la que se nos habla en El País, ha pasado por un
interrogatorio en el que se le ha hecho sudar dando explicaciones:
Sylvie Goulard vivió este miércoles tres
horas interminables. La candidata del presidente francés, Emmanuel Macron, para
desempeñar el cargo de comisaria en el próximo Ejecutivo europeo de Ursula von
der Leyen se sometió a un examen sin tregua por parte de los eurodiputados, que
le recordaron las irregularidades en el pago de sueldos a sus asistentes cuando
era europarlamentaria y su bien remunerado trabajo en un think tank
estadounidense. La aspirante rechazó las acusaciones, pero no obtuvo por ahora
la aprobación de la Cámara.
“Estoy limpia”, proclamó a los cuatro vientos
la aspirante francesa a comisaria de Mercado Interior. Enfrente, los
eurodiputados pidieron a Sylvie Goulard explicaciones ante las sospechas de
corrupción, por las que no ha sido condenada pero que ya provocaron un primer
dolor de cabeza a Macron en junio de 2017, cuando le costaron la dimisión como
ministra de Defensa solo un mes después de su nombramiento.*
Que
Macron proponga para Europa a una persona que tuvo que dimitir un mes después
de ser nombrada sitúa la cuestión, de forma directa, en el ascenso político, en cómo individuos dudosos (y más que dudosos)
llegan a puestos muy elevados. El tema es hoy capital pues el ascenso político
y las redes de intereses que llevan a personas poco adecuadas a los cargos
esenciales acaba en pasando factura a las personas e instituciones, minando la
confianza en el sistema.
El
problema es que la aparición de nuevos escándalos a los que llegaron al poder
escandalizados es solo cuestión de tiempo. No es ninguna novedad que quien
grita sea poco después gritado por sus opositores encontrando en ellos los
mismos vicios que denunciaron.
A mi
modo de entender, la causa está en la transformación de la política misma. La
corrupción, evidentemente, no es algo nuevo. Es mucho mayor en las dictaduras,
que se suelen construir sobre estructuras de intereses que se apoderan del
estado, de las administraciones para beneficiarse personalmente y comprar las
voluntades y apoyos mediante la extensión del "negocio" a personas
que van haciéndose con los beneficios y hundiendo a los países. Pero lo que es
"normalidad" dictatorial debería estar alejado de las democracias,
pues en algo se deben diferenciar. Una urna visitada con más o menos frecuencia
no es la democracia. Es mucho más: ideas, valores, creatividad, solidaridad, justicia.
El
problema está en que para muchos que llegan a la política las formas no
importan y solo importa el poder. La perversión de este pensamiento ha llevado
a la pérdida de la honestidad de muchos, que buscan hacer carrera y van vendiendo parcelas o acciones de su alma a los
que llegan a tentarles.
Casi
todos los partidos están compuestos en sus bases por personas idealistas que
acaban en manos de sujetos manipuladores, ambiciosos, que los utilizan para
ascender en la escala interna hasta llegar a los mejores puestos posibles.
Llegados a ellos su función es acercarse a los que pueden ascender más que
ellos y así seguir beneficiándose.
Que las
varias propuestas hechas a los diputados europeos hayan sido rechazadas no es
una buena noticia. Significa que los gobiernos mandan a Europa a personas que
no deberían ser propuestas. Europa se merece los mejores candidatos; los
necesita. Serán garantía para todos. Si empieza a cundir la idea entre los
europeos que lo que los gobiernos proponen es a personas sospechosas de
corrupción, de haberse beneficiado de puestos anteriores o de haber beneficiado
a otros desde sus cargos, se resentirá la credibilidad y el entusiasmo
europeísta. La gente encontrará en Europa los mismos males que condena en sus
propias tierras.
El
problema es en qué cubo se pescan los candidatos. Hace mucho que los méritos
que llevan a la política no son los que debieran. Si en cada proceso de
selección de candidatos, de los más humildes a los grandes cargos, primara la
honestidad no tendríamos estos problemas constantes. A lo que asistimos, por el
contrario, es a una selección negativa: conforme se asciende nos encontramos
con los candidatos más oscuros porque han llegado al poder de forma oscura.
Muchas
veces no son ellos, sino los que les auparon los que buscan formar parte de la
cadena de decisores, de personas que actúan a su alrededor beneficiándose o
beneficiando a otros.
El daño
que todos hacen es enorme. Hay que recuperar la honestidad y la inteligencia,
la voluntad de servicio, como valores ético políticos. Por eso lo de Trump es un muy mal ejemplo, y acabará mal, como era previsible.
Hemos introducido durante
años valores muy distintos y ahora lo pagamos en todas partes, en Francia, España o cualquier sitio. Si las dictaduras no pueden librarse o incluso fomentan la corrupción; las democracias no pueden nunca considerarla como un "mal necesario" o cuestión partidista,
Hay que vigilar el "ascensor político", revisar en qué plantas se ha ido parando en su recorrido hasta la cima. La vieja foto de Chirac y Sarkozy dice mucho sobre la vida política.
*
"Las sospechas acorralan a la candidata de Macron a comisaria
europea" El País 02/10/2019 https://elpais.com/internacional/2019/10/02/actualidad/1570042034_475819.html
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