Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
presión crece alrededor de Donald Trump con la aparición de un segundo
informante sobre sus actividades de presión sobre el presidente de Ucrania para
conseguir información que perjudicara a su posible contrincante, el antiguo
vicepresidente con Barack Obama, Joe Biden, su rival más firme en la carrera
por la Casa Blanca.
Lo
hecho por Trump es claramente un abuso de poder, por un lado, pero es también
un insólito caso que deja en evidencia el poco sentido del Estado que tiene. Es
difícil encontrar un caso similar a este en la política norteamericana o en un
país democrático. También es que el presidente de un país democrático presione
a otro, jugando con sus ayudas, para obtener información contra su rival
presidencial. Todo es único con Trump.
La CNN
reconoce esto cuando da los datos de las encuestas realizadas sobre la
posibilidad del impeachment en marcha:
The poll numbers are in on impeachment, and
it's not good news for President Donald Trump. A clear plurality of Americans
approve of the House's impeachment inquiry into Trump, and they are split on
whether they want to impeach and remove him from office.
Americans are more eager to impeach Trump now
than they were at similar points in the impeachment sagas of Bill Clinton and
Richard Nixon.
Impeachment actions usually start off as being
unpopular with the American public. After the House voted to start an
impeachment inquiry of Clinton in October 1998, a CBS News/New York Times poll
found that 45% approved and 53% disapproved.
But with Trump, those numbers are reversed. In
an average of polls taken since House Speaker Nancy Pelosi announced a formal
inquiry last week, 51% support an impeachment inquiry. A minority, 44%, are against it.*
Las
cifras comparadas dejan claro que Trump se encuentra en una posición
complicada. Sus mensajes a pie de micrófono, además, son confusos. Por una
parte dice que no le importa nada Biden, pero por otra insinúa que tiene mucho
que decir sobre él.
Lo que
se ha aprendido en estos años sobre el funcionamiento político de Trump permite
explicar este comportamiento. Siempre ha usado la insinuación para
desprestigiar a sus contrarios afirmando que "tiene mucho que decir",
que "si él quisiera contar lo que sabe", etc. acabaría con Joe Biden.
Lo ha hecho en muchas ocasiones y no iba a dejar de hacerlo ahora.
El
periodista Chris Cillizza, de la CNN, titula "Donald Trump, at his
absolute worst", que ya es dejar poco margen para el empeoramiento. Quizá
haya que observar a Trump y describirlo desde parámetros más del naturalista
que del analista político. Escribe Cillizza: «President Donald Trump is clearly angry and shaken --
despite his occasional public insistence that he is neither»** Cuando la
política es tan básica y sus instintos tan primarios, parece factible ocuparse
de otro tipo de marcas para interpretar o analizar la situación. No nos
encontramos ante un estratega o un analista fino de la situación política, sino
ante una persona sin experiencia o ideas políticas que vive de un principio:
todo está mal y él es "el gran arreglador".
Trump
necesita siempre jugar con blancas para arrastrar a todos, pero esta vez hay un
juego que no domina y en el que se encuentra perdiendo. La "despreciable
política" es la que le va a sacar, si nada lo remedia, de la Casa Blanca.
Es
cierto que los mensajes que envía son cada vez más desesperados, que va
perdiendo la calma ante lo que se le avecina. Acostumbrado a estar sobre
sólidos muros, no es capaz de entender que ha sido él quien ha bajado a la
arena que menos domina.
Cuando
surgieron las primeras noticias sobre el caso ucraniano, señalamos que sería
una enorme ironía que fuera este caso el que le perdiera finalmente. La llamada
intimidatoria a un actor sin experiencia política, un cómico metido a
presidente, que se ve amenazado por un presidente de los Estados Unidos que se
cree Dios, que tiene a la clase política arrinconada y a la mitad del globo en
pie de guerra.
Acostumbrado
a hacer lo que quiere y que nadie se le oponga, Trump ha cometido el mayor
error: ser él mismo. Era cuestión de tiempo. Por su lado han pasado asesores
que han durado menos de una semana. Pero experiencias como esa les ha dado
hasta para escribir un best-seller. La constante de todos ellos es que la
presidencia es un toro de rodeo que descabalga a cualquiera que quiera llevar a
los establos de vuelta.
Trump
ha dado lugar en su mandato a todo tipo de historias, desde actrices del porno
a estas historias de las llamadas, que serán finalmente las que no podrá
controlar. Y una vez iniciado el descenso, no será fácil que tenga apoyos a su
lado. Por lo pronto, se enfada mucho, acusa a todos de conspiraciones, de ser espías, insulta a todos los que se le ponen por delante, ya sean políticos, periodistas, etc. La bronca a un periodista de Reuters acusando a los medios de corruptos muestra claramente el estado en que se encuentra.
Su último disparate es decir que "no le importa la política", que solo le importa la "increíble corrupción". Si es su argumento para ir a por Biden justificando lo hecho, no va a llegar muy lejos. Todo se le va de las manos.
De
nuevo, la responsabilidad absoluta de los republicanos que son quienes le llevaron
al poder con el voto del colegio electoral. Trump no tenía que haber llegado
nunca a la Casa Blanca.
* Harry
Enten "Trump's impeachment polling is historically unprecedented" CNN
4/10/2019
https://edition.cnn.com/2019/10/04/politics/trump-impeachment-polling/index.html?iid=ob_lockedrail_topeditorial
** Chris Cillizza "Donald Trump, at his absolute
worst" CNN 2/10/2019
https://edition.cnn.com/2019/10/02/politics/donald-trump-impeachment-finland-news-conference/index.html?iid=ob_lockedrail_topeditorial
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