La noticia está en casi todos los medios españoles. En el
País se nos dice que "El INE seguirá la pista de los móviles de toda
España durante ocho días" desde los titulares. Los teléfonos móviles son
una fuente muy interesante de datos y nos ofrecerán mucha información sobre
nuestra forma de vida y hábitos cotidianos. Seguirnos a todos (los que no
tengan teléfono móvil son tirando a raros y probablemente irrelevantes a los
efectos de lo que se quiere saber) a través del nuestro teléfono es una
operación retórica en la que se toma al dispositivo por el usuario. Siguiendo
al teléfono, se obtiene información de ese ser pegado a él. En realidad, nos
siguen a nosotros, que somos los que les interesamos.
¿Qué se puede saber de los teléfonos móviles? Pues muchas
cosas y muchas otras que se pueden deducir de ellas. Lo que se habrá creado es
un gigantesco corpus de datos que podrá ser interrogado por todo aquel que sepa
plantearle sus dudas.
El diario El País nos cuenta qué harán para conocernos
mejor:
El Instituto Nacional de
Estadística (INE) conocerá cómo se mueven los españoles gracias a sus teléfonos
móviles. Durante cuatro días laborables de noviembre, un domingo y tres días de
vacaciones seguirá los movimientos de los terminales, según confirman fuentes
del organismo. Eso sí, los datos serán completamente anónimos: merced a un
acuerdo pionero en Europa con las tres principales operadoras, el instituto
estadístico recibirá las posiciones agregadas de los números, pero no los
titulares de las líneas. La información es relevante para averiguar cuáles son
los desplazamientos habituales de la población y, por tanto, dónde se deben
prestar los servicios públicos y reforzar las infraestructuras. También se
sabrá adónde van los españoles de vacaciones dentro del territorio nacional. La
operación empezará en tres semanas.*
Con cuatro días laborales, un domingo y tres festivos
tendrán datos suficientes como para conocer un montón de cosas sobre nosotros.
Y no nos dejemos engañar: aunque no se nos identifique nominalmente, lo sabrán
casi todo de nosotros. La cuestión está en que nuestro ego nos hace preocuparnos
por la identificación. Eso hoy son preocupaciones de paleto digital. Nosotros, como
individualidades, no importamos en
realidad. Ser es hacer a los efectos del consumo, que es la otra cara de la producción.
El artículo nos plantea un problema de fondo: la obtención de datos
de los usuarios es cada vez más complicada... y cara. Los usuarios son reacios a
suministrar informaciones a las instituciones y, sin embargo, se dejan comprar
por unas aplicaciones instaladas "gratuitamente" en sus teléfonos que
también son fuentes de datos sobre el comportamiento.
El INE lo va a hacer de una forma más elegante. En vez de
preguntarnos si deseamos ser rastreados, va a hacer que sean las compañías de
telefonía las que se presten al experimento pasándoles los datos de una serie
de días en los que se darán previsiblemente variaciones significativas para mejorar el retrato. La proporción es
clara: de los ocho días cuatro son laborales y cuatro festivos. Con los días
laborables se verán los patrones de los hábitos de desplazamiento laboral. La jornada
laboral es repetitiva y se confirma con esos cuatro días de muestra con
nuestras rutas y repeticiones. Los festivos y vacaciones son otra cosa. Ahí
tenemos diferencias. Trabajo y ocio, esa es nuestra vida... o lo que interesa de ella.
No dicen en el diario que:
Una tercera pata del estudio será
la de los movimientos estacionales. El INE rastreará los desplazamientos en dos
días del verano —20 de julio y 15 de agosto—, el 25 de diciembre y un domingo
de noviembre, el 24.
De esta manera, se podría
apreciar el reagrupamiento familiar con motivo de la Navidad, las excursiones o
traslados de fin de semana o cuáles son los destinos de veraneo por barrios en
las grandes ciudades. Hasta se tendrá noticia de cuántos residentes de Madrid
se dirigen por vacaciones a Benidorm o cuántos de Barcelona a Sitges.*
¿Qué se hace con todo esto? Muchas cosas, dicen. Pero serán
muchas más las que no dice, aquellas que se podrá ir extrayendo según se les
vaya ocurriendo. Como es natural, al principio se nos cuentan los fines nobles;
luego habrá una serie de datos que podrán ser reutilizados, siempre con la
indicación por delante de que no se dan nuestros nombres ni los datos que
permitan identificarnos. Pero en realidad no necesitan para nada nuestros
nombres. Basta con los patrones de las repeticiones.
Las reacciones a través de los comentarios en distintos
periódicos tienden a ser negativas. Por mucho que lo expliquen, a la gente no
le gusta esto de "ser monitorizados" y cuanto más se insiste en el
anonimato más se recela.
Si se nos dice que la gente es reacia a contestar encuestas,
es lógico que no desee que se le hagan este tipo de monitoreos. Las
respuestas de algunos es incluso de boicotear la operación de rastreo. Como se dicen los días en que se
va a hacer el seguimiento, nos dice, ese día se apaga y se deja en casa. Dudo
que haya gente que se pase una semana con el teléfono móvil apagado solo por
fastidiar, pero hay gente para todo. En general, los titulares tienden a la queja por ser algo pactado por el Instituto con las telefónicas prescindiendo de la opinión de los usuarios. Pero parece que no contamos más que como objeto de observación.
Uno debería poder fiarse de las buenas intenciones del
Instituto Nacional de Estadística, sobre todo porque forma parte de nuestras
instituciones y se supone que estas trabajan por nuestro bien e interés. En eso
también nos hemos vuelto escépticos y suspicaces. ¡Qué se le va a hacer!
* "El INE seguirá la pista de los móviles de toda
España durante ocho días" El País 29/10/2019
https://elpais.com/economia/2019/10/28/actualidad/1572295148_688318.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.