Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
No han
tardado mucho en aparecer las primeras recriminaciones a Donald Trump por la
forma de manejar la eliminación de Abu Bakr Al-Baghdadi. Los mismos militares
han rechazado, a su estilo, sumarse al circo de las dramatizaciones usado por
Trump en su comunicado. La CNN titula "LIVE Top US Gen.: No idea
where Trump got 'whimpering' claims" dejando en evidencia su tendencia
teatrera y desconsiderada sobre la operación militar y sus efectos. Trump se ha
querido convertir en el centro magnificando la operación y a sí mismo, lo que
no ha sentado bien en muchos círculos y le es criticado desde la prensa.
La CNN compara las dos fotos, la de Obama en la operación de
eliminación de Bin Laden y la de Donald Trump con Al-Baghdadi y lo hace
titulando "Barack Obama and Donald Trump wanted to watch when two of the
world's biggest terrorists were killed. The similarities end there". En
efecto, las similitudes terminan pronto porque el empeño de Trump de borrar del
mapa de la memoria colectiva y propia la figura de Obama es una obsesión
claramente enfermiza o, si se prefiere, que muestra claramente una enfermedad
en quien la padece.
El análisis comparativo de los dos momentos muestra dos
personalidades distintas y con formas diferentes de ver el mundo. Las fotos
muestran dos espacios y dos mundos. La caótica fotografía del despacho en desde
el que se realiza la operación muestra a un Obama que sigue la operación junto a Hillary Clinton y Joe Biden; es un lugar
de trabajo. Por el contrario, la fotografía de Trump es un mundo clasificado y
jerárquico en el que él se muestra como el centro. Es él quien toma las
decisiones y al que todos se someten; Obama, por el contrario, es más un
espectador curioso si un lugar específico en la habitación.
En la CNN se dice sobre las fotos:
Photographs of the two moments capture leaders on
edge. Trump, stone-faced and formal in a suit and necktie, sits at the head of
a long Situation Room table surrounded by similarly grave advisers, some in
military uniform, as the raid played out on large screens. The literal and
symbolic central figure, Trump projects the sense of authority he has often
craved as commander-in-chief.
The rigid posture and imposing presidential
seal stand in contrast to the photo of Obama, in a polo shirt and windbreaker,
leaning forward as his team huddled around laptops as word came from Abbottabad
that "Geronimo" -- the code name given bin Laden -- had been killed.
Obama, slightly off-center with his chair pushed into a corner, is not the
eye's natural point of focus.
The photos are from different rooms: Trump's
was taken in the John F. Kennedy Conference Room, the iconic command post
famously reproduced in movies and on television shows where presidents are
briefed on highly classified missions.*
La foto es un reflejo y un mensaje. Muestra su visión
"ejecutiva" y "empresarial" de la Casa Blanca. Es la foto
de un anuario de empresa en la que se nos muestra a los responsables. Las caras
de los militares dicen mucho sobre su sentido del posado ante una circunstancia tal.
Trump ha aprovechado el acto para atacar a todos los
presidentes anteriores. Incluso ha restado importancia a lo hecho anteriormente,
reforzando su idea de que todo era un desastre hasta que él, el
"arreglador" llegó. La
frase que cierra el artículo así lo demuestra: «"He
should have been killed years ago," he said of Baghdadi during a speech to
police chiefs in Chicago. "Another
president should have gotten him."»* Menos mal que el cielo le ha puesto
en su lugar para arreglarlo todo.
Para enaltecer a sí mismo, Trump necesita enaltecer a su
enemigo y expresar el derecho de Estados Unidos a humillar a los enemigos. De
esta forma se convierte en un apologista de Abu Bakr Al-Baghdadi solo con el
fin de mostrar su propia "grandeza". "Él" ha hecho lo que
otros fueron incapaces de hacer con el enemigo más peligroso de la Historia.
Bill McGowan y Juliana Silva titulan en la CNN "Trump's
self-congratulatory end zone victory dance" resaltando la teatralidad y el
uso de la muerte del "califa" para promocionarse.
El temor que se manifiesta en algunos articulistas es que el
deseo de mostrar "su éxito" pueda comprometer aspectos de la misión
que tengan repercusión para otras o sobre los participantes. Trump no es
precisamente un personaje que se caracterice por su discreción y ya ha habido
casos anteriormente en que ha hablado demasiado, más de lo que la seguridad
aconseja.
Conforme van saliendo más detalles que muestran que la
operación no fue solamente norteamericana, como ha dado a entender Trump, sino
que han participado fuerzas turcas e incluso kurdas, sale a la luz una tercera
foto suministrada por el propio Trump, la de uno de los perros participantes en
la operación. El tuit de Trump
no tiene desperdicio: "We have declassified a picture of the wonderful dog
(name not declassified) that did such a GREAT JOB in capturing and killing the
Leader of ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi!"**. Nos quedamos con la duda.
Súper perros, malos presidentes y enorme villanos. Así es el
mundo de Donald Trump, el nuevo "rey sol".
* Kevin Liptak "Photos highlight stark differences in Trump and Obama approaches" https://edition.cnn.com/2019/10/28/politics/donald-trump-barack-obama-situation-room-photos/index.html
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