martes, 29 de octubre de 2019

Dos fotos que marcan la diferencia

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No han tardado mucho en aparecer las primeras recriminaciones a Donald Trump por la forma de manejar la eliminación de Abu Bakr Al-Baghdadi. Los mismos militares han rechazado, a su estilo, sumarse al circo de las dramatizaciones usado por Trump en su comunicado. La CNN titula "LIVE Top US Gen.: No idea where Trump got 'whimpering' claims" dejando en evidencia su tendencia teatrera y desconsiderada sobre la operación militar y sus efectos. Trump se ha querido convertir en el centro magnificando la operación y a sí mismo, lo que no ha sentado bien en muchos círculos y le es criticado desde la prensa.
La CNN compara las dos fotos, la de Obama en la operación de eliminación de Bin Laden y la de Donald Trump con Al-Baghdadi y lo hace titulando "Barack Obama and Donald Trump wanted to watch when two of the world's biggest terrorists were killed. The similarities end there". En efecto, las similitudes terminan pronto porque el empeño de Trump de borrar del mapa de la memoria colectiva y propia la figura de Obama es una obsesión claramente enfermiza o, si se prefiere, que muestra claramente una enfermedad en quien la padece.


El análisis comparativo de los dos momentos muestra dos personalidades distintas y con formas diferentes de ver el mundo. Las fotos muestran dos espacios y dos mundos. La caótica fotografía del despacho en desde el que se realiza la operación muestra a un Obama que sigue la operación junto a Hillary Clinton y Joe Biden; es un lugar de trabajo. Por el contrario, la fotografía de Trump es un mundo clasificado y jerárquico en el que él se muestra como el centro. Es él quien toma las decisiones y al que todos se someten; Obama, por el contrario, es más un espectador curioso si un lugar específico en la habitación.
En la CNN se dice sobre las fotos:

Photographs of the two moments capture leaders on edge. Trump, stone-faced and formal in a suit and necktie, sits at the head of a long Situation Room table surrounded by similarly grave advisers, some in military uniform, as the raid played out on large screens. The literal and symbolic central figure, Trump projects the sense of authority he has often craved as commander-in-chief.
The rigid posture and imposing presidential seal stand in contrast to the photo of Obama, in a polo shirt and windbreaker, leaning forward as his team huddled around laptops as word came from Abbottabad that "Geronimo" -- the code name given bin Laden -- had been killed. Obama, slightly off-center with his chair pushed into a corner, is not the eye's natural point of focus.
The photos are from different rooms: Trump's was taken in the John F. Kennedy Conference Room, the iconic command post famously reproduced in movies and on television shows where presidents are briefed on highly classified missions.*



La foto es un reflejo y un mensaje. Muestra su visión "ejecutiva" y "empresarial" de la Casa Blanca. Es la foto de un anuario de empresa en la que se nos muestra a los responsables. Las caras de los militares dicen mucho sobre su sentido del posado ante una circunstancia tal.
Trump ha aprovechado el acto para atacar a todos los presidentes anteriores. Incluso ha restado importancia a lo hecho anteriormente, reforzando su idea de que todo era un desastre hasta que él, el "arreglador" llegó. La frase que cierra el artículo así lo demuestra: «"He should have been killed years ago," he said of Baghdadi during a speech to police chiefs in Chicago. "Another president should have gotten him."»* Menos mal que el cielo le ha puesto en su lugar para arreglarlo todo.

Para enaltecer a sí mismo, Trump necesita enaltecer a su enemigo y expresar el derecho de Estados Unidos a humillar a los enemigos. De esta forma se convierte en un apologista de Abu Bakr Al-Baghdadi solo con el fin de mostrar su propia "grandeza". "Él" ha hecho lo que otros fueron incapaces de hacer con el enemigo más peligroso de la Historia.
Bill McGowan y Juliana Silva titulan en la CNN "Trump's self-congratulatory end zone victory dance" resaltando la teatralidad y el uso de la muerte del "califa" para promocionarse.
El temor que se manifiesta en algunos articulistas es que el deseo de mostrar "su éxito" pueda comprometer aspectos de la misión que tengan repercusión para otras o sobre los participantes. Trump no es precisamente un personaje que se caracterice por su discreción y ya ha habido casos anteriormente en que ha hablado demasiado, más de lo que la seguridad aconseja.


Conforme van saliendo más detalles que muestran que la operación no fue solamente norteamericana, como ha dado a entender Trump, sino que han participado fuerzas turcas e incluso kurdas, sale a la luz una tercera foto suministrada por el propio Trump, la de uno de los perros participantes en la operación. El tuit de Trump no tiene desperdicio: "We have declassified a picture of the wonderful dog (name not declassified) that did such a GREAT JOB in capturing and killing the Leader of ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi!"**. Nos quedamos con la duda.
Súper perros, malos presidentes y enorme villanos. Así es el mundo de Donald Trump, el nuevo "rey sol".



* Kevin Liptak "Photos highlight stark differences in Trump and Obama approaches" https://edition.cnn.com/2019/10/28/politics/donald-trump-barack-obama-situation-room-photos/index.html
* "Baghdadi's death: More details emerge from US raid / Trump shares photo of military dog injured in raid" CNN 28/10/2019 https://edition.cnn.com/politics/live-news/baghdadi-monday-dle-intl/index.html






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