sábado, 5 de octubre de 2019

El insólito llamamiento

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No creo que sirva de mucho la rápida llamada al embajador norteamericano ante el anuncio de los aranceles a España por parte de los Estados Unidos de Trump. Pero las relaciones diplomáticas exigen estos gestos, para dejar claras las posturas. Ya habrá momentos para tomar otras necesarias.
La estrategia de Trump, enormemente presionado en casa, es mostrar a sus próximos votantes que es capaz de presionar al mundo con sus decisiones. Esa es gran parte del cebo que va a utilizar para atraer a sus tiburones. El periodo de presión demócrata sobre el presidente será peligroso porque estará seguramente plagado de este tipo de maniobras para mostrar que es un presidente que vela por el pueblo norteamericano. Ese es su argumento. De ahí que haya empezado a la ofensiva tras un periodo defensivo ante a la cuestión ucraniana, la que más daño le ha hecho y le seguirá haciendo. Este caso, además, se le está complicando más con cada nueva revelación sobre lo ocurrido y la repetición ante otros países para tratar de huir a Joe Biden a través de su propio hijo y sus negocios. Trump proviene de un mundo más infame que el de la política, el de los negocios, y estas prácticas sucias las habrá realizado en muchas ocasiones. Se trata de hundir a tu adversario, de anularle. Lo había dicho anteriormente en el caso de la "trama rusa", no veía nada malo en solicitar información a terceros países. Eso ha quedado claro.


Una vez observado que aquellos que le votaron le permiten eso y mucho más, Trump ha decidido avanzar en esa misma línea mostrando su "poder", que en el fondo es lo que le piden sus seguidores, demostraciones de poder en las que puedan satisfacer sus deseos de odio racial o xenófobo, retenidas hasta el momento.
El diario El País recoge la medida diplomática del gobierno español ante el anuncio de los aranceles a los productos españoles:

El Gobierno respondió este viernes con una mezcla de contundencia y moderación al órdago que ha lanzado Donald Trump a Bruselas en forma de aranceles a productos agroalimentarios, que afectan especialmente a productos españoles. Por un lado, los calificó de “inaceptables” y recordó que España y Europa sabrán responder al desafío. Por otro, se mostró conciliador al asegurar que aún hay margen para lograr una salida negociada y evitar una guerra comercial que puede perjudicar a ambas potencias. El mayor golpe de efecto lo dio a última hora de la tarde, al anunciar, en una acción diplomática insólita, que había convocado al embajador de EEUU para transmitirle su “rechazo frontal” a la medida. El ministro de Agricultura viajará a Bruselas el miércoles.
La decisión del Gobierno de convocar al embajador estadounidense, Richard Duke Buchan III, por un conflicto comercial es inaudita. La mayor parte de las convocatorias —una de las fórmulas de protesta más firmes— de los últimos años se han producido con el embajador del Reino Unido, por Gibraltar, o con el de Venezuela, por la falta de respeto a los derechos humanos, respectivamente, pero resulta inusual con el embajador de Washington. El secretario de Estado para la Unión Europea, Marco Aguiriano, transmitió al representante de la Administración Trump el “rechazo frontal” del Ejecutivo español a las medidas conocidas esta semana, según anunció La Moncloa en un comunicado.*


La idea de que sea "inusual" con el embajador norteamericano tiene una explicación que no le escapará al autor del texto: Trump es un fenómeno insólito. No ha habido necesidad de tomar medidas insólitas porque desde el fin del bloqueo a España y la visita de Eisenhower en 1953 las relaciones bilaterales han sido buenas y alojamos en nuestro suelo las importantes bases de Zaragoza, Morón, Torrejón (aéreas) y Rota (naval).
Trump se está buscando aliados en los países más cercanos a Rusia para poder vender defensa y está fustigando a los aliados tradicionales (más de 65 años), como España, que piensa que se encuentran en situación de dependencia mientras sigue azuzando los conflictos, de Irán a Corea del Norte.
Trump busca la guerra comercial sabiéndose poderoso (los Estados Unidos). Se realice o no, le permite afrontar las próximas elecciones haciendo ver la fortaleza del país bajo su mando. Eso le atrae muchos simpatizantes interiores y carta blanca para los exteriores que están haciendo políticas de fuerza.


La llamada española es "insólita" porque la política de Trump es "insólita", ya que obliga a tomar medidas firmes ante el abuso norteamericano. Trump, por el contrario, vende que Estados Unidos se ha comportado como un cordero en manos de los presidentes anteriores, unos pardillos, según su punto de vista, que han llevado a la gran potencia a ser la Madre Teresa.

Eso gusta mucho a los que llevan varias décadas oyendo hablar del "declive del imperio americano", del fin de la hegemonía y del ascenso de Asia. Comprueban que solo eran "rumores de los izquierdistas" y demás enemigos con estas maniobras de fuerza.
España se ve afectada porque es una potencia agrícola, con exportaciones de productos del campo que se verán afectados por los intereses de los agricultores norteamericanos, que es donde se encuentra su base electoral. Estos gestos de castigo le gustarán.
Si no se contesta y no se hace desde la fuerza de Europa unida, Trump se saldrá con la suya. No solo se habrá consumado el Brexit y la ruptura, sino que irá aumentando su deseo de hacer daño a Europa, una de sus obsesiones. Su estrategia es dividir y debilitar a Europa. No debe conseguirlo. La esperanza de que solo toque a unos y no a otros debe dejarse de lado y haber una respuesta conjunta y clara. De no hacerse, no solo se lo estaremos poniendo en bandeja para su terrorífica reelección sino que quedaremos cada vez más débiles y a la deriva.
Como nota final, la prensa norteamericana ni se hace eco de este "insólito" llamamiento al embajador. Están demasiado preocupados por el propio Trump y por el Brexit de su amigo Boris Johnson.



* "El Gobierno convoca al embajador de EE UU para expresar su “rechazo frontal” a los aranceles de Trump" El País 5/10/2019 https://elpais.com/economia/2019/10/04/actualidad/1570212033_989101.html

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