viernes, 24 de agosto de 2012

Los hombres que tenían cerebros pequeños o el dogma rentable

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La controversia creada por las declaraciones del candidato Todd Akins sobre la "legitimate rape" (la "violación legítima") va más allá de la incidencia de su propia candidatura al Senado por Missouri sobre la campaña presidencial de Mitt Romney. Va más allá de la grave cuestión del aborto y sus consideraciones en la política republicana o demócrata norteamericana y es una muestra de cómo la ideología tiene un efecto de ceguera sobre el conocimiento científico. Akins puede estar en contra de lo que quiera; es muy libre. Pero para lo que no tiene libertad es para transformar sus prejuicios dogmáticos en conocimiento científico que siempre estará plagado de errores, pero que huye precisamente de los que el dogma provoca.
La diferencia clave está en que el dogma lucha por eliminar obstáculos extendiendo la ceguera, mientras que la Ciencia trata de avanzar a través de la conciencia de sus propias limitaciones. Si queremos entenderlo en términos de carácter, la verdadera Ciencia se vuelve humilde y precavida, mientras que el dogma lucha por imponer su soberbia de forma imprudente y arrogante y, si le dejas, autoritaria. El dogma no necesita "saber más", pues es monolítico y artrítico, mientras que la ciencia trata de ser escéptica y elástica.



La profesora Margaret Martonosi
Una parte de la prensa norteamericana pone el dedo en la herida científica cuando señala que lo que muchos critican Todd Akins no es lo dicho sino la "forma" y el "momento", que las ideas están más asentadas de lo que se piensa y que por eso Akins las usa en su campaña. Como bien señalan desde la propia comunidad académica, lo dicho es una barbaridad consentida y difundida que forma parte del ideario ultraconservador de una parte de los políticos norteamericanos y su electorado. La profesora Margaret Martonosi, de la Universidad de Princetown, señala desde las páginas de la CNN:

How can a science and technology leader like the United States allow itself to be governed by people who try to ignore scientific fact? Given Akin's "magical" theories regarding rape, abortion and pregnancy, I would not want him having a say in the long-term plans of a single middle-school science class, much less our nation as a whole.
How do we let him get away with this? And make no mistake: We are likely to let him get away with this. Akin's apologize-and-move-on method is quite effective in politics today. In politics, the woeful reality is that folklore often trumps real science.*

La creencia en que se producen embarazos en función del grado de consentimiento en el acto sexual es un absurdo de tal calibre que asusta pensar en la mente de quien lo cree. Es vivir mentalmente en un mundo animista en el que las células tienen conciencia y en el que hay unos espermatozoides caballerosos y otros groseros, unos que quedan con el óvulo por teléfono y traen flores y otros que se presentan sin avisar; es vivir en un peligroso mundo que se convierte en más peligroso cuando la fuerza de una cámara legislativa o un gobierno decide seguir esos criterios e imponerlos a la realidad y a los demás.
Más allá de la pregunta "científica", CNN nos ofrece otro tipo de resonancias de las ideas de Akins. Se trata del testimonio de Shauna Prewitt, violada y embarazada con 21 años, que vuelve a contar el calvario jurídico y social que vivió por la percepción de este tipo de embarazos. Prewitt estudió Derecho para tratar de combatir esos prejuicios y evitar que pudiera seguir ocurriendo, difícil tarea. Señala:


As my history lesson said, I found myself on trial, facing the most fierce judge and jury: ignorance.
Eight years after my rape, I find myself on trial against ignorance again. Rep. Todd Akin's recent comments that "legitimate rape" rarely results in pregnancy not only flout scientific fact but, for me, cut deeper. Akin has de-legitimized my rape.
You see, nine months after my rape, I gave birth to a beautiful little girl. You could say she was conceived in rape; she was. But she is also so much more than her beginnings. I blissfully believed that after I finally had decided to give birth to and to raise my daughter, life would be all roses and endless days at the playground. I was wrong again.**


Como bien señala, Shauna Prewitt, la ignorancia es el mayor enemigo. Y esa ignorancia desencadena injusticias y perpetúa el problema.


La pregunta de Martonosi sobre cómo puede un país como los Estados Unidos, con el mayor potencial científico, con gigantescas inversiones en investigación para intentar acercarse al mejor conocimiento posible, seguir basándose en la magia para tomar sus decisiones, no es trivial. Plantea una de las grandes contradicciones en el avance de nuestras sociedades, en cómo se siguen manteniendo los mitos y explicaciones mágicas porque son las que permiten un mayor control social.
Hace unos días pedíamos un mayor "atractivo" para la Ciencia en nuestros programas televisivos y señalábamos la importancia social que esto tiene más allá del puro compromiso de los canales públicos por ofrecer "ciencia" en sus programaciones. No es una necesidad "estética"; es una necesidad política y vital.
Nada hay más totalitario que la ignorancia. Y nada hay más peligroso que el prejuicio disfrazado de argumento. La política tiende cada vez más a esconder sus garras bajo la apariencia de "ciencia" para sacar adelante sus propósitos. Los  ignorantes son el mejor público político, el elector perfecto; el que escucha alimentado por los prejuicios que crecen en su interior y que son regados periódicamente por los sofistas del dogma.


En estos días asistimos al debate sobre la cuestión de la separación por sexos en la enseñanza. La cuestión se ha manejado correctamente por nuestro Tribunal Supremo al decir que los colegios segregados no deben recibir "subvenciones" pues establecen —sin que nadie les obligue— una diferencia que nuestras propias leyes tratan de evitar, la discriminación. Conforme a las leyes actuales, es discriminar:

"Las administraciones educativas regularán la admisión de alumnos en centros públicos, privados y concertados de tal forma que se garantice el derecho a la educación, el acceso en condiciones de igualdad y la libertad de elección de padres y tutores (...)", reza este artículo, en cuyo apartado tercero precisa que "en ningún caso habrá discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social". Asimismo, dicha sentencia rechaza la interpretación "en algún modo sostenida" del derecho a la creación de centros privados sostenidos con fondos públicos y a intervenir en la selección de los alumnos.***

El argumento se mueve en el plano estrictamente jurídico, en el de lo humano y las leyes que nos damos por propia voluntad. No hay nada de científico en ello; solo doctrina que fundamentan nuestras leyes. No es una "verdad", sino un deseo convertido en norma de convivencia.

Lo que sí es un atropello a la inteligencia es justificar la segregación sexual por las "diferencias" de los cerebros de hombres y mujeres, como han hecho algunos. También los es escudarse en una presunta "maduración" que obliga a separar hombres y mujeres. La barbaridad de Akins se repite como un argumento científico; las diferencias de cerebros se esgrime como un justificante suficiente para la segregación y la subvención posterior.
En su momento fuimos muy críticos [ver entrada] con el informe sobre genética y educación elaborado a instancias de la CEOE y que mantenía otro tipo de segregaciones en la enseñanza amparándose en motivos de "ingeniería social", vamos a llamarlo así. Para la CEOE —tiene su lógica— el mundo es una empresa; ellos son los dirigentes y el resto del mundo la mano de obra a la que hay que seleccionar para que todo vaya mejor; no hay que tirar el dinero más que en sueldos de directivos, que es el mejor empleado de todos, supongo que por su dotación genética privilegiada.
La segregación sexual en la enseñanza no es más que un prejuicio universal basado en el control social. Es un obstáculo al desarrollo personal y social de gran calibre. Los que padecimos la educación segregada en este país no podemos considerarlo como un bien. Es el reflejo de una forma de entender —los cerebros les importan un pimiento— las mentes, las mentalidades y los comportamientos. Es desde el prejuicio mítico desde el que construye la teoría social que busca el amparo de diferencias orgánicas.


La separación de hombres y mujeres solo tiene una función: vender al hombre una imagen de la mujer y a la mujer una imagen del hombre. El "otro segregado" pasa a ser una imagen construida paso a paso bajo la atenta batuta de la institución que la maneja. Es el mayor caso de manipulación de la historia de la Humanidad: a una mitad se le engaña sobre la otra. Hacer creer a las mujeres y a los hombres de que deben estar separados porque sus cerebros son distintos es de una maldad lujuriosa, en ambos sentidos de la palabra. Crecer separados es marcar para toda la vida, determinar las relaciones futuras, personales, sociales y laborales.


En su origen, la discriminaciones forman parte de las herencias religiosas —cristianas, islámicas y judías— en la que la mujer es un mal para el hombre, al que enloquecen y hacen perder la templanza; y el hombre es un mal para la mujer hasta que adquiere el estatus de "acompañante", en que pasa a ser "propiedad". La base es el modelo patriarcal, base de la organización social, traducido a normas y costumbres.


En Túnez hay estos días un gran escándalo pues la propuesta de nueva constitución "islamista" tras la revolución define a la mujer como "complemento". Túnez tenía una legislación igualitaria y no "complementaria"; es un retroceso para la mujer. Acabamos de recibir la noticia de una ciudad laboral solo para mujeres en Arabia Saudí; es un ejemplo extremo de cómo la segregación puede llegar a límites en los que se imposibilita la convivencia real. Las mujeres deben estar, a todos los efectos, separadas de los hombres que no sean sus familiares, que son sus "responsables", sin que puedan salir a la calle. La negativa a que tengan carnet de conducir no es por su "cerebro", sino por su "movilidad"; han de estar siempre localizables, a la vista, sin la autonomía de movimientos. El gobierno saudí presenta como un avance que las mujeres puedan trabajar aunque tengan que hacerlo separadas de los hombres. Es una forma de verlo, porque lo que resulta inamovible es el núcleo de la separación. No necesitan recurrir al cerebro; les basta el dogma.
La fundamentación religiosa de la segregación forma parte de ese dogma inamovible que solo se modifica con verdadera educación en la convivencia, que es el camino que legalmente tenemos abierto porque nuestro deseo era huir de la educación represiva y del machismo consiguiente que controlaba esta sociedad. La fundamentación "científica" de la segregación no es más que recurrir a la "magia" para conseguir lo que se busca en última instancia: la financiación del dogma.


La crisis económica hace que muchos que abogaban por la educación segregada hayan "cedido" en sus "principios" y busquen colegios concertados para aliviar sus propias arcas domésticas. Esto es razonable. Es la parte "empresarial" de la segregación la que pierde sus clientes de pago y presiona para recibir la subvenciones que ayuden a este gran negocio —no necesariamente económico— a seguir adelante. Si para ello hay que hablar de las diferencias de los cerebros, se hablará.
Los que quieran enviar a sus hijos a colegios segregados, tienen todo el derecho constitucional a hacerlo. Ya lo discutirán con ellos cuando sean adultos. Lo que se está debatiendo aquí es la voluntad general de hacer una sociedad sin barreras castrantes para las personas. Ni genes ni cerebros: personas. Y eso no es una cuestión científica; es la voluntad política de una sociedad de ser de una manera o de otra, abierta o cerrada, segregadora o igualitaria.
En todo el mundo, millones de personas tratan de salir de la discriminación educativa, no solo de la segregación. Se empieza segregando por las diferencias en los cerebros y se acaban produciendo diferencias en las mentes, que es de lo que se trata. La apuesta social española, que padeció los efectos de una educación separada —y de la manipulación de esa educación— ha sido clara y mayoritaria: no a la segregación, sí a la normalización de la convivencia, al trabajo conjunto, a crecer como iguales en un mismo espacio común. No podemos decir que somos iguales si nos esforzamos en seguir creando diferencias.
Las afirmaciones sobre embarazos en "violaciones legítimas" en USA o los casos de los cerebros distintos, al igual que cualquier otra afirmación de este tipo, son formas de retroceso en el papel de la mujer. La segregación de mujeres en la educación solo se está utilizando allí donde son agredidas directamente; pero eso solo puede considerarse como un objetivo circunstancial cuyo resultado sea el acceso a la educación y la posterior integración al aumentar los niveles educativos. La segregación interesada siempre encuentra  justificación para separar a los blancos de los negros, a las mujeres de los hombres y a los de una creencia religiosa de otra. Lo que se busca es siempre lo mismo: el mantenimiento del control social y de las barreras que benefician a unos o a otros. Es tan malo aquí como allí donde se practique. Política y socialmente malo para todos.


No retorzamos ni la ley ni la ciencia. La "coeducación" no es una "ley científica", no lo necesita; es la plasmación de la voluntad de mejorar esta sociedad eliminando viejas barreras y prejuicios. No mandemos mensajes equívocos y engañosos de "ciencia" que otros aprovecharán para justificar sus segregaciones, mucho más duras y crueles disfrazándolas de libertades. 
Hay algunos que se quedaron en el Génesis. ¿Cerebros pequeños? Sí, los suyos.

* Margaret Martonosi "Pull Akin off House science committee" CNN 23/08/2012 http://edition.cnn.com/2012/08/23/opinion/martonosi-akin-science/index.html?iid=article_sidebar
** "Raped, pregnant and ordeal not over" CNN 23/08/2012 http://edition.cnn.com/2012/08/22/opinion/prewitt-rapist-visitation-rights/index.html?iid=article_sidebar
*** "El Supremo rechaza los conciertos a colegios de educación diferenciada por sexo" Público 22/08/2012 http://www.publico.es/espana/441271/el-supremo-rechaza-los-conciertos-a-colegios-de-educacion-diferenciada-por-sexo

Dos "grandes cerebros": el ajedrecista Bobby Fisher y Susan Polgar, una de las grandes jugadoras




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