Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
En
ocasiones, un "loco" es alguien que no está de acuerdo contigo y un "loco
peligroso" alguien que pueda convencer a los de más para que también dejen
de estarlo. El problema es si esto se convierte en una práctica institucional y
disentir se considera una enfermedad mental y un peligro social.
En
China está en marcha un proyecto de ley que trata de evitar algo que ha
ocurrido oficialmente las veces que se sabe que ha ocurrido y que no ha
ocurrido las veces que no se ha sabido. China Daily nos cuenta:
Forced in-house treatment for mental patients
went on center stage after Xu Wu, a 43-year-old Hubei resident, claimed that he
had been wrongfully rehabilitated for repeated petitioning. Xu said he had been
illegally kept in a hospital from 2006 to 2011 after he had complained about
making low wages when he had worked as a security guard.*
Se trata de introducir la posibilidad de otros diagnósticos y
la intervención de los jueces si el paciente o sus familiares consideran que se
le ha internado erróneamente o mediante un abuso de poder. La
"locura" de Xu Wu fue una reivindicación de sus condiciones de
trabajo. Cinco años de "condena / tratamiento" parece una forma de
terapia excesiva. Xu Wu se escapó varias veces y fue vuelto a encerrar. Fue
secuestrado, metido en un coche por desconocidos, policías presumiblemente, a
la salida de unos estudios de televisión en los que se había presentado para
sacar adelante su caso, que empezó a ser tenido en cuenta.
Los padres de Xu Wu enseñando la foto de su hijo |
Radio Free Asia
sintetizaba así el año pasado la historia de Xu Wu:
A fugitive Chinese petitioner has been captured and locked up again in a
mental hospital after he exposed to the media his four-year ordeal in the
facility, while a reporter was beaten up for trying to shed light on the case,
fellow petitioners said Tuesday.
Xu Wu, an ex-worker at the Wuhan Iron and Steel (Group) Corp. (WISCO) in
the central Chinese city of Wuhan, has been petitioning the authorities over
unequal pay in his company.
After a court rejected his suit
against the company over the salary issue four years ago, Xu traveled to
Beijing several times to seek justice.
Instead, he was confined in the mental ward of the WISCO No. 2 Hospital.
On April 19, Xu escaped from the psychiatric hospital and went to the
southern city Guangzhou, where he exposed the “horrors” he experienced at the
mental facility to a famous investigative TV program.
About a week later, Xu was kidnapped by at
least 10 unidentified men in the compound of Nanfang TV, the television station
to which he spoke about his ordeal, and was locked up again in the same
hospital.**
El secuestro de Xu Wu a la salida del programa de televisión |
La historia de Xu Wu ha causado bastante inquietud en la
sociedad china desde que salió a la luz en 2011. La nueva ley pretende dar
garantías de que este tipo de casos no se produzcan y pueda haber una
intervención judicial por medio y no solo el apaño entre la empresa de
seguridad en que trabajaba y una clínica mental con la que mantenía tratos
comerciales. El relato de su tratamiento para vencer su resistencia, con
descargas eléctricas incluidas, estremece.
Los aficionados al cine recordarán la película de Clint
Eastwood, El intercambio (Changeling 2008). El personaje de
Christine Collins (Angelina Jolie) es internado en una institución psiquiátrica
para silenciar su discrepancia con las versiones oficiales sobre la
desaparición de su hijo. Los médicos que firman su locura están al servicio de
un poder corrupto. El relato se situaba en la década de los veinte. Aunque el
diario Público, con motivo de la
película de Eastwood, sacó un artículo
quejándose de la mala prensa del electroshock gracias al cine*** —lo cual es
cierto—, la verdad es que no se trata del tratamiento en sí, sino de a quién se
lo aplicas. En el caso de la película, una forma más de tortura aplicada al
personaje, sin duda. No creo tampoco que sea el tratamiento correcto para las peticiones
de subidas de sueldo, al menos según mis libros de psiquiatría, que no recogen
la enfermedad. No sé si la CEOE ha publicado algo al respecto.
En los sesenta y setenta, una novela de Ken Kesey denunciaba
el uso de la psiquiatría como forma de represión social y se convirtió en un
emblema de la contracultura en la época del auge de la antipsiquiatría. La
película que hizo basada en la obra, Alguien voló sobre el nido del cuco (One flew over the cuckoo's nest Milos
Forman 1975) acaparó los premios de varias academias y asociaciones de críticos
de ese año. Nos enseñó a considerar la locura de otra manera.
Desconozco si Xu Wu tiene algún tipo de trastorno más allá
de considerar que está mal pagado, algo que le coloca dentro de la "normalidad"
estadística del género humano. Llevar adelante su protesta y mantenerla tampoco
puede ser considerado como un síntoma de locura, al menos en la mayor parte de
los países que consideramos de convivencia civilizada y de derecho.
Seguro que se encuentra alguna forma más humana —aunque no
sea tan eficaz— de mantener la moderación salarial. Nos alegramos de que el gobierno
chino haya dado ese paso legal para tratar de evitar que casos como este se
puedan producir.
*
"Draft law protects right of mentally ill" China Daily 27/08/2012
http://www.chinadaily.com.cn/china/2012-08/27/content_15709933.htm
**
"Mental Hospital Again for Petitioner" Radio Free Asia 3/05/2011
http://www.rfa.org/english/news/china/petitioner-05032011180933.html
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