Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
A veces nos sorprende la forma que tienen algunos de enfrentarse a las idas y venidas
estéticas. La revista Sight & Sound
, del BFI (British Film Institute), ha presentado su nueva lista, al de 2012, con
las cincuenta películas preferidas por los críticos, directores y otros
profesionales invitados a votar este año. Una buena ocasión para ver los
cambios en el gusto, en la forma de apreciar los valores en las obras, pues no
se trata de otra cosa más que de eso.
Con esa
manía tan española de convertir todo en un conflicto, en el diario El Mundo se elabora una interesante
teoría sobre lo revolucionario de elegir a Hitchcock y "destronar" a
Welles. El "acontecimiento" es la llegada de Alfred Hitchcock al
primer puesto con su película Vértigo
(1958) y la "caída" del Ciudadano
Kane. Se sostiene la más que discutible teoría de que el gusto por Welles representaba el academicismo impuesto, mientras que Hitchcock representa, por el
contrario el gusto del pueblo (que
serían los críticos, por supuesto), algo que no está nada claro.
Dicen entre sus conclusiones
que
[...] la nueva cinefilia no parece tener
tanto interés por las películas que se esfuerzan por hacer un arte con
mayúsculas, como Ciudadano Kane,
aquellas que emplean todo tipos de mecanismos para hacer una gran declaración
de principios, como por esas otras que tienen un significado personal para el
votante.*
La
observación no deja de ser un despropósito histórico (entre otras cosas), pues
si de algo no se puede acusar a Welles es de "academicista" o de
tratar de hacer "arte con mayúsculas". Las "mayúsculas" se
las puso la crítica al analizarlo y convertirlo en objeto de estudio y es simplificar demasiado confundir una cosa
con la otra. Si pensamos que Orson Welles era pretencioso, desconocemos lo que supuso su arte para el cine y sus
formas de expresión. Ni el único ni el primero, Welles tuvo que inventarse su cine, pues desconocía el medio. Welles y Hitchcock fueron ambos grandiosos creadores de lenguajes. Los
dos crearon unas formas y rompieron otras, que es lo que caracteriza a los
verdaderos creadores. El academicismo, por el contrario, sigue las reglas
prescritas. Ni uno ni otro lo fueron. Muy flojita sera la "nueva cinefilia", como se la denomina pomposamente, si niega los valores innovadores de cualquiera de ellos.
Presentar
que el cambio en las votaciones es una especie de revolución democrática y
generacional bajo la idea de "hay que cargarse a Welles", no deja de
ser un capricho interpretativo en el que se debería, en todo caso, arremeter
más contra los académicos y críticos que lo enseñaban como un dogma que contra
el propio Welles, que era el innovador. Tan prejuiciosa es una cosa como la otra. Decir que al
aumentar el número de votantes —como se sugiere— la gente ya puede votar "personalmente"
frente a las anteriores votaciones, llenas de prejuicios, es simplista, por no
decir otra cosa. Han votado lo que han querido siempre, lo que le ha apetecido a cada uno.
En
cambio, para el articulista de la revista The
New Yorker, Richard Brody, el sentido del relevo de Ciudadano Kane por Vértigo
es totalmente distinto. Es su artículo "The Raw and the Cooked, or,
Why “Vertigo”?", utilizando los conceptos de "crudo" y
"cocido" usados por el antropólogo francés Claude Levi-Strauss para
definir las diferencias culturales, Brody considera que la mayoría de las
películas elegidas demuestran una preferencia por lo "cocido", un cine muy controlado
y formal, frente a un cine más "naíf" o espontáneo, "crudo",
inexistente en la lista:
With apologies to Claude Lévi-Strauss, the
movies on the top fifty are, for the most part, cooked, not raw. Even the top
documentary on the list—Dziga Vertov’s “Man with a Movie Camera,” at number
nine—is highly inflected and cinematographically elaborate; there’s nothing by
Frederick Wiseman or the Maysles brothers or Robert Flaherty. The prominence of
films by of Stanley Kubrick (“2001” at number six), Francis Ford Coppola and
Andrei Tarkovsky (three each), and Akira Kurosawa (two); the relative absence of
Italian neo-realism (“Bicycle Thieves” at thirty-three, “Voyage to Italy”—if
that counts—at forty-one); and, in general, the lack of movies where the
strings seem looser (e.g. John Cassavetes, Elaine May) indicates that
directorial control freaks have a higher standing among the voters than those
whose movies reflect heads-up curiosity, spontaneity, and responsiveness to
unexpected discovery.**
A Brody le parece relevante mostrar las ausencias de ese
tipo de cine "crudo" para valorar la variación del gusto. Sin darle
más importancia que lo que supone debatir sobre estética, creo que sí es cierto
—y pienso que fácilmente comprobable— que
lo que caracteriza realmente al conjunto de la lista son los directores de "control
absoluto" de sus obras. Alfred Hitchcock siempre ha sido reconocido
precisamente por esa característica meticulosa y controladora, planificada, de
todos los aspectos de la creación cinematográfica.
Convertir todo en una especie de ejercicio revanchista en
vez de observar y describir los cambios históricos en el gusto estético es malo.
Convertir a Welles en un megalómano pretencioso
es tan malo como lo sería convertir a Hitchcock en un narcisista por salir como figurante en todas sus películas. Si ha
habido un "director estrella" en la historia del cine, ha sido sin duda Alfred
Hitchcock; si ha habido un director estudiado y analizado académicamente desde
los años de la Nouvelle Vague en los
cincuenta ha sido él. Y merecidamente, por supuesto.
Cuando se señala que el cambio es el "triunfo" de
los "nuevos críticos" frente a los "viejos críticos" y
profesores, quien pierde es el arte, pues se incurre en el peor error que se
puede cometer en el campo estético, el
revanchismo crítico, auténtico nido de prejuicios. Se incurre con demasiada
frecuencia en él. Es el "ahora toca meterse con Welles", como "ahora
toca meterse con Cortázar" con Borges, etc., que gusta tanto a la crítica para parecer renovada y les hace sentirse jacobinos.
Está bien que cada cual tenga su Olimpo estético, pero en el
arte y la crítica es mejor ser politeísta
relajado que dedicarse a las cruentas guerras de religión. Estas listas
representan lo anecdótico del arte; reflejan el gusto de aquellos a los que se
pregunta. Y algunos se sienten muy importantes porque se les pregunta. En la
lista global, la que incluye los votos de todos, Vértigo es la primera. En la lista de 358 directores votantes
—incluidos Woody Allen, Tarantino, Scorsese, Coppola...—***, es la séptima, compartiendo puesto con El padrino. En
primer lugar está Tokyo Story (1953),
del japonés Yasujirô Ozu; la segunda es 2001:
A Space Odyssey, de Stanley Kubrick, otro director del que algunos podrían
decir también que quería hacer "arte con mayúsculas". Pero esta lista
de los directores, curiosamente, se ignora. Ozu no es tan atractivo para los titulares aunque sea más fácil escribir su apellido.
Ni Vértigo ni Ciudadano Kane fueron en su momento "arte y ensayo"; fueron películas hechas para el público y el público fue a verlas. No se hicieron para los críticos ni para los teóricos. Lo realmente importante y preocupante es que la inmensa
mayoría de las películas de esa lista son hoy desconocidas para el gran público
y es ahí donde hay que esmerarse. Transmitir prejuicios sobre Orson Welles o sobre
quien sea no es bueno, por más que los enanos se sientan más altos criticando a
los gigantes. Es más interesante preguntarse, como hacen en The New Yorker, por el sentido de los
cambios del gusto del momento, que tratar de convertir todo en la toma de la
Bastilla y pasarse el día "destronando" y cortando cabezas.
En el Olimpo cinematográfico hay sitio para muchos dioses sin que acaben como en Furia de Titanes.
* "El Vértigo
de Hichtcock [sic] destrona a Ciudadano
Kane" El Mundo
3/08/2012
http://www.elcultural.es/noticias/CINE/3546/El_Vertigo_de_Hichtcock_destrona_a_Ciudadano_Kane
**
"The Raw and the Cooked, or, Why “Vertigo”?" The New Yorker 3/08/2012
http://www.newyorker.com/online/blogs/movies/2012/08/why-vertigo-is-number-one-on-the-top-fifty-list.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.