domingo, 29 de julio de 2012

Putin en los altares o el camino ruso de santidad

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La Vanguardia nos trae la noticia del regreso de las clases de religión a Rusia*, la cabecera histórica de la comunista y atea ex Unión Soviética.
La "Santa Rusia" llegó hasta que los bolcheviques decretaron que de "santa" nada y la volvieron "soviética" justificando su imperialismo expansionista esta vez en un internacionalismo laico que les llevó a tragarse por el Oeste lo que antes se habían tragado ortodoxamente por el Este. Ya la excusa de la religión ortodoxa le había servido para quedarse con parte de Polonia y la excusa de la defensa del cristianismo le sirvió para llegar hasta el Mar Negro a costa del Imperio Otomano en el siglo XVIII. Como nos muestra la Historia, Rusia le ha sacado mucho provecho a la religión y al ateísmo. Veremos hasta dónde llega esta vez.
Por lo pronto, Putin está basando su política en la religión cuando le interesa, apelando a los viejos sentimientos que ya utilizó la santa Rusia y el paneslavismo, anclado tanto en la idea eslava como en la ortodoxa, que no son más que las dos caras de la moneda, almas con raíces. A veces sorprende lo enraizado que puede llegar a estar lo espiritual e intangible con lo material y circunstancial. 
Nada más claro en este sentido que la política seguida por Rusia respecto a Serbia. En el mes de junio, la publicación Rusia Hoy se preguntaba desde sus titulares "Serbia y Rusia, ¿hacia un nuevo paneslavismo?"**. El artículo nos muestra con bastante claridad la estrategia internacional de la Rusia de Putin y nos ayuda a comprender porqué este resurgir oficial de la religión y sus consecuencias.


Una de las ideas clave del eslavismo era su papel intermedio entre una Europa atea y racional, que pisoteaba sus raíces cristianas, y un Asía espiritual sin cristianismo. La idea de la Santa Rusia la mostraba como el último reducto de los defensores de la verdadera fe (el catolicismo y el protestantismo eran desviacionismo religioso). Rusia estaba geográficamente entre ambas, manteniendo la pureza del mensaje religioso.

Mijaíl Nesterov: "Santa Rusia"

El internacionalismo comunista acabó oficialmente con las dos ideas, la "rusa" nacional y la "religiosa" ortodoxa. Los trabajadores eran miembros de la misma patria, la de los explotados, hubieran nacido donde hubieran nacido, y la religión era el "opio del pueblo". Esa era al menos la teoría. Rusia construyó el imperio soviético, pero sí mantuvo alejada a la religión del panorama público prohibiéndola y persiguiéndola.

En el artículo de Rusia hoy se nos dice para explicar ese nuevo "panseslavismo":

[...] el callejón sin salida constituido por la voluntad serbia de rehusar a reconocer la independencia de su exprovincia – condición necesaria para la adhesión a la UE – y la recesión que azota a la Eurozona, hace cada día menos atractiva la perspectiva de ser parte de un organismo en profunda crisis, no sólo económica, sino también política y de identidad.  Esto lleva a Belgrado a tomar en consideración otras alternativas de integración económica a nivel regional. 
La alternativa eurasiática
En este sentido, la Unión Eurasiática propuesta por Putin una de las opciones que más valor da a la posición geoestratégica de Serbia, ya que Belgrado vendría a constituir la avanzada occidental de un inmenso bloque comercial extendido desde los Balcanes hasta el Pacífico. Con un acceso privilegiado a los ingentes recursos naturales de Rusia y Kazajistán, pero aún integrada con las economías de Europa por obvias razones geográficas, Serbia tendría todos los requisitos para convertirse en uno de los países más prósperos y desarrollados del continente, además de un puente virtual entre Moscú y Bruselas. Sin embargo, aunque algún día llegue a formar parte de la Unión Europea, Serbia seguiría siendo un importante punto de contacto entre Europa y Eurasia.**

Serbia se debate entre la petición de entrada en Europa, complicada por su negativa a reconocer la independencia de Kosovo, apoyada por la Unión Europea y más de noventa países (España no), y las llamadas paneslavistas de Putin, que apela a la comunidad "racial" eslava y los sentimientos religiosos ortodoxos, frente a los musulmanes albanokosovares.
Es interesante la definición de la "Eurozona" que da el artículo: "un organismo en profunda crisis, no sólo económica, sino también política y de identidad". Esa es en cambio la "identidad" que se le propone desde Moscú. A Rusia le vendría siempre bien tener un aliado fuerte dentro de la Unión Europea, por lo que pudiera ocurrir.
Tener dentro de Europa a alguien que se identifique con la política seguida por Rusia hasta el momento es algo que complica la posibilidad europea de tener intereses propios frente a esa "Eurasia" propuesta por Putin. La idea de tener un puerto franco, a través de Serbia, a la Unión Europea es importante para Putin y para los serbios también, que se beneficiarían del trato privilegiado que Rusia les daría para asegurarse el apoyo y la vía. Si a la etnia y la religión le sumamos los negocios, la gente se siente muy unida.
El artículo de Rusia Hoy concluye finalmente:

Demasiado europea para ser asiática, demasiado bizantina para ser occidental, Serbia nunca dejará de ver en Rusia la imagen reflejada de su propia identidad nacional, con todas sus contradicciones, pero también su riqueza. Naciones eslavas con un fuerte apego a la tradición cristiano ortodoxa, que ha desempeñado un papel tan importante en los momentos difíciles de la historia de ambos países, tanto Serbia como Rusia han tenido conflictos étnicos y aún pagan las consecuencias. De la resolución de esos conflictos, como el de Kosovo, dependerá no sólo el destino europeo de Serbia, sino también el futuro de la cooperación entre Bruselas y Moscú, única clave para construir una Europa verdaderamente segura, próspera y democrática.**



En este sentido el regreso de la clases de religión en Rusia se entiende mucho mejor. Pero no siempre es sencillo hacerlo después de tantos años de persecución religiosa. La Vanguardia nos recuerda que Rusia ha sido oficialmente atea casi todo el siglo XX. El ateísmo es igual para todos, mientras que con las religiones cada uno elige la "suya", entendiendo por la suya la que se liga a la tradición local en cada uno de los territorios que componen el país más grande del mundo:

En el próximo curso escolar, que comienza el 1 de septiembre, todos los colegios rusos contarán con una asignatura más: Fundamentos de las culturas religiosas y de la ética laica. Un rimbombante nombre con el que el Kremlin ha encontrado una solución salomónica para dar cabida a las principales religiones del país.
La asignatura se impartirá con carácter trimestral en cuarto y quinto cursos (10 y 11 años). Además, es obligatoria, así que nadie podrá negarse a cursarla si no quiere quedarse sin el diploma escolar. Los padres, sin embargo, tienen la posibilidad de elegir uno de los seis módulos en los que está dividida la asignatura.
Estos módulos se han diseñado con arreglo al mapa religioso de Rusia, el país más extenso del mundo con una población de 142,9 millones de habitantes.
Los alumnos pueden elegir historia de una de las cuatro religiones tradicionales de Rusia (cristianismo ortodoxo, islam, judaísmo y budismo) o un módulo más general: fundamentos de las culturas religiosas o fundamentos de la ética laica.*


Lo más interesante del planteamiento es que no se trata de enseñar "religión", sino "historia de las religiones" . "La asignatura se centra más en la historia que en las cuestiones de fe"*, dice La Vanguardia. Es decir, no se trata tanto de un ascenso de la espiritualidad como un intento de reforzar precisamente —como hemos visto con Serbia— los lazos comunitarios y  los principios de identidad, esos que se le negaban a la Eurozona, a la perdida Europa.

La búsqueda de los miles de profesores necesarios para una asignatura de religión en Rusia les ha pillado poco preparados después de casi un siglo de ateísmo oficial. Lógicamente, estos profesores han sido ya reclutados y preparados por el estado para comenzar rápidamente tras el verano. La iglesia ortodoxa ha recibido bien estas medidas, por lo cual Vladimir Putin se ha asegurado un apoyo interno importante en momentos en los que ha sido muy cuestionado por la oposición y acusado de fraude electoral y de prácticas dictatoriales. Eso ha servido para despertar la indignación de muchos frente a la iglesia ortodoxa, que modera o reduce sus críticas a Putin.
Es en este contexto en el que podemos entender una caso aparentemente menor, pero que no lo es: el juicio al grupo punk femenino Pussy Riot que fue detenido tras irrumpir el 21 de febrero en la catedral moscovita del Cristo Redentor y entonar unas estrofas contra Putin y el papel servil de la iglesia ortodoxa ante el presidente. La Voz de Galicia nos contaba pocos días después:

Decenas de miles de personas convocadas por el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, rezaron ayer al aire libre en Moscú para «enmendar» el sacrilegio que constituyó para ellos una «oración punk» contra el presidente Vladimir Putin en una catedral. Tras la misa dominical, Kirill salió de la catedral de Cristo Salvador y se dirigió a la multitud (65.000 personas, según la policía) que había venido a rezar para que «se corrija a quienes mancillan los lugares sagrados», dijo el patriarca. ***


Mañana comienza el juicio contra las Pussy Riot. El diario El País lo ha definido, en su artículo de hoy,  como "causa contra el laicismo". Creo que hemos podido entender que la cuestión va más allá de lo religioso o, si se prefiere, de la constitución de una alianza que vuelva a servirse del nacionalismo religioso para el manejo interior y exterior de Putin. El País nos cuenta cómo es la acusación contra las tres muchachas:

El texto afirma que las mujeres actuaron de forma organizada y premeditada, movidas por el odio religioso, e infligieron “grandes sufrimientos” a los creyentes. La acusación habla de “blasfemia”, “sacrilegio” y “ataque al carácter sacramental del secreto eclesiástico”, términos que, según Mark Feigin, el abogado de las Pussy Riot, no están tipificados en el código penal de la Federación Rusa, que oficialmente es un Estado laico.
“El acta de acusación refleja una realidad política, no jurídica ni penal”, señala Feigin. “Todas las invocaciones a la esfera metafísica, religiosa y moral son intentos artificiales de forzar la existencia de delito, pero hay que saber algo de religión y filosofía para lograr un texto convincente”, opina. Feigin dice que el juez le ha rechazado 35 testigos que había propuesto, entre ellos el patriarca Kiril. Los testigos de la acusación son precisamente la limpiadora, el vigilante, el seminarista y todos ellos acreditan su condición de fervientes cristianos e informan de que fueron bautizados y, en algún caso, de que guardan el ayuno. Feigin asegura que no dieron importancia al incidente y luego cambiaron repentinamente de opinión.****

El énfasis puesto en la causa, que va por las vías de mayor penalización, forma parte de esa estrategia de Vladimir Putin de reorganización nacionalista convirtiéndose en el garante de la fe y el orden. Las prebendas que la implantación de la asignatura de las religiones, controladas por el Estado, le asegurarán la docilidad de los dirigentes y las oraciones de los fieles.
La canción de las Pussy Riot no eran tanto una blasfemia como una denuncia del papel que la iglesia ortodoxa juega en los planes de Putin y Putin en los de la iglesia. El País nos recuerda el texto que puede causar hasta siete años de cárcel a sus autoras:

Las coplas de la discordia han sido traducidas a varios idiomas y dicen así: “Madre de Dios, virgen, echa a Putin / echa a Putin, echa a Putin / Sotana Negra, galones dorados / todos los feligreses se arrastran para hacer una reverencia / en los cielos hay un fantasma de la libertad / El orgullo gay ha sido encadenado y enviado a Siberia / El jefe del KGB, su santo jefe / lleva a los que protestan vigilados al calabozo / Para no ofender a su Santidad, las mujeres deben parir y amar / (sois) la mierda, mierda, mierda de Dios”.****

Las mujeres han tenido la osadía de desafiar a demasiados poderes en una sola canción. Los únicos cantos que se deben escuchar en las catedrales rusas son las oraciones por Vladimir Putin y el ruego por su pronta canonización. Méritos está haciendo. El piadoso camino que comenzó en la KGB acabará en los altares. La nueva Santa Rusia debe hacer profesión de fe de su ortodoxia religiosa para definir el nuevo nacionalismo paneslavista que justifique la Eurasía política de Putin. Harán falta nuevos santos para los altares y nuevos herejes para las hogueras. Ya los han encontrado.
Suerte en el juicio, Pussy Riot.

* "Rusia vuelva a implantar la asignatura de religión en la escuela" La Vanguardia 28/07/2012 http://www.lavanguardia.com/internacional/20120728/54330558314/rusia-vuelve-implantar-religion-escuela.html
** "Serbia y Rusia, ¿hacia un nuevo paneslavismo?" Rusia Hoy 12/06/2012 http://rusiahoy.com/articles/2012/06/11/serbia_y_rusia_hacia_un_nuevo_paneslavismo_17457.html
*** "La Iglesia ortodoxa rusa responde a una «oración punk» contra Putin" La Voz de Galicia 23/04/2012 http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/04/23/iglesia-ortodoxa-rusa-responde-oracion-punk-contra-putin/0003_201204G23P24994.htm
**** "Putin entra en las iglesias" El País 29/07/2012 http://internacional.elpais.com/internacional/2012/07/27/actualidad/1343413580_029043.html






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