Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Parece
que, en su día a día, el mercado solo fuera capaz de funcionar presionando a
alguien de mala manera. Ese concepto idílico de que todos salen ganando —que no
se sabe muy bien de dónde ha salido— se ve refutado cada día con los múltiples
pactos o presiones en detrimento de productores o consumidores. Cuando hay
sequía, la fieras se vuelven más fieras y luchan con todas las artes posibles,
incluidas por supuesto las malas, cuando no las peores. Son cosas que uno
aprende en los documentales sobre la naturaleza y que luego constata en los
informativos.
El Faro
de Vigo no informa de la apertura de un expediente sancionador al sector lácteo
casi al completo:
La CNC, dependiente del Ministerio de
Economía, concluye que existen "indicios racionales" de la existencia
de "conductas prohibidas" por la Ley de Defensa de la Competencia
tras realizar los días 11 y 12 inspecciones domiciliarias en las sedes de
empresas y asociaciones de la industria láctea en tres comunidades autónomas.
La investigación de los acuerdos o cárteles para fijar los precios de la leche
es una de las prioridades en la investigación "dada la especial gravedad
de sus consecuencias para los consumidores", según apuntan desde
Competencia.*
Los
afectados son, según los datos del Faro de Vigo, la Asociación de Empresas
Lácteas de Galicia, Danone, Puleva Food, Grupo Leche Pascual, Nestlé España,
Grupo Lactalis Iberia, Corporación Alimentaria Peñasanta y Cooperativa Agrícola
y Ganadera del Pirineo, y el Gremio de Industrias Lácteas de Cataluña.
España
se nos ha ido llenando de "guerras": la del agua, la del carbón, la
de la leche... Todas estas guerras derivan de lo mismo, de la sequía, por seguir la metáfora. La
guerra de la leche no es nueva y es una gran guerra internacional. Los archivos
periodísticos nos cuentan el origen del problema y del llamado "pacto de
la leche" que se intentó en 2009:
La gran distribución ha mantenido la leche
como producto reclamo a bajos precios presionando a las industrias. La mayor
parte de las empresas lácteas no han promovido los contratos de suministro con
los ganaderos. Y el sector productor ha percibido unos precios por debajo de
los compromisos asumidos entre las partes.**
Un producto tan cotidiano y de consumo constante como la "leche" puede actuar como atractivo de los consumidores a las grandes superficies, que presionan a la industria para que presione a su vez a los ganaderos. El que está al final de la cadena, el ganadero, no tiene más remedio que aceptar un precio mínimo que le impide muchas veces tener el beneficio suficiente para sobrevivir y no hablemos de crecer o invertir en la mejora de su explotación. A su vez, el ganadero tiene que presionar a sus proveedores, los que le suministran el forraje, etc. y a sus trabajadores para intentar ampliar su margen de ganancia, si es que se puede llamar así.
Como son
estos tiempos de sequía mayor, los consumidores buscan los precios más bajos,
las grandes superficies presionan más para que no se les escapen los clientes y
la cadena sigue transmitiendo presión hasta el final. La traducción final es el
cierre de las explotaciones y más gente al paro. ¿Quién gana? El que aguanta
hasta el final, que se queda con todo.
La
misma información de archivo nos da un detalle importante del fracaso del pacto
para garantizar un precio mínimo al ganadero:
Desde los intereses de los ganaderos, en el
pacto se contemplaba la necesidad de desarrollar una política de contratos con
las industrias con unos precios de referencia basados en los 0,28 euros pagados
en Francia más los costes de transporte a España, lo que suponía llegar a una
media de 0,30 euros litro. Pero los precios experimentaron inicialmente un
ligero incremento para bajar posteriormente y situarse en una media de 0,28
euros, con cotizaciones en periodos muy puntuales a precios de saldo. La mayor
parte de las industrias no han apoyado la firma de contratos, salvo grupos como
Puleva y Pascual.
Que el
precio de referencia se ajuste a lo que cuesta la leche en Francia —como la deuda
con Alemania—, más lo que cuesta traerla, es bastante revelador y nos da cuenta
de la eficacia de la política francesa de exportar conjuntamente leche y
supermercados en donde venderla. El etiquetado de la leche en las grandes
superficies asegurando que es española no es casual y refleja el deseo nacional
de no quedarse sin ganadería y campo propio. No es ni xenofobia ni
proteccionismo. Es puro sentido común.
Según estamos descubriendo en carnes propias, somos ciudadanos europeos, pero parados españoles. Soslayar que la gran riqueza de productos europeos que el mercado pone ante nosotros solo se pueden comprar si se dispone de un sueldo y que este es local, es un gran error que estamos pagando todos. Hay algo peor que tener los estantes vacíos, y es tenerlos llenos de cosas que no podemos comprar.
Las
políticas seguidas siempre se han enfocado desde las ventajas europeas del consumo,
pero no se han correspondido con las ventajas
europeas del empleo, que estamos padeciendo por esa disociación extraña.
Cuando se habla de "consumidores" se olvida con demasiada frecuencia
que no hay consumo posible si no hay dinero que gastar. Cuando se habla de
"freno del consumo", parece que fuera por gusto. El consumo no se
reactiva haciendo ofertas que generen más paro, destruyendo sectores enteros, sino
siguiendo políticas activas de empleo que permitan a los trabajadores tener
dinero en el bolsillo para comprar la leche de sus sueños.
Categorías abstractas como "trabajadores" o "consumidores" son engañosas cuando los beneficios que se le quieren dar a uno se le quitan al otro. En la realidad, son los mismos. Si beneficiar a los consumidores significa perjudicar a los trabajadores, es solo cuestión de tiempo que todo se derrumbe porque no hay para consumir. Como la leche, hay países con la economía "entera", "semidesnatada" y "desnatada". Se nos va a quedar un "cuerpo diez".
* "Competencia abre expediente de
sanción a industrias lácteas de tres autonomías por pactar los precios" Faro de Vigo 25/07/2012
http://www.farodevigo.es/galicia/2012/07/25/competencia-abre-expediente-de-sancion-a-industrias-lacteas-de-tres-autonomias-por-pactar-los-precios/668218.html
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