martes, 20 de abril de 2021

Apocalipsis futbolero

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Las televisiones dedicaban esta mañana su atención diaria a las portadas de la prensa nacional, impresionantemente unánimes con sus titulares sobre el fútbol para ricos. Vaya por delante que esto no es un intento de entrar en debate alguno por distanciamiento del tema en sí. Pero es causa de cierta depresión informativa ver esta reacción ante un suceso de este tipo con la que está cayendo informativamente.

Con las tropas rusas estacionadas en el borde de Ucrania, la "batalla electoral" de Madrid, con los muertos por el coronavirus, las vacunas de ida y vuelta, con todo lo que está pasando en el mundo... ¡todo se aparca en el nombre del fútbol!

La actualidad manda, se suele decir, pero el salto unánime, el respingo informativo dado por la prensa general, nos orienta sobre aquello que nos conmueve y sacude.



Me llama la atención el titular confeccionado con palabras de Florentino Pérez, augurando un "todos muertos" en 2024 si no se toman "medidas". En RTVE, el titular explica las reacciones del organismo europeo: «La UEFA se planta sobre la Superliga: "Los jugadores que participen no podrán representar a sus selecciones"». El diario El País modera su espacio, pero le concede el editorial, en el que se describe "El mal sabor de la Superliga".

El fútbol ha superado la quejas y lamentos generales por el turismo, a los trombos, a la campaña de Hacienda... a todos los demás deportes a los que les tocaba un poco de portada. Tanto esfuerzo para ser desplazados de un codazo.

La respuesta explosiva a esta cuestión en la que están implicados múltiples agentes y muchos miles de millones de euros anuales confirma las dimensiones del espectáculo mediático generado alrededor del fútbol.



La respuesta general de los medios nos confirma algo que ya sabemos sobre esta sociedad de espectáculos continuados y diversos. El deporte es uno de los flujos energéticos que ponen en marcha el sistema mediático. Dentro de este marco deportivo, el fútbol es el rey. Es un mundo donde el deporte en sí importa cada vez menos y más el rendimiento económico del espectáculo. No se ha levantando ni una décima parte de revuelo con la paralización de las Olimpiadas de Tokio el año pasado y su destino en este.

Repaso alguna prensa internacional y veo que en Le Monde hay un artículo sobre ello en la 5ª posición de más leídos y que el tema se queda reducido a la zona baja de la portada, la de "Sport". Se tarda en llegar a ella. En cambio, en la BBC tenemos en primera línea una noticia pequeñita, apenas un recuadro. Más abajo, en plenas "News" nos espera una imagen de Florentino Pérez compartiendo línea con el caso Floyd de Estados Unidos y Vladimir Putin. Inmediatamente debajo, la cuestión de la Superliga vuelve a reaparecer con dos noticias amplias.



Hace mucho que el fútbol pasó a ser un negocio, con gigantescas inversiones y presupuestos, con contratos millonarios, con las televisiones y sus contratos publicitarios. El fútbol que quiere salvar Florentino Pérez merece ser explicado para saber de qué estamos hablando realmente.

Los medios han saltado al cuello porque ellos viven de las expectativas que generan con el deporte. Esto es especialmente señalado en España, de ahí la espectacular reacción mediática ante la propuesta que podría crear un espectáculo para ricos y otro para pobres. Saben quiénes mueven la atención de los espectadores y cómo esto se refleja en sus diferentes niveles. Con los campos cerrados al público, cualquier cambio que excluya a la mayoría en beneficio de los que no tienen problemas para concitar grandes audiencias se ve como un arrojar lastre para que el globo pueda subir y sostener sus presupuestos multimillonarios.



El grado de respuesta está en función de muchas cosas, pero especialmente del grado de dependencia. Las amenazas a clubes y jugadores son graves. El dirigente de la UEFA que han recogido hoy los medios comparaba lo hecho por los clubes de élite, de manera muy gráfica, con haber sido escupidos a la cara.

El editorial del diario El País finaliza así:

 

No caben ingenuidades: esto no es otra cosa que un pulso de poder. Los grandes clubes quieren sacar mejor provecho de su posición dominante; al otro lado, se halla una institución muy desprestigiada como la UEFA. En el medio, un deporte que hace soñar en todo el mundo a legiones de aficionados, y en cuya base está la épica de que la vía está abierta siempre y hasta el final para los equipos que lo merecen. Este proyecto destruye ese concepto. Harían bien sus promotores en reconsiderarlo.*

 


Tampoco hay que ser ingenuos con los intereses mediáticos, que se verían renegociados con los problemas derivados de las audiencias divididas. Un sistema cerrado, como el que se presenta, también funciona con selección de medios de pago. El diario habla del "fin de la épica" del fútbol, pero hace mucho que esa "épica" se perdió en ciertos niveles

En España, lo que no es promoción del turismo o política, lo ocupa el deporte. Cuenten el tiempo dedicado al deporte en los programas informativos y verán. Los medios viven en gran medida de esas expectativas que producen con cada encuentro que se celebra, por eso esta lucha promete ser larga y a muerte. La ampliación reduce el pastel

 


* "El mal sabor de la Superliga" El País 20/04/2021 https://elpais.com/opinion/2021-04-20/el-mal-sabor-de-la-superliga.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.